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octubre 13, 2008

Terrible chupacabras o coyote cojo...

Paso por la emisora Cuatro el domingo en la noche y me encuentro... pues lo que siempre se encuentra uno, a Íker Jiménez "El Asombrao" tratando de convertir en misterio lo que no lo es, para lo cual cuenta con la invaluable ayuda de Santiago "Me creo lo que me manden" Camacho.

Tratando de demostrar la existencia de algo raro que dice (porque se le ocurre) que podría ser "el chupacabras" (juáaaa), Santiago Camacho hace una de sus habituales himbestigaciones que consisten en leerse un par de libros charlatanescos y algunas revistas charlatanescas estadounidenses, para explicar con ganas de ser importante cosas que pasaron en Estados Unidos, país que uno duda que haya visitado jamás el empleado de Íker.

Santiago informó de que los "expertos" (esos científicos bobalicones que viven más asombrados que Íker Jiménez, si nos atenemos a las descripciones de estos supuestos misteriólogos) no habían podido identificar a una "extraña bestia" filmada por unos policías en Cuero, Texas, en agosto de este año. Ya me dirá usted quién puede identificar con precisión a un cánido borroso que corre alejándose de la cámara sin verla nunca de frente, de modo que lo único que vemos son unos cuartos traseros en franca huida:


Cuartos traseros que a mí me hicieron pensar de inmediato en un coyote pelón o en un xoloitzcuintle o perro pelón azteca, aunque tratándose de un animal muy valorado, no sería fácil que sus dueños lo abandonaran. Éstos son xoloitzcuintles:


Como fuere, hay que hacer misterio donde no lo hay, e inventar "chupacabras" donde se ve un perro o coyote, claro. Para incrementar la emoción, Santiago Camacho afirmó contundentemente que hace un año, la "Universidad AIM" de Texas recibió muestras de tejidos de otro "asombroso animal" con aspecto de coyote pelón encontrado en el condado de DeWitt y, ante el asombro bien ensayado de su jefe Jiménez aseguró que los tontos universitarios no habían hecho en un año más que asombrarse ante el aterrador "ser", pero que no habían dado el resultado del análisis de ADN del bicho (la "criatura", vaya), dejando en el aire la sugerencia de que podía ser "imposible saber qué animal era" o alguna barbajanada similar.

Como el público al que victimiza Cuarto Milenio de esto no sabe y confía, ingenuamente, en que estos presuntos periodistas lo van a informar, Santiago Camacho no presenta la información completa, que sin embargo se puede encontrar fácilmente en Internet, en inglés y en español. Su objetivo no es informar, sino asombrar, no es dar datos, sino sembrar emociones bastardas. O no se enteró o no supo cómo enterarse.

Resumiendo la historia, en julio de 2007, la señora Phylis Canion dijo que encontró un "extraño animal" atropellado cerca de su rancho en el condado de DeWitt, en Texas, y como haría cualquier persona normal, se llevó el cadáver y lo metió en un congelador (aquí uno, que ya se sabe estas historias, como la del Yeti de no hace mucho, empieza a pensar que doña Phylis estaba ya pensando en cómo sacarle dinero al cadáver que se llevó a casa). Afirmó que algunas gallinas de su casa habían muerto totalmente exanguinadas (cosa que tampoco se ocupó en demostrar), le tomó fotos al animal y, presionada por la prensa, mandó a hacer los mentados análisis de ADN. He aquí la foto:


Por cierto, uno de los invitados de Íker Jiménez le estuvo llenando el hígado de piedritas todo el rato porque al parecer se trata de un tipo bastante serio, Luis Miguel Domínguez, naturalista y realizador de documentales. Primero, desmontó los supuestos misterios de "mutilaciones de ganado" que sólo asombran a urbanícolas que nunca han estado en el campo y no saben cómo funcionan los muchos carroñeros que reciclan cadáveres. Luego, al ver esta foto, coligió astutamente que doña Phylis mentía, porque en lugar de parecer atropellado, el cánido que aparece arriba tiene en la pata delantera derecha una fractura típica de un cepo o trampa en el que debe haber caído. Es lo que tiene saber, tener información real, placer que nunca conocerán Íker y su cuadrilla de cuentacuentos y vendemotos.

Ninguno de los profesionales de la fantasía puso en duda a Phylis, de modo que una vez dejando en el aire el "terrible misterio" chupacabrón que casi le provoca a su patrón una lipotimia de consecuencias impredecibles, Camacho procedió a señalar que algo similar a esta "Bestia de DeWitt" había sido descubierto igualmente muerto en 2004 en el cercano condado de Elmendorf, Texas, predeciblemente llamado "chupacabras o Bestia de Elmendorf", ¿o creía usted que iban a ser originales? Por supuesto, y por decreto de Camacho, que de esto no sabe nada pero le va la manduca diaria en ello, los tres bichos (Elmandorf, DeWitt y Cuero) son los mismos, no pueden ser distintas especies, son igualitos y chupacabrísimos.

