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El servicio Sitemeter que nos proporciona el recuento de visitas a este blog (demostrando que tenemos más visitantes que, incluso, el sitio de Santi Molezún, con un promedio de casi 100 visitantes diarios) permite también ver qué búsquedas estaban haciendo los internautas en los más importantes motores (Google, Yahoo!, MSN, Altavista) para llegar a este cocedero de embaucadores.
A veces las búsquedas de la gente son bastante obvias. Palabras o conceptos simples como "auriculoterapia" o "jaula de Faraday" que arrojan entre sus resultados referencias a nuestro blog.
Pero en otras ocasiones las búsquedas son sumamente reveladoras. Por ejemplo, "cómo saber si poseo la habilidad de la telekinesis" (asunto que merece que un día le demos un repaso a J.B. Rhine, a su desorden experimental y a los vivales que siguen ordeñando el nombre del desprolijo investigador)
Otro busca "fotos del padre Marcial Maciel". Sí hemos mencionado a este gurú de la ultraderecha católica mexicana que tanto poder detenta en el Vaticano, en México y en España, pero resulta curioso que a alguien le interese conocer la faz de este personaje, misma que puede conocer aquí cuando era jovencito (actualmente tiene 84 años). Ahora que, si está interesado en las andanzas de este iluminado, bien puede también visitar esta página de Pepe Rodríguez donde se relatan las acusaciones de abusos sexuales que ocho alumnos de Maciel hicieron ante el Vaticano sin lograr conmover a Juan Pablo II, y recorrerse este sitio que detalla cómo el PP español le dio 4 millones de euros del erario al grupo (por algo a los Legionarios de Cristo, el grupo de Maciel, se les conoce también como los Millonarios de Cristo), o repasar este otro sitio que da cuenta de la vinculación entre Marcial Maciel Degollado y la esposa del presidente de México (y aspirante impaciente a sucederlo) Martha Sahagún.
Otra búsqueda que nos alucinó (o flipó, como se dice en España) es "viagra dilucion homeopatica". Tan curiosa búsqueda lleva a dos sitios que contienen esas tres palabras, nuestro blog y un artículo llamado "Psicosexología y homeopatía", incluido en el área de "Medicina natural" (por supuesto) de un sitio llamado "sexovida.com". En el delirante artículo que osan firmar el Lic. Norberto Litvinoff, psicólogo y sexólogo, y Alberto Chislovsky, analista junguiano (es decir, ninguno de los dos es médico), se suelta la siguiente vaguedad: "Se están por realizar estudios con la dinamización homeopática del Viagra, que no sólo exacerbaría sus potencialidades eréctiles, si no que además carecería de contraindicaciones, dada la naturaleza propia de la fabricación del remedio homeopático..."
Pues si se están por realizar les podemos ir informando que al diluir el o la Viagra pasa exactamente lo mismo que cuando se diluye cualquier cosa: sus efectos disminuyen.
De algunas cosas que la gente busca, los datos sólo los hay en inglés, así que aprovechamos esta oportunidad para trasladarlos al castellano. Tal es el caso del mayor experimento homeopático de la historia: el suicidio masivo por homeopatía de un grupo de ciudadanos belgas.
Hace pocos meses, para protestar por la enorme estupidez de las aseguradoras belgas, que decidieron empezar a cubrir el 20% de los gastos homeopáticos de sus asegurados a costillas, por supuesto, de todos los asegurados del país, 23 belgas decidieron probar la falsedad de la fantasía homeopática de que "diluir y agitar" una sustancia la hace "más potente". Para ello, hicieron un coctel mortal que incluía veneno de víbora, belladona, arsénico y leche de perro (el riesgo acá estaba en ordeñar a un pitbull y salir con las dos manos enteras, al parecer). Dado que la disolución común en los pseudoremedios homeopáticos es la llamada 30C, decidieron diluir su atroz mezcla siguiendo las indicaciones que Hahnemann se sacó de la manga. Una dilución 30C significa que la sustancia (en este caso el veneno), se diluye 10^60 (10 a la 60 potencia) veces, es decir, un 10 seguido de 60 ceros. Para darse una idea de lo que significa esa dilución tan común en el delirio homeopático, vale la pena señalar que todo el planeta Tierra tiene solamente 10^50 moléculas (un 10 seguido de 50 ceros). Según los homeopateadores, esa dilución es tremendamente poderosa, y tal es el nivel de dilución al que venden mejunjes en sus tiendas de magia. Diluidos en alcohol (al modo homeopático) y debidamente agitados, los ingredientes del coctel mortal, según los homeópatas, liberarían sus espíritus enormemente potenciados, matando a quien los tomara con mayor eficacia que si se los hubieran tomado sin diluir ni dinamizar (o sucusionar). Allá fueron los escépticos y tras ellos la radio y la televisión. Se preparó el brebaje siguiendo las prácticas homeopáticas y los 23 salvajes cientificistas se tomaron cada uno el equivalente a varios comprimidos o gotas homeopáticas: un vaso del resultado. ¿Adivina usted lo que pasó después? Pues que los muy cabronazos no se murieron. Ni siquiera sintieron cosquillas en las tripas, sólo los naturales efectos de un vaso de alcohol puro.
Varios llegan por acá buscando las palabras "el retorno de los brujos", nombre de aquel famoso tamal de Louis Pauwels y Jacques Bergiere que tan famoso fuera en los años 60 y 70, y que hizo que muchos se interesaran en todo tipo de misticismos y esoterismo. El libro es un compendio de cosas que comparten la característica singular de no funcionar pero de ser "interesantes" a primera vista, desde catedrales hasta ovnis, desde Gurdjieff hasta la teoría de la Tierra cóncava, casi todas las charlatanerías conocidas entonces entraban en tal tabique. Obviamente, el título de este blog es un antihomenaje a las imbecilidades que coleccionaron los dos amigos.
Una cantidad asombrosa de visitas (al menos una docena de los más de seis mil visitantes que han pasado por acá en tres meses) buscan "las hadas de Cottingley", el famoso fraude de dos niñas aficionadas a la fotografía que llegó a creer incluso Arthur Conan Doyle, quien por desgracia nunca compartió la seria racionalidad de su creación, Sherlock Holmes. Para quienes están interesados en el tema, vale la pena que vean las fotos originales aquí (pueden hacer clic en cada una de las fotos para verla en grande) y después, ya habiendo constatado que las hadas parecen recortes planos, ir aquí para ver una de las ilustraciones del poema de Alfred Noyes "Un hechizo para un hada", publicado en 1914 en el libro Princess Mary's Gift Book de Claude Shepperson, uno de cuyos ejemplares, tres años después, recortaron, colorearon y dotaron de alas las hacendosas Frances Griffiths y Elsie Wright para verle la cara de bobos a los adultos que las rodeaban.
Al menos un visitante llegó acá buscando "fenómenos para anormales". Aunque no hay modo de saber si lo escribió así por malicia o por ignorancia, yo prefiero creer en la mala leche humana y opto por la malicia.
Otros ya buscan con clara intencionalidad, como el que llegó a estos lares con la búsqueda "quiropractica ¿ciencia o fraude?", pero algunas búsquedas tienen un cierto pathos que no puede sino preocupar a alguien con imaginación despierta. Búsquedas como "magnetoterapia infertilidad" nos hacen pensar en alguien, quizá una pareja, buscando ilusionadas algún remedio a su infertilidad (por supuesto, los vendedores de imancitos dicen que sus rayos mágicos "curan la infertilidad" sin importar a qué se deba, y por supuesto mienten), o alguien que buscó "sofrología éxito deportivo" y nos hizo pensar en un atleta decidido a triunfar como fuera, antes de enterarnos de que existe, realmente, un libro llamado Sofrología y éxito deportivo de una doctora Edith Perreaut-Pierre. Sería interesante saber a qué se refiere la doctora, pero no vamos a sacudir los 14 euros que cuesta el tomo.
