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Hoy mismo, 29 de septiembre, el asteroide Toutatis pasará cerca de la Tierra.
Bueno, cerca en términos astronómicos.
O sea, estúpidamente lejos.
Cuatro veces la distancia de la Tierra a la Luna es bastantito, pero en términos astronómicos es "cerca".
Por ejemplo, Sirio es un sistema estelar que es el más "cercano" a la Tierra, a 8.7 años luz. Y es "cercano" porque los confines del universo están a 15 mil millones de años luz.
Pero no está como para ir en coche. Un año luz es la distancia que recorre la luz en un año en el vacío, o sea 9,460,800,000,000 kilómetros. Multiplique eso por 8.7 (si es maussanita, pídale a cualquier niño que le haga la multiplicación, es demasiado para usted) y verá qué tan "cerca" está Sirio.
Hoy, Toutatis, asteroide sumamente interesante por su rara forma y rotación (véasele aquí) pasará "cerca" de la Tierra.
A algo más de un millón y medio de kilómetros de nuestro planeta.
Para darse una idea, la Luna está a 363,258 kilómetros de distancia promedio en el perigeo (cuando está más cerca). O sea, que si vemos a Toutatis desde la Luna, está a más de un millón cien mil kilómetros más allá.
Cerca no es, menos aún para hacernos pensar en una "colisión".
Pero el peso pesado de la incultura irresponsable e interesada de México, Jaime Maussán, lleva un rato sugiriendo que Toutatis puede chocar contra la Tierra. Que el paso del asteroide es como si nos pasara una bala a 5 centímetros de la cabeza. Tal estupidez se ha colado en la televisión mexicana y ha prendido su semilla en Internet, en numerosos sitios de cero credibilidad y seriedad en el rango de los números negativos. Por supuesto, los astrónomos de verdad han tenido que distraerse de sus actividades de investigación para poner en su lugar tamaña asnada.
(Si Maussán no hace más escándalo, reviviendo su eterno papel del mediopollito del cuento que me contaba mi abuela gritando "¡El cielo se está cayendo!" es seguramente porque está un tanto quemado por el desastre de su última "predicción" sobre cosas horribles que iban a ocurrir el año pasado.)
Pero en la paginilla en la que Maussán mercadea ovnis y otras pamplinas (incluido el derecho a ser parte de su grupo "Los vigilantes", por un módico precio, claro que yes), se publica un artículo en el que se dice que, hablando de asteroides, "el que mas tiene preocupado a los científicos es el Asteroide llamado TOUTATIS, el cual pasara cerca de la tierra en el 2004, si sigue su trayectoria pasara a 643737.6 Km de la Tierra, pero el problema es que no tiene una trayectoria definida y cambia constantemente, eso lo esta haciendo un gran riesgo".
Bien, la falta de acentos, la torpeza en la redacción y la falta absoluta de conocimiento del lenguaje es algo evidente en el tal "Ethan Rodrigo" que firma ese trozo de basura. Pero para empezar sus números son falsos y la preocupación de sus astrónomos imaginarios es inexistente. Para terminar, todo lo demás es mentira (cuando no plagio, se fusilaron unas capturas de pantalla de una bonita herramienta en Java para ver la trayectoria de Toutatis).
Pero me interesó saber a qué distancia pasaría realmente Toutatis si al símil cabeza=Tierra fuera algo más que una invención desvergonzada de la maussanería acéfala.
La tierra mide 40,000 kilómetros de circunferencia. Mi cabeza, que calculo que es promedio porque acepta sombreros normales, mide 60 cm de circunferencia. Usando la regla de tres (que es realmente lo único que uso de mis años de matemáticas), tengo que cuarenta mil kilómetros son a un millón y medio de kilómetros lo que 60 centímetros son a x.
Obviando el proceso aritmético, me salen 22.5 metros. Algo más que cinco centímetros. Exactamente 22 metros con 45 centímetros más. Ya después, haciendo trampa y buscando en Internet a alguien más que haya hecho la cuenta, Toutatis en esa escala no mide lo que una bala, sino lo que un grano de polvo.
Ni una regla de tres saben hacer y andan desentrañando los "misterios" del universo. Les creemos, oh sí, les creemos.
(No se pierda esta página de los amigos de Alfa, grupo astronómico de Monterrey, México, dedicado a poner en evidencia con más conocimiento de causa, mejores matemáticas y modotes un poco menos bruscos, las burradas de Jaime Maussán.)
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septiembre 29, 2004
septiembre 27, 2004
Anónimos de la secta de Hamer
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Recibimos un mensaje anónimo retándonos a "publicarlo" y en el cual se habla de "verificaciones imparciales" de las orateces del racista paleonazi y delincuente convicto Geerd Ryke Hamer, a las que llama pretenciosamente "tesis", y sobre las que incluye la dirección URL... ¡del propio sitio en español que promueve y defiende las groseras locuras de Geerd Ryke Hamer!
¿Verificaciones imparciales? ¿Por parte de los propios militantes de la secta?
Ajá, sí.
Y pide esto en nombre de mi "objetividad periodística".
Y tiene el infinito descaro de pedírmelo cuando ellos, en aras de su subjetividad peligrosa jamás mencionan en su sitio con ninguna seriedad las críticas realizadas contra las perjudiciales locuras de Hamer, como no sea para calificarlas de "persecución" contra su gurú (el síndrome Galileo de todos estos locos), sin mencionar ni de paso a las víctimas de la insanía de Hamer ni señalar cómo las terapias con bases científicas han salvado a probables víctimas de la esquizofrenia del lunático ex-médico.
Es decir, estos miserables sectarios quieren un espacio aquí cuando en sus lamentables sitios de promoción de orateces no dan ningún lugar a ninguna duda sobre los delirios de su gurú.
Entiéndase entonces que, si ofrecemos su URL, no es por "objetividad periodística", sino para que los visitantes de este blog vean con sus propios ojos el despliegue de esquizofrenia paranoide atroz que se exhibe en ese sitio. Los exhibimos porque es preferible que este tipo de gente esté donde todos los puedan ver, aireando sus barbaridades, en vez de estar conjurando en la oscuridad.
Las cosas se hacen de frente y a cara descubierta, poniendo los huevitos o los ovarios por delante, no retando desde la cómoda seguridad del anonimato.
Eso se llama cobardía.
(Los sectarios suelen ser cobardes.)
Si algo tienen que decir, cuando menos deberían hacerlo con el mínimo valor cívico y la estatura moral para decir quién lo dice.
Lo lógico sería que, primero, estos sectarios publicaran en su sitio delirante las críticas a las locuras de su gurú y después tendrían alguna base y autoridad moral para pedir que los críticos publiquen sus rollos y sus solicitudes de dinero para impedir que Hamer vaya a Francia a cumplir una condena que ya está dada en firme por un juez francés.
En el sitio "free-news" también se publican cartas del demente mayor y guía de la secta, Geerd Ryke Hamer, con sus delirios antisemitas, racistas y paranoides, donde acusa a los judíos de genocidio (el mundo al revés) y de tratar de asesinarlo, en el más puro estilo del antisemitismo más tradicional, sin ofrecer, claro, prueba alguna (búsquese en Google la teoría de la "gran mentira" de Joseph Goebbels).
El sitio se disfraza con el engañoso nombre de "free-news" (noticias libres) cuando no tiene noticias ni libertad alguna. Pero en fin, ya que llaman a nuestra puerta, tratamos de averiguar quiénes son.
El sitio está alojado en "Pangea", proveedor de servicios de Internet de la federación de ONG "Comunicacio per la cooperacio" y que da acceso a Internet a otras ONG, en general organizaciones pacifistas, ecologistas, en favor de los derechos de la mujer y antiprejuicios. Pero en el registro del sitio "free-news.org" aparece una persona de Pangea y de Comunicacio per la cooperacio, no alguien responsable de las barbaridades que se publican en el sitio.
Para remate, su dirección de correo electrónico no está en el dominio "free-news.org", sino que es una igualmente anónima dirección en el dominio yahoo.es.
Le escribimos a los responsables de Pangea preguntando quién es la persona que aparece como contacto administrativo de "free-news.org", y rápidamente nos responden que tal persona "no es miembro , ni representante ni tiene ninguna relación con la organización FreeNews", que "es miembro de Pangea y figura como contacto en el registro del dominio como representante de Pangea por que ese dominio está alojado en los servidores de Pangea pero no por ninguna relación con la organización FreeNews".
O sea, el ánimo anonimista, cobarde y subterráneo de los promotores de las alucinaciones de Geerd Ryke Hamer es tal que tampoco dan la cara como dueños de su dominio en Internet, sino que para ello usan (incorrectamente, hay que aclararlo) a un miembro de su ISP.
Le preguntamos también a la gente de Pangea: "en tal sitio, el ex-médico y actualmente detenido por una euro-orden debido a su fuga de Francia, Geerd Ryke Hamer, hace graves acusaciones a "los judíos", en piezas epistolares que destilan antisemitismo, racismo, delirios de persecución y acusaciones de genocidio, ¿están al tanto de este contenido Pangea y Comunicacio per la cooperacio? En caso afirmativo, ¿se puede considerar que la promoción del racismo antisemita es parte de la actividad de vuestra organización?"
La respuesta fue: "Respecto a lo que comentas en tu otro mail sobre las declaraciones antisemitas, etc que aparecen en la web, te agradeceriamos que nos indicaras la url exacta donde aparecen. Pangea no se responsabiliza, ni censura los contenidos de las webs de sus usuarios/as pero tampoco permite que se pongan cierto tipo de contenidos. Ahora que nos has puesto en conocimiento de este tema, la asamblea de Pangea ha decidido comprobar la información que facilites y enviar un aviso a los responsables de FreeNews sobre este tema."
Les respondimos señalando las URL de las cuatro cartas en las que Geerd Ryke (o Rike) Hamer exhibe su paranoia, sus delirios, su esquizofrenia y su insostenible y delirante acusación de que "las logias masónicas" de "médicos judíos" están cometiendo un "crimen" ya que atienden a los judíos con la locura de la "Nueva Medicina" de Hamer mientras a los no-judíos los están "masacrando" y "torturando" con terapias anticancerosas.
Cuatro cartas que están en el sitio "free-news.org" bajo el subtítulo La nueva medicina en hospitales sionistas, sección que ha sido sin duda el deleite de muchos fanáticos.
No contentos con eso, por supuesto, en free-news.org promueven la teorías igualmente no comprobada de que el SIDA no está causado por el VIH.
Pero ojo, no promovemos que los censuren ni los callen, déjenlos allí, sólo queremos saber quién está detrás de esta red de mentiras, membretes y anonimidad. Los fanáticos expuestos al aire son bastante menos dañinos que los que se cuecen a fuego lento en la clandestinidad. Y éstos, hasta demostración en contrario, son una secta clandestina.
(No podía dejar de aparecer en este entramado el omnipresente de las creencias económicamente rentables, Javier Sierra y su revista Más allá de la ciencia, que ha dado espacio en sus páginas a la defensa de las terapias asesinas de Hamer en un artículo de un Antonio Muro [promotor de otras formas de curanderismo como el famoso "aceite de Lorenzo"], a Stefan Lanka [otro gurú de free-news que afirma que el SIDA se cura "convenciendo" al enfermo de que está sano} entrevistado por el misterioso Alfonso Serra Gallego, a Mirko y Monique Beljanski [supuestos descubridores de las no menos misteriosas "sustancias Beljanski" para "curar" el cáncer y el SIDA] y a otros que comparten esa visión racista a la que parece tan afecta la revista de Javier Sierra: antisemitismo al estilo de 1939, odio a los pueblos de colores "incorrectos" promoviendo las creencias de Von Däniken y el contacto con extraterrestres rubios, y lucha denodada para impedir que los sidóticos africanos [en su gran mayoría negros] tengan acceso a un tratamiento efectivo.)
Curioso, diría un jesuita.
Recibimos un mensaje anónimo retándonos a "publicarlo" y en el cual se habla de "verificaciones imparciales" de las orateces del racista paleonazi y delincuente convicto Geerd Ryke Hamer, a las que llama pretenciosamente "tesis", y sobre las que incluye la dirección URL... ¡del propio sitio en español que promueve y defiende las groseras locuras de Geerd Ryke Hamer!
¿Verificaciones imparciales? ¿Por parte de los propios militantes de la secta?
Ajá, sí.
Y pide esto en nombre de mi "objetividad periodística".
Y tiene el infinito descaro de pedírmelo cuando ellos, en aras de su subjetividad peligrosa jamás mencionan en su sitio con ninguna seriedad las críticas realizadas contra las perjudiciales locuras de Hamer, como no sea para calificarlas de "persecución" contra su gurú (el síndrome Galileo de todos estos locos), sin mencionar ni de paso a las víctimas de la insanía de Hamer ni señalar cómo las terapias con bases científicas han salvado a probables víctimas de la esquizofrenia del lunático ex-médico.
Es decir, estos miserables sectarios quieren un espacio aquí cuando en sus lamentables sitios de promoción de orateces no dan ningún lugar a ninguna duda sobre los delirios de su gurú.
Entiéndase entonces que, si ofrecemos su URL, no es por "objetividad periodística", sino para que los visitantes de este blog vean con sus propios ojos el despliegue de esquizofrenia paranoide atroz que se exhibe en ese sitio. Los exhibimos porque es preferible que este tipo de gente esté donde todos los puedan ver, aireando sus barbaridades, en vez de estar conjurando en la oscuridad.
Las cosas se hacen de frente y a cara descubierta, poniendo los huevitos o los ovarios por delante, no retando desde la cómoda seguridad del anonimato.
Eso se llama cobardía.
(Los sectarios suelen ser cobardes.)
Si algo tienen que decir, cuando menos deberían hacerlo con el mínimo valor cívico y la estatura moral para decir quién lo dice.
Lo lógico sería que, primero, estos sectarios publicaran en su sitio delirante las críticas a las locuras de su gurú y después tendrían alguna base y autoridad moral para pedir que los críticos publiquen sus rollos y sus solicitudes de dinero para impedir que Hamer vaya a Francia a cumplir una condena que ya está dada en firme por un juez francés.
En el sitio "free-news" también se publican cartas del demente mayor y guía de la secta, Geerd Ryke Hamer, con sus delirios antisemitas, racistas y paranoides, donde acusa a los judíos de genocidio (el mundo al revés) y de tratar de asesinarlo, en el más puro estilo del antisemitismo más tradicional, sin ofrecer, claro, prueba alguna (búsquese en Google la teoría de la "gran mentira" de Joseph Goebbels).
El sitio se disfraza con el engañoso nombre de "free-news" (noticias libres) cuando no tiene noticias ni libertad alguna. Pero en fin, ya que llaman a nuestra puerta, tratamos de averiguar quiénes son.
El sitio está alojado en "Pangea", proveedor de servicios de Internet de la federación de ONG "Comunicacio per la cooperacio" y que da acceso a Internet a otras ONG, en general organizaciones pacifistas, ecologistas, en favor de los derechos de la mujer y antiprejuicios. Pero en el registro del sitio "free-news.org" aparece una persona de Pangea y de Comunicacio per la cooperacio, no alguien responsable de las barbaridades que se publican en el sitio.
Para remate, su dirección de correo electrónico no está en el dominio "free-news.org", sino que es una igualmente anónima dirección en el dominio yahoo.es.
Le escribimos a los responsables de Pangea preguntando quién es la persona que aparece como contacto administrativo de "free-news.org", y rápidamente nos responden que tal persona "no es miembro , ni representante ni tiene ninguna relación con la organización FreeNews", que "es miembro de Pangea y figura como contacto en el registro del dominio como representante de Pangea por que ese dominio está alojado en los servidores de Pangea pero no por ninguna relación con la organización FreeNews".
O sea, el ánimo anonimista, cobarde y subterráneo de los promotores de las alucinaciones de Geerd Ryke Hamer es tal que tampoco dan la cara como dueños de su dominio en Internet, sino que para ello usan (incorrectamente, hay que aclararlo) a un miembro de su ISP.
Le preguntamos también a la gente de Pangea: "en tal sitio, el ex-médico y actualmente detenido por una euro-orden debido a su fuga de Francia, Geerd Ryke Hamer, hace graves acusaciones a "los judíos", en piezas epistolares que destilan antisemitismo, racismo, delirios de persecución y acusaciones de genocidio, ¿están al tanto de este contenido Pangea y Comunicacio per la cooperacio? En caso afirmativo, ¿se puede considerar que la promoción del racismo antisemita es parte de la actividad de vuestra organización?"
La respuesta fue: "Respecto a lo que comentas en tu otro mail sobre las declaraciones antisemitas, etc que aparecen en la web, te agradeceriamos que nos indicaras la url exacta donde aparecen. Pangea no se responsabiliza, ni censura los contenidos de las webs de sus usuarios/as pero tampoco permite que se pongan cierto tipo de contenidos. Ahora que nos has puesto en conocimiento de este tema, la asamblea de Pangea ha decidido comprobar la información que facilites y enviar un aviso a los responsables de FreeNews sobre este tema."
Les respondimos señalando las URL de las cuatro cartas en las que Geerd Ryke (o Rike) Hamer exhibe su paranoia, sus delirios, su esquizofrenia y su insostenible y delirante acusación de que "las logias masónicas" de "médicos judíos" están cometiendo un "crimen" ya que atienden a los judíos con la locura de la "Nueva Medicina" de Hamer mientras a los no-judíos los están "masacrando" y "torturando" con terapias anticancerosas.
Cuatro cartas que están en el sitio "free-news.org" bajo el subtítulo La nueva medicina en hospitales sionistas, sección que ha sido sin duda el deleite de muchos fanáticos.
No contentos con eso, por supuesto, en free-news.org promueven la teorías igualmente no comprobada de que el SIDA no está causado por el VIH.
Pero ojo, no promovemos que los censuren ni los callen, déjenlos allí, sólo queremos saber quién está detrás de esta red de mentiras, membretes y anonimidad. Los fanáticos expuestos al aire son bastante menos dañinos que los que se cuecen a fuego lento en la clandestinidad. Y éstos, hasta demostración en contrario, son una secta clandestina.
