Recibo en la dirección de "Comentarios" de este blog el siguiente mensaje.
HOLA. Le escribe Verónica Solano de Costa Rica. Soy acupunturista graduada hace 5 años de la Universidad de Beijing en Medicina Tradicional China con sede en Tokyo y Pekin, realicé mi internado en el Hospital de la Amistad China Japón en Beijing, y finalicé mi práctica de graduación en la Open International University en Sri Lanka trabajando en la Clínica del Seguro Social de dicho país aplicando acupuntura difícil como voluntaria en pacientes de muy escasos recursos.
Mi historia empieza después de terminar mi carrera como Técnico de Ortopedia en la Universidad de Costa Rica, me picó el gusanito de la ciencia y la salud, y estando en Tokyo por razones de trabajo me inscribí en la escuela con un objetivo claro: "No me importaba un comino la acupuntura, pero quería mantenerme actualizada en anatomía humana hasta que pudiera regresar a mi país con el dinero suficiente para pagarme la escuela de medicina". Yo no creía en nada de eso hasta que un día, en un broma con una amiga que tenía una erupción cutánea me reto a aplicarle acupuntura después de tener más de un mes de luchar con su mal... lo hice, fueron 15 minutos de agujas, y al día siguiente la erupción hacía desaparecido por completo... esto me movió el interés, empecé a dedicar tiempo y cariño a averiguar que había sucedido, y esa lucha me ha llevado cinco años de investigación y desarrollo en acupuntura.
Estoy en el último año de la carrera de medicina en mi país, y hace cinco años fundé el Centro de Acupuntura y Moxibustión y empecé a tratar pacientes con acupuntura, y he de confesarles que funciona, y funciona cada vez más conforme voy comprendiendo los mecanismos de acción y las respuestas fisiológicas del organismo en relación al estimulo dañino que produce hacer agujeros en el cuerpo de las personas, la técnica va mas allá, al producir sangrados con ventosas y estimulaciones que no hacen más que dañar al cuerpo... y que por tanto producen una respuesta de curación interna, un despertar de sistemas inmunológicos y fisiológicos que buscan el objetivo de curar el daño que yo adrede provoqué.
Hace cinco años entreno personal en acupuntura y duro tres años entrenando a cada persona, les exigo tomar cursos de anatomía humana, fisiología, primeros auxilios, esterilización de equipos y vacunas contra la hepatitis B. Reciben instrucción en laboratorio clínico y fisiopatología... y debo admitir que muchos de ellos son médicos innatos que no pudieron estudiar dicha carrera, pero que tienen un interés real por el estudio del cuerpo humano y sus reacciones, muy por encima del interés económico... es así porque sólo los mejores me aguantan tres años de estudio arduo, y bajo mi tutela hoy día se entrenan muchos médicos, terapeutas físicos, enfermeras, etc.
La acupuntura si tiene una explicación científica, y no aplica en esta nada más que la lógica y la comprensión del cuerpo humano y sus respuestas a los estímulos del medio ambiente, la filosofía china es preciosa y perfecta, lástima que miles de "charlatanes" en el mundo si la utilizan para negocio y no estudian, no se informan, no investigan... no progresan.
La nueva medicina de nuestro siglo busca que acupuntores y otros terapeutas alternativos sean medios que promuevan una salud de prevención, que conozcan los temas de la nutrición y el ejercicio como medios de vida del ser humano, y promuevan una salud basada en el manejo equilibrado del cuerpo humano en relación con su medio ambiente y con los seres humanos.... el acupuntor puede ser un consejero, un informante, un promotor de la salud, si la acupuntura se aplica en y por las razones correctas.
Gracias... espero escuchar de ustedes pronto. Saludos. Verónica Solano Corella.Respondo
Lo que usted relata es muy interesante, y nos ofrece un testimonio sentido y aparentemente sincero que publicamos sin omitir una coma.