Finalmente, hoy tenemos también a alguien que busca "qué enfermedades cura la orinoterapia". La tremenda cochinada de beberse uno sus propios meados (llevándole la contraria a su cuerpo, algo que suena bastante antinatural) metiéndose de vuelta lo que el cuerpo echa fuera es una práctica no del todo inocua, y menos si uno tiene problemas de exceso de ácido úrico, gota u otras afecciones, aunque los pipiterapeutas (o meadomédicos) digan que "no hay contraindicaciones". Quienes sufren insuficiencias renales pueden tener, sí, una pequeña reacción secundaria y morirse. El hecho real es que no hay ninguna base para las afirmaciones delirantes que hacen estos curanderos respecto de los beneficios de esta práctica. Claro que habrá que ver si los seguidores de la "medicina ayurvédica" que promueve la orinoterapia también abrazan encantados otros "remedios milenarios" del ayurveda, como comer heces de cabra para la indigestión.
Sólo vale la pena señalar que hasta proponentes de esta porquería como las "doctoras" Beatrice Barnett y Margie Adelman advierten que quienes beben su propia orina pueden sufrir efectos secundarios nocivos como náusea, migrañas, forúnculos en la piel, urticaria, espinillas, palpitaciones, diarrea, ansiedad y fiebre. Para que lo tengan presente antes de beberse ese apetitoso vaso de meados.
Tales son los enredados caminos por los que la gente aterriza en este blog. Todos, claro, son bienvenidos. Incluso los que vienen a hacer berrinche y a desearnos lo peor.
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junio 30, 2004
junio 27, 2004
La tensión kármica de la letra jota
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Jaime Maussán, Javier Sierra, Josep Guijarro, Fernando Jiménez del Oso, Iker Jiménez, J.J. Benítez... estos nombres y otros muchos tienen algo en común.
No, no sólo que denotan a rascabuches que ejercen, promueven y difunden el pensamiento desordenado y las pamplinas más absurdas para su mayor gloria.
Es algo mucho más esotericón y misterioso.
Todos tienen la letra "j".
Jo-er, ¿no?
Bueno, para la gente normal y sin problemas mentales demasiado severos, tal cosa sería una simpática coincidencia, nada que viole la ley de probabilidades. Y eso sin contar con que cualquiera que use la cabeza para algo más que ponerse el sombrero se apresurará a señalar los nombres de numerosos personajes de la parasitontería que no llevan la fatídica "j".
Pero hagamos un juego imaginando cómo podrían manejar este hecho (del que no se han dado cuenta, con su característica habilidad) los paranormalólogos de acuerdo a su retorcida, miope y boba forma de ver el mundo.
Abracemos por un rato el pensamiento desordenado de los charlatanazos, aunque admito que me es imposible imitar su espantosa ortografía y su tullida gramática.
La letra "j" y los hombres superiores
La presencia de la letra "j" en el nombre de los más destacados expertos investigadores de los fenómenos parapsicológicos o transcientíficos no puede, en concepto alguno, hacerse de lado como una simple coincidencia, como quisieran los científicos atados a los estrechos confines de la razón. Ante un hecho tan impresionante, es importante hacer las preguntas correctas: ¿Qué significado tiene la persistencia de esta letra? ¿Quién es responsable de este asombroso hecho? ¿Qué misterios expresa y qué mensaje está tratando de enviarnos?
La numerología
En principio, la "j" es la décima letra del alfabeto si no contamos la "ch", pero si contamos la "ch" se trata de la undécima letra del alfabeto. Restando 10 de 11, el valor numerológico que podemos obtener es "1", lo cual no deja de ser asombroso, pues este 1 nos habla con toda claridad de la unicidad del todo, del Tao y de la continuidad entre la ciencia de los atlantes y los descubrimientos de pirámides en Marte. Todo es Uno y Uno es Todo, nos dice.
Pero ahí no queda la cosa: en el sistema de Pitágoras a la letra I le corresponde el número 9 y a la letra J el número 1, como nos informan los numerólogos cabalistas más destacados de Internet.
Así, no cabe duda de que llevar la letra "j" en el nombre representa que su portador es único, extraordinario, conductor de hombres y personaje destinado a la fama.
¡Que es exactamente lo que pasa con los preclaros sujetos de nuestro análisis!
Investigadores de seriedad incuestionable como los que ofrecen su sabiduría en http://www.astrology-numerology.com/num-lifepath.htm o en http://members.aol.com/AspireA1/index5.html nos dicen que el 1 es el número de los líderes naturales, de los individualistas ambiciosos, destinados a grandes cosas y que generalmente alcanzan la fama por sus logros, algo que se comprueba con toda facilidad viendo la importancia mediática de los investigadores expertuales que nos ocupan en este somero análisis, incluido el padre adorado de la parapsicología de laboratorio, J. B. Rhine, el padre de la psicofonía transcomunicacional, Friedrich Jürgenson, y el padre de las hermanas Fox, las primeras médiums espiritistas, John Fox.
Vista la validez de la numerología en el análisis arquetípico de los elementos comunes a la personalidad, al aura y a las influencias planetarias sobre nuestros estudiados, vale la pena ahondar en las innúmeras variaciones de la jota.
Las pasmantes variaciones de la "j"
La letra "j" no existe en muchos idiomas, pero sí existe, misteriosamente el sonido o la pronunciación de la "j". Así, por ejemplo, vemos que extrañamente la "j" parece estar ausente del nombre del fundador de la astroarqueología, el venerable Erich Von Däniken.... ¡hasta que nos damos cuenta de que su nombre se pronuncia "Érij", con lo cual la "j" se hace presente nuevamente con su mensaje transdimensional! Y para refutar definitivamente a los fanáticos cientificistas que fungen de inquisidores contra el conocimiento verdadero que aquí ofrecemos, habría que recordar también que la omnipresente "j" no sólo está en los nombres de los más preclaros investigadores, sino que es una constante en los nombres de los grandes iluminados, como Giorgio Bongiovanni (cuyo nombre, para nuestra sorpresa, significa "Jorge" en español, y su apellido "Buen Juan" ¡dos jotas juntas!), Helen P. Blavatsky (cuyo nombre en inglés se pronuncia "Jelén"), el Sai Baba (ya vimos la identidad entre la "i" y la "j") y los primeros abducidos de la historia, Betty y Barney Hill... ¡¡¡apellido que, asombrosamente, también se pronuncia "Jil"!!!
El Tarot y la "j"
El divino Tarot, que es depósito de toda sabiduría como todo el mundo sabe, tiene también algo qué decirnos respecto a este misterio maravilloso. Al no poderlo mejorar, copiamos lo que nos dice el magnífico sitio "Lugar de conocimiento" sobre un aspecto asombroso de la carta tarótica de La Suma Sacerdotisa:
Representa el subcosciente. La intuición y los sueños. Esta carta nos habla de nuestra intuición y almacenamiento de todas nuestras vivencias, la memoria.
En esta Carta se representan los siete principios heméticos. La Ley de Polaridad, representada por las dos columnas, en la columna blanca se observa la letra J (Jakin) relacionada con la idea positiva y activa, y en lcolumnaq vemos la letra B (Boaz) que es lo negativo y pasivo. Estas dos columnas representan todo lo masculino y femenino.
¡La "jota", nuevamente, es lo positivo y activo, estrechamente relacionada con los personajes que analizamos!
¿Hace falta decir más?
La poderosa runa "Ger"
Pues por si los escépticos remisos y burritercos no tuvieran ya razones bastantes para postrarse a los pies de nuestros héroes, vale la pena recordar que el equivalente rúnico de la letra "j" es la importantísima runa "GER", de la cual este otro sitio maravilloso del muy serio Centro Natural de Técnicas Alternativas nos informa los siguientes datos trascendentales:
Relacionada con la cosecha, anuncia que es hora de recoger los frutos del trabajo bien hecho, de una relación, una meditación...
Significa "año próspero". Se dice jëran en germánico, gaar en gótico, oe en antiguo danés y aar en antiguo noruego. Corresponde a la letra J de nuestro alfabeto.