(No podía dejar de aparecer en este entramado el omnipresente de las creencias económicamente rentables, Javier Sierra y su revista Más allá de la ciencia, que ha dado espacio en sus páginas a la defensa de las terapias asesinas de Hamer en un artículo de un Antonio Muro [promotor de otras formas de curanderismo como el famoso "aceite de Lorenzo"], a Stefan Lanka [otro gurú de free-news que afirma que el SIDA se cura "convenciendo" al enfermo de que está sano} entrevistado por el misterioso Alfonso Serra Gallego, a Mirko y Monique Beljanski [supuestos descubridores de las no menos misteriosas "sustancias Beljanski" para "curar" el cáncer y el SIDA] y a otros que comparten esa visión racista a la que parece tan afecta la revista de Javier Sierra: antisemitismo al estilo de 1939, odio a los pueblos de colores "incorrectos" promoviendo las creencias de Von Däniken y el contacto con extraterrestres rubios, y lucha denodada para impedir que los sidóticos africanos [en su gran mayoría negros] tengan acceso a un tratamiento efectivo.)
Curioso, diría un jesuita.
septiembre 19, 2004
Pedacería I: RHOI, Geerd Ryke Hamer, Pedro Amorós
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A lo largo del tiempo nos quedan cabos sueltos, minucias, datos sueltos, información urgente o interesante que no da para una entrada completa del blog, que reuniremos en pedacerías que haremos de cuando en cuando.
El pasado 7 de septiembre se cumplieron 150 días desde que en este blog explicamos el cuento del "fantasma" de la película Tres hombres y un bebé y demostramos que uno de sus "ovnis" es un "ovi", una nube lenticular.
La altisonante "Red Hispana de Ocultismo en Internet" se dio debidamente por enterada de estas pruebas insultándome con vigor, mostrando una impotencia propia de niños malcriados en edad de preescolar y soltando en su foro de amiguetes todo tipo de ofensas, sugerencias que lindan con lo delictivo respecto a mi desempeño profesional y hasta el delirio de que este blog había muerto para dejarlos hacerse patos en paz.
Lo que no han hecho en estos 150 días los cuatro gatos del RHOI, demostrando el nulo nivel moral y ético de sus integrantes, es quitar las fotografías y rollitos demostradamente mendaces, engañabobos y falsarios de su sitio Web. Allí, en el mamarrachesco sitio Web de "El predicador" registrado a nombre de Javier Blanco Rubio, siguen las fotos de sus nubes disfrazadas de naves intergalácticas (arriba a la derecha) así como la foto del "fantasma" de cartón de la película (última abajo).
Así son los supuestos "investigadores" estos: dicen que "buscan la verdad", pero cuando la verdad no se ajusta a los dogmas supersticiosos a los que se adscriben con alma fanática, se hacen pendejos y siguen difundiendo descaradas mentiras. Una rica y variada mezcla de cinismo, hipocresía, deshonestidad intelectual y bajeza moral típica del mundo de la paranormalología.
Ante el bienvenido arresto del peligrosísimo charlatán médico Geerd Ryke Hamer en Málaga, hicimos un breve artículo sobre las andanzas de este lunático.
Lo que no sabíamos y que Fernando L. Frías devela en un artículo de lectura indispensable en El escéptico digital es que entre las brillantes teorías del lunático alemán está la de que la medicina con bases científicas es un "complot" de los médicos judíos para acabar con la humanidad y quedarse solitos con el planeta. Este giro nazifascista y racista (nada raro en el mundillo desaforado éste, como lo señalábamos al analizar las teorías racistas de Erich Von Däniken (o von Daniken)) revela un nuevo nivel de peligrosidad de este personaje. El artículo igualmente habla de la presencia en España de sectarios de Hamer que al menos ya han conseguido la muerte de un paciente de cáncer.
El sitio Inexplicado, propiedad también de Pedro Amorós Sogorb sigue ofreciendo a sus víctimas los cursillos mendaces y de dudosa legalidad que se le había obligado a Amorós a quitar del sitio de "el" SEIP, como se puede ver aquí. Son los mismos cursos, es la misma página de antes, incluso dice que son las "licenciaturas" y "másters" de "el" SEIP, que se siguen ofertando sin más. (Aclara, sí, en letra pequeñita, que son estudios sin ninguna validez académica, pero los sigue llamando "licenciaturas" y "masters".)
Ah, pillín.
Y, siguiendo con el negocio que dice no tener, ofrece la venta de publicidad en el sitio, a precios muy módicos, hay que admitirlo, y por ende allí se anuncian desde negocios legítimos como proveedores de servicio de Internet o el diario Alacant Express hasta otros megacharlatanazos, incluida una agencia de viajes a sitios místicos y una bruja-adivina llamada "Gina Key".
Ah, pillín.
Cierto, parece que la página está muerta desde hace tres años, o al menos no la actualiza desde entonces, pero eso no importa. Las invitaciones a poner dinero de verdad en manos de este personaje siguen allí, ahora alejadas de "el" SEIP. Y es que son varios los sitios Web que tiene este personaje, en todos contando las mismas trolas y tratando de atraer incautos. Además de la página de "el" SEIP e Inexplicado tiene al menos además psicofonías.com donde también le da con todo entusiasmo a la autopromoción.
A lo largo del tiempo nos quedan cabos sueltos, minucias, datos sueltos, información urgente o interesante que no da para una entrada completa del blog, que reuniremos en pedacerías que haremos de cuando en cuando.
La tozudez de los inhóspitos parajes morales de la RHOI
El pasado 7 de septiembre se cumplieron 150 días desde que en este blog explicamos el cuento del "fantasma" de la película Tres hombres y un bebé y demostramos que uno de sus "ovnis" es un "ovi", una nube lenticular.
La altisonante "Red Hispana de Ocultismo en Internet" se dio debidamente por enterada de estas pruebas insultándome con vigor, mostrando una impotencia propia de niños malcriados en edad de preescolar y soltando en su foro de amiguetes todo tipo de ofensas, sugerencias que lindan con lo delictivo respecto a mi desempeño profesional y hasta el delirio de que este blog había muerto para dejarlos hacerse patos en paz.
Lo que no han hecho en estos 150 días los cuatro gatos del RHOI, demostrando el nulo nivel moral y ético de sus integrantes, es quitar las fotografías y rollitos demostradamente mendaces, engañabobos y falsarios de su sitio Web. Allí, en el mamarrachesco sitio Web de "El predicador" registrado a nombre de Javier Blanco Rubio, siguen las fotos de sus nubes disfrazadas de naves intergalácticas (arriba a la derecha) así como la foto del "fantasma" de cartón de la película (última abajo).
Así son los supuestos "investigadores" estos: dicen que "buscan la verdad", pero cuando la verdad no se ajusta a los dogmas supersticiosos a los que se adscriben con alma fanática, se hacen pendejos y siguen difundiendo descaradas mentiras. Una rica y variada mezcla de cinismo, hipocresía, deshonestidad intelectual y bajeza moral típica del mundo de la paranormalología.
Datos aún más alarmantes sobre Geerd Ryke Hamer
Ante el bienvenido arresto del peligrosísimo charlatán médico Geerd Ryke Hamer en Málaga, hicimos un breve artículo sobre las andanzas de este lunático.
Lo que no sabíamos y que Fernando L. Frías devela en un artículo de lectura indispensable en El escéptico digital es que entre las brillantes teorías del lunático alemán está la de que la medicina con bases científicas es un "complot" de los médicos judíos para acabar con la humanidad y quedarse solitos con el planeta. Este giro nazifascista y racista (nada raro en el mundillo desaforado éste, como lo señalábamos al analizar las teorías racistas de Erich Von Däniken (o von Daniken)) revela un nuevo nivel de peligrosidad de este personaje. El artículo igualmente habla de la presencia en España de sectarios de Hamer que al menos ya han conseguido la muerte de un paciente de cáncer.
Los cursillos de "el" SEIP y los sitios Web de Pedro Amorós
El sitio Inexplicado, propiedad también de Pedro Amorós Sogorb sigue ofreciendo a sus víctimas los cursillos mendaces y de dudosa legalidad que se le había obligado a Amorós a quitar del sitio de "el" SEIP, como se puede ver aquí. Son los mismos cursos, es la misma página de antes, incluso dice que son las "licenciaturas" y "másters" de "el" SEIP, que se siguen ofertando sin más. (Aclara, sí, en letra pequeñita, que son estudios sin ninguna validez académica, pero los sigue llamando "licenciaturas" y "masters".)
Ah, pillín.
Y, siguiendo con el negocio que dice no tener, ofrece la venta de publicidad en el sitio, a precios muy módicos, hay que admitirlo, y por ende allí se anuncian desde negocios legítimos como proveedores de servicio de Internet o el diario Alacant Express hasta otros megacharlatanazos, incluida una agencia de viajes a sitios místicos y una bruja-adivina llamada "Gina Key".
Ah, pillín.
Cierto, parece que la página está muerta desde hace tres años, o al menos no la actualiza desde entonces, pero eso no importa. Las invitaciones a poner dinero de verdad en manos de este personaje siguen allí, ahora alejadas de "el" SEIP. Y es que son varios los sitios Web que tiene este personaje, en todos contando las mismas trolas y tratando de atraer incautos. Además de la página de "el" SEIP e Inexplicado tiene al menos además psicofonías.com donde también le da con todo entusiasmo a la autopromoción.
septiembre 18, 2004
Cámaras Kirlian: se llama electricidad
Las fotografías Kirlian son verdaderamente asombrosas. O al menos asombrosamente bonitas. Alrededor de los objetos "kirlianografiados" (vaya palabreja) se ve claramente energía, relampagueantes rayos con atractivos colores que rodean al objeto fotografiado... ¿cómo puede alguien dudar que lo que se está fotografiando es energía?
Caramba, si hasta parece electricidad.
¿Será porque es electricidad?
¿Acaso el cuerpo humano "tiene electricidad"?
Pues no.
Es que, para tomar una fotografía Kirlian, se dispara sobre el sujeto y sobre la placa fotográfica una descarga eléctrica de elevadísimo voltaje y baja potencia (o amperaje).
Y los tarados se asombran de que la electricidad se vea en las fotos y que, para remate, parezca electricidad.
¿Qué esperaban? ¿Paisajes impresionistas?
Cuando le cuentan a usted la bonita fábula de las fotos Kirlian, las cámaras Kirlian, la kirliangrafía o cualquier nombrejo que se les ocurra para sonar más esotericones, generalmente los chupapitos omiten este pequeño detalle: la "cámara" es una placa conectada a un transformador llamado "bobina de Tesla", sobre la que se pone la película o papel fotográfico y encima un vidrio sobre el que se pone el objeto a kirlanografiar. Se dispara la corriente eléctrica y voilá, tenemos una foto del disparo eléctrico.
Y es que si cuentan que se aplican decenas de miles de voltios para tomar la foto asombrosa, el asombro disminuye. Vaya, el que se asuste de esto es porque nunca ha visto un relámpago. Los seres humanos astutos (y no sujetos a tratamiento siquiátrico intenso, internados en una celda acolchonadita y con una camisa de mangas largas, largas) saben que las descargas eléctricas se ven. Eso que ni qué.
En el caso de las fotografías Kirlian, lo que se ve en las fotos es el efecto llamado "de corona", que se define según la facultad de ingeniería de la Universidad Nacional de la Plata como "el conjunto de fenómenos ligados a la aparición de conductividad de un gas (aire) en la proximidad de un conductor sometido a alta tensión".
O sea, tenemos una placa fotográfica que registra luz visible (y parte de la luz no visible), tenemos un conductor (el objeto que se pone sobre la placa fotográfica) y tenemos alta tensión (mínimo 10 mil voltios, pero se ve más bonito y apantallatontos con unos 25 mil o 40 mil voltios). Alrededor del conductor sometido a alta tensión, el aire se vuelve conductivo y provoca la descarga que tanto desorientó a Semyon Kirlian en 1939.
Otro ejemplo bonito del efecto corona conseguido con una bobina de Tesla son las bolas de rayos que se venden como novedades y decoración. Es el mismo principio y los rayitos y colorines son obviamente similares. En ambos casos, el gas entre dos superficies se carga y se vuelve conductor dando lugar a un despliegue atractivo que no tiene ningún significado místico.
Lo dice con claridad Terence Hines en su libro Pseudoscience and paranormal:
Los seres vivos... están húmedos. Cuando la electricidad entra en un objeto viviente, produce un área de ionización de gas alrededor del objeto fotografiado, siempre que haya humedad presente en el objeto. Esta humedad se transfiere del sujeto a la superficie de la emulsión de la película fotográfica y causa una alteración en el patrón de carga eléctrica de la película. Si se toma una fotografía en el vacío, donde no hay gas ionizado presente, no aparece ninguna imagen Kirlian. Si la imagen Kirlian se debiera a algún campo energético viviente fundamental paranormal, no debería desaparecer en un sencillo vacío.
Esta triste realidad, que la "maravilla esotérico aural etérica-bioenergeticoplasmática psi" kirlianosa es la foto de una corona eléctrica, ya la admiten algunos de los tragabalas que durante años dijeron que el efecto corona y el "efecto Kirlian" eran dos cosas distintas (ahora dicen la mentira de que el efeto corona de todos modos revela el estado de la bioenergía bioplasmática o algo así, basados en que se les ocurrió. Aunque todavía quedan tarambanas que dicen barbaridades del tenor de que ambos efectos aparecen juntos, dependen uno del otro, pero son distintos (lo que nunca dicen es cómo diferenciar el efecto corona del hipotético "efecto Kirlian"; suponemos que se hace telepáticamente).
Ah, pero nos dicen que las fotos Kirlian son algo más asombroso. Si uno pone una hoja, le toma una foto, arranca la mitad de la hoja, pone la otra mitad en la placa de vidrio y toma otra foto, aparece misteriosamente la imagen fantasmal de la mitad cortada de la hoja (ulular de ultratumba y rechinido de puertas centenarias).
Sí, eso pasa... pero al parecer sólo si uno usa el mismo vidrio que la primera vez, lo que deja clarísimo que la mitad "fantasma" es un residuo que deja la hoja completa de la primera foto en el vidrio. Si uno va y cambia el vidrio (control científico que nunca se le ha ocurrido a un kirlianópata), ¡el fantasma desaparece! (A todo esto, los investigadores serios no han logrado nunca reproducir el fenómeno, por lo que también puede tratarse trata sencillamente de fraudes, que no son nada infrecuentes en el mundo misticoide.)
Pero las afirmaciones kirlianorates van más allá. Don Semyon Kirlian, por ejemplo, hizo fotos a hojas "sanas" y a hojas "enfermas" (no sabemos cómo las diferenciaba pero le creemos, oh sí, le creemos) y ¡el resultado era distinto! Concluyó, sin pensarlo mucho, que estaba fotografiando el cambio de una hoja del estado sano al estado enfermo, y por tanto a don Semyon, que era superimaginativo, se le ocurrió que eso podría estar fotografiando no la electricidad, sino "el campo energético de la hoja" (otra vez ulular de ultratumba aunque un poco menos convencido, y el chirriar de la puerta centenaria pero como si ya le hubiera caído una gota de 3 en 1).
Lástima que don Semyon y su señora esposa no dejaran notas sobre una cosita que se llama "control de variables" y que es esencial para tener resultados científicos confiables y repetibles.
El mentado "control de variables" es verdaderamente el coco (o el hombre del saco, si usted vive en España) de los esotéricos, de modo que viene al caso explicar qué carajos es.
Supongamos que usted quiere determinar si una sustancia, a la que llamaremos "preparado kirlianizado" hace que a las ratas se les caiga el pelo. Usemos dos grupos de ratas. A las del primer grupo se les dará diariamente a fuerzas una dosis potente del preparado kirlianizado (que seguramente sabe a rayos), pero además les daremos de comer poco, las mantendremos estresadas con la emisión incesante de la canción del verano y las azotaremos contra la pared un par de veces al día. A las del segundo grupo se les deja en santa paz. Supongamos que al primer grupo de ratas se le cae el pelo a mechones al cabo de dos meses. ¿Sería lógico salir corriendo sin ropa por la calle como Arquímedes gritando "Eureka, eureka, el preparado kirlianizado es el culpable de la caída del pelo en las ratas"?
Obviamente no.
Lo que usted ha tenido son muchas variables en acción, y cualquiera de ellas, o todas interactuando, o alguna combinación de ellas, pueden ser responsables del cambio observado (yo me decantaría porque la canción del verano sería la culpable más probable de la calvicie roedora, pero faltan datos).
Un experimento científico mínimamente aseado necesita que el experimentador controle todas las variables: temperatura, humedad, nivel de ruido ambiente, iluminación, alimentación de los sujetos (si se trata de seres vivos), etc., etc. Al hacer constantes las variables y sólo permitiendo que haya una única variable en el experimento, se puede suponer con alguna certeza que esa variable es muy probablemente la responsable de los cambios observados.
Eso es el control de variables.
Don Semyon y doña Valentina, por poner un caso, no anotaron si la hoja sana y la enferma tenían alguna otra diferencia, por ejemplo, que una tuviera mayor contenido de agua que la otra, que hubiera habido una variación de temperatura entre ambas fotos, si ambas tenían la misma cantidad de nutrientes o contaminantes conductores o aislantes de la electricidad, si ambas se colocaron contra la placa fotográfica con exactamente la misma presión, y si tal presión era uniforme, etc. No lo hicieron porque no sabían un carajo de método experimental, él era electricista y ella periodista.
Dicho de otro modo, las variaciones que observaron los señores Kirlian se podían deber a un montón de causas que ellos, que como científicos al parecer eran una pifia monumental (o porque querían tener razón), no anotaron. Ni lo tomaron en cuenta.
Con los años se ha observado que muchos elementos influyen en el aspecto de una fotografía Kirlian: la conductividad eléctrica del sujeto (persona, perro, hoja de árbol o moneda, porque las monedas de cobre parecen tener un aura sanísima), la presión que se aplica, la presencia o no de una conexión a tierra (o sea, su "kirlianografía", "efluviografía" o "aurorretratito" cambiará brutalmente si trae usted zapatos de piel mojados a si trae zapatos deportivos con suela de hule, goma o caucho), la temperatura, la presión barométrica y cualquier variación en el voltaje empleado. Un equipo de físicos y psicólogos de la Universidad de Drexel hizo un largo y minucioso estudio de varios años del "efecto Kirlian", concluyendo que de las 25 variables identificadas que influyen en las imágenes Kirlian, la más importante, la que más influye en el resultado, es la cantidad de humedad presente en el objeto.
Y por tanto los causantes de los colorcitos cambiantes y la longitud de los rayos de la corona no son "la enfermedad y la salud", "el karma bueno y el karma malvado", "el equilibrio bioenergético" ni ninguna ensoñación por el estilo (el ulular de ultratumba se convierte en un cántico de superchería cavernaria y la puerta se abre y se cierra sin rechinar, mostrando que en la habitación de junto no hay fantasmas, auras, energía chi, orgón ni zarandajas por el estilo).