Sin embargo, si usted está interesada en la ciencia tal como lo afirma en su mensaje, sabrá perfectamente que la evidencia anecdótica no puede ser utilizada como prueba en cuanto al conocimiento científico. Un testimonio en asuntos de ciencia es, en el mejor de los casos, una indicación de los posibles caminos de una investigación, pero no constituye una prueba científica, ni mucho menos basta para normar un criterio generalizado de conocimiento y praxis, para aceptar como válidas manipulaciones que intervienen o pretenden intervenir en la salud ni para darle a sus adeptos carta blanca para aplicar en pacientes humanos procedimientos no probados.
Con frecuencia, las personas que sostienen determinadas convicciones pretenden darle a la evidencia anecdótica referida al conocimiento científico el mismo valor que le damos en otros casos, como el de la experiencia cotidiana o el jurídico. Por ejemplo, si alguien nos dice: "Ayer me caí en la calle y me torcí el tobillo", está hablando de algo que conoce cercanamente, de su experiencia concreta y personal, de la que conoce todo lo relevante. No hay muchos motivos para dudar de que se haya caído y se haya torcido el tobillo. Si una persona en un tribunal dice: "Yo vi al acusado disparando contra la policía", también el testimonio tiene valor porque se limita a narrar algo que vio (aunque es bueno mantener un espacio para la duda incluso en esos casos, como señalo en la entrada
Guía para detectar a los pillastres y sus patrañas en el punto 13). Estos testimonios no caen en ninguna falacia argumental, y por tanto no son rechazables de entrada y en nuestra vida diaria les damos un nivel razonable de validez.
Pero si alguien dice: "me curé con [x]" (donde "x" es cualquier cosa: acupuntura, agua milagrosa, quiropráctica, aspirina, ayurveda, etc.), el testimonio es dudoso porque cae en falacias argumentales como la llamada rimbombantemente en latín
post hoc ergo propter hoc (después de esto, por tanto causado por esto), es decir, el testimonio afirma que como "B" ocurrió después de "A", "A"
fue la causante de "B" sin tener realmente forma de saber con certeza que eso ha ocurrido. Es decir, antes que
testimonio nos está ofreciendo una
suposición sin base sólida, o sea, una simple opinión.
Esta falacia de razonamiento está en el origen de muchas supersticiones, por ejemplo, la del deportista que mete un gol un día que se pone calzoncillos de corazoncitos rojos y decide en lo sucesivo ponerse tal prenda en todos los partidos, como si los calzoncillos tuvieran algún efecto en su capacidad de meter goles. Las supersticiones de este tipo se eternizan aunque se haga evidente que
no es verdad que meta un gol siempre que usa esos calzoncillos.
Evidentemente, el testimonio "meto goles porque uso calzoncillos con corazoncitos rojos" es dudoso porque quien lo dice no conoce la cadena causal, sólo la está suponiendo sobre bases más que endebles. Sin embargo, si hubiera suficientes testimonios en el sentido de que hay una relación estadísticamente significativa entre los calzoncillos con corazones rojos y la probabilidad de meter un gol, ello se podría poner a prueba científicamente, con un experimento adecuado que, entre otras cosas, eliminara el hecho de que un supersticioso pueda sentirse más seguro por el sólo hecho de llevar unos calzoncillos que cree que tienen ciertas propiedades que sólo podemos llamar mágicas (y que sería el equivalente al efecto placebo).
Muchos testimonios como "vi una nave extraterrestre", "vi un fantasma", "me curé con [x]", "me va mal porque me hicieron un
trabajito de brujería", "esa mancha en el suelo es una cara provocada paranormalmente", etc., no tienen la validez de los señalados primero, ya que suponen cosas que el testigo ignora (naves extraterrestres o fantasmas, de existir, el mecanismo de la curación, el efecto de un acto de magia en la realdiad). Para validarlos, sería necesario conocer muchos datos que el testimonio no nos da. Por ejemplo (y no digo que sea el caso), su amiga pudo estar sometida a un tratamiento médico contra la erupción que hizo efecto
al mismo tiempo que se practicó la acupuntura, o bien la etiología precisa de la afección (de cuyo diagnóstico, origen, agente causal y duración no se nos dice nada) era tal que desaparecería más o menos en ese momento, o bien entró en acción el siempre misterioso efecto placebo (genuino misterio que sólo la ciencia está estudiando en la actualidad, por cierto).