Interpretación: También se ve siempre en la misma dirección, es la runa de la prosperidad, de la riqueza y la fortuna, del éxito futuro, que llegará pero con esfuerzo. Representa a la cosecha, que llega después de un largo año de trabajo. Indica una situación que prospera y que mantendrá las promesas, pero teniendo la paciencia suficiente.
Palabras clave: Progreso, evolución, crecimiento, triunfo, prosperidad futura, trabajo, paciencia
¡Es como si fuera una radiografía de los tremendos investigadores que nos ocupan!
Ahora sí, ¿hace falta decir más?
Nuestra seria, objetiva y cuidadosa investigación sobre el verdadero significado de la letra "j" en la vida y obra de estos iluminados, sin embargo, no estaría completa si no desentrañamos el mensaje que las fuerzas universales nos están transmitiendo al darle a estos personajes, a éstos y no a otros miserables críticos pobretones y resentidos, la presencia hipomagnética de la letra "j".
El antiguo Egipto y la "j"
En el antiguo Egipto (que se puede escribir, claro, Ejipto, con la debida "j"), para aumentar nuestro sobrecogimiento, hay numerosas deidades cuyo nombre comienza con la letra "j", entre ellas Jefethernebes, Jentyamentiu, Jentijati, Jentisehneter, Jepri y Jnum.
Pero eso no es todo.
La pronunciación correcta del nombre del gran rey-sacerdote hereje, Akhenatón es "Ajnatón", mientras que el nombre de su hijo, el poseedor del mayor tesoro jamás descubierto en una tumba egipcia, Tutankamón es, increíblemente, Tutanjamón, ¡incluyendo también la letra "j", lo que bien podría indicar que era un iniciado!
La letra "j", la "jota" que adorna a los brillantes investigadores a los que hacemos referencia, todos ellos sacrificados estudiosos que han decidido entregar su vida al conocimiento real y sólido, es por tanto un aviso de que a ellos debemos seguirlos sin cuestionarlos, adorarlos sin criticarlos y apoyarlos sin esperar recompensa como las que ellos justamente disfrutan por su entrega y dedicación, y como hemos visto, esta conclusión la avalan las más diversas disciplinas paracientíficas.
Así que a ver si se dejan de estar jodiendo.
Jaime Maussán, Javier Sierra, Josep Guijarro, Fernando Jiménez del Oso, Iker Jiménez, J.J. Benítez... estos nombres y otros muchos tienen algo en común.
No, no sólo que denotan a rascabuches que ejercen, promueven y difunden el pensamiento desordenado y las pamplinas más absurdas para su mayor gloria.
Es algo mucho más esotericón y misterioso.
Todos tienen la letra "j".
Jo-er, ¿no?
Bueno, para la gente normal y sin problemas mentales demasiado severos, tal cosa sería una simpática coincidencia, nada que viole la ley de probabilidades. Y eso sin contar con que cualquiera que use la cabeza para algo más que ponerse el sombrero se apresurará a señalar los nombres de numerosos personajes de la parasitontería que no llevan la fatídica "j".
Pero hagamos un juego imaginando cómo podrían manejar este hecho (del que no se han dado cuenta, con su característica habilidad) los paranormalólogos de acuerdo a su retorcida, miope y boba forma de ver el mundo.
Abracemos por un rato el pensamiento desordenado de los charlatanazos, aunque admito que me es imposible imitar su espantosa ortografía y su tullida gramática.
La letra "j" y los hombres superiores
La presencia de la letra "j" en el nombre de los más destacados expertos investigadores de los fenómenos parapsicológicos o transcientíficos no puede, en concepto alguno, hacerse de lado como una simple coincidencia, como quisieran los científicos atados a los estrechos confines de la razón. Ante un hecho tan impresionante, es importante hacer las preguntas correctas: ¿Qué significado tiene la persistencia de esta letra? ¿Quién es responsable de este asombroso hecho? ¿Qué misterios expresa y qué mensaje está tratando de enviarnos?
La numerología
En principio, la "j" es la décima letra del alfabeto si no contamos la "ch", pero si contamos la "ch" se trata de la undécima letra del alfabeto. Restando 10 de 11, el valor numerológico que podemos obtener es "1", lo cual no deja de ser asombroso, pues este 1 nos habla con toda claridad de la unicidad del todo, del Tao y de la continuidad entre la ciencia de los atlantes y los descubrimientos de pirámides en Marte. Todo es Uno y Uno es Todo, nos dice.
Pero ahí no queda la cosa: en el sistema de Pitágoras a la letra I le corresponde el número 9 y a la letra J el número 1, como nos informan los numerólogos cabalistas más destacados de Internet.
Así, no cabe duda de que llevar la letra "j" en el nombre representa que su portador es único, extraordinario, conductor de hombres y personaje destinado a la fama.
¡Que es exactamente lo que pasa con los preclaros sujetos de nuestro análisis!
Investigadores de seriedad incuestionable como los que ofrecen su sabiduría en http://www.astrology-numerology.com/num-lifepath.htm o en http://members.aol.com/AspireA1/index5.html nos dicen que el 1 es el número de los líderes naturales, de los individualistas ambiciosos, destinados a grandes cosas y que generalmente alcanzan la fama por sus logros, algo que se comprueba con toda facilidad viendo la importancia mediática de los investigadores expertuales que nos ocupan en este somero análisis, incluido el padre adorado de la parapsicología de laboratorio, J. B. Rhine, el padre de la psicofonía transcomunicacional, Friedrich Jürgenson, y el padre de las hermanas Fox, las primeras médiums espiritistas, John Fox.
Vista la validez de la numerología en el análisis arquetípico de los elementos comunes a la personalidad, al aura y a las influencias planetarias sobre nuestros estudiados, vale la pena ahondar en las innúmeras variaciones de la jota.
Las pasmantes variaciones de la "j"
La letra "j" no existe en muchos idiomas, pero sí existe, misteriosamente el sonido o la pronunciación de la "j". Así, por ejemplo, vemos que extrañamente la "j" parece estar ausente del nombre del fundador de la astroarqueología, el venerable Erich Von Däniken.... ¡hasta que nos damos cuenta de que su nombre se pronuncia "Érij", con lo cual la "j" se hace presente nuevamente con su mensaje transdimensional! Y para refutar definitivamente a los fanáticos cientificistas que fungen de inquisidores contra el conocimiento verdadero que aquí ofrecemos, habría que recordar también que la omnipresente "j" no sólo está en los nombres de los más preclaros investigadores, sino que es una constante en los nombres de los grandes iluminados, como Giorgio Bongiovanni (cuyo nombre, para nuestra sorpresa, significa "Jorge" en español, y su apellido "Buen Juan" ¡dos jotas juntas!), Helen P. Blavatsky (cuyo nombre en inglés se pronuncia "Jelén"), el Sai Baba (ya vimos la identidad entre la "i" y la "j") y los primeros abducidos de la historia, Betty y Barney Hill... ¡¡¡apellido que, asombrosamente, también se pronuncia "Jil"!!!
El Tarot y la "j"
El divino Tarot, que es depósito de toda sabiduría como todo el mundo sabe, tiene también algo qué decirnos respecto a este misterio maravilloso. Al no poderlo mejorar, copiamos lo que nos dice el magnífico sitio "Lugar de conocimiento" sobre un aspecto asombroso de la carta tarótica de La Suma Sacerdotisa:
Representa el subcosciente. La intuición y los sueños. Esta carta nos habla de nuestra intuición y almacenamiento de todas nuestras vivencias, la memoria.
En esta Carta se representan los siete principios heméticos. La Ley de Polaridad, representada por las dos columnas, en la columna blanca se observa la letra J (Jakin) relacionada con la idea positiva y activa, y en lcolumnaq vemos la letra B (Boaz) que es lo negativo y pasivo. Estas dos columnas representan todo lo masculino y femenino.
¡La "jota", nuevamente, es lo positivo y activo, estrechamente relacionada con los personajes que analizamos!