Porque, la verdad, más allá de la explicación de qué son las imágenes Kirlian y de entender cómo se producen (tarea a la que nunca se dedicaron los charlatanes en más de medio siglo), pasar de dichas imágenes a decir que lo que muestran es "el aura" de varias tradiciones religiosas es francamente un salto cuántico injustificable... para la gente pensante, no para el que cobra por "ver auras", claro.
Es decir, por un lado tenemos un fenómeno (las imágenes que se provocan cuando se usa un aparato Kirlian) y por otro tenemos a una parvada de lunáticos que con calzador y por la fuerza han querido identificar cualquier cosa que se esté fotografiando con las más diversas supersticiones primitivas a las que se adscriben (y por las que cobran). Y, es evidente, nunca explican en qué se basan para identificar la electricidad de las fotos Kirlian con el aura y esas cosas.
Por supuesto que los colorines que se le atribuyen al aura (colorines que sólo pueden ver, o eso dicen, algunos tipos que se nos presentan como sobrehumanos cuando son simples timadorcillos) no se relacionan para nada con los colorines que se ven en las imágenes Kirlian. Nadie ha sistematizado un verdadero significado a los colores e intensidad de las "efluviografías" Kirlian, aparte de los expertos de Drexel, claro, los odiados científicos.
Y todo sin contar con que no sólo no se ha demostrado que el "aura" exista, sino que es muy fácil demostrar que los charlatanes que dicen ver el aura mienten como publicistas de detergente (el sencillo experimento para desenmascararlos lo publicamos en esta entrada dedicada al "Castillo de las mentes prodigiosas", soberana burrada televisual ya casi olvidada).
Con la charlatanografía Kirlian se cumple una de las leyes fundamentales de la paranormalología, y que llamamos "Ley de la capilaridad de la imbecilidad" (si jugáramos en su equipo la llamaríamos "primera ley universal de Mauricio" o alguna mamada solipsista similar) o "Ley de universalización de la estupidez" y que dice así: "Toda afirmación de una pseudociencia será rápidamente puesta al servicio de todas las pseudociencias y esoteriqueces".
Según la ley de la capilaridad de la imbecilidad, todos los paranormalólogos tocan todos los temas: fantasmas, ovnis, fotos kirlian, círculos de cosechas, telepatía, telequinesis, dermoóptica, hipnosis, curanderismos varios, supuestas civilizaciones desaparecidas (o sea, la Atlántida y Lemuria), astroarqueología, religiones orientalistas, astrología, zahorismo y una ristra adicional de cuentos para dormir a los niños y zumbarle a sus cuentas bancarias mientras roncan.
En el mundo real, el conocimiento es tan vasto que la gente tiene que especializarse. Ningún gran paleontólogo es también un cosmólogo de primer orden. Ningún neurocirujano magistral es también un investigador geológico. Pero en el mundo de la paranormalología, todo el que empezó por una cosa se ha multiplicado en "experto en parasicología", lo cual quiere decir que le hace a todo sin preocuparse, al fin que el "conocimiento" real en estos temas es harto limitado y da tiempo para ser psicófono, ovnílogo, fantasmólogo, hipnoterapeuta, astrólogo, zahorí y criptozóologo, por mencionar sólo lo que se nos ocurre a estas altas horas de la madrugada.
Y, por supuesto, los hipnólogos, los curanderos, los ufólogos u ovnílogos y todo tipo de orates han echado mano de la fotografía Kirlian para aumentar su negocito.
El otro hecho, clarísimo para cualquiera que no tenga los ojos tapiados con ejemplares de la revista Más allá (de la cordura) y las orejas obturadas con emisiones de Milenio 3, es que entre 1939 y hoy por la mañana, la ciencia ha descubierto y creado numerosísimas formas de diagnóstico verdaderamente impresionantes (eso son misterios, vaya) que salvan vidas y mejoran la calidad de la existencia de miles y miles de seres humanos, desde los análisis de sangre hasta el mapeo del ADN humano, desde la tomografía axial computarizada hasta la resonancia magnética, desde el ultrasonido hasta la gastroscopía.
Y en estos largos 65 años en los cuales multitud de desocupados han tomado una y otra vez las mismas imágenes kirlian (a eso le llaman "investigar", demostrando cuán poca comprensión del término tienen), todavía no se ha podido demostrar que tal práctica sirva para detectar con ningún grado de certeza ninguna afección conocida.
Pero, claro, a cambio de algún resultado levemente útil, lo que sí pueden hacer es venderle una cámara Kirlian en 400 euros (para que "investigue"), por no decir que hay numerosos chamanes de sexta clase dispuestos a tomarle a usted una foto Kirlian de las manos para "diagnosticarle" algunos inquietantes "desequilibrios energéticos" y "curárselos" con alguna poción que, misteriosamente, sólo ellos tienen.
Las fotografías Kirlian son verdaderamente asombrosas, pero lo son más las tonterías y mentiras que se cuentan sobre ellas.
Foto Wikimedia Commons |
¿Será porque es electricidad?
¿Acaso el cuerpo humano "tiene electricidad"?
Pues no.
Es que, para tomar una fotografía Kirlian, se dispara sobre el sujeto y sobre la placa fotográfica una descarga eléctrica de elevadísimo voltaje y baja potencia (o amperaje).
Y los tarados se asombran de que la electricidad se vea en las fotos y que, para remate, parezca electricidad.
¿Qué esperaban? ¿Paisajes impresionistas?
Cuando le cuentan a usted la bonita fábula de las fotos Kirlian, las cámaras Kirlian, la kirliangrafía o cualquier nombrejo que se les ocurra para sonar más esotericones, generalmente los chupapitos omiten este pequeño detalle: la "cámara" es una placa conectada a un transformador llamado "bobina de Tesla", sobre la que se pone la película o papel fotográfico y encima un vidrio sobre el que se pone el objeto a kirlanografiar. Se dispara la corriente eléctrica y voilá, tenemos una foto del disparo eléctrico.
Y es que si cuentan que se aplican decenas de miles de voltios para tomar la foto asombrosa, el asombro disminuye. Vaya, el que se asuste de esto es porque nunca ha visto un relámpago. Los seres humanos astutos (y no sujetos a tratamiento siquiátrico intenso, internados en una celda acolchonadita y con una camisa de mangas largas, largas) saben que las descargas eléctricas se ven. Eso que ni qué.
En el caso de las fotografías Kirlian, lo que se ve en las fotos es el efecto llamado "de corona", que se define según la facultad de ingeniería de la Universidad Nacional de la Plata como "el conjunto de fenómenos ligados a la aparición de conductividad de un gas (aire) en la proximidad de un conductor sometido a alta tensión".
O sea, tenemos una placa fotográfica que registra luz visible (y parte de la luz no visible), tenemos un conductor (el objeto que se pone sobre la placa fotográfica) y tenemos alta tensión (mínimo 10 mil voltios, pero se ve más bonito y apantallatontos con unos 25 mil o 40 mil voltios). Alrededor del conductor sometido a alta tensión, el aire se vuelve conductivo y provoca la descarga que tanto desorientó a Semyon Kirlian en 1939.
Otro ejemplo bonito del efecto corona conseguido con una bobina de Tesla son las bolas de rayos que se venden como novedades y decoración. Es el mismo principio y los rayitos y colorines son obviamente similares. En ambos casos, el gas entre dos superficies se carga y se vuelve conductor dando lugar a un despliegue atractivo que no tiene ningún significado místico.
Lo dice con claridad Terence Hines en su libro Pseudoscience and paranormal:
Los seres vivos... están húmedos. Cuando la electricidad entra en un objeto viviente, produce un área de ionización de gas alrededor del objeto fotografiado, siempre que haya humedad presente en el objeto. Esta humedad se transfiere del sujeto a la superficie de la emulsión de la película fotográfica y causa una alteración en el patrón de carga eléctrica de la película. Si se toma una fotografía en el vacío, donde no hay gas ionizado presente, no aparece ninguna imagen Kirlian. Si la imagen Kirlian se debiera a algún campo energético viviente fundamental paranormal, no debería desaparecer en un sencillo vacío.
Esta triste realidad, que la "maravilla esotérico aural etérica-bioenergeticoplasmática psi" kirlianosa es la foto de una corona eléctrica, ya la admiten algunos de los tragabalas que durante años dijeron que el efecto corona y el "efecto Kirlian" eran dos cosas distintas (ahora dicen la mentira de que el efeto corona de todos modos revela el estado de la bioenergía bioplasmática o algo así, basados en que se les ocurrió. Aunque todavía quedan tarambanas que dicen barbaridades del tenor de que ambos efectos aparecen juntos, dependen uno del otro, pero son distintos (lo que nunca dicen es cómo diferenciar el efecto corona del hipotético "efecto Kirlian"; suponemos que se hace telepáticamente).
Ah, pero nos dicen que las fotos Kirlian son algo más asombroso. Si uno pone una hoja, le toma una foto, arranca la mitad de la hoja, pone la otra mitad en la placa de vidrio y toma otra foto, aparece misteriosamente la imagen fantasmal de la mitad cortada de la hoja (ulular de ultratumba y rechinido de puertas centenarias).
Sí, eso pasa... pero al parecer sólo si uno usa el mismo vidrio que la primera vez, lo que deja clarísimo que la mitad "fantasma" es un residuo que deja la hoja completa de la primera foto en el vidrio. Si uno va y cambia el vidrio (control científico que nunca se le ha ocurrido a un kirlianópata), ¡el fantasma desaparece! (A todo esto, los investigadores serios no han logrado nunca reproducir el fenómeno, por lo que también puede tratarse trata sencillamente de fraudes, que no son nada infrecuentes en el mundo misticoide.)
Pero las afirmaciones kirlianorates van más allá. Don Semyon Kirlian, por ejemplo, hizo fotos a hojas "sanas" y a hojas "enfermas" (no sabemos cómo las diferenciaba pero le creemos, oh sí, le creemos) y ¡el resultado era distinto! Concluyó, sin pensarlo mucho, que estaba fotografiando el cambio de una hoja del estado sano al estado enfermo, y por tanto a don Semyon, que era superimaginativo, se le ocurrió que eso podría estar fotografiando no la electricidad, sino "el campo energético de la hoja" (otra vez ulular de ultratumba aunque un poco menos convencido, y el chirriar de la puerta centenaria pero como si ya le hubiera caído una gota de 3 en 1).
Lástima que don Semyon y su señora esposa no dejaran notas sobre una cosita que se llama "control de variables" y que es esencial para tener resultados científicos confiables y repetibles.
El mentado "control de variables" es verdaderamente el coco (o el hombre del saco, si usted vive en España) de los esotéricos, de modo que viene al caso explicar qué carajos es.
Supongamos que usted quiere determinar si una sustancia, a la que llamaremos "preparado kirlianizado" hace que a las ratas se les caiga el pelo. Usemos dos grupos de ratas. A las del primer grupo se les dará diariamente a fuerzas una dosis potente del preparado kirlianizado (que seguramente sabe a rayos), pero además les daremos de comer poco, las mantendremos estresadas con la emisión incesante de la canción del verano y las azotaremos contra la pared un par de veces al día. A las del segundo grupo se les deja en santa paz. Supongamos que al primer grupo de ratas se le cae el pelo a mechones al cabo de dos meses. ¿Sería lógico salir corriendo sin ropa por la calle como Arquímedes gritando "Eureka, eureka, el preparado kirlianizado es el culpable de la caída del pelo en las ratas"?
Obviamente no.
Lo que usted ha tenido son muchas variables en acción, y cualquiera de ellas, o todas interactuando, o alguna combinación de ellas, pueden ser responsables del cambio observado (yo me decantaría porque la canción del verano sería la culpable más probable de la calvicie roedora, pero faltan datos).
Un experimento científico mínimamente aseado necesita que el experimentador controle todas las variables: temperatura, humedad, nivel de ruido ambiente, iluminación, alimentación de los sujetos (si se trata de seres vivos), etc., etc. Al hacer constantes las variables y sólo permitiendo que haya una única variable en el experimento, se puede suponer con alguna certeza que esa variable es muy probablemente la responsable de los cambios observados.
Eso es el control de variables.
Don Semyon y doña Valentina, por poner un caso, no anotaron si la hoja sana y la enferma tenían alguna otra diferencia, por ejemplo, que una tuviera mayor contenido de agua que la otra, que hubiera habido una variación de temperatura entre ambas fotos, si ambas tenían la misma cantidad de nutrientes o contaminantes conductores o aislantes de la electricidad, si ambas se colocaron contra la placa fotográfica con exactamente la misma presión, y si tal presión era uniforme, etc. No lo hicieron porque no sabían un carajo de método experimental, él era electricista y ella periodista.
Dicho de otro modo, las variaciones que observaron los señores Kirlian se podían deber a un montón de causas que ellos, que como científicos al parecer eran una pifia monumental (o porque querían tener razón), no anotaron. Ni lo tomaron en cuenta.
Con los años se ha observado que muchos elementos influyen en el aspecto de una fotografía Kirlian: la conductividad eléctrica del sujeto (persona, perro, hoja de árbol o moneda, porque las monedas de cobre parecen tener un aura sanísima), la presión que se aplica, la presencia o no de una conexión a tierra (o sea, su "kirlianografía", "efluviografía" o "aurorretratito" cambiará brutalmente si trae usted zapatos de piel mojados a si trae zapatos deportivos con suela de hule, goma o caucho), la temperatura, la presión barométrica y cualquier variación en el voltaje empleado. Un equipo de físicos y psicólogos de la Universidad de Drexel hizo un largo y minucioso estudio de varios años del "efecto Kirlian", concluyendo que de las 25 variables identificadas que influyen en las imágenes Kirlian, la más importante, la que más influye en el resultado, es la cantidad de humedad presente en el objeto.
Y por tanto los causantes de los colorcitos cambiantes y la longitud de los rayos de la corona no son "la enfermedad y la salud", "el karma bueno y el karma malvado", "el equilibrio bioenergético" ni ninguna ensoñación por el estilo (el ulular de ultratumba se convierte en un cántico de superchería cavernaria y la puerta se abre y se cierra sin rechinar, mostrando que en la habitación de junto no hay fantasmas, auras, energía chi, orgón ni zarandajas por el estilo).
Porque, la verdad, más allá de la explicación de qué son las imágenes Kirlian y de entender cómo se producen (tarea a la que nunca se dedicaron los charlatanes en más de medio siglo), pasar de dichas imágenes a decir que lo que muestran es "el aura" de varias tradiciones religiosas es francamente un salto cuántico injustificable... para la gente pensante, no para el que cobra por "ver auras", claro.
Es decir, por un lado tenemos un fenómeno (las imágenes que se provocan cuando se usa un aparato Kirlian) y por otro tenemos a una parvada de lunáticos que con calzador y por la fuerza han querido identificar cualquier cosa que se esté fotografiando con las más diversas supersticiones primitivas a las que se adscriben (y por las que cobran). Y, es evidente, nunca explican en qué se basan para identificar la electricidad de las fotos Kirlian con el aura y esas cosas.
Por supuesto que los colorines que se le atribuyen al aura (colorines que sólo pueden ver, o eso dicen, algunos tipos que se nos presentan como sobrehumanos cuando son simples timadorcillos) no se relacionan para nada con los colorines que se ven en las imágenes Kirlian. Nadie ha sistematizado un verdadero significado a los colores e intensidad de las "efluviografías" Kirlian, aparte de los expertos de Drexel, claro, los odiados científicos.
Y todo sin contar con que no sólo no se ha demostrado que el "aura" exista, sino que es muy fácil demostrar que los charlatanes que dicen ver el aura mienten como publicistas de detergente (el sencillo experimento para desenmascararlos lo publicamos en esta entrada dedicada al "Castillo de las mentes prodigiosas", soberana burrada televisual ya casi olvidada).
Con la charlatanografía Kirlian se cumple una de las leyes fundamentales de la paranormalología, y que llamamos "Ley de la capilaridad de la imbecilidad" (si jugáramos en su equipo la llamaríamos "primera ley universal de Mauricio" o alguna mamada solipsista similar) o "Ley de universalización de la estupidez" y que dice así: "Toda afirmación de una pseudociencia será rápidamente puesta al servicio de todas las pseudociencias y esoteriqueces".
Según la ley de la capilaridad de la imbecilidad, todos los paranormalólogos tocan todos los temas: fantasmas, ovnis, fotos kirlian, círculos de cosechas, telepatía, telequinesis, dermoóptica, hipnosis, curanderismos varios, supuestas civilizaciones desaparecidas (o sea, la Atlántida y Lemuria), astroarqueología, religiones orientalistas, astrología, zahorismo y una ristra adicional de cuentos para dormir a los niños y zumbarle a sus cuentas bancarias mientras roncan.
En el mundo real, el conocimiento es tan vasto que la gente tiene que especializarse. Ningún gran paleontólogo es también un cosmólogo de primer orden. Ningún neurocirujano magistral es también un investigador geológico. Pero en el mundo de la paranormalología, todo el que empezó por una cosa se ha multiplicado en "experto en parasicología", lo cual quiere decir que le hace a todo sin preocuparse, al fin que el "conocimiento" real en estos temas es harto limitado y da tiempo para ser psicófono, ovnílogo, fantasmólogo, hipnoterapeuta, astrólogo, zahorí y criptozóologo, por mencionar sólo lo que se nos ocurre a estas altas horas de la madrugada.
Y, por supuesto, los hipnólogos, los curanderos, los ufólogos u ovnílogos y todo tipo de orates han echado mano de la fotografía Kirlian para aumentar su negocito.
El otro hecho, clarísimo para cualquiera que no tenga los ojos tapiados con ejemplares de la revista Más allá (de la cordura) y las orejas obturadas con emisiones de Milenio 3, es que entre 1939 y hoy por la mañana, la ciencia ha descubierto y creado numerosísimas formas de diagnóstico verdaderamente impresionantes (eso son misterios, vaya) que salvan vidas y mejoran la calidad de la existencia de miles y miles de seres humanos, desde los análisis de sangre hasta el mapeo del ADN humano, desde la tomografía axial computarizada hasta la resonancia magnética, desde el ultrasonido hasta la gastroscopía.
Y en estos largos 65 años en los cuales multitud de desocupados han tomado una y otra vez las mismas imágenes kirlian (a eso le llaman "investigar", demostrando cuán poca comprensión del término tienen), todavía no se ha podido demostrar que tal práctica sirva para detectar con ningún grado de certeza ninguna afección conocida.
Pero, claro, a cambio de algún resultado levemente útil, lo que sí pueden hacer es venderle una cámara Kirlian en 400 euros (para que "investigue"), por no decir que hay numerosos chamanes de sexta clase dispuestos a tomarle a usted una foto Kirlian de las manos para "diagnosticarle" algunos inquietantes "desequilibrios energéticos" y "curárselos" con alguna poción que, misteriosamente, sólo ellos tienen.
Las fotografías Kirlian son verdaderamente asombrosas, pero lo son más las tonterías y mentiras que se cuentan sobre ellas.
septiembre 17, 2004
La ignorancia de la farmacopea "natural"
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Poca cosa: vaya usted de inmediato, corriendo a ver el nuevo post de Girl in black (blog en español, no se asuste), intitulado Farmacopeas naturalmente imprecisas para conocer un ejemplo preciso de cómo las "terapias naturales", si no pasan por un estudio serio, científico y acucioso, pueden dar resultados opuestos entre sí. Una joyita.
Poca cosa: vaya usted de inmediato, corriendo a ver el nuevo post de Girl in black (blog en español, no se asuste), intitulado Farmacopeas naturalmente imprecisas para conocer un ejemplo preciso de cómo las "terapias naturales", si no pasan por un estudio serio, científico y acucioso, pueden dar resultados opuestos entre sí. Una joyita.
septiembre 13, 2004
Uno, a cumplir condena. Los demás, ¿cuándo?
Una buena noticia nos regala La razón digital el pasado sábado 11: el notorio y peligrosísimo charlatán médico Geerd Ryke Hamer fue arrestado el viernes atendiendo a una euro-orden de aprehensión para ser devuelto a Francia, de donde huyó tras ser condenado por práctica fraudulenta de la medicina.
El máximo logro de Hamer fue convencer, en 1995, a los padres de Olivia Pilhar, niña austríaca enferma de cáncer, a huir a España para "salvarla" de los médicos, jurándoles (mentirosamente) que el tumor renal que padecía la niña se habría disuelto solo gracias a las terapias del ahora médico brujo y del apoyo que recibiría de un anónimo "colega" español. Incluso tuvo que intervenir el entonces presidente austríaco, Thomas Klestil para que los fanatizados padres volvieran a Austria y "permitieran" que su hija fuera tratada médicamente. Hoy, Olivia Pilhar está curada. Sus padres fueron condenados por secuestro y puesta en peligro imprudente de su hija y recibieron condenas suspendidas.
Geerd Rike Hamer, como tantos de su calaña, se presentó al mundo como "investigador" (por supuesto, en este baile cualquier picapedrero de dice investigador en geología alternativa) y, claro que sí, como "víctima de la medicina oficial" y "perseguido por las multinacionales" (oh, sí, la "Inquisición" de burjíkerjiménez, los "intoxicadores" de brujuanjobenítez, los "perseguidores" de tanto brujo con ansias de exhibirse como víctima ante el rebaño al que trasquila puntualmente, los ególatras que se imaginan galileos cuando son simplemente los militantes de la Sociedad de la tierra plana con ansias de enriquecerse y poca disposición a ser cuestionados).
Hamer era un médico razonablemente profesional hasta que su hijo Dirk fue trágicamente asesinado. Poco después, Hamer desarrolla un cáncer de testículos y su esposa un cáncer incontrolado que al final la mata. Al parecer, es entonces que el doctor pierde relación con la realidad y decide que el cáncer es causado por "conflictos", con lo cual inventa una toda una teoría a la que llama "La nueva medicina" o, más modestamente, "La medicina sagrada". Según esto, toda enfermedad (ya no sólo el cáncer) comienza con un choque al que llama "Síndrome Dirk Hamer" por su hijo, este choque se refleja mágicamente en los "focos de Hamer" del cerebro (que nadie ha visto) y que provoca la enfermedad en el cuerpo según las "Cinco leyes de Hamer". Algunas joyas del desvarío de este personaje:
Todo lo que no es cáncer es equivalente al cáncer. Quiero hablar de todas las enfermedades existentes, a sabiendas de que lo que llamamos hoy en día enfermedad es siempre una fase de conflicto (activo o solucionado).
(...)
Las enfermedades no existen ni han existido nunca con el sentido que le dábamos. No son más que fases distintas del programa especial adecuado (SBS) concebido por la naturaleza.
(...)
Estas enfermedades, supuestamente infecciosas, estaban siempre precedidas por una fase de actividad conflictual y es únicamente una vez que se ha resuelto el conflicto cuando los microbios pueden entrar en acción. Y por supuesto, están activados y dirigidos por nuestro cerebro. Lejos de ser nuestros enemigos, son auxiliares nuestros en el sentido de que se llevan los escombros de las secuelas del cáncer una vez que el tumor, tras haber cumplido su misión, deja de ser útil.
La terapia recomendada por Hamer era "solucionar los conflictos".
Y ya. Nada más. Ni radioterapia ni quimioterapia ni antinflamatorios ni cirugía ni mucho menos antibióticos (que matan a nuestros amiguitos bonitos y salvadores como el estafilococo, el virus del SIDA, el bacilo de Koch, la endoameba histolítica, el virus de la rabia y otros encargados de "limpiarnos" cuando resolvemos los conflictos). Por supuesto, Hamer se alió de inmediato con la "medicina holística" y varias otras patrañas.
La teoría (subjetiva y no sometida jamás a un protocolo científico, pues después de todo Hamer era un clínico y no un investigador) es de ésas que Linus Pauling decía que "no estaban ni siquiera equivocadas". Ninguna de sus bases tiene ni la más remota relación con la realidad, y demostrar que son fantasías es tan fácil que da pena.
La presentación de tales desvaríos lleva a que lo echen de la universidad de Tübingen y después a que se le prohiba practicar la medicina en Francia, ante el grave peligro de que intentara tratar a pacientes cancerosos con terapia de buena vibra y pláticas de café mientras se le morían. Pasó a Alemania, donde en 1997 fue encarcelado por practicar incorrectamente la medicina y por temor de la jueza de que tal lamentable personaje se fugara a España.
Qué jueza más suspicaz, caramba.
Las razones de jueces y médicos son sólidas: es una irresponsabilidad criminal permitir que, sin investigación alguna, un sujeto al parecer enajenado impida que los enfermos reciban un tratamiento que sabemos que funciona y sabemos cómo funciona (y sabemos hasta dónde funciona y cuándo no lo hace), y los someta a una terapia mágica curalotodo cocinada en el vacío de la imaginación (otra cosa sería, claro, que hubiera habido experimentación, investigación, estudios serios y conclusiones basadas en lo objetivo más que en lo subjetivo).
Hamer procedió a hacerse la víctima y a rodearse de un grupo de seguidores que son considerados por muchos ni más ni menos que una secta. Y fueron las víctimas francesas de sectas las que lo ubicaron y provocaron que se emitiera la euro-orden puesta en práctica el viernes 10. No se sabe a cuántas personas han ayudado a matar los fanáticos de la "Nueva medicina", sólo se sabe que al menos una niña se les escapó.
Lo bueno de la noticia es que este personaje ya no podrá realizar sus prácticas con otras víctimas. Lo malo es que, como todas las charlatanerías, aún las más irracionales, tiene seguidores que se encargarán de que el daño siga haciéndose. Y muchos en España.
Lo que falta es que la judicatura española reconozca algún día que los curanderos, médicos brujos, sanadores y otros mercachifles del dolor ajeno están ejerciendo la medicina de manera irregular e inaceptable, escudados simplemente en que no se llaman a sí mismos "médicos" sino otras denominaciones, pero sobre todo sin el sustento de los mínimos conocimientos necesarios para poder ofrecer alguna probabilidad de ayudar a pacientes graves, y que los daños, perjuicios, dolor y muertes que presumiblemente causan son asunto grave de salud pública.
Todos en España pudimos ver, en un reportaje de cámara oculta, a ese personaje lamentable, farsantesco y peligrosísimo llamado Paco Porras atreviéndose a interpretar un TAC cerebral en su "consulta" e indicándole a una reportera disfrazada de paciente que no fuera a ver médicos, que no siguiera el tratamiento indicado por ellos y que se limitara a comerse los yerbajos y las vitaminas que el propio fantoche le vendió.
Y ningún juez, ninguna jueza, sintió que allí hubiera delito.
En la televisión vemos a mamarrachos como Manuel Carabantes afirmando que hace "curación reiki", a hipnotizadores que dicen que curan numerosas afecciones, a naturópatas que recomiendan conjuros ridículos a personas enfermas, a brujas que "pasan el agua" para solucionar problemas de salud. Y ningún juez, ninguna jueza, se acercan a ver si hay daño, si hay víctimas, si hay dolor, discapacidades provocadas, muertes, engaño, cobros indebidos o vulneración del elemental derecho humano al mejor cuidado de la salud posible según los conocimientos que pacientemente hemos acumulado en la historia del dolor humano.
Nosotros no somos juristas. Probablemente el curanderismo, la tarea de alejar a la gente de las posibilidades de obtener un cuidado de la salud profesional y correcto, no sea un delito en España.
La pregunta, claro, es ¿no debería serlo?
Porque en tal caso el problema no es de la judicatura, sino de un legislativo que no trasciende la idea de que estos personajes son parte del folklor mediático-populachero y no percibe el grave daño que provocan.
Mientras esta pregunta no se resuelva, ni siquiera tenemos modo de saber cuántas personas pierden calidad y cantidad de vida por entregarse en las manos de todo tipo de charlatanes sin escrúpulos, víctimas de la insanía o incluso de personas que honradamente creen que hacen el bien, lo cual no le sirve de nada a quienes caen en sus manos.
¿Nadie los va a llamar a cuentas nunca?
El máximo logro de Hamer fue convencer, en 1995, a los padres de Olivia Pilhar, niña austríaca enferma de cáncer, a huir a España para "salvarla" de los médicos, jurándoles (mentirosamente) que el tumor renal que padecía la niña se habría disuelto solo gracias a las terapias del ahora médico brujo y del apoyo que recibiría de un anónimo "colega" español. Incluso tuvo que intervenir el entonces presidente austríaco, Thomas Klestil para que los fanatizados padres volvieran a Austria y "permitieran" que su hija fuera tratada médicamente. Hoy, Olivia Pilhar está curada. Sus padres fueron condenados por secuestro y puesta en peligro imprudente de su hija y recibieron condenas suspendidas.
Geerd Rike Hamer, como tantos de su calaña, se presentó al mundo como "investigador" (por supuesto, en este baile cualquier picapedrero de dice investigador en geología alternativa) y, claro que sí, como "víctima de la medicina oficial" y "perseguido por las multinacionales" (oh, sí, la "Inquisición" de burjíkerjiménez, los "intoxicadores" de brujuanjobenítez, los "perseguidores" de tanto brujo con ansias de exhibirse como víctima ante el rebaño al que trasquila puntualmente, los ególatras que se imaginan galileos cuando son simplemente los militantes de la Sociedad de la tierra plana con ansias de enriquecerse y poca disposición a ser cuestionados).
Hamer era un médico razonablemente profesional hasta que su hijo Dirk fue trágicamente asesinado. Poco después, Hamer desarrolla un cáncer de testículos y su esposa un cáncer incontrolado que al final la mata. Al parecer, es entonces que el doctor pierde relación con la realidad y decide que el cáncer es causado por "conflictos", con lo cual inventa una toda una teoría a la que llama "La nueva medicina" o, más modestamente, "La medicina sagrada". Según esto, toda enfermedad (ya no sólo el cáncer) comienza con un choque al que llama "Síndrome Dirk Hamer" por su hijo, este choque se refleja mágicamente en los "focos de Hamer" del cerebro (que nadie ha visto) y que provoca la enfermedad en el cuerpo según las "Cinco leyes de Hamer". Algunas joyas del desvarío de este personaje:
Todo lo que no es cáncer es equivalente al cáncer. Quiero hablar de todas las enfermedades existentes, a sabiendas de que lo que llamamos hoy en día enfermedad es siempre una fase de conflicto (activo o solucionado).
(...)
Las enfermedades no existen ni han existido nunca con el sentido que le dábamos. No son más que fases distintas del programa especial adecuado (SBS) concebido por la naturaleza.
(...)
Estas enfermedades, supuestamente infecciosas, estaban siempre precedidas por una fase de actividad conflictual y es únicamente una vez que se ha resuelto el conflicto cuando los microbios pueden entrar en acción. Y por supuesto, están activados y dirigidos por nuestro cerebro. Lejos de ser nuestros enemigos, son auxiliares nuestros en el sentido de que se llevan los escombros de las secuelas del cáncer una vez que el tumor, tras haber cumplido su misión, deja de ser útil.
La terapia recomendada por Hamer era "solucionar los conflictos".
Y ya. Nada más. Ni radioterapia ni quimioterapia ni antinflamatorios ni cirugía ni mucho menos antibióticos (que matan a nuestros amiguitos bonitos y salvadores como el estafilococo, el virus del SIDA, el bacilo de Koch, la endoameba histolítica, el virus de la rabia y otros encargados de "limpiarnos" cuando resolvemos los conflictos). Por supuesto, Hamer se alió de inmediato con la "medicina holística" y varias otras patrañas.
La teoría (subjetiva y no sometida jamás a un protocolo científico, pues después de todo Hamer era un clínico y no un investigador) es de ésas que Linus Pauling decía que "no estaban ni siquiera equivocadas". Ninguna de sus bases tiene ni la más remota relación con la realidad, y demostrar que son fantasías es tan fácil que da pena.
La presentación de tales desvaríos lleva a que lo echen de la universidad de Tübingen y después a que se le prohiba practicar la medicina en Francia, ante el grave peligro de que intentara tratar a pacientes cancerosos con terapia de buena vibra y pláticas de café mientras se le morían. Pasó a Alemania, donde en 1997 fue encarcelado por practicar incorrectamente la medicina y por temor de la jueza de que tal lamentable personaje se fugara a España.
Qué jueza más suspicaz, caramba.
Las razones de jueces y médicos son sólidas: es una irresponsabilidad criminal permitir que, sin investigación alguna, un sujeto al parecer enajenado impida que los enfermos reciban un tratamiento que sabemos que funciona y sabemos cómo funciona (y sabemos hasta dónde funciona y cuándo no lo hace), y los someta a una terapia mágica curalotodo cocinada en el vacío de la imaginación (otra cosa sería, claro, que hubiera habido experimentación, investigación, estudios serios y conclusiones basadas en lo objetivo más que en lo subjetivo).
Hamer procedió a hacerse la víctima y a rodearse de un grupo de seguidores que son considerados por muchos ni más ni menos que una secta. Y fueron las víctimas francesas de sectas las que lo ubicaron y provocaron que se emitiera la euro-orden puesta en práctica el viernes 10. No se sabe a cuántas personas han ayudado a matar los fanáticos de la "Nueva medicina", sólo se sabe que al menos una niña se les escapó.
Lo bueno de la noticia es que este personaje ya no podrá realizar sus prácticas con otras víctimas. Lo malo es que, como todas las charlatanerías, aún las más irracionales, tiene seguidores que se encargarán de que el daño siga haciéndose. Y muchos en España.
Lo que falta es que la judicatura española reconozca algún día que los curanderos, médicos brujos, sanadores y otros mercachifles del dolor ajeno están ejerciendo la medicina de manera irregular e inaceptable, escudados simplemente en que no se llaman a sí mismos "médicos" sino otras denominaciones, pero sobre todo sin el sustento de los mínimos conocimientos necesarios para poder ofrecer alguna probabilidad de ayudar a pacientes graves, y que los daños, perjuicios, dolor y muertes que presumiblemente causan son asunto grave de salud pública.
Todos en España pudimos ver, en un reportaje de cámara oculta, a ese personaje lamentable, farsantesco y peligrosísimo llamado Paco Porras atreviéndose a interpretar un TAC cerebral en su "consulta" e indicándole a una reportera disfrazada de paciente que no fuera a ver médicos, que no siguiera el tratamiento indicado por ellos y que se limitara a comerse los yerbajos y las vitaminas que el propio fantoche le vendió.
Y ningún juez, ninguna jueza, sintió que allí hubiera delito.
En la televisión vemos a mamarrachos como Manuel Carabantes afirmando que hace "curación reiki", a hipnotizadores que dicen que curan numerosas afecciones, a naturópatas que recomiendan conjuros ridículos a personas enfermas, a brujas que "pasan el agua" para solucionar problemas de salud. Y ningún juez, ninguna jueza, se acercan a ver si hay daño, si hay víctimas, si hay dolor, discapacidades provocadas, muertes, engaño, cobros indebidos o vulneración del elemental derecho humano al mejor cuidado de la salud posible según los conocimientos que pacientemente hemos acumulado en la historia del dolor humano.
Nosotros no somos juristas. Probablemente el curanderismo, la tarea de alejar a la gente de las posibilidades de obtener un cuidado de la salud profesional y correcto, no sea un delito en España.
La pregunta, claro, es ¿no debería serlo?
Porque en tal caso el problema no es de la judicatura, sino de un legislativo que no trasciende la idea de que estos personajes son parte del folklor mediático-populachero y no percibe el grave daño que provocan.
Mientras esta pregunta no se resuelva, ni siquiera tenemos modo de saber cuántas personas pierden calidad y cantidad de vida por entregarse en las manos de todo tipo de charlatanes sin escrúpulos, víctimas de la insanía o incluso de personas que honradamente creen que hacen el bien, lo cual no le sirve de nada a quienes caen en sus manos.
¿Nadie los va a llamar a cuentas nunca?
septiembre 11, 2004
¿Quién se llevó la llave de la puerta dimensional?
_________________________________________
En el mundo de la paranormalología, nunca se puede demostrar que algo es falso.
Los paranormalólogos, en su incesante búsqueda de prestigio y dinero entre los ingenuos, repetirán todas las afirmacione cuya falsedad ya se ha demostrado, engañosamente ocultando las pruebas en su contra. Le enseñarán a un público poco avisado las fotos de Adamsky con "naves interplanetarias" confeccionadas con la tapa de una lavadora y tres pelotas, olvidando que Adamski decía que venían "de Venus" cuando hoy sabemos que no hay vida en Venus. Y las fotos de fantasmas más desprestigiadas. Hablan de espiritismo ocultando con toda mala fe la confesión de Margaret Fox, una de las iniciadoras. Hablan de las Hadas de Cottingley ocultando las pruebas del truco de las niñas.
Los creyentes sinceros no aceptan pruebas porque eso sería renunciar a su dogma. Los mercachifles profesionales las ocultan para mantener el negocio sano.
El supuesto "Triángulo de las Bermudas" es uno de esos misterios de feria que se resiste a morir pese a haberse demostrado que es falso como un Ferrari de veinte dólares.
Por ejemplo, en el amasijo de boberías llamado 100 enigmas del mundo, un tal Bruno Cardeñosa amontona junto a la "criptozoología", a los "poderes de la mente" (uno de los cuales, el de pensar, le fue negado a este personaje) y las "civilizaciones desaparecidas", le empuja al sufrido lector el supositorio mental del Triángulo de las Bermudas.
En un chat del canal Calle 13 celebrado el 21 de enero de 2004, el todoterreno de la necedad, Javier Sierra, escupe la siguiente teoría sobre "por qué ya no hay" desapariciones en el Triángulo de las Bermudas (como veremos, nunca las hubo): han disminuido espectacularmente tras la invención del GPS. Esta camama le gusta mucho al chavalote que ahora difunde estupideces en TeleMadrid, ya que la repite desde un "Encuentro digital" de El Mundo del 24 de abril de 2002, donde le preguntan: "Javier, ultimamente ya no se oyen desaparaciones en el triángulo de las Bermudas ¿Ha dejado de ser un punto caliente?¿Realmente crees que existia en sus aguas una base subterránea de OVNIS?" Hábilmente, Javieruco contesta: Quizás la invención del GPS ha tenido algo que ver y deja sin responder lo de la base "subterránea" (será submarina, digo yo), suponemos que para que el que quiera saberlo afloje los billetes y compre sus libracos.
Así es como no se explica un no misterio. Y el entrevistado se queda sonriente como el gato que se comió al canario.
El Pontífice Mayor del Gato por Liebre, Juan José Benítez, en otro "Encuentro digital" de El Mundo, éste del 5 de octubre de 2000, responde a la siguiente pregunta: "¿Por qué no sabemos la verdad acerca del Triángulo de las Bermudas (muertos, desaparecidos, misterios...)?" y nos ofrece esta no-respuesta igualmente invitadora al consumo de los escritos que él engendra: Sabemos muchas cosas, y están publicadas.
Es cierto, sabemos muchas cosas, y están publicadas. Lo que sabemos es que el misterio es falso. Y eso no lo ha publicado ningún javibrunojuanjo en ninguna de sus sesudas fabulillas. La razón es muy sencilla: no les conviene.
La historia del Triángulo de las Bermudas comienza cuando Charles Berlitz, un lingüista que no conocía el método científico ni en fotografía, se queda sin empleo en la empresa de su abuelo, la famosa cadena de academias de idiomas Berlitz. A los 60 años de edad, no se siente con ganas de trabajar, así que pesca historias de acá y de allá, inventa otras y realiza el parto de su libraco El triángulo de las Bermudas, mayúsula obra de la majadería mundial de la que vendió 14 millones de ejemplares y se tradujo a 22 idiomas (eso sí les debe dar envidia a Bruno, Javier y Juanjo).
Berlitz se despidió, presumiblemente carcajeándose de los 14 millones de inocentes a los que les vendió su historieta, pasando a mejor vida en diciembre de 2003.
Bueno, pero, ¿qué decía Berlitz?
Que había una enorme, pero verdaderamente enorme cantidad de barcos y aviones desaparecidos "en circunstancias misteriosas" en un triángulo delimitado por Bermuda, el extremo sur de Florida y Puerto Rico. Tan enorme que "no era explicable" por causas naturales y por tanto era "inexplicable por la ciencia", "misteriosa", "extraterrestre", "una perturbación magnética", "producto de secuestros de ovnis", "una puerta dimensional" o "evidencia de la actividad de los atlantes que aún viven echando burbujitas bajo el agua del triángulo".
El comienzo de este cuento fue la desaparición de una flotilla de cinco aviones bombarderos Avenger (el famoso "vuelo 19") en 1945. Se supone que desaparecieron en el triángulo de la vagancia de Charles Berlitz. Se supone que la desaparición fue "misteriosa". El único piloto experimentado de la flotilla era el teniente Charles Taylor, encargado de cuatro novatos que estaban aprendiendo a pilotear bombarderos. Y a partir de allí se han puesto a "investigar" los "investigadores".
Bueno no, eso no es cierto. Los farsantes "investigadores" han copiado las afirmaciones lelas de Berlitz y las han repetido con todo el espiritu cuestionador de un perico de pirata con todo y pirata. Pero también hay que reconocer que las "investigaciones" de Berlitz partieron de fusilarse a Vincent Gaddis e Ivan T. Sanderson, que en un número de 1964 de la revista de ficción Argosy incluso inventaron el término "Triángulo de las Bermudas", fusilándose antes a otros autores previos. Ladrón que roba a ladrón, etc.
Dieron tanta, pero tanta lata con su triángulo misterioso, que los investigadores (los de verdad) se pusieron a investigar y encontraron finalmente, en el fondo del mar, a los aviones Avenger desplomados, reconstruyendo con toda precisión los errores de navegación que cometió el comandante de la flotilla. Ahí están los aviones, a 300 km de Daytona Beach, a una profundidad de 230 metros. No se los llevaron los platillos voladores. No los secuestraron los atlantes. No pasaron por una puerta dimensional al más para allá de toda cordura. Están en el fondo del mar. Cayeron porque se les acabó el combustible, no por ningún influjo mágico. Se perdieron debido a poca visibilidad y a errores del comandante, que creía estar en el Golfo de México y andaba en el Atlántico más bien hacia el norte, fuera del "Triángulo de las Bermudas". Esto lo han demostrado verdaderos investigadores, no impostores como los brunujos, los brujavieres y los brujuanjos.
Y luego está la historia de que los aviones que salieron en busca de los Avenger también "desaparecieron" en el triángulo. Mentira. Se perdió uno, un Martin Mariner, pero no en el mar, sino que estalló a poco de despegar. Lo vieron muchos en la base. Los Martin Mariner eran famosos por tener problemas en los tanques de combustible, pero vaya, todavía estaba andando la Segunda Guerra Mundial y esas cosas pasan.
Ah, pero, dirá el crédulo que considera que Javier Sierra, pese a su aspecto y a su nula preparación científica, es una lumbrera de la investigación, hay otros muchos casos, ¿no?
No tantos. Exactamente los que se calcula que debería haber en una zona así de grande y de transitada, un área que mide la friolera de tres millones novecientos mil (3,900,000) kilómetros cuadrados.
Sí, cuando los acólitos de la fantochada hablan del triángulo en cuestión, sugieren que es una zona pequeña. Eso es parte de la engañifa. En un planeta de 510 millones de kilómetros cuadrados, el 0,8% es una superficie colosal. Para ubicarnos, pensemos que España tiene medio millón de kilómetros cuadrados de superficie y Argentina tiene dos millones 780 mil kilómetros cuadrados. La superficie de la que hablan estos freaks es enorme.
El astuto Charlie se despachó con la cuchara grande. Esos casi cuatro millones de kilómetros cuadrados están además en la zona con más barcos de recreo del mundo y por la que pasan todos los cargueros que van de Europa a Florida o Texas, más casi todos los que van de la Costa Este de los Estados Unidos a Europa, África y Suramérica, más todos los que parten de allí hacia Asia vía el canal de Panamá. Agréguese a esto una cantidad anual de vértigo de vuelos internacionales e intercontinentales hacia y desde varios de los más transitados aeropuertos de los EE.UU. Más las bases Eglin, MacDill y Tyndall de la fuerza aérea estadounidense y las estaciones navales Jacksonville y Mayport. Y todo ello en la zona por la que pasa la corriente del Golfo a una velocidad de casi 10 kilómetros por hora.
Hombre, ahí se han de hundir barcos y caer aviones, ¿no? Vaya, si no allí, ¿dónde?
Todo eso sin contar que ésa es la zona de los huracanes tropicales anuales. Todos los huracanes que laminan Cuba, que destrozan la Dominicana, que caen furibundos en Florida o incluso hacen blanco en Texas pasan por el triángulo de las Bermudas. Vaya, algún barco se hundirá por ahí cuando hay huracanes, supondría uno.
En realidad son aguas peligrosas, lo cual no es ningún misterio.
Pero, dice el crédulo, está el caso del submarino nuclear Scorpion que desapareció el 22 de mayo de 1968 en el triángulo de las Bermudas, ¿no?
Pues no. No desapareció. Se hundió. Y lo hizo 400 millas de las Azores (lejísimos del triángulo tontángulo). Los restos se encontraron en octubre de 1968. Ahí permanece. Se le monitorea constantemente porque debido a la profundidad en la que se encuentra no se han recuperado las cabezas nucleares que llevaba. Las causas del hundimiento fueron una reparación mal hecha. ¿Cuál misterio?
¿Pero el barco fantasma Mary Celeste no se encontró abandonado en el triángulo? Pues no. Se le encontró frente a Portugal, un poco apartado de la zona.
Con la estrategia clásica de cambiar de tema a la que son tan afectos los avechuchos del plumaje de los Benítez, pueden sacar un ejemplo tras otro de casos de desapariciones. Y, claro, si busca uno suficiente sí habrá alguna desaparición "misterioso" por cuanto que no se sabe exactamente dónde ni por qué se hundió. Pero eso pasa en cualquier punto de los siete mares sin que por ello se apersone en ella algún vivaracho a poner una caseta de cobro.
Por suerte hay investigadores de verdad como Larry Kusche, que se ocupó de tratar de encontrar la verdad tras el enredijo de patrañas de Berlitz y sus seguidores. Y lo que descubrió es que muchísimos casos citados por Berlitz sencillamente no existieron (números que no corresponden a ningún vuelo, nombres de barcos imaginarios), mientras que la gran mayoría de los demás ocurrieron fuera del triángulo famoso. Véase un escaneo bastante malo aquí, con atención especial a la "desaparición" que en realidad ocurrió en el océano Pacífico, frente a las costa mexicana entre Jalisco y Nayarit. Finalmente, la enorme mayoría de los casos reales de desapariciones estaban satisfactoriamente explicados.
Kusche escribió The Bermuda Triangle Mistery Solved (El misterio del triángulo de las Bermudas resuelto) con el resultado de sus investigaciones. Dicho libro obviamente no tuvo la difusión en los medios que se le dio al tabique de Berlitz y no ha sido muy mencionado en los panfletillos que perpetran los paranormalólogos más destacados y descarados.
¿Han disminuido las desapariciones debido al GPS, niño Sierra? ¿En 10%, el 63.89%? ¿Cuánto? ¿Lo sabes? ¿No será que las desapariciones no existieron nunca porque se inventaron para que Berlitz, tú y otros desvergonzados vendieran libritos, revistitas y otras chucherías a la gente de buena fe?
Y, ya metidos en eso, Javi, en buen plan, ¿cómo es que el GPS puede con capacidades mágicas verdaderamente de escándalo evitar secuestros de ovnis, eludir la tecnología de los atlantes, neutralizar los vórtices magnéticos misteriosos y escamotearte las llaves de las puertas dimensionales?
Creer todavía en el "misterio" del Triángulo de las Bermudas puede ser ignorancia o inocencia. Pero de los hechiceros que venden las mercancías del caso queda la sospecha de que son, sencillamente, unos sinvergüenzas.
En el mundo de la paranormalología, nunca se puede demostrar que algo es falso.
Los paranormalólogos, en su incesante búsqueda de prestigio y dinero entre los ingenuos, repetirán todas las afirmacione cuya falsedad ya se ha demostrado, engañosamente ocultando las pruebas en su contra. Le enseñarán a un público poco avisado las fotos de Adamsky con "naves interplanetarias" confeccionadas con la tapa de una lavadora y tres pelotas, olvidando que Adamski decía que venían "de Venus" cuando hoy sabemos que no hay vida en Venus. Y las fotos de fantasmas más desprestigiadas. Hablan de espiritismo ocultando con toda mala fe la confesión de Margaret Fox, una de las iniciadoras. Hablan de las Hadas de Cottingley ocultando las pruebas del truco de las niñas.
Los creyentes sinceros no aceptan pruebas porque eso sería renunciar a su dogma. Los mercachifles profesionales las ocultan para mantener el negocio sano.
El supuesto "Triángulo de las Bermudas" es uno de esos misterios de feria que se resiste a morir pese a haberse demostrado que es falso como un Ferrari de veinte dólares.
Por ejemplo, en el amasijo de boberías llamado 100 enigmas del mundo, un tal Bruno Cardeñosa amontona junto a la "criptozoología", a los "poderes de la mente" (uno de los cuales, el de pensar, le fue negado a este personaje) y las "civilizaciones desaparecidas", le empuja al sufrido lector el supositorio mental del Triángulo de las Bermudas.
En un chat del canal Calle 13 celebrado el 21 de enero de 2004, el todoterreno de la necedad, Javier Sierra, escupe la siguiente teoría sobre "por qué ya no hay" desapariciones en el Triángulo de las Bermudas (como veremos, nunca las hubo): han disminuido espectacularmente tras la invención del GPS. Esta camama le gusta mucho al chavalote que ahora difunde estupideces en TeleMadrid, ya que la repite desde un "Encuentro digital" de El Mundo del 24 de abril de 2002, donde le preguntan: "Javier, ultimamente ya no se oyen desaparaciones en el triángulo de las Bermudas ¿Ha dejado de ser un punto caliente?¿Realmente crees que existia en sus aguas una base subterránea de OVNIS?" Hábilmente, Javieruco contesta: Quizás la invención del GPS ha tenido algo que ver y deja sin responder lo de la base "subterránea" (será submarina, digo yo), suponemos que para que el que quiera saberlo afloje los billetes y compre sus libracos.
Así es como no se explica un no misterio. Y el entrevistado se queda sonriente como el gato que se comió al canario.
El Pontífice Mayor del Gato por Liebre, Juan José Benítez, en otro "Encuentro digital" de El Mundo, éste del 5 de octubre de 2000, responde a la siguiente pregunta: "¿Por qué no sabemos la verdad acerca del Triángulo de las Bermudas (muertos, desaparecidos, misterios...)?" y nos ofrece esta no-respuesta igualmente invitadora al consumo de los escritos que él engendra: Sabemos muchas cosas, y están publicadas.
Es cierto, sabemos muchas cosas, y están publicadas. Lo que sabemos es que el misterio es falso. Y eso no lo ha publicado ningún javibrunojuanjo en ninguna de sus sesudas fabulillas. La razón es muy sencilla: no les conviene.
La historia del Triángulo de las Bermudas comienza cuando Charles Berlitz, un lingüista que no conocía el método científico ni en fotografía, se queda sin empleo en la empresa de su abuelo, la famosa cadena de academias de idiomas Berlitz. A los 60 años de edad, no se siente con ganas de trabajar, así que pesca historias de acá y de allá, inventa otras y realiza el parto de su libraco El triángulo de las Bermudas, mayúsula obra de la majadería mundial de la que vendió 14 millones de ejemplares y se tradujo a 22 idiomas (eso sí les debe dar envidia a Bruno, Javier y Juanjo).
Berlitz se despidió, presumiblemente carcajeándose de los 14 millones de inocentes a los que les vendió su historieta, pasando a mejor vida en diciembre de 2003.
Bueno, pero, ¿qué decía Berlitz?
Que había una enorme, pero verdaderamente enorme cantidad de barcos y aviones desaparecidos "en circunstancias misteriosas" en un triángulo delimitado por Bermuda, el extremo sur de Florida y Puerto Rico. Tan enorme que "no era explicable" por causas naturales y por tanto era "inexplicable por la ciencia", "misteriosa", "extraterrestre", "una perturbación magnética", "producto de secuestros de ovnis", "una puerta dimensional" o "evidencia de la actividad de los atlantes que aún viven echando burbujitas bajo el agua del triángulo".
El comienzo de este cuento fue la desaparición de una flotilla de cinco aviones bombarderos Avenger (el famoso "vuelo 19") en 1945. Se supone que desaparecieron en el triángulo de la vagancia de Charles Berlitz. Se supone que la desaparición fue "misteriosa". El único piloto experimentado de la flotilla era el teniente Charles Taylor, encargado de cuatro novatos que estaban aprendiendo a pilotear bombarderos. Y a partir de allí se han puesto a "investigar" los "investigadores".
Bueno no, eso no es cierto. Los farsantes "investigadores" han copiado las afirmaciones lelas de Berlitz y las han repetido con todo el espiritu cuestionador de un perico de pirata con todo y pirata. Pero también hay que reconocer que las "investigaciones" de Berlitz partieron de fusilarse a Vincent Gaddis e Ivan T. Sanderson, que en un número de 1964 de la revista de ficción Argosy incluso inventaron el término "Triángulo de las Bermudas", fusilándose antes a otros autores previos. Ladrón que roba a ladrón, etc.
Dieron tanta, pero tanta lata con su triángulo misterioso, que los investigadores (los de verdad) se pusieron a investigar y encontraron finalmente, en el fondo del mar, a los aviones Avenger desplomados, reconstruyendo con toda precisión los errores de navegación que cometió el comandante de la flotilla. Ahí están los aviones, a 300 km de Daytona Beach, a una profundidad de 230 metros. No se los llevaron los platillos voladores. No los secuestraron los atlantes. No pasaron por una puerta dimensional al más para allá de toda cordura. Están en el fondo del mar. Cayeron porque se les acabó el combustible, no por ningún influjo mágico. Se perdieron debido a poca visibilidad y a errores del comandante, que creía estar en el Golfo de México y andaba en el Atlántico más bien hacia el norte, fuera del "Triángulo de las Bermudas". Esto lo han demostrado verdaderos investigadores, no impostores como los brunujos, los brujavieres y los brujuanjos.
Y luego está la historia de que los aviones que salieron en busca de los Avenger también "desaparecieron" en el triángulo. Mentira. Se perdió uno, un Martin Mariner, pero no en el mar, sino que estalló a poco de despegar. Lo vieron muchos en la base. Los Martin Mariner eran famosos por tener problemas en los tanques de combustible, pero vaya, todavía estaba andando la Segunda Guerra Mundial y esas cosas pasan.
Ah, pero, dirá el crédulo que considera que Javier Sierra, pese a su aspecto y a su nula preparación científica, es una lumbrera de la investigación, hay otros muchos casos, ¿no?
No tantos. Exactamente los que se calcula que debería haber en una zona así de grande y de transitada, un área que mide la friolera de tres millones novecientos mil (3,900,000) kilómetros cuadrados.
Sí, cuando los acólitos de la fantochada hablan del triángulo en cuestión, sugieren que es una zona pequeña. Eso es parte de la engañifa. En un planeta de 510 millones de kilómetros cuadrados, el 0,8% es una superficie colosal. Para ubicarnos, pensemos que España tiene medio millón de kilómetros cuadrados de superficie y Argentina tiene dos millones 780 mil kilómetros cuadrados. La superficie de la que hablan estos freaks es enorme.
El astuto Charlie se despachó con la cuchara grande. Esos casi cuatro millones de kilómetros cuadrados están además en la zona con más barcos de recreo del mundo y por la que pasan todos los cargueros que van de Europa a Florida o Texas, más casi todos los que van de la Costa Este de los Estados Unidos a Europa, África y Suramérica, más todos los que parten de allí hacia Asia vía el canal de Panamá. Agréguese a esto una cantidad anual de vértigo de vuelos internacionales e intercontinentales hacia y desde varios de los más transitados aeropuertos de los EE.UU. Más las bases Eglin, MacDill y Tyndall de la fuerza aérea estadounidense y las estaciones navales Jacksonville y Mayport. Y todo ello en la zona por la que pasa la corriente del Golfo a una velocidad de casi 10 kilómetros por hora.
Hombre, ahí se han de hundir barcos y caer aviones, ¿no? Vaya, si no allí, ¿dónde?
Todo eso sin contar que ésa es la zona de los huracanes tropicales anuales. Todos los huracanes que laminan Cuba, que destrozan la Dominicana, que caen furibundos en Florida o incluso hacen blanco en Texas pasan por el triángulo de las Bermudas. Vaya, algún barco se hundirá por ahí cuando hay huracanes, supondría uno.
En realidad son aguas peligrosas, lo cual no es ningún misterio.
Pero, dice el crédulo, está el caso del submarino nuclear Scorpion que desapareció el 22 de mayo de 1968 en el triángulo de las Bermudas, ¿no?
Pues no. No desapareció. Se hundió. Y lo hizo 400 millas de las Azores (lejísimos del triángulo tontángulo). Los restos se encontraron en octubre de 1968. Ahí permanece. Se le monitorea constantemente porque debido a la profundidad en la que se encuentra no se han recuperado las cabezas nucleares que llevaba. Las causas del hundimiento fueron una reparación mal hecha. ¿Cuál misterio?
¿Pero el barco fantasma Mary Celeste no se encontró abandonado en el triángulo? Pues no. Se le encontró frente a Portugal, un poco apartado de la zona.
Con la estrategia clásica de cambiar de tema a la que son tan afectos los avechuchos del plumaje de los Benítez, pueden sacar un ejemplo tras otro de casos de desapariciones. Y, claro, si busca uno suficiente sí habrá alguna desaparición "misterioso" por cuanto que no se sabe exactamente dónde ni por qué se hundió. Pero eso pasa en cualquier punto de los siete mares sin que por ello se apersone en ella algún vivaracho a poner una caseta de cobro.
Por suerte hay investigadores de verdad como Larry Kusche, que se ocupó de tratar de encontrar la verdad tras el enredijo de patrañas de Berlitz y sus seguidores. Y lo que descubrió es que muchísimos casos citados por Berlitz sencillamente no existieron (números que no corresponden a ningún vuelo, nombres de barcos imaginarios), mientras que la gran mayoría de los demás ocurrieron fuera del triángulo famoso. Véase un escaneo bastante malo aquí, con atención especial a la "desaparición" que en realidad ocurrió en el océano Pacífico, frente a las costa mexicana entre Jalisco y Nayarit. Finalmente, la enorme mayoría de los casos reales de desapariciones estaban satisfactoriamente explicados.
Kusche escribió The Bermuda Triangle Mistery Solved (El misterio del triángulo de las Bermudas resuelto) con el resultado de sus investigaciones. Dicho libro obviamente no tuvo la difusión en los medios que se le dio al tabique de Berlitz y no ha sido muy mencionado en los panfletillos que perpetran los paranormalólogos más destacados y descarados.
¿Han disminuido las desapariciones debido al GPS, niño Sierra? ¿En 10%, el 63.89%? ¿Cuánto? ¿Lo sabes? ¿No será que las desapariciones no existieron nunca porque se inventaron para que Berlitz, tú y otros desvergonzados vendieran libritos, revistitas y otras chucherías a la gente de buena fe?
Y, ya metidos en eso, Javi, en buen plan, ¿cómo es que el GPS puede con capacidades mágicas verdaderamente de escándalo evitar secuestros de ovnis, eludir la tecnología de los atlantes, neutralizar los vórtices magnéticos misteriosos y escamotearte las llaves de las puertas dimensionales?
Creer todavía en el "misterio" del Triángulo de las Bermudas puede ser ignorancia o inocencia. Pero de los hechiceros que venden las mercancías del caso queda la sospecha de que son, sencillamente, unos sinvergüenzas.
septiembre 07, 2004
El cuento de los "mensajes subliminales"
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Todo mundo conoce la historia: se supone que una vez, en quién sabe dónde, quién sabe quién hizo un experimento en quién sabe qué cine en el que, de cuando en cuando, se introdujo un cuadro en medio de quién sabe qué película diciéndole a la gente que tomara cocacola, o que tenía sed, o que comprara refrescos y palomitas; como resultado, los cinéfilos salieron supuestamente como enloquecidos en el intermedio a beber como camellos y a comer como náufragos.
A eso se le llamó "mensaje subliminal" porque el mensaje estaba por debajo del umbral (limen) de percepción de la gente. Dicho de otro modo, la gente no lo percibía conscientemente, pero tenía sus efectos porque supuestamente entraba en ese cerebro fantasma que se supone que tenemos y que es el "subconsciente", mangonéandolo a placer.
(Siempre me ha admirado que en ninguna lesión cerebral se afecte solamente el "subconsciente" de la víctima. Es decir, se supone que el "subconsciente" está allí, en el cerebro, pero es invulnerable como Supermán. Hay lesiones que afectan la vista, que también está allí, o la audición, o la capacidad de lenguaje, o la capacidad cognitiva, etc. Pero cuando alguien sufre un problema cerebral, nunca se lesiona únicamente el "subconsciente". Bueno, para el caso las lesiones cerebrales son siempre muy misteriosas. Por ejemplo, se repite constantemente en distintos medios y de manera acefálica la afirmación imaginaria de que sólo usamos el 10% de nuestra capacidad cerebral, pero nunca ha ocurrido que a alguien le den un tiro en la cabeza y el médico declare feliz: "Por suerte la bala sólo dañó el 90% del cerebro que no usa el paciente". Lo mismo pasa con el "inconsciente colectivo", por cierto, otro fantasmón, pero basta de paréntesis.)
Como tantas cosas maravillosas, asombrosas, misteriosas y ciertamente amenazantes de las que vive tanto artista del desfalco ajeno, ésta es una mentira.
Fue James Vicary, un asesor publicitario con ganas de tener más clientes y más billetes, y cuyo negocio andaba haciendo agua de fea manera por entonces, quien afirmó que en Ft. Lee, Nueva Jersey, en el verano de 1957, puso una máquina para disparar cada cinco segundos, durante la película Picnic, dos mensajes que sólo estaban en pantalla 1/3000 de segundo. Las dos frases eran "Tome Coca-Cola" y "¿Tiene hambre? Coma palomitas de maíz". Según Vicary, el resultado en seis semanas de experimento fue un aumento de 18.1% en las ventas de Coca-Cola y de un asombroso 57.8% en las de palomitas de maíz.
Resultados que hicieron que publicistas y psicólogos levantaran la ceja y fueran a ver qué había allí.
James Vicary inventó la frase "publicidad subliminal" y se puso a ganar dinero como "investigador" (al estilo de "investigadores" de polendas como Pedro Amorós, Juanjo Benítez, Danielito Muñoz y otros cabezas de chorlito). La "publicidad subliminal" causó un profundo miedo en los Estados Unidos. Algunos publicistas la usaron "por si pegaba" y pegara o no fue considerada inadecuada y prohibida.
Por entonces, Vance Packard escribió The hidden persuaders (Los persuasores ocultos), libro en el que advertía de los peligros de la publicidad y el cual la prensa relacionó con el cuento de Vicary. El libro de Packard tenía su miga y fue estudiado en numerosas universidades. La leyenda despegaba.
Al paso de los años, un investigador de verdad (de ésos que sacan de sus casillas a los fingidores mencionados en el paréntesis anterior), el doctor Henry Link, retó a Vicary a replicar el experimento (los experimentos científicos tienen esa característica: si no se pueden repetir, no sirven), a lo cual Vicary se vio más bien obligado. A regañadientes se repitió el experimento bajo controles y resultó (¡oh, sorpresa!) que no hubo ningún cambio en las ventas de refrescos ni de palomitas de maíz en el cine. Vicary confesó que, en realidad, se había inventado los resultados porque sonaban interesantes, mientras que la gente más inteligente cree que Vicary ni siquiera hizo el experimento, sencillamente lo inventó todo, quizá ayudado de un poco de mariguana y un litro de bourbon de dudosa calidad.
Otros varios experimentos conducidos, por ejemplo, por la televisión canadiense, demostraron lo mismo: la afirmación de Vicary era un cuento, un bulo, un invento, una patraña.
Por supuesto, los medios de comunicación que dedicaron largos artículos a la "publicidad subliminal" y los "expertazos" que disertaron largo y tendido sobre la "publicidad subliminal" no le dieron importancia a estas demostraciones ni a la confesión de Vicary, como los editores de panfletoides ovnilátricos que un día llamaron al caso del ovni de Puebla "el caso perfecto" y que no se han dignado mencionar a sus lectores que, bueno, en realidad ya se identificó el ovni y era la tercera etapa de un cohete soviético.
Así, la mayoría ni siquiera ha tenido oportunidad de enterarse de que todo es un cuento. La leyenda de la "publicidad subliminal" sigue así viva entre nosotros, y a punto de cumplir medio siglo gozando de buena salud.
En 1973, un tal doctor Wilson Bryan Key fue aún más allá. Al parecer presa de una obsesión sexual propia de un adolescente con las manos eternamente amarradas a la espalda, empezó a ver sugerencias sexuales en los lugares más raros, del mismo modo en que los pretenciosos especialistas en "psicoimágenes" ven caras en cualquier patrón aleatorio. Los hielos de un anuncio de un licor, según la afiebrada imaginación de Key, decían la palabra "sex" allá escondida hasta abajo, cerca del fondo del vaso. La pata delantera del camello que se usaba antes en los cigarrillos Camel era un tipo con el pito parado. Los agujeritos de las galletas Ritz decían "sex", y en el plato de almejas de un anuncio de un menú de la cadena Howard Johnson's, el calenturiento Key logró discernir toda una orgía.
Ni Freud, que para eso era todo un hacha.
Como algún crítico señalaba, en las pruebas sicólogicas de manchas amorfas Wilson B. Key sólo veía sexo y más sexo.
La teoría de Key era más jalada de los pelos que la de Vicary. Decía que los espectadores podían percibir esos "mensajes" ocultos (que sólo estaban en la cabecita puritana de Key), que dichos espectadores sin usar la razón enlazarían el sexo con tales productos y que, como robots de cuento malo (muy malo), comprarían tales productos en cantidades navegables.
Mientras se ocupaba de tan sesudas cuanto hiperhormonales disquisiciones, Wilson no alcanzó a darse cuenta de que el 100% de los anunciantes prefieren relacionar el sexo con sus productos de la manera más directa y supraliminal, incluso lindando en el mal gusto y en el ridículo. Si no, no habría tantas muchachas guapas, ligeras de indumentaria y sugerentes anunciando tantas cosas que no tienen nada que ver con el sexo. El profesor distraído no era tan tarado como Key, pues, que por ver orgías en platos de almejas no veía los anuncios pletóricos de rorras.
Los publicistas pronto descubrieron que la "publicidad subliminal" no servía y los psicólogos hicieron estudios en cantidad y de calidad suficiente como para determinar a ciencia cierta que, por un lado, era poco lo que la gente percibía realmente de los mensajes subliminales (o sea, el subconsciente no hacía acto de presencia) y, en segundo lugar, que dichos mensajes no tenían ningún efecto en la conducta, mucho menos el efecto mágico de atacar a don subconsciente y hacer de las personas títeres sin voluntad, que era la más pesada de las afirmaciones de estos papanatas.
Es decir, que hay alguna "percepción subliminal", pero lo que no existe es la "persuasión subliminal", es decir, la mágica capacidad de "ir directamente al subconsciente", como afirman los vendedores de este milagrito, y menos es verdad que tales mensajes impacten brutalmente al individuo cambiándole las ideas y la conducta, suponiendo estos fantasiosos que el "subconsciente", aunque sea indestructible, es bobo del todo pero manda sobre la razón.
Toda esa teoría ha sido sacada de la confiabilísima fuente que es la manga de estos zotes.
Pero el cuento era sabroso y los industriales del embuste cayeron sobre él como una parvada de buitres (o sea, como lo que son). Empezaron a producir grandes cantidades de cintas de audio con mensajes subliminales en los que, supuestamente, "detrás" de la música o el "ruido blanco" había sugerencias "subliminales" que le servirían a la gente para ser más felices, mejores personas, mejores profesionales, mejores padres, aprender corte y confección, física de partículas, esquí de alto riesgo, budismo y enemil tonterías más, además de transmitirle paz interior, tranquilidad, seguridad en sí mismo y todas esas cosas que son la columna vertebral de los cuentos de autoayuda. Estas cintas fueron toda una moda en el mundo del niuéich (o New Age, si usted prefiere).
Otros negociantes decidieron (también como pura ocurrencia, sin base en nada más que sus fantasías) que los mensajes entrarían mejor al misterioso y huidizo "subconsciente" cuando estamos dormidos, e inundaron el mercado con cintas para "aprender mientras duerme". ¿Aprender qué? Sobre todo idiomas, como lo puede usted ver, si el hígado le da para tanto, en este sitio de "Hipnólogos asociados" que cordialmente lo despeluca en dólares a cargo de un supuesto "doctor" llamado Miguel Ángel Garay, un caradura de cuidado. Porque, claro, eso de ir "directamente al subconsciente" se supone que es parecido al supuesto trabajo de los supuestos hipnotistas, mesmeristas y chapucistas, de modo que estos artesanos de la falacia se agenciaron la "comunicación subliminal" y la agregaron a su arsenal desplumatorio de ilusos.
Lo que ofrecen, claro, es darle a usted algo a cambio de nada o de muy poco. Es decir, que aprenda sin realizar el esfuerzo real de aprender. Magia pura. Por supuesto que nadie en el mundo ha aprendido nunca ni dos palabras de otro idioma con tales cintas hipnóticas "subliminales" mientras plancha oreja y babea almohada.
Pero en Estados Unidos el negocio baila al son de 50 millones de dólares al año, algo que no se va a parar simplemente porque se basa en una mentira.
Los fanáticos religiosos, en particular los estadounidenses, que se empeñan en ser especialmente folclóricos, se agarraron del cuento "subliminal", de su odio por el rock y de una práctica surgida en tiempos de Los Beatles, cuando a alguien se le ocurrió reproducir un disco en sentido contrario (hazaña que se podía hacer con los antiguos discos de vinilo, prácticamente imposible en los CD de hoy) para encontrar datos que confirmaran o negaran que Paul McCartney había muerto (leyenda urbana de lo más divertida).
Los fanaticazos gringos (y sus entenados latinoamericanos, como veremos) se imaginaron que el cerebro humano podía mágicamente entender lo que decían los discos al revés e interpretarlo correctamente procediendo entonces a obedecerlo sin chistar, convirtiendo así a los jóvenes esclavos mentales de AC-DC, Metallica, Ozzy Osbourne, los Rolling Stones o Ricky Martin (en vez de ser buenos esclavos mentales de George Bush, suponemos). En las propias palabras de una de estas agrupaciones integristas, los mensajes subliminales son "una especie de hipnotismo o lavado cerebral que penetra sin permiso en nuestras mentes, infiltra datos en ellas y puede ser factor de cambio en la conducta de los receptores". ¿Cómo lo saben? No lo dicen. ¿Pueden probarlo? Por supuesto que no. Pero sirve para asustar a los fieles. Y de eso se trata.
Los cónclaves de religionistas primitivos se llenaron de gente escuchando de atrás para adelante los discos que oían sus hijos e imaginándose frases del mismo modo en que los infradotados de las psicofonías escuchan palabras donde la gente normal no escucha nada. Ahora usan sistemas informáticos para piratearse las grabaciones e invertirlas, buscando jadeantes los mensajes que les robarán a sus hijos y se los entregarán al demonio para sus aviesos y generalmente sexuales fines. (Obviamente, los fanáticos religiosos suelen tener obsesiones sexuales tan agobiantes como las que motivaban al loquito Key.)
Arriba dije Ricky Martin. Sí. No estamos aquí para defender la música-papilla que éste chaval y sus múltiples clones le asestan a este valle de lágrimas, pero otra cosa muy distinta es que un sitio como éste de la Fundación Misericordia Divina sita en Berazátegui, Argentina tenga tipos dedicados a escuchar "La vida loca" al revés para alucinar que dice repetidamente "sexo.. con María" y luego creer que el público concluirá algo horroroso por tener tan dañado el cerebro como ellos. Vaya, hasta la más feroz crítica musical tiene sus límites.
Busque usted "subliminales" en Google y la mayoría de los sitios que encontrará serán de talibanes occidentales, integristas cristianos que repiten como guacamayas toda la teoría de esta leyenda, dando por ciertos, verdaderos y sagrados estos mitos y las mentiras y delirios que les dieron origen.
Por supuesto, nuestro cónclave de deschavetados favorito de 2004, "el" Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas, también está subido-subida en el cuento de los "mensajes subliminales", como lo demuestra este artículo de una tal "BM" que pomposamente asegura desde su cómodo anonimato que es "Investigadora en Publicidad Subliminal", y que, con el espíritu profundamente ignorante y militantemente acrítico y acefálico de los miembros de esta tropa, da por verdadero el experimento de Vicary y lo explica sin enterarse de que el propio Vicary confesó. Como investigadora es un desastre monumental, vaya. (Por supuestísimamente, el otro chiringuito en Internet registrado también a nombre de Pedro Amorós Sogorb, Inexplicado también tiene su sección dedicada a este embuste.)
Lo interesante en este caso es que podemos ver muy claramente cómo una afirmación con apariencia lógica y basada en una mentira (la de VIcary) se desarrolla como monstruo mutante de película B, extiende sus tentáculos y se abraza con la irracionalidad en extremos como que nuestro cerebro puede "entender" mensajes grabados al revés y pasarse a jugar al equipo de Lucifer sin pensárselo dos veces (mamada que, por supuesto, no es sino una coartada para padres incapaces que mejor harían en darle a sus hijos cariño y guía en lugar de amenazas infernales, y que deberían dedicarle a sus retoños el tiempo que emplean en sus ridículas investigaciones, en la redacción de sus sermones tronantes y en sus coloquios con otros cerebros de lombriz para intercambiar paparruchas).
Ahora el experimento más interesante es que usted le pregunte a las personas que conoce si creen o no en los "mensajes subliminales", y así constatará la permanencia de la leyenda y la fuerza de la mentira.