Así, para tener comprobaciones científicas que nos sean útiles, seguramente usted lo sabe, es necesario realizar experimentos con protocolos cuidadosamente diseñados y estrictamente supervisados en cuanto al control de variables, la validez estadística de los métodos de medición y evaluación de resultados y, tratándose de experiencias con sujetos humanos, un sólido y hermético sistema de doble ciego que evite desviaciones de los resultados debidas, entre otras cosas, al ya mencionado efecto placebo.
Ni en la carrera de técnico ortopédico, ni en la de acupuntura (hasta donde yo sé), se ofrece un curso exhaustivo de metodología experimental, con sus apartados de estadística, instrumentación, etc., siendo, como son, carreras orientadss a la puesta en práctica de afirmaciones de terceros.
Sin embargo, usted habla de la "investigación" que realiza. Si tal investigación se ajusta a la metodología que nos ha permitido resolver muchos problemas humanos (desde la construcción de puentes hasta las telecomunicaciones o la cura de la lepra), sería de suponerse que ha sido aceptada para su publicación en alguna revista médica "
peer reviewed" o arbitrada, o que, cuando menos, usted puede hacerla pública para que cualquier investigador interesado pueda analizar sus protocolos, revisar sus resultados estadísticamente y, en su caso, replicarla.
Es decir, el problema no son las evidencias anecdóticas, que abundan en el caso de cualquier forma de curanderismo místico, incluso los más disparatados, de lo cual por supuesto puedo ofrecerle ejemplos si lo desea, sino precisamente la falta de pruebas científicas sólidas que respondan a preguntas clave, por ejemplo:
1. ¿Cómo se determina exactamente por dónde pasan los meridianos en distintas personas de distintas estaturas, complexiones y pesos, qué métodos se utilizan para detectar o distinguir tales meridianos y cómo se diferencian de las áreas adyacentes? Se afirma que los meridianos son tejidos diferenciados que transmiten una "energía" determinada y diferenciada llamada "chi", cosa que no hacen otros tejidos, y por lo tanto los tejidos de los meridianos deben tener una diferenciación anatomofisiológica tan clara como la de las neurona que transmiten impulsos nerviosos electroquímicos respecto de, digamos, los osteoblastos o los hepatocitos.
2. ¿Cómo se define el "chi", cómo se mide, cómo se detecta su movimiento y sus desviaciones o bloqueos? Volviendo al caso de los impulsos nerviosos electroquímicos, es muy fácil medir mediante un electromiógrafo cuando un impulso nervioso está llegando o no a una fibra muscular. Conocemos cada vez mejor la química de los neurotransmisores y podemos diferenciar los impulsos nerviosos de otras formas de energía electromagnética (así funcionan también el electroencefalograma y el electrocardiograma). Ya que usted afirma comprender los mecanismos de acción de la acupuntura, seguramente podrá responder a esto con experimentos correctamente realizados y replicables que demuestren, describan y definan dichos mecanismos desde un punto de vista integrado a las demás ciencias biológicas.
3. ¿Cómo se mide y demuestra la "respuesta de curación interna, un despertar de sistemas inmunológicos y fisiológicos que buscan el objetivo de curar el daño que yo adrede provoqué"? Es decir, una afirmación así debe tener estudios igualmente realizados con corrección que nos señalen de forma demostrable, medible y replicable el aumento de tales o cuales tipos de leucocitos o linfocitos o agentes del sistema inmune en respuesta a las prácticas de "daños" causados a los pacientes. Sería ideal, claro, que antes de hacer sangrar a un paciente, se hubieran llevado a cabo experimentos sangrando animales que demostraran ese aumento estadísticamente significativo de los aspectos mensurables del sistema inmune humano, que afortunadamente conocemos cada vez mejor gracias precisamente a la investigación científica.