¿Hace falta decir más?
La poderosa runa "Ger"
Pues por si los escépticos remisos y burritercos no tuvieran ya razones bastantes para postrarse a los pies de nuestros héroes, vale la pena recordar que el equivalente rúnico de la letra "j" es la importantísima runa "GER", de la cual este otro sitio maravilloso del muy serio Centro Natural de Técnicas Alternativas nos informa los siguientes datos trascendentales:
Relacionada con la cosecha, anuncia que es hora de recoger los frutos del trabajo bien hecho, de una relación, una meditación...
Significa "año próspero". Se dice jëran en germánico, gaar en gótico, oe en antiguo danés y aar en antiguo noruego. Corresponde a la letra J de nuestro alfabeto.
Interpretación: También se ve siempre en la misma dirección, es la runa de la prosperidad, de la riqueza y la fortuna, del éxito futuro, que llegará pero con esfuerzo. Representa a la cosecha, que llega después de un largo año de trabajo. Indica una situación que prospera y que mantendrá las promesas, pero teniendo la paciencia suficiente.
Palabras clave: Progreso, evolución, crecimiento, triunfo, prosperidad futura, trabajo, paciencia
¡Es como si fuera una radiografía de los tremendos investigadores que nos ocupan!
Ahora sí, ¿hace falta decir más?
Nuestra seria, objetiva y cuidadosa investigación sobre el verdadero significado de la letra "j" en la vida y obra de estos iluminados, sin embargo, no estaría completa si no desentrañamos el mensaje que las fuerzas universales nos están transmitiendo al darle a estos personajes, a éstos y no a otros miserables críticos pobretones y resentidos, la presencia hipomagnética de la letra "j".
El antiguo Egipto y la "j"
En el antiguo Egipto (que se puede escribir, claro, Ejipto, con la debida "j"), para aumentar nuestro sobrecogimiento, hay numerosas deidades cuyo nombre comienza con la letra "j", entre ellas Jefethernebes, Jentyamentiu, Jentijati, Jentisehneter, Jepri y Jnum.
Pero eso no es todo.
La pronunciación correcta del nombre del gran rey-sacerdote hereje, Akhenatón es "Ajnatón", mientras que el nombre de su hijo, el poseedor del mayor tesoro jamás descubierto en una tumba egipcia, Tutankamón es, increíblemente, Tutanjamón, ¡incluyendo también la letra "j", lo que bien podría indicar que era un iniciado!
La letra "j", la "jota" que adorna a los brillantes investigadores a los que hacemos referencia, todos ellos sacrificados estudiosos que han decidido entregar su vida al conocimiento real y sólido, es por tanto un aviso de que a ellos debemos seguirlos sin cuestionarlos, adorarlos sin criticarlos y apoyarlos sin esperar recompensa como las que ellos justamente disfrutan por su entrega y dedicación, y como hemos visto, esta conclusión la avalan las más diversas disciplinas paracientíficas.
Así que a ver si se dejan de estar jodiendo.
junio 24, 2004
Entremés sobre una engañifa menor de Ijota
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El ejemplo de la "seriedad" que tiene Iker Jiménez (Ijota) como "investigador" y de la "precisión" de que hace gala como "experto" (apenas una demostración de cómo se puede prostituir la noble profesión del periodismo arrastrándola por el cieno) que nos ocupa hoy, como prolegómeno al éxito fantástico, sensacional y supraterreno que va a disfrutar este especimen el día de mañana con su "alerta mentecata internacional", es un parrafillo que excreta referido a una foto que le mandaron unos crédulos a quienes su infantil fantasmagoria convirtió en "misterio" con cara y toda la cosa.
La realidad de esta tontería de foto, que sólo puede hacer babear como dragón de Komodo a un personaje de la escasa capacidad crítica o el descaro homérico de quien nos ocupa, se explica claramente en el blog Girl in black (que pese al sabroso título está en español) y no vamos a refritearlo ni a repetirlo, sino que lo invitamos a que lea la historia, vea la foto, visite los enlaces, vea cómo se plagian entre sí los profesionales de la memez y, mientras lo hace, preste atención a la siguiente frase de Ijota sobre la "asombrosa foto":
Nuestro experto en lides informáticas -José Manuel García Bautista- realizó un primer análisis en compañía de Rafael Cabello y no detectó señales de fraude por fotocomposición. El Pixelado verificaba una misma realidad.
Suena verdaderemente acojonante, ¿no? Todo un "experto" en "lides informáticas" (sean lo que sean) acompañado ni más ni menos que de otro tipo que no es absolutamente nadie hace un "análisis" del que nada se nos cuenta de una foto cuyas características se nos escamotean y este dúo de mentes superiores (o mentes prodigiosas que suspendieron el examen de admisión a tan memorable estulticia televisual de la parapayasada) "no detectaron señales de fraude por fotocomposición".
Pero no sólo eso, ¡oh, hermanitos!, sino que además El Pixelado (así, en mayúsculas reverenciales) "verificaba una misma realidad".
Putamá, como diría mi tío Carlos, el testimonio de José Manuel García Bautista, Rafael Cabello y El Pixelado (que tiene nombre de luchador mexicano enmascarado) debe ser suficiente para que cualquiera concluya que la foto debe ser considerada "misteriosa", si no es que directamente preternatural y acojonadora de multitudes.
Tal es la idea que nos transmite la tersa prosa hamburguesera de Ijota.
Ijota falta, por supuesto, a la verdad.
José Manuel García Bautista, como lo proclama engreídamente en su propia página de autobombo, es diplomado por la Universidad de Sevilla en electrónica industrial y telecomunicaciones (es la única persona en Internet que parece tener tal título, la Universidad de Sevilla no parece impartirlo ya, al menos con ese nombre), así como por el Ministerio de Energía e Industria en electricidad, está "especializado" en informática de programación e idiomas (especialidad que en Internet sólo aparece ligada a José Manuel, que será el único con tal especialidad, suponemos) y está estudiando relaciones laborales (otro diplomado) en la Universidad de Sevilla.
O sea, para que usted lo tenga perfectamente claro: este tío no tiene ninguna formación ni experiencia en cuanto a la generación de imágenes por ordenador o computadora, ningún conocimiento fotográfico del que presumir, nada de experiencia en el análisis de imágenes generadas digitalmente, y la informática le interesa tanto que ha cambiado de oficio.
Tremendo experto nos acecha.
La otra parte de esta yunta es Rafael Cabello Herrero, del que se sabe que al menos está consciente de que llamarse "investigador" es una exageración y que se metió en el cuento desde que le tomó unas fotos a algo en el cielo e, influido por el panfletoide Karma 7, decidió que esa cosa seguramente se trataba de una nave extraterrestre tripulada. De sus estudios no se sabe nada, pero al leer lo que escribe con su adlátere se deduce que son escasos y le hicieron poco provecho.
Desde hace años, estos dos espantapájaros se dedican a dueto (desprestigiando a los duetos serios como Martes y Trece o Rómulo y Madaleno) a promover la credulidad en fenómenos para anormales, con tan buen tino o tan mal sistema que siempre resulta que todo lo que "investigan" es un verdadero misterio. Dicho de otro modo, no descubren un embuste ni aunque les muerda una nalga.
A estos dos crédulos profesionales les llama un amiguete que vive del cuento y ocasionalmente los promueve inflándoles el ego, y les encarga averiguar si una foto es "real" o no... ¡y resulta que es "real"!
¡Asombroso! ¿Quién lo hubiera dicho?
El dueño de "Milenio 3" oculta estos datos y presenta al primero como "experto en lides informáticas" (al segundo ni lo presenta) en vez de confesar que se trata de habitantes de su peculiar zoológico de la zafiedad.
Lo que tampoco les dice Ijota a sus pobres lectores es que toda su parrafada es un embuste. Viendo una fotografía digital (tomada con cámara digital o posteriormente escaneada), no hay forma de descubrir más que las más burdas manipulaciones. Y si uno hace alguna manipulación digital en alta resolución (digamos, en una imagen de 6 megapixeles a 300 puntos por pulgada) y una vez terminada la reduce a un tamaño "de pantalla" de 800x600 (menos de medio megapixel) y además la comprime un poco con el algoritmo JPEG, no existe forma de detectar la manipulación que pueda haber habido antes.
(Todo esto no quiere decir que en este caso haya habido manipulación, como lo sabe usted si ya leyó el blog "The girl in black" y visitó sus enlaces, simplemente demuestra el basto y vasto nivel de mendacidad voluntaria en que se empeñan estos pelagatos para vender misterios inexistentes.)
La fotografía que nos ofrece para engatusarnos Ijota es de 723 x 890 pixeles (si uno la extrae de la página, porque en la página misma aparece reducida a 199 x 243). La imagen tiene una fuerte compresión jpg, como se ve por los "artefactos" en forma de cuadros que se ven al ampliarla, y que son una característica de esta compresión "con pérdida", que sacrifica información a cambio de reducir el tamaño. Pero lo importante es el "objeto misterioso" que según éstos tiene "un rostro", y ése sólo mide 160 píxeles de ancho por 270 de alto, demasiado poco para analizar nada en él. Para remate, nos cuenta Ijota, el cuadrito está tomado de una foto mayor donde aparecen personas que han sido oportunamente recortadas para asombrarnos con este detallito, así que puede ser incluso una interpolación (ampliación digital) de un original más pequeño. Su información está, pues, alterada por los algoritmos (sucesión de procesos matemáticos) usados para tratar la imagen.
Un cuento como el de caperucita, pues. Lo único claro que se puede deducir de la foto es que el objetivo usado en la cámara tiene una fuerte aberración cromática que hace sospechar que no es de muy alta calidad (véase la línea roja que corre en el borde izquierdo del trocito de capirote que se ve abajo).
Obviamente los expertos simuladores de Ijota no saben lo que se puede y lo que no se puede detectar en un cuadro de negativo o diapositiva de película fotográfica manipulado, en una copia y en una copia de copia, y menos sobre la información real que ofrece una imagen digital más allá de los cuentos desaforados que inventan el cine y la televisión.
¿Por qué cree usted que antes los embaucadores fotógrafos de platívolos sólo mostraban impresiones sacadas de un negativo tomado de la supuesta "foto original" de su maravilla, mientras el negativo original siempre se lo comía el perro, se perdía o se lo llevaban "los hombres de negro"? Esto se debía a que el grano de la película es sensible a manipulaciones y, con un microscopio o incluso una ampliadora para impresiones de buen tamaño, se pueden ver irregularidades en la continuidad del grano de la emulsión que les tiraban el negocio a los simuladores. Nada más. La información del grano original se pierde al hacer copias de copias o al digitalizar. Y lo saben.
La fotografía digital es, amiguitas y amiguitos, otra historia. A diferencia del "grano" de la emulsión fotográfica, que es irregular y por tanto resulta observable cuando se pega una foto encima de otra, los píxeles de los sensores de escáners y cámaras digitales están alineados con absoluta precisión, sin ninguna irregularidad. De modo que aunque los dos cuentistas citados como "expertazos" por Ijota lo fueran realmente, aunque hubieran trabajado con George Lucas en Industrial Light and Magic creando efectos especiales y se hubieran pasado el tiempo necesario conociendo las capacidades de programas como PhotoShop o 3DStudio, y hubieran visto de cerca muchos trucos, no tendrían modo de decir con certeza que una imagen no haya sido manipulada a menos que la manipulación fuera muy burda y si tuvieran acceso al archivo digital original. Todo lo cual significa que muy probablemente convalidarán cualquier tontería si les conviene a sus delirios.
Es de dudarse que los dos "analistas" de fotos conozcan el resultado del trabajo de los verdaderos creadores de imágenes digitales que se presentan no ante hordas de plativololólogos ignorantes, sino en CGI, SIGGRAPH y similares reuniones de verdaderos expertos.
Llegamos así a la mariguanada de alto rendimiento que implica atribuirle poderes parapatochescos a una chimostreta llamada "El Pixelado".
Pamplinas. "El Pixelado" no es más que el conjunto de pixeles que forman una imagen digital, y que están distribuidos con plena regularidad, como ya dijimos. Si tal conjunto es sometido además a cualquier forma de interpolación, reducción o compresión con pérdida, cambia radicalmente y no da información útil. Esto Ijota no lo sabe, o lo sabe y lo oculta, o le tiene sin cuidado mientras sus damnificados paguen oportunamente. Eso lo sabrán Ijota y su conciencia (sí, estoy suponiendo aventuradamente y sin base alguna que este chavalote tiene conciencia).
A partir de la fantasía de Ijota, podemos concluir que está vendiendo como "misterio" una foto que no pudieron analizar como dicen dos tipos que no parecen ser expertos en imágenes digitales y su manipulación, y que además no resulta creíble que estén dispuestos a que los resultados sean contrarios al negocio. De de tal no análisis se derivan conclusiones aventuradas, excesivas y francamente desorientadoras y engañosas.
Así "investigan" estos papanatas. De tal tamaño es su irresponsabilidad en cada textículo que vomitan como cebo para desinformar a gente de buena fe.
Para que usted evalúe el éxito del cacharro mediático mediatizador que parirán mañana.
El ejemplo de la "seriedad" que tiene Iker Jiménez (Ijota) como "investigador" y de la "precisión" de que hace gala como "experto" (apenas una demostración de cómo se puede prostituir la noble profesión del periodismo arrastrándola por el cieno) que nos ocupa hoy, como prolegómeno al éxito fantástico, sensacional y supraterreno que va a disfrutar este especimen el día de mañana con su "alerta mentecata internacional", es un parrafillo que excreta referido a una foto que le mandaron unos crédulos a quienes su infantil fantasmagoria convirtió en "misterio" con cara y toda la cosa.
La realidad de esta tontería de foto, que sólo puede hacer babear como dragón de Komodo a un personaje de la escasa capacidad crítica o el descaro homérico de quien nos ocupa, se explica claramente en el blog Girl in black (que pese al sabroso título está en español) y no vamos a refritearlo ni a repetirlo, sino que lo invitamos a que lea la historia, vea la foto, visite los enlaces, vea cómo se plagian entre sí los profesionales de la memez y, mientras lo hace, preste atención a la siguiente frase de Ijota sobre la "asombrosa foto":
Nuestro experto en lides informáticas -José Manuel García Bautista- realizó un primer análisis en compañía de Rafael Cabello y no detectó señales de fraude por fotocomposición. El Pixelado verificaba una misma realidad.
Suena verdaderemente acojonante, ¿no? Todo un "experto" en "lides informáticas" (sean lo que sean) acompañado ni más ni menos que de otro tipo que no es absolutamente nadie hace un "análisis" del que nada se nos cuenta de una foto cuyas características se nos escamotean y este dúo de mentes superiores (o mentes prodigiosas que suspendieron el examen de admisión a tan memorable estulticia televisual de la parapayasada) "no detectaron señales de fraude por fotocomposición".
Pero no sólo eso, ¡oh, hermanitos!, sino que además El Pixelado (así, en mayúsculas reverenciales) "verificaba una misma realidad".
Putamá, como diría mi tío Carlos, el testimonio de José Manuel García Bautista, Rafael Cabello y El Pixelado (que tiene nombre de luchador mexicano enmascarado) debe ser suficiente para que cualquiera concluya que la foto debe ser considerada "misteriosa", si no es que directamente preternatural y acojonadora de multitudes.
Tal es la idea que nos transmite la tersa prosa hamburguesera de Ijota.
Ijota falta, por supuesto, a la verdad.
José Manuel García Bautista, como lo proclama engreídamente en su propia página de autobombo, es diplomado por la Universidad de Sevilla en electrónica industrial y telecomunicaciones (es la única persona en Internet que parece tener tal título, la Universidad de Sevilla no parece impartirlo ya, al menos con ese nombre), así como por el Ministerio de Energía e Industria en electricidad, está "especializado" en informática de programación e idiomas (especialidad que en Internet sólo aparece ligada a José Manuel, que será el único con tal especialidad, suponemos) y está estudiando relaciones laborales (otro diplomado) en la Universidad de Sevilla.
O sea, para que usted lo tenga perfectamente claro: este tío no tiene ninguna formación ni experiencia en cuanto a la generación de imágenes por ordenador o computadora, ningún conocimiento fotográfico del que presumir, nada de experiencia en el análisis de imágenes generadas digitalmente, y la informática le interesa tanto que ha cambiado de oficio.
Tremendo experto nos acecha.
La otra parte de esta yunta es Rafael Cabello Herrero, del que se sabe que al menos está consciente de que llamarse "investigador" es una exageración y que se metió en el cuento desde que le tomó unas fotos a algo en el cielo e, influido por el panfletoide Karma 7, decidió que esa cosa seguramente se trataba de una nave extraterrestre tripulada. De sus estudios no se sabe nada, pero al leer lo que escribe con su adlátere se deduce que son escasos y le hicieron poco provecho.
Desde hace años, estos dos espantapájaros se dedican a dueto (desprestigiando a los duetos serios como Martes y Trece o Rómulo y Madaleno) a promover la credulidad en fenómenos para anormales, con tan buen tino o tan mal sistema que siempre resulta que todo lo que "investigan" es un verdadero misterio. Dicho de otro modo, no descubren un embuste ni aunque les muerda una nalga.
A estos dos crédulos profesionales les llama un amiguete que vive del cuento y ocasionalmente los promueve inflándoles el ego, y les encarga averiguar si una foto es "real" o no... ¡y resulta que es "real"!
¡Asombroso! ¿Quién lo hubiera dicho?
El dueño de "Milenio 3" oculta estos datos y presenta al primero como "experto en lides informáticas" (al segundo ni lo presenta) en vez de confesar que se trata de habitantes de su peculiar zoológico de la zafiedad.
Lo que tampoco les dice Ijota a sus pobres lectores es que toda su parrafada es un embuste. Viendo una fotografía digital (tomada con cámara digital o posteriormente escaneada), no hay forma de descubrir más que las más burdas manipulaciones. Y si uno hace alguna manipulación digital en alta resolución (digamos, en una imagen de 6 megapixeles a 300 puntos por pulgada) y una vez terminada la reduce a un tamaño "de pantalla" de 800x600 (menos de medio megapixel) y además la comprime un poco con el algoritmo JPEG, no existe forma de detectar la manipulación que pueda haber habido antes.
(Todo esto no quiere decir que en este caso haya habido manipulación, como lo sabe usted si ya leyó el blog "The girl in black" y visitó sus enlaces, simplemente demuestra el basto y vasto nivel de mendacidad voluntaria en que se empeñan estos pelagatos para vender misterios inexistentes.)
La fotografía que nos ofrece para engatusarnos Ijota es de 723 x 890 pixeles (si uno la extrae de la página, porque en la página misma aparece reducida a 199 x 243). La imagen tiene una fuerte compresión jpg, como se ve por los "artefactos" en forma de cuadros que se ven al ampliarla, y que son una característica de esta compresión "con pérdida", que sacrifica información a cambio de reducir el tamaño. Pero lo importante es el "objeto misterioso" que según éstos tiene "un rostro", y ése sólo mide 160 píxeles de ancho por 270 de alto, demasiado poco para analizar nada en él. Para remate, nos cuenta Ijota, el cuadrito está tomado de una foto mayor donde aparecen personas que han sido oportunamente recortadas para asombrarnos con este detallito, así que puede ser incluso una interpolación (ampliación digital) de un original más pequeño. Su información está, pues, alterada por los algoritmos (sucesión de procesos matemáticos) usados para tratar la imagen.
Un cuento como el de caperucita, pues. Lo único claro que se puede deducir de la foto es que el objetivo usado en la cámara tiene una fuerte aberración cromática que hace sospechar que no es de muy alta calidad (véase la línea roja que corre en el borde izquierdo del trocito de capirote que se ve abajo).
Obviamente los expertos simuladores de Ijota no saben lo que se puede y lo que no se puede detectar en un cuadro de negativo o diapositiva de película fotográfica manipulado, en una copia y en una copia de copia, y menos sobre la información real que ofrece una imagen digital más allá de los cuentos desaforados que inventan el cine y la televisión.
¿Por qué cree usted que antes los embaucadores fotógrafos de platívolos sólo mostraban impresiones sacadas de un negativo tomado de la supuesta "foto original" de su maravilla, mientras el negativo original siempre se lo comía el perro, se perdía o se lo llevaban "los hombres de negro"? Esto se debía a que el grano de la película es sensible a manipulaciones y, con un microscopio o incluso una ampliadora para impresiones de buen tamaño, se pueden ver irregularidades en la continuidad del grano de la emulsión que les tiraban el negocio a los simuladores. Nada más. La información del grano original se pierde al hacer copias de copias o al digitalizar. Y lo saben.
La fotografía digital es, amiguitas y amiguitos, otra historia. A diferencia del "grano" de la emulsión fotográfica, que es irregular y por tanto resulta observable cuando se pega una foto encima de otra, los píxeles de los sensores de escáners y cámaras digitales están alineados con absoluta precisión, sin ninguna irregularidad. De modo que aunque los dos cuentistas citados como "expertazos" por Ijota lo fueran realmente, aunque hubieran trabajado con George Lucas en Industrial Light and Magic creando efectos especiales y se hubieran pasado el tiempo necesario conociendo las capacidades de programas como PhotoShop o 3DStudio, y hubieran visto de cerca muchos trucos, no tendrían modo de decir con certeza que una imagen no haya sido manipulada a menos que la manipulación fuera muy burda y si tuvieran acceso al archivo digital original. Todo lo cual significa que muy probablemente convalidarán cualquier tontería si les conviene a sus delirios.
Es de dudarse que los dos "analistas" de fotos conozcan el resultado del trabajo de los verdaderos creadores de imágenes digitales que se presentan no ante hordas de plativololólogos ignorantes, sino en CGI, SIGGRAPH y similares reuniones de verdaderos expertos.
Llegamos así a la mariguanada de alto rendimiento que implica atribuirle poderes parapatochescos a una chimostreta llamada "El Pixelado".
Pamplinas. "El Pixelado" no es más que el conjunto de pixeles que forman una imagen digital, y que están distribuidos con plena regularidad, como ya dijimos. Si tal conjunto es sometido además a cualquier forma de interpolación, reducción o compresión con pérdida, cambia radicalmente y no da información útil. Esto Ijota no lo sabe, o lo sabe y lo oculta, o le tiene sin cuidado mientras sus damnificados paguen oportunamente. Eso lo sabrán Ijota y su conciencia (sí, estoy suponiendo aventuradamente y sin base alguna que este chavalote tiene conciencia).
A partir de la fantasía de Ijota, podemos concluir que está vendiendo como "misterio" una foto que no pudieron analizar como dicen dos tipos que no parecen ser expertos en imágenes digitales y su manipulación, y que además no resulta creíble que estén dispuestos a que los resultados sean contrarios al negocio. De de tal no análisis se derivan conclusiones aventuradas, excesivas y francamente desorientadoras y engañosas.
Así "investigan" estos papanatas. De tal tamaño es su irresponsabilidad en cada textículo que vomitan como cebo para desinformar a gente de buena fe.
Para que usted evalúe el éxito del cacharro mediático mediatizador que parirán mañana.
junio 23, 2004
La "alerta platívola" triunfará, ra ra rá
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Todo el gallinero anda alborotado porque un mercachifle sin ninguna formación científica (y sin escrúpulo discernible alguno, tampoco) decidió que para ganar más plata iba a realizar una "alerta ovni" el día 25 de junio.
Quienes ejercen el pensamiento racional y crítico demandan seriedad y se dedican a difundir las verdaderas características de esta gilipollez monumental, sobre todo entre los científicos a los que el programa que lleva el dicho mercader ha tratado de engañar en las últimas semanas para engancharlos, utilizarlos vilmente y ungirse con el prestigio de verdaderos astrónomos y astrofísicos (los mismos astrónomos y astrofísicos a los que el mercachifle en cuestión trata de desprestigiar en sus escritos, en su lista de correos y en otros medios, para que se vea cuán sólidas son sus convicciones).
Los ufólatras y los mediopollitos de la paratontería, por su parte, se sienten reivindicados porque han logrado colectivamente embaucar a una organización seria como es, o sigue siendo en parte, la Cadena SER.
Iker Jiménez se compra una billetera más grande para meter allí lo que le pagará TVE (vaya forma estúpida de aumentar el endeudamiento de una televisión pública que debería hacer todo menos promover la mentira, que para eso ya tuvieron con Urdaci) más lo que sacará de este cirquichuelo por concepto de libracos ensartados a ingenuos, ventas en su tienda virtual y nuevos medios de comunicación que, dirigidos por empresarios plenamente ignorantes, verán el filón que es esta forma de embuste y le contratarán sus tarugadas.
Nosotros, que somos los únicos que mantenemos la serena ecuanimidad que nos da la experiencia en el tratamiento de estos ponzoños animalitos, desde aquí, y con la máxima seriedad predecimos, sin ningún pudor UN ÉXITO FANTÁSTICO, SENSACIONAL Y SUPRATERRENO a la mamarrachada colectiva del próximo día 25.
No lo olvide, lo leyó aquí primero.
¿Qué es un éxito "fantástico, sensacional y supraterreno"?, preguntará la gente inteligente que sabe que la lógica demanda que se definan claramente los términos que usamos para no acabar en un embrollo bruto de semántica.
Expliquemos (con fondo de Pompa y circunstancia de Sir John Elgar, que total para pendejadas similares se le usa todos los días) qué queremos decir al afirmar que esta oratez será un ÉXITO FANTÁSTICO, SENSACIONAL Y SUPRATERRENO.
Un éxito de tales características, por supuesto y perobutofcourse tiene como métrica fundamental la de que sus seguidores, participantes, allegados, curiosos, candidatos a compradores de estupideces, peatones despistados y negociantes diversos VEAN OVNIS, ¿no? O sea, que no resulte como otras "alertas ovni" que sólo han servido para que unos amiguetes se tomen unos vinos, se enfríen durante una noche y acaben ateridos, pedos y en la bolsa de dormir de quién sabe quién.
O sea, los participantes en la "Alerta ovni" ésta VAN A VER OVNIS.
Eso queremos decir al hablar de su éxito.
En serio, seguro que sí, la certeza es casi total.
Me explico antes de que alguien llame al siquiatra:
Si usted junta a diez astrónomos y los pone a escudriñar el cielo en una "alerta ovni" de diez días, no obtendrá ninguna observación interesante de objetos asombrosos y desconocidos para la ciencia.
Si junta a cincuenta soplagaitas que gustan de sentirse "expertos" en fenómenos para anormales y los deja una noche al sereno, lo más probable es que tampoco obtenga nada. Los sucesivos y consecutivos desprestigios a los que su especie se ha visto sometida con cada foto de globo aerostático, con cada "avistamiento" de Venus, con su confusión ante configuraciones desusadas de toberas de salida de aviones caza, con las nubes lenticulares que algunos vivillos siguen mercando como "ovnis" cuando se trata de "ovis", los han vuelto cuando menos levemente cautos.
Pero si usted, avispado traficante de turulateces, logra juntar a algunos miles de personas que "creen en los ovnis" pero que casi nunca miran para arriba sin tener techo encima, los ovnis le van a salir hasta por las orejas, se verá inundado de ovnis, tendrá ovnis para regalar y prestar y se multiplicarán las llamadas de personas con los ojos vidriosos y las manos temblorosas que llaman diciendo que han visto una luz "que no saben qué es".
Y al día siguiente, después de un desayuno opíparo por cuenta de sus víctimas, proclamará su triunfo a los cuatro vientos.
(Te ganamos la delantera, mercader, aquí lo dijimos antes.)
¿Por qué va a pasar tal cosa? ¿Es que más ojos escudriñan mejor los confines de nuestra atmósfera buscando cosas que llaman "ovnis" (cuando ellos y nosotros sabemos que lo que quieren decir con esa clave no es "objeto volador no identificado", sino "nave extraterrestre a la que le saco de menos dos mil euros")? ¿Es que estarán más atentos y llevarán menos vino.
Pues no. La causa más sencilla es que la gran, enorme mayoría de los seres humanos normales y corrientes, especialmente si se trata de urbanitas o urbanícolas, no suelen mirar al cielo, y menos de noche.
Por ponerlo en términos científicamente precisos aunque quizá un tanto bastos: la mayoría de la gente no tiene puta idea de cómo se ven los "objetos voladores identificados" en el cielo nocturno, y no podrían identificar uno ni aunque les cayera encima.
Los astrónomos, esas personas que estudian de verdad los cielos, y que por decenas o centenares de miles se pasan todas las jodías noches de todos los años, año tras año precisamente mirando al cielo, conociéndolo de verdad, estudiándolo y compartiendo conocimientos, que no fantasías,saben cosas que los ikerjiménezpuntocomercialistas quieren que usted ignore. Saben, por ejemplo, cuándo son visibles las "lluvias de estrellas" como las Perseidas y cómo se ven desde acá abajo, saben distinguir la entrada de un meteorito en la atmósfera de la estela de un F-100, cuentan con información sólida sobre las rutas de aviación, saben a qué horas pasa por el cielo tal o cual satélite (y, ahora, la Estación Espacial Internacional, visible a simple vista) y, curiosamente, casi nunca ven ovnis. Cuando los ven, claro, los investigan de verdad, los identifican y determinan si vieron un cometa, un meteorito o algún otro objeto real, observable, medible y sólido como la sesera de los ovnilocos.
A los astrónomos, pues, no los asombrarían los fenómenos que moverán a muchas personas a llamar a la cabina de transmisión, desde la que el directorcillo muy posiblemente se carcajeará de los crédulos, y anunciar que han visto "un disco luminoso muy grande que volaba muy lento".
(Para juzgar la distancia, tamaño y velocidad de un objeto en los cielos, demasiado lejos para que funcione nuestra percepción visual tridimensional, es necesario conocer datos sobre él, es decir, no podemos saber si es "grande" o "pequeñajo" si no conocemos su distancia de nosotros, y no podemos saber si va rápido o lento si no conocemos su tamaño y su distancia de nosotros, igual que no podemos saber a qué distancia está si no conocemos su tamaño, de modo que alguien que habla feliz de "objetos de veinticoño metros de diámetro que volaban como a jodecientos kilómetros por hora" no está sino fantaseando, tratando de interpretar subjetividades que en realidad no pueden informarnos nada sobre los objetos. Es más, si les pregunta usted el tamaño en metros de un Boeing 747 y un helicóptero Sikorsky de transporte de tropas, descubrirá que no tienen ni la más peregrina idea.)
Si usted junta a tres mil personas que:
a) prácticamente nunca ven el cielo y no saben lo que pasa allí todas las noches, por lo que cualquier cosa que se mueva un poco las llamará al asombro,
b) son, al menos en principio, ya creyentes en la realidad de las visitas de naves extraterrestres y muy probablemente ya clientes de pasquines inmundos como Más allá (de la razón) u oyentes de "Milenio 3" (originalísimo nombre si recordamos que el programa de televisión del orate Jaime Maussán en México se llama "Tercer milenio"), por lo cual su interpretación de lo que vean está debidamente condicionada, y
c) están predispuestos a ver "cosas raras" esa noche porque, total, si Iker Jiménez, que asegura mendazmente que es "experto" en esta pazguatería, señaló el 25 de junio para realizar su show, seguramente "sabe" que ese día vienen los marcianos a bailarse un chachachá (sin contar con las ganas que se fomentan entre todos los ciudadanos de salir en los medios así sea diciendo cualquier tontería, como enseñan los programas "del corazón"),
la conclusión es inescapable: el 25 de junio habrá ovnis a tutiplén, ovnis como para parar un tren, ovnis como granos de arroz en una boda, ovnis a carretadas, ovnis en abundancia generosa y munificente, ovnis como granos de arena en las playas de Acapulco.
Ovnis como para garantizar otro libro con el cual seguir parasitando incautos, otra alerta ovni (quizá ahora patrocinada por TVE, tirando a lo bobo el dinero de los contribuyentes a las insaciables fauces de estos cuenteros) y un aumento en las ventas de las publicaciones en las que estos personajes medran, sin necesidad de haber siquiera estudiado para llamarse, con la arrogancia del suplantador más vil: "investigadores".
Por supuesto, Iker Jiménez y su banda de cuatreros del esoterismo saben perfectamente que este show no puede fallar.
Imagínese que empieza la "alerta platívola" (basta de hacerles el jueguito con las siglas que malutilizan) y pasan diez, quince, veinte minutos sin que ninguno de sus "corresponsales" (adoquinazos que se pavonean de pertenecer a "organizaciones" de caricatura) anuncie que ha visto "una luz misteriosa"... ¿cree usted que se pudiera llegar a los treinta o cuarenta minutos, ya no digo a la hora, antes de que algún bienintencionado, deseoso de mantener su fe religiosa en los seres ultraterrenos llame e invente cuando menos que acaba de ver una luz que en realidad vio cerca del Aeropuerto de Barajas una noche hace seis años en la que andaba de copas, o que alguien "se percate" de que hay una luz anormalmente brillante y llame para denunciar a Sirio como nave inteligente tripulada?
Porque, claro, el megasespectáculo multimedia lo tiene todo para vender, pero ninguna forma de verificar de manera independiente y confiable los "reportes" que saben que van a recibir (y eso si no tienen ya preparados algunos cómplices a modo que llamen diciendo que están viendo en persona a Jabba The Hut).
Inteligentes los organizadores, ¿no?
Así que el triunfo es seguro, como seguros (y de igual nivel ético) son los triunfos de la manipulación a cargo de la publicidad, la mercadotecnia, los discursos de los tiranos, los medios de comunicación cuidadosamente vigilados, el neoliberalismo globalizador de capitales y la educación deficiente que ofrecen nuestros sistemas de formación a los niños y jóvenes.
Una victoria, sin duda, del abuso de la ingenuidad y la buena fe de personas comunes y corrientes a las que se les dan las cuentas de vidrio de las fantasías más alucinógenas y desvergonzadas a cambio del oro producto de su honrado trabajo diario.
Un éxito, pues, fantástico, sensacional y supraterreno de la mentira y el descaro.
Congratulations, míster Jiménez, como diría George Bush.
Todo el gallinero anda alborotado porque un mercachifle sin ninguna formación científica (y sin escrúpulo discernible alguno, tampoco) decidió que para ganar más plata iba a realizar una "alerta ovni" el día 25 de junio.
Quienes ejercen el pensamiento racional y crítico demandan seriedad y se dedican a difundir las verdaderas características de esta gilipollez monumental, sobre todo entre los científicos a los que el programa que lleva el dicho mercader ha tratado de engañar en las últimas semanas para engancharlos, utilizarlos vilmente y ungirse con el prestigio de verdaderos astrónomos y astrofísicos (los mismos astrónomos y astrofísicos a los que el mercachifle en cuestión trata de desprestigiar en sus escritos, en su lista de correos y en otros medios, para que se vea cuán sólidas son sus convicciones).
Los ufólatras y los mediopollitos de la paratontería, por su parte, se sienten reivindicados porque han logrado colectivamente embaucar a una organización seria como es, o sigue siendo en parte, la Cadena SER.
Iker Jiménez se compra una billetera más grande para meter allí lo que le pagará TVE (vaya forma estúpida de aumentar el endeudamiento de una televisión pública que debería hacer todo menos promover la mentira, que para eso ya tuvieron con Urdaci) más lo que sacará de este cirquichuelo por concepto de libracos ensartados a ingenuos, ventas en su tienda virtual y nuevos medios de comunicación que, dirigidos por empresarios plenamente ignorantes, verán el filón que es esta forma de embuste y le contratarán sus tarugadas.
Nosotros, que somos los únicos que mantenemos la serena ecuanimidad que nos da la experiencia en el tratamiento de estos ponzoños animalitos, desde aquí, y con la máxima seriedad predecimos, sin ningún pudor UN ÉXITO FANTÁSTICO, SENSACIONAL Y SUPRATERRENO a la mamarrachada colectiva del próximo día 25.
No lo olvide, lo leyó aquí primero.
¿Qué es un éxito "fantástico, sensacional y supraterreno"?, preguntará la gente inteligente que sabe que la lógica demanda que se definan claramente los términos que usamos para no acabar en un embrollo bruto de semántica.
Expliquemos (con fondo de Pompa y circunstancia de Sir John Elgar, que total para pendejadas similares se le usa todos los días) qué queremos decir al afirmar que esta oratez será un ÉXITO FANTÁSTICO, SENSACIONAL Y SUPRATERRENO.
Un éxito de tales características, por supuesto y perobutofcourse tiene como métrica fundamental la de que sus seguidores, participantes, allegados, curiosos, candidatos a compradores de estupideces, peatones despistados y negociantes diversos VEAN OVNIS, ¿no? O sea, que no resulte como otras "alertas ovni" que sólo han servido para que unos amiguetes se tomen unos vinos, se enfríen durante una noche y acaben ateridos, pedos y en la bolsa de dormir de quién sabe quién.
O sea, los participantes en la "Alerta ovni" ésta VAN A VER OVNIS.
Eso queremos decir al hablar de su éxito.
En serio, seguro que sí, la certeza es casi total.
Me explico antes de que alguien llame al siquiatra:
Si usted junta a diez astrónomos y los pone a escudriñar el cielo en una "alerta ovni" de diez días, no obtendrá ninguna observación interesante de objetos asombrosos y desconocidos para la ciencia.
Si junta a cincuenta soplagaitas que gustan de sentirse "expertos" en fenómenos para anormales y los deja una noche al sereno, lo más probable es que tampoco obtenga nada. Los sucesivos y consecutivos desprestigios a los que su especie se ha visto sometida con cada foto de globo aerostático, con cada "avistamiento" de Venus, con su confusión ante configuraciones desusadas de toberas de salida de aviones caza, con las nubes lenticulares que algunos vivillos siguen mercando como "ovnis" cuando se trata de "ovis", los han vuelto cuando menos levemente cautos.
Pero si usted, avispado traficante de turulateces, logra juntar a algunos miles de personas que "creen en los ovnis" pero que casi nunca miran para arriba sin tener techo encima, los ovnis le van a salir hasta por las orejas, se verá inundado de ovnis, tendrá ovnis para regalar y prestar y se multiplicarán las llamadas de personas con los ojos vidriosos y las manos temblorosas que llaman diciendo que han visto una luz "que no saben qué es".
Y al día siguiente, después de un desayuno opíparo por cuenta de sus víctimas, proclamará su triunfo a los cuatro vientos.
(Te ganamos la delantera, mercader, aquí lo dijimos antes.)
¿Por qué va a pasar tal cosa? ¿Es que más ojos escudriñan mejor los confines de nuestra atmósfera buscando cosas que llaman "ovnis" (cuando ellos y nosotros sabemos que lo que quieren decir con esa clave no es "objeto volador no identificado", sino "nave extraterrestre a la que le saco de menos dos mil euros")? ¿Es que estarán más atentos y llevarán menos vino.
Pues no. La causa más sencilla es que la gran, enorme mayoría de los seres humanos normales y corrientes, especialmente si se trata de urbanitas