Que es la fuerza de los charlatanes. La única, de hecho.
Todo mundo conoce la historia: se supone que una vez, en quién sabe dónde, quién sabe quién hizo un experimento en quién sabe qué cine en el que, de cuando en cuando, se introdujo un cuadro en medio de quién sabe qué película diciéndole a la gente que tomara cocacola, o que tenía sed, o que comprara refrescos y palomitas; como resultado, los cinéfilos salieron supuestamente como enloquecidos en el intermedio a beber como camellos y a comer como náufragos.
A eso se le llamó "mensaje subliminal" porque el mensaje estaba por debajo del umbral (limen) de percepción de la gente. Dicho de otro modo, la gente no lo percibía conscientemente, pero tenía sus efectos porque supuestamente entraba en ese cerebro fantasma que se supone que tenemos y que es el "subconsciente", mangonéandolo a placer.
(Siempre me ha admirado que en ninguna lesión cerebral se afecte solamente el "subconsciente" de la víctima. Es decir, se supone que el "subconsciente" está allí, en el cerebro, pero es invulnerable como Supermán. Hay lesiones que afectan la vista, que también está allí, o la audición, o la capacidad de lenguaje, o la capacidad cognitiva, etc. Pero cuando alguien sufre un problema cerebral, nunca se lesiona únicamente el "subconsciente". Bueno, para el caso las lesiones cerebrales son siempre muy misteriosas. Por ejemplo, se repite constantemente en distintos medios y de manera acefálica la afirmación imaginaria de que sólo usamos el 10% de nuestra capacidad cerebral, pero nunca ha ocurrido que a alguien le den un tiro en la cabeza y el médico declare feliz: "Por suerte la bala sólo dañó el 90% del cerebro que no usa el paciente". Lo mismo pasa con el "inconsciente colectivo", por cierto, otro fantasmón, pero basta de paréntesis.)
Como tantas cosas maravillosas, asombrosas, misteriosas y ciertamente amenazantes de las que vive tanto artista del desfalco ajeno, ésta es una mentira.
James Vicary: mentir por dinero
Fue James Vicary, un asesor publicitario con ganas de tener más clientes y más billetes, y cuyo negocio andaba haciendo agua de fea manera por entonces, quien afirmó que en Ft. Lee, Nueva Jersey, en el verano de 1957, puso una máquina para disparar cada cinco segundos, durante la película Picnic, dos mensajes que sólo estaban en pantalla 1/3000 de segundo. Las dos frases eran "Tome Coca-Cola" y "¿Tiene hambre? Coma palomitas de maíz". Según Vicary, el resultado en seis semanas de experimento fue un aumento de 18.1% en las ventas de Coca-Cola y de un asombroso 57.8% en las de palomitas de maíz.
Resultados que hicieron que publicistas y psicólogos levantaran la ceja y fueran a ver qué había allí.
James Vicary inventó la frase "publicidad subliminal" y se puso a ganar dinero como "investigador" (al estilo de "investigadores" de polendas como Pedro Amorós, Juanjo Benítez, Danielito Muñoz y otros cabezas de chorlito). La "publicidad subliminal" causó un profundo miedo en los Estados Unidos. Algunos publicistas la usaron "por si pegaba" y pegara o no fue considerada inadecuada y prohibida.
Por entonces, Vance Packard escribió The hidden persuaders (Los persuasores ocultos), libro en el que advertía de los peligros de la publicidad y el cual la prensa relacionó con el cuento de Vicary. El libro de Packard tenía su miga y fue estudiado en numerosas universidades. La leyenda despegaba.
Al paso de los años, un investigador de verdad (de ésos que sacan de sus casillas a los fingidores mencionados en el paréntesis anterior), el doctor Henry Link, retó a Vicary a replicar el experimento (los experimentos científicos tienen esa característica: si no se pueden repetir, no sirven), a lo cual Vicary se vio más bien obligado. A regañadientes se repitió el experimento bajo controles y resultó (¡oh, sorpresa!) que no hubo ningún cambio en las ventas de refrescos ni de palomitas de maíz en el cine. Vicary confesó que, en realidad, se había inventado los resultados porque sonaban interesantes, mientras que la gente más inteligente cree que Vicary ni siquiera hizo el experimento, sencillamente lo inventó todo, quizá ayudado de un poco de mariguana y un litro de bourbon de dudosa calidad.
Otros varios experimentos conducidos, por ejemplo, por la televisión canadiense, demostraron lo mismo: la afirmación de Vicary era un cuento, un bulo, un invento, una patraña.
Por supuesto, los medios de comunicación que dedicaron largos artículos a la "publicidad subliminal" y los "expertazos" que disertaron largo y tendido sobre la "publicidad subliminal" no le dieron importancia a estas demostraciones ni a la confesión de Vicary, como los editores de panfletoides ovnilátricos que un día llamaron al caso del ovni de Puebla "el caso perfecto" y que no se han dignado mencionar a sus lectores que, bueno, en realidad ya se identificó el ovni y era la tercera etapa de un cohete soviético.
Así, la mayoría ni siquiera ha tenido oportunidad de enterarse de que todo es un cuento. La leyenda de la "publicidad subliminal" sigue así viva entre nosotros, y a punto de cumplir medio siglo gozando de buena salud.
Las obsesiones sexuales de Key
En 1973, un tal doctor Wilson Bryan Key fue aún más allá. Al parecer presa de una obsesión sexual propia de un adolescente con las manos eternamente amarradas a la espalda, empezó a ver sugerencias sexuales en los lugares más raros, del mismo modo en que los pretenciosos especialistas en "psicoimágenes" ven caras en cualquier patrón aleatorio. Los hielos de un anuncio de un licor, según la afiebrada imaginación de Key, decían la palabra "sex" allá escondida hasta abajo, cerca del fondo del vaso. La pata delantera del camello que se usaba antes en los cigarrillos Camel era un tipo con el pito parado. Los agujeritos de las galletas Ritz decían "sex", y en el plato de almejas de un anuncio de un menú de la cadena Howard Johnson's, el calenturiento Key logró discernir toda una orgía.
Ni Freud, que para eso era todo un hacha.
Como algún crítico señalaba, en las pruebas sicólogicas de manchas amorfas Wilson B. Key sólo veía sexo y más sexo.
La teoría de Key era más jalada de los pelos que la de Vicary. Decía que los espectadores podían percibir esos "mensajes" ocultos (que sólo estaban en la cabecita puritana de Key), que dichos espectadores sin usar la razón enlazarían el sexo con tales productos y que, como robots de cuento malo (muy malo), comprarían tales productos en cantidades navegables.
Mientras se ocupaba de tan sesudas cuanto hiperhormonales disquisiciones, Wilson no alcanzó a darse cuenta de que el 100% de los anunciantes prefieren relacionar el sexo con sus productos de la manera más directa y supraliminal, incluso lindando en el mal gusto y en el ridículo. Si no, no habría tantas muchachas guapas, ligeras de indumentaria y sugerentes anunciando tantas cosas que no tienen nada que ver con el sexo. El profesor distraído no era tan tarado como Key, pues, que por ver orgías en platos de almejas no veía los anuncios pletóricos de rorras.
Los publicistas pronto descubrieron que la "publicidad subliminal" no servía y los psicólogos hicieron estudios en cantidad y de calidad suficiente como para determinar a ciencia cierta que, por un lado, era poco lo que la gente percibía realmente de los mensajes subliminales (o sea, el subconsciente no hacía acto de presencia) y, en segundo lugar, que dichos mensajes no tenían ningún efecto en la conducta, mucho menos el efecto mágico de atacar a don subconsciente y hacer de las personas títeres sin voluntad, que era la más pesada de las afirmaciones de estos papanatas.
Es decir, que hay alguna "percepción subliminal", pero lo que no existe es la "persuasión subliminal", es decir, la mágica capacidad de "ir directamente al subconsciente", como afirman los vendedores de este milagrito, y menos es verdad que tales mensajes impacten brutalmente al individuo cambiándole las ideas y la conducta, suponiendo estos fantasiosos que el "subconsciente", aunque sea indestructible, es bobo del todo pero manda sobre la razón.
Toda esa teoría ha sido sacada de la confiabilísima fuente que es la manga de estos zotes.
Pero el cuento era sabroso y los industriales del embuste cayeron sobre él como una parvada de buitres (o sea, como lo que son). Empezaron a producir grandes cantidades de cintas de audio con mensajes subliminales en los que, supuestamente, "detrás" de la música o el "ruido blanco" había sugerencias "subliminales" que le servirían a la gente para ser más felices, mejores personas, mejores profesionales, mejores padres, aprender corte y confección, física de partículas, esquí de alto riesgo, budismo y enemil tonterías más, además de transmitirle paz interior, tranquilidad, seguridad en sí mismo y todas esas cosas que son la columna vertebral de los cuentos de autoayuda. Estas cintas fueron toda una moda en el mundo del niuéich (o New Age, si usted prefiere).
Los hipnotizadores al trasquilaje
Otros negociantes decidieron (también como pura ocurrencia, sin base en nada más que sus fantasías) que los mensajes entrarían mejor al misterioso y huidizo "subconsciente" cuando estamos dormidos, e inundaron el mercado con cintas para "aprender mientras duerme". ¿Aprender qué? Sobre todo idiomas, como lo puede usted ver, si el hígado le da para tanto, en este sitio de "Hipnólogos asociados" que cordialmente lo despeluca en dólares a cargo de un supuesto "doctor" llamado Miguel Ángel Garay, un caradura de cuidado. Porque, claro, eso de ir "directamente al subconsciente" se supone que es parecido al supuesto trabajo de los supuestos hipnotistas, mesmeristas y chapucistas, de modo que estos artesanos de la falacia se agenciaron la "comunicación subliminal" y la agregaron a su arsenal desplumatorio de ilusos.
Lo que ofrecen, claro, es darle a usted algo a cambio de nada o de muy poco. Es decir, que aprenda sin realizar el esfuerzo real de aprender. Magia pura. Por supuesto que nadie en el mundo ha aprendido nunca ni dos palabras de otro idioma con tales cintas hipnóticas "subliminales" mientras plancha oreja y babea almohada.
Pero en Estados Unidos el negocio baila al son de 50 millones de dólares al año, algo que no se va a parar simplemente porque se basa en una mentira.
El integrismo endemoniado y las canciones al revés
Los fanáticos religiosos, en particular los estadounidenses, que se empeñan en ser especialmente folclóricos, se agarraron del cuento "subliminal", de su odio por el rock y de una práctica surgida en tiempos de Los Beatles, cuando a alguien se le ocurrió reproducir un disco en sentido contrario (hazaña que se podía hacer con los antiguos discos de vinilo, prácticamente imposible en los CD de hoy) para encontrar datos que confirmaran o negaran que Paul McCartney había muerto (leyenda urbana de lo más divertida).
Los fanaticazos gringos (y sus entenados latinoamericanos, como veremos) se imaginaron que el cerebro humano podía mágicamente entender lo que decían los discos al revés e interpretarlo correctamente procediendo entonces a obedecerlo sin chistar, convirtiendo así a los jóvenes esclavos mentales de AC-DC, Metallica, Ozzy Osbourne, los Rolling Stones o Ricky Martin (en vez de ser buenos esclavos mentales de George Bush, suponemos). En las propias palabras de una de estas agrupaciones integristas, los mensajes subliminales son "una especie de hipnotismo o lavado cerebral que penetra sin permiso en nuestras mentes, infiltra datos en ellas y puede ser factor de cambio en la conducta de los receptores". ¿Cómo lo saben? No lo dicen. ¿Pueden probarlo? Por supuesto que no. Pero sirve para asustar a los fieles. Y de eso se trata.
Los cónclaves de religionistas primitivos se llenaron de gente escuchando de atrás para adelante los discos que oían sus hijos e imaginándose frases del mismo modo en que los infradotados de las psicofonías escuchan palabras donde la gente normal no escucha nada. Ahora usan sistemas informáticos para piratearse las grabaciones e invertirlas, buscando jadeantes los mensajes que les robarán a sus hijos y se los entregarán al demonio para sus aviesos y generalmente sexuales fines. (Obviamente, los fanáticos religiosos suelen tener obsesiones sexuales tan agobiantes como las que motivaban al loquito Key.)
Arriba dije Ricky Martin. Sí. No estamos aquí para defender la música-papilla que éste chaval y sus múltiples clones le asestan a este valle de lágrimas, pero otra cosa muy distinta es que un sitio como éste de la Fundación Misericordia Divina sita en Berazátegui, Argentina tenga tipos dedicados a escuchar "La vida loca" al revés para alucinar que dice repetidamente "sexo.. con María" y luego creer que el público concluirá algo horroroso por tener tan dañado el cerebro como ellos. Vaya, hasta la más feroz crítica musical tiene sus límites.
Busque usted "subliminales" en Google y la mayoría de los sitios que encontrará serán de talibanes occidentales, integristas cristianos que repiten como guacamayas toda la teoría de esta leyenda, dando por ciertos, verdaderos y sagrados estos mitos y las mentiras y delirios que les dieron origen.
"El" SEIP y otras babas colgantes
Por supuesto, nuestro cónclave de deschavetados favorito de 2004, "el" Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas, también está subido-subida en el cuento de los "mensajes subliminales", como lo demuestra este artículo de una tal "BM" que pomposamente asegura desde su cómodo anonimato que es "Investigadora en Publicidad Subliminal", y que, con el espíritu profundamente ignorante y militantemente acrítico y acefálico de los miembros de esta tropa, da por verdadero el experimento de Vicary y lo explica sin enterarse de que el propio Vicary confesó. Como investigadora es un desastre monumental, vaya. (Por supuestísimamente, el otro chiringuito en Internet registrado también a nombre de Pedro Amorós Sogorb, Inexplicado también tiene su sección dedicada a este embuste.)
Lo interesante en este caso es que podemos ver muy claramente cómo una afirmación con apariencia lógica y basada en una mentira (la de VIcary) se desarrolla como monstruo mutante de película B, extiende sus tentáculos y se abraza con la irracionalidad en extremos como que nuestro cerebro puede "entender" mensajes grabados al revés y pasarse a jugar al equipo de Lucifer sin pensárselo dos veces (mamada que, por supuesto, no es sino una coartada para padres incapaces que mejor harían en darle a sus hijos cariño y guía en lugar de amenazas infernales, y que deberían dedicarle a sus retoños el tiempo que emplean en sus ridículas investigaciones, en la redacción de sus sermones tronantes y en sus coloquios con otros cerebros de lombriz para intercambiar paparruchas).
Ahora el experimento más interesante es que usted le pregunte a las personas que conoce si creen o no en los "mensajes subliminales", y así constatará la permanencia de la leyenda y la fuerza de la mentira.
Que es la fuerza de los charlatanes. La única, de hecho.
septiembre 04, 2004
¡Los grandes logros de la medicina alternativa!
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Pese a haber nacido en el corazón de la Ciudad de México y vivido allí durante décadas, hace cinco años vivo en Gijón, a orillas del Cantábrico, ciudad en extremo agradable, segura, alegre, protestona, guerrera, culta y llena de curiosidades. Una de esas curiosidades que siempre me llamó la atención es un monumento a Alexander Fleming, sobre todo cuando me enteré que éste es el primer monumento que se le hizo en el mundo al padre de la penicilina.
Hoy me entero que la creación de este monumento se debe a un artículo que un pediatra gijonés, Avelino González, escribió en el diario local El Comercio exaltando las maravillas de la penicilina, lo cual hizo que la población (no el gobierno, originador de tantas estatuas y monumentos inútiles, convenencieros y con frecuencia autoelogiadores) se uniera, aportara fondos y comisionara el busto del investigador.
Escribió el doctor González:
No era admiración, era verdadero asombro lo que yo veía en mis enfermitos tratados con esta droga; eran milagrosos sus resultados.
Pero aún fue mayor mi asombro y mi agradecimiento cuando mi nieto mayor cayó enfermo con una angina maligna estrepocócica y con localización cardiaca. Ni uno solo de esos enfermos se salvaban antes de la penicilina, pero tuve el placer de ver los resultados maravillosos de ella en mi nietecito de dos años, que no sólo salvó la vida, sino que no le dejó el menor rastro o lesión.
En esta era de antibióticos y enfermedades resistentes y nuevos antibióticos, hemos olvidado sin duda el verdadero cambio que produjo la penicilina.
Durante miles de años, en todo el mundo, pese a todas las charlatanerías, curanderismos, sanaciones, terapias imaginarias, chamanismos y brujerías, la gente se moría por causa de las mismas infecciones, sin cesar, sin paliativo. Y de pronto un medicamento obtenido mediante métodos confiables lo cambió todo.
Lo cambió todo no es cualquier cosa. Donde no sobrevivía nadie sobrevivieron millones.
Muy probablemente yo y la mayoría de los que estamos vivos hoy tenemos una deuda con Fleming. La historia de la enfermedad humana, de la lucha contra el dolor, se alteró radicalmente cuando Fleming identificó el principio activo del hongo penicillium, lo reprodujo en laboratorio, se determinó la dosificación adecuada y se empezó a producir industrialmente para llegar de manera accesible a millones y millones de enfermos.
De un día para otro dejaron de producirse cantidades incalculables de muertes o de dolencias prolongadas e incapacitantes. Como verdadera magia. Fleming consiguió lo que ningún charlatán de la "medicina natural" ha hecho nunca: tomar un elemento de la naturaleza, estudiarlo, conocerlo, investigarlo y convertirlo en un bien para toda la humanidad.
Lo mismo hizo Pasteur cuando desarrollo la teoría de los gérmenes como causantes de la enfermedad, teoría que ha demostrado ser cierta mientras que las demás teorías son falsas. (La teoría de los humores de la homeopatía, la teoría de las temperaturas del naturismo, la teoría de los doshas de la medicina ayurvédica, etc., etc., etc.) Y cuando puso a prueba su teoría con la vacuna antirrábica (donde antes morían todos se salvaron millones).
(Probablemente lo que no se imaginó Pasteur es que habría personas que vivirín gracias a las vacunas se dedicarían a la charlatanería y a negar la eficacia de la medicina que les salvó la vida. Calcule usted el tamaño del desagradecimiento que se necesita para caer tan bajo.)
Por supuesto, las medicinas alternativas no inventaron ni descubrieron, entre otras muchísimas:
Éstos y otros muchos medicamentos son, para millones de personas, milagros tan grandes como fue en su momento la penicilina y como siguen siendo todos los antibióticos.
Compárese con los grandes logros de la medicina alternativa, que en los últimos cien años han ofrecido, como avance salvador de vidas que ha impactado favorable y dramáticamente la salud pública:
¿O no?
Pese a haber nacido en el corazón de la Ciudad de México y vivido allí durante décadas, hace cinco años vivo en Gijón, a orillas del Cantábrico, ciudad en extremo agradable, segura, alegre, protestona, guerrera, culta y llena de curiosidades. Una de esas curiosidades que siempre me llamó la atención es un monumento a Alexander Fleming, sobre todo cuando me enteré que éste es el primer monumento que se le hizo en el mundo al padre de la penicilina.
Hoy me entero que la creación de este monumento se debe a un artículo que un pediatra gijonés, Avelino González, escribió en el diario local El Comercio exaltando las maravillas de la penicilina, lo cual hizo que la población (no el gobierno, originador de tantas estatuas y monumentos inútiles, convenencieros y con frecuencia autoelogiadores) se uniera, aportara fondos y comisionara el busto del investigador.
Escribió el doctor González:
No era admiración, era verdadero asombro lo que yo veía en mis enfermitos tratados con esta droga; eran milagrosos sus resultados.
Pero aún fue mayor mi asombro y mi agradecimiento cuando mi nieto mayor cayó enfermo con una angina maligna estrepocócica y con localización cardiaca. Ni uno solo de esos enfermos se salvaban antes de la penicilina, pero tuve el placer de ver los resultados maravillosos de ella en mi nietecito de dos años, que no sólo salvó la vida, sino que no le dejó el menor rastro o lesión.
En esta era de antibióticos y enfermedades resistentes y nuevos antibióticos, hemos olvidado sin duda el verdadero cambio que produjo la penicilina.
Durante miles de años, en todo el mundo, pese a todas las charlatanerías, curanderismos, sanaciones, terapias imaginarias, chamanismos y brujerías, la gente se moría por causa de las mismas infecciones, sin cesar, sin paliativo. Y de pronto un medicamento obtenido mediante métodos confiables lo cambió todo.
Lo cambió todo no es cualquier cosa. Donde no sobrevivía nadie sobrevivieron millones.
Muy probablemente yo y la mayoría de los que estamos vivos hoy tenemos una deuda con Fleming. La historia de la enfermedad humana, de la lucha contra el dolor, se alteró radicalmente cuando Fleming identificó el principio activo del hongo penicillium, lo reprodujo en laboratorio, se determinó la dosificación adecuada y se empezó a producir industrialmente para llegar de manera accesible a millones y millones de enfermos.
De un día para otro dejaron de producirse cantidades incalculables de muertes o de dolencias prolongadas e incapacitantes. Como verdadera magia. Fleming consiguió lo que ningún charlatán de la "medicina natural" ha hecho nunca: tomar un elemento de la naturaleza, estudiarlo, conocerlo, investigarlo y convertirlo en un bien para toda la humanidad.
Lo mismo hizo Pasteur cuando desarrollo la teoría de los gérmenes como causantes de la enfermedad, teoría que ha demostrado ser cierta mientras que las demás teorías son falsas. (La teoría de los humores de la homeopatía, la teoría de las temperaturas del naturismo, la teoría de los doshas de la medicina ayurvédica, etc., etc., etc.) Y cuando puso a prueba su teoría con la vacuna antirrábica (donde antes morían todos se salvaron millones).
(Probablemente lo que no se imaginó Pasteur es que habría personas que vivirín gracias a las vacunas se dedicarían a la charlatanería y a negar la eficacia de la medicina que les salvó la vida. Calcule usted el tamaño del desagradecimiento que se necesita para caer tan bajo.)
Por supuesto, las medicinas alternativas no inventaron ni descubrieron, entre otras muchísimas:
- la anestesia
- la asepsia
- los trasplantes de órganos
- los antirretrovirales (esperanza de los sidóticos)
- las vitaminas (absolutamente todas)
- la insulina
- las vacunas
- el trabajo con células madre
- la aspirina
- el demerol (analgésico que controla el dolor más terrible)
- la adrenalina (sin la cual cualquier infarto, shock o reacción anafiláctica pueden acabar en muerte)
- el litio (medicamento contra la esquizofrenia)
- el aciclovir (el mejor tratamiento contra el herpes genital)
- el albuterol (broncodilatador del que depende la vida de muchos, entre otros los asmáticos)
- la nitroglicerina (vida para muchas personas con afecciones cardiacas)
- la carbamazepina (anticonvulsivo para epilépticos)
- la ciclosporina (para evitar el rechazo en trasplantes)
- las píldoras anticonceptivas, todas
- el sildenafil (la mágica Viagra, pues)
- el somatrem (ayuda al crecimiento en niños de crecimiento atrofiado)
Éstos y otros muchos medicamentos son, para millones de personas, milagros tan grandes como fue en su momento la penicilina y como siguen siendo todos los antibióticos.
Compárese con los grandes logros de la medicina alternativa, que en los últimos cien años han ofrecido, como avance salvador de vidas que ha impactado favorable y dramáticamente la salud pública:
- Ninguno
- Nada
- Ni por asomo
- ¿Eh?
- No, en serio
¿O no?
septiembre 02, 2004
¿Nos hablan los verdaderos etés?
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Pregúntese usted cuál de las dos opciones siguientes es más lógica.
a) Las civilizaciones extraterrestres que pueda haber se desarrollaron obteniendo las transmisiones de radio antes que los viajes interhiperespaciales y por tanto nos enteraremos de su existencia por medio de los radiotelescopios antes de enterarnos porque aterricen en Times Square.
b) Dichas civilizaciones extraterrestres no tienen emisiones de radio, y sin ellas han conseguido crear superturbonaves megapoderosas hiperespaciales de lujo para venir a la Tierra desde una distancia brutal con el único objetivo que los vea cualquier soplapitos y les tome fotos desafocadas, sin comunicarse con científicos, astronautas o líderes políticos.
Como puede ver cualquiera cuya corteza cerebral se encuentre razonablemente intacta, la opción "a)" es mucho más probable y lógica.
Como puede ver cualquiera que no tenga una mala fe monumental y un interés de algún tipo (digamos económico), nadie está asegurando que "estamos solos en el Universo" (acusación a la que son muy proclives los mercachifles de alienígenas). Hay una probablidad real de que no seamos la única forma de vida "inteligente" (cualquier cosa que eso signifique) del universo. Eso es una cosa y otra muy distinta creerle a los que medran con los platívolos.
Eso es lo que han pensado los científicos de verdad que se interesan por la existencia de otras civilizaciones en el universo. Y para eso Carl Sagan promovió y estableció programas de SETI, siglas en inglés de "Búsqueda de inteligencia extraterrestre". Para ello, consiguen, compran y obtienen tiempo en radiotelescopios de todo el planeta para buscar señales de radio que tengan esa peculiar discontinuidad que la inteligencia le da a la realidad.
La cantidad de información que se puede obtener en unos segundos explorando una gran cantidad de frecuencias provenientes de una pequeña zona del universo es grande. Es GRANDE. Vaya, es ENCABRONADAMENTE GRANDE.
Para procesar sólo la información obtenida del megarradiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, y detectar posibles candidatos a emisiones de los etés, miles de voluntarios en todo el mundo (incluido un servidor) hemos "prestado tiempo de proceso" en nuestras computadoras u ordenadores personales instalando un programita llamado SETI@Home (SETI en casa) que funciona como protector de pantalla. Cuando no estamos usando la máquina, este programita descarga por Internet un paquete de datos, los analiza desechando el ruido, selecciona posibles candidatos (de haberlos) y los envía para que a su vez los confirmen los científicos de la Universidad de Berkeley y, en su caso, vuelvan a dirigir el radiotelescopio hacia los más prometedores.
Eso no nos hace, claro, ni miembros del programa SETI ni héroes intergalácticos ni obnubilaciones similares, simplemente dejamos que los que sí saben usen la máquina cuando no la necesitamos. Era la única forma de procesar toda la información sin despacharse el presupuesto entero de varias universidades comprando máquinas gigantescas con enorme capacidad de procesamiento.
(Si usted prefiere esta modesta aportación a la posibilidad de que lo entrevisten en alguna revista de consagración de la estulticia, puede visitar SETI@Home y prestar su máquina a una empresa genuinamente trascendente.)
Todo esto no viene a cuento sólo para demostrar que un programa serio de búsqueda de inteligencias extraterrestres no tiene nada que ver con las bufonescas "alertas OVNI" en las que mentirosos profesionales (sí, como Pedro Amorós, sabemos que lo estaban esperando), simulando que los ayuda un instituto serio, fingen "analizar" supuestas "señales del espacio exterior" que reciben en una antena parabólica que parece que arrancaron de la pared del edificio y que a duras penas puede recibir CNN o la BBC (no, no lo vamos a decir). Hasta ahora, en años y años, el programa SETI de Berkeley ha cubierto sólo la mitad del 1% de todo el cielo visible desde la Tierra. Imagínense qué consigue un primate pomposo con una parabólica de 60 cm una noche de farra con los amiguetes, dejándose admirar, contra la antena del radiotelescopio de Arecibo, que mide 305 metros de diámetro y funciona a diario todo el día.
Pero viene a cuento también porque después de que se han analizado montones y montones de terabytes de ese medio punto porcentual del cielo en miles y miles de ordenadores personales, la revista New Scientist informa hoy que gracias a éstos se ha encontrado una señal que es posible que tenga miga.
La señal en cuestión ha sido detectada tres veces por el radiotelescopio de Arecibo y parece provenir de un punto entre las constelaciones de Piscis y Aries. Si se detecta más veces, puede ser signo de algo muy interesante. Pero los científicos (mucho más prudentes que los lengualargas de la fruslería) deberán primero determinar que no se trate de un fenómeno astronómico hasta ahora desconocido (recuerdan sin duda que una señal así fue la que nos reveló la existencia de los pulsares) o un error propio del diseño del radiotelescopio.
O sea, aún si la señal está allí, hay que estudiarla de verdad sin gritar que eté telefoneó a casa, no hacer como los casos clínicos que, enfrentados a una lucecita que su ignorancia no alcanza a identificar, corren a escribir un libro diciendo que los marcianos llegaron ya (como decía aquél chachachá de los años 50).
La noticia, pues, sirve para dos cosas: para entusiasmarnos ante la posibilidad real de que se consiga detectar una señal de inteligencia fuera de nuestro planeta (sobre todo siendo tan escasas las señales de inteligencia dentro de él), lo que sería una de las mayores noticias de la historia humana, y para comparar cómo se aproximan a un hecho, por un lado, los científicos que estudian para ello y en ello trabajan, y los advenedizos engreídos que creen en hadas y buscan el aplauso fácil.
Pregúntese usted cuál de las dos opciones siguientes es más lógica.
a) Las civilizaciones extraterrestres que pueda haber se desarrollaron obteniendo las transmisiones de radio antes que los viajes interhiperespaciales y por tanto nos enteraremos de su existencia por medio de los radiotelescopios antes de enterarnos porque aterricen en Times Square.
b) Dichas civilizaciones extraterrestres no tienen emisiones de radio, y sin ellas han conseguido crear superturbonaves megapoderosas hiperespaciales de lujo para venir a la Tierra desde una distancia brutal con el único objetivo que los vea cualquier soplapitos y les tome fotos desafocadas, sin comunicarse con científicos, astronautas o líderes políticos.
Como puede ver cualquiera cuya corteza cerebral se encuentre razonablemente intacta, la opción "a)" es mucho más probable y lógica.
Como puede ver cualquiera que no tenga una mala fe monumental y un interés de algún tipo (digamos económico), nadie está asegurando que "estamos solos en el Universo" (acusación a la que son muy proclives los mercachifles de alienígenas). Hay una probablidad real de que no seamos la única forma de vida "inteligente" (cualquier cosa que eso signifique) del universo. Eso es una cosa y otra muy distinta creerle a los que medran con los platívolos.
Eso es lo que han pensado los científicos de verdad que se interesan por la existencia de otras civilizaciones en el universo. Y para eso Carl Sagan promovió y estableció programas de SETI, siglas en inglés de "Búsqueda de inteligencia extraterrestre". Para ello, consiguen, compran y obtienen tiempo en radiotelescopios de todo el planeta para buscar señales de radio que tengan esa peculiar discontinuidad que la inteligencia le da a la realidad.
La cantidad de información que se puede obtener en unos segundos explorando una gran cantidad de frecuencias provenientes de una pequeña zona del universo es grande. Es GRANDE. Vaya, es ENCABRONADAMENTE GRANDE.
Para procesar sólo la información obtenida del megarradiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, y detectar posibles candidatos a emisiones de los etés, miles de voluntarios en todo el mundo (incluido un servidor) hemos "prestado tiempo de proceso" en nuestras computadoras u ordenadores personales instalando un programita llamado SETI@Home (SETI en casa) que funciona como protector de pantalla. Cuando no estamos usando la máquina, este programita descarga por Internet un paquete de datos, los analiza desechando el ruido, selecciona posibles candidatos (de haberlos) y los envía para que a su vez los confirmen los científicos de la Universidad de Berkeley y, en su caso, vuelvan a dirigir el radiotelescopio hacia los más prometedores.
Eso no nos hace, claro, ni miembros del programa SETI ni héroes intergalácticos ni obnubilaciones similares, simplemente dejamos que los que sí saben usen la máquina cuando no la necesitamos. Era la única forma de procesar toda la información sin despacharse el presupuesto entero de varias universidades comprando máquinas gigantescas con enorme capacidad de procesamiento.
(Si usted prefiere esta modesta aportación a la posibilidad de que lo entrevisten en alguna revista de consagración de la estulticia, puede visitar SETI@Home y prestar su máquina a una empresa genuinamente trascendente.)
Todo esto no viene a cuento sólo para demostrar que un programa serio de búsqueda de inteligencias extraterrestres no tiene nada que ver con las bufonescas "alertas OVNI" en las que mentirosos profesionales (sí, como Pedro Amorós, sabemos que lo estaban esperando), simulando que los ayuda un instituto serio, fingen "analizar" supuestas "señales del espacio exterior" que reciben en una antena parabólica que parece que arrancaron de la pared del edificio y que a duras penas puede recibir CNN o la BBC (no, no lo vamos a decir). Hasta ahora, en años y años, el programa SETI de Berkeley ha cubierto sólo la mitad del 1% de todo el cielo visible desde la Tierra. Imagínense qué consigue un primate pomposo con una parabólica de 60 cm una noche de farra con los amiguetes, dejándose admirar, contra la antena del radiotelescopio de Arecibo, que mide 305 metros de diámetro y funciona a diario todo el día.
Pero viene a cuento también porque después de que se han analizado montones y montones de terabytes de ese medio punto porcentual del cielo en miles y miles de ordenadores personales, la revista New Scientist informa hoy que gracias a éstos se ha encontrado una señal que es posible que tenga miga.
La señal en cuestión ha sido detectada tres veces por el radiotelescopio de Arecibo y parece provenir de un punto entre las constelaciones de Piscis y Aries. Si se detecta más veces, puede ser signo de algo muy interesante. Pero los científicos (mucho más prudentes que los lengualargas de la fruslería) deberán primero determinar que no se trate de un fenómeno astronómico hasta ahora desconocido (recuerdan sin duda que una señal así fue la que nos reveló la existencia de los pulsares) o un error propio del diseño del radiotelescopio.
O sea, aún si la señal está allí, hay que estudiarla de verdad sin gritar que eté telefoneó a casa, no hacer como los casos clínicos que, enfrentados a una lucecita que su ignorancia no alcanza a identificar, corren a escribir un libro diciendo que los marcianos llegaron ya (como decía aquél chachachá de los años 50).
La noticia, pues, sirve para dos cosas: para entusiasmarnos ante la posibilidad real de que se consiga detectar una señal de inteligencia fuera de nuestro planeta (sobre todo siendo tan escasas las señales de inteligencia dentro de él), lo que sería una de las mayores noticias de la historia humana, y para comparar cómo se aproximan a un hecho, por un lado, los científicos que estudian para ello y en ello trabajan, y los advenedizos engreídos que creen en hadas y buscan el aplauso fácil.
Ahora la CNN estudia el caso Amorós
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Con la misma historia de que Pedro Amorós "ha colaborado con prestigiosas cadenas televisivas tales como Universal Studios, BBC, Grupo Televisa, CNN y algunas productoras norteamericanas tales como Infinito y TeleMundo" como asevera este sitio Web de un congreso de parapitología celebrado en Vigo del 23 al 25 de abril, nos aproximamos a la CNN, otra organización noticiosa razonablemente seria.
Lástima que nos dicen que no nos pueden responder de momento.
Bueno, mejor copiamos y traducimos lo que dice Información al público de esta red mundial:
Thank you for contacting CNN with this information. Based on the information you have provided, we are unable to locate the information you are interested in. We will forward your information to Legal.
(Gracias por comunicarse con la CNN con esta información. Basados en la información que ha proporcionado, no podemos encontrar la información en la que está interesado. Le reenviaremos su información al Departamento legal.)
Por supuesto, anotaremos oportunamente aquí lo que nos diga el Departamento legal de la CNN. Claro, uno hubiera pensado que sería mucho más fácil para la CNN encontrar las colaboraciones de alguien que, como dice la publicidad de un tabique escrito por Pedro Amorós, es "reconocido como una autoridad mundial en el campo de la investigación parapsicológica", sin tener que acudir a su Departamento legal.
Pero no.
Con la misma historia de que Pedro Amorós "ha colaborado con prestigiosas cadenas televisivas tales como Universal Studios, BBC, Grupo Televisa, CNN y algunas productoras norteamericanas tales como Infinito y TeleMundo" como asevera este sitio Web de un congreso de parapitología celebrado en Vigo del 23 al 25 de abril, nos aproximamos a la CNN, otra organización noticiosa razonablemente seria.
Lástima que nos dicen que no nos pueden responder de momento.
Bueno, mejor copiamos y traducimos lo que dice Información al público de esta red mundial:
Thank you for contacting CNN with this information. Based on the information you have provided, we are unable to locate the information you are interested in. We will forward your information to Legal.
(Gracias por comunicarse con la CNN con esta información. Basados en la información que ha proporcionado, no podemos encontrar la información en la que está interesado. Le reenviaremos su información al Departamento legal.)
Por supuesto, anotaremos oportunamente aquí lo que nos diga el Departamento legal de la CNN. Claro, uno hubiera pensado que sería mucho más fácil para la CNN encontrar las colaboraciones de alguien que, como dice la publicidad de un tabique escrito por Pedro Amorós, es "reconocido como una autoridad mundial en el campo de la investigación parapsicológica", sin tener que acudir a su Departamento legal.
Pero no.