4. ¿Cuál es el mecanismo mediante el cual la actividad del cuerpo para defenderse de una lesión (coagulación, cicatrizado) se convierte en una actividad "inmunológica" para atacar afecciones tan distintas como los desarreglos fisiológicos e infecciones no relacionados con la herida que usted provoca adrede y en cuya curación, hasta donde sabemos, no intervienen exactamente los mismos elementos del cuerpo? Generalmente, la multiplicación de las lesiones o ataques al cuerpo vuelve a éste más frágil y le dificulta enfrentarlos todos, tanto que la multiplicación de lesiones puede llegar a hacer imposible la vida. Pero usted propone que una lesión "potencie" de alguna forma la curación de otras. La lógica que utiliza, según la cual incrementar el daño al cuerpo facilita la curación de todos los daños (y que en una reducción al absurdo sugeriría que quizá el cuerpo puede "curarse solo" de una pericarditis si le damos una paliza al paciente) contradice lo que sabemos del cuerpo y sus mecanismos, y por tanto debe estar sustentada en un cuerpo experimental sumamente sólido. La frase aplicable aquí es que las afirmaciones extraordinarias demandan pruebas igualmente extraordinarias, y no es irracional, negativista ni "cerrado" el solicitar tales pruebas para permitir que un grupo de personas le claven agujas a otros.
5. ¿Qué procedimientos diagnósticos se emplean para determinar la aconsejabilidad o no de un tratamiento con agujas, y cuáles son los criterios mismos de tal aconsejabilidad? Así como hay criterios que indican cuándo se debe o no realizar una cirugía, cuándo se debe o no aplicar un esteroide o una rehabilitación por fisioterapia, definidos mediante la experimentación y aplicación del método científico, es importante saber cuáles son tales criterios en el caso de la acupuntura y en qué estudios están basados. Evidentemente, los procedimientos diagnósticos están estrechamente emparentados con la teoría de la enfermedad y, según recuerdo, la medicina china se ocupa de los desarreglos del "chi" según la teoría de la "pestilencia" y su herramienta diagnóstica preferente son las alteraciones del pulso, pero no quisiera agobiarla pidiéndole una definición precisa de las diferencias en el pulso y la cadena que une tal diferencia del pulso con una u otra patología.
6. Si, en sus palabras, "La acupuntura si tiene una explicación científica, y no aplica en esta nada más que la lógica y la comprensión del cuerpo humano y sus respuestas a los estímulos del medio ambiente", ¿cuál es esa explicación científica y cómo se ha validado experimentalmente?
Note usted que no entro en el debate de quiénes son charlatanes y quiénes no, ni en la posible relación entre un procedimiento ritual tan preciso como la acupuntura y otros aspectos que no tienen nada que ver con él, como la salud preventiva, la nutrición y el ejercicio, cuyos beneficios, práctica correcta y posibles peligros han sido definidos también por la ciencia y no por las prácticas del curanderismo. Es más, ni siquiera entro en la descripción anatomofisiológica aceptada por la tradición china, aunque una somera revisión de la misma nos permite determinar sin lugar a dudas que no ha realizado ninguna aportación relevante al conocimiento que hoy tenemos del cuerpo humano, su constitución, funcionamiento y desarreglos. Y mucho menos toco de momento el tema de la "moxibustión", cuyos mecanismos desafían a la racionalidad de manera mucho más violenta que la propia acupuntura.
Dejo claro, además, que no pongo en duda hasta ahora su sinceridad en cuanto a la creencia en la acupuntura y otras prácticas, y espero que pueda diferenciar, en su respuesta, la creencia (o la convicción profunda) del conocimiento y la forma de obtenerlo, y que pueda ofrecer (no a mí, a todo el mundo) los beneficios de su conocimiento omitiendo la parte de la creencia, la fe, las certezas subjetivas, la convicción de la "perfección" de la filosofía china y las evidencias anecdóticas selectas que no sirven como sustento de la ciencia.
Mauricio-José Schwarz