Ahora viene la historia que Camacho no le contó, ya sea por un descuido menor o porque es demasiado inútil como investigador para enterarse o bien porque sabe perfectamente que su negocio y el de su jefe es conservar los misterios y engrandecerlos y adornarlos con todo tipo de omisiones, olvidos, trolas, camamas, filfas, exageraciones e impudicias torticeras, y que si los misterios se aclaran por la intervención de los malditos que no creen en lo supernatural y transparanormal, la aclaración debe esconderse como los gatos hacen con sus caquitas, actividad en la que Íker Jiménez se ha revelado como todo un maestro algunas docenas de veces.

Ah, placeres de la himbestigación a cargo de eggspertos con taxímetro...

Lo que no le contaron Íker Jiménez y Santiago Camacho es que al mismo tiempo que se encontró el "chupacabras" o "bestia de DeWitt" se encontraron otros tres animales muy parecidos, y de hecho dona Phylis Canion con gusto se guardó la cabeza de uno, como haría cualquiera de nosotros, sin avisar ni a las autoridades sanitarias, ni a las de vida silvestre ni cosa similar. Aquí, Phylis con la cabeza en cuestión:


Tampoco le contaron que "alguien" (doña Phylis Canion, ¡sorpresa!) decretó que 2007 era el "Año del chupacabras en Texas" y se puso a vender camisetas del chupacabras.

Y, por supuesto, Santiago e Íker tampoco le contaron que sí se hizo el estudio de ADN y EL CHUPACABRAS DE CAMACHO Y JIMÉNEZ ERA UN COYOTE. Punto. Pero claro que el estudio no se hizo, como se inventó Camacho, en la universidad AIM de Texas, ¡que no existe!, sino en la universidad estatal, la Texas State University, campus de San Marcos, en su Departamento de Biología, y los estudios los facilitó el profesor de biología Dr. Michael Forstner, que a fines de ese año fue nombrado jefe de genética de dicha universidad, o sea que algo sabe, fijo más que Camachito.

¿No es genial el himbestigador Camacho, que inteligentemente lanza una pista falsa para que quienes quieran seguirla por su cuenta descubran que, efectivamente, los cientificastros de la inexistente AIM University de Texas no han informado de un análisis que hicieron otros? ¡Periodismo en estado puro!

Pues los estudios se hicieron y en noviembre de 2007, en los tiempos normales de un estudio de ADN, y con la actitud científica de desvelar misterios, el doctor Forstner anunció que el ADN era de un típico coyote tejano. En esos tres meses, sin embargo, doña Phylis ya había vendido 10 mil camisetas.

¿No han dado resultados, Santiago Camacho? No seas mentiroso. Seguramente tu mamá no te educó para ser un embusterazo.

Por supuesto, la señora Canion declaró que "ella nunca negó que el animal no tuviera algo de coyote" (al parecer el ADN, jejé). Pero lo que la convierte en toda una misterióloga y vendedora de camisetas de éxito es lo otro que afirmó al diario Star-Telegram según lo cita incluso el sitio UFO Review, nunca sospechoso de escepticismo o defensa alguna de la inteligencia: "Lo que discuto es que las pruebas no fueron lo suficientemente profundas o detalladas para decirme qué más podía tener ese animal". O sea, tiene que ser algo más que un coyote o no vendo camisetas, y al demonio con el ADN.

Tenía 100% coyote, Phylis, Santiago, Íker... tenía un ADN de Canis latrans, algo más común que cruzar la calle con la señal en verde.

Pero Doña Phylis, que como todos los de su tribu no suelta la presa una vez que vio el dinero, insistió que podía ser un mutante genéticamente pelón (como el xoloitzcuintle), y entonces entró en escena el verdadero experto, Dr. Danny B.Pearce, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Tecnológica de Texas en Lubbock, explicó pacientemente que la causa de la extraña calvicie era lo que en inglés se conoce como "sarcoptic mange", y en español se llama escabiosis o, simplemente, sarna.

Finalmente, por cierto, Santiago Camacho tampoco le contó que la "bestia de Elmendorf" de 2004 también se identificó rápidamente como... un perro sarnoso.

¿A usted le parece suficiente desvergüenza? Por si no, Íker presentó después a una conocida domadora de fantasmas del tremendamente fantasmal Grupo Hepta, que dice más barbaridades paranormaloides por minuto que kilómetros por hora puede correr Fernando Alonso, pero mi estómago me pidió que pasara mejor a ver un documental en Canal de Historia sobre los supervivientes de los Andes, héroes de verdad y no de chicle como los "valerosos eggspertos de la nave del misterio" de Íker Jiménez.

Nota el 13/10 a las 13:00 Astutamente, Juan Luis Crespo me dice que la "Universidad AIM" de Camachito puede ser la "Universidad A&M", es decir, la "Universidad Agrícola y Mecánica de Texas", un tecnológico que sí existe pero que no tuvo nada que ver en esta historia, de todos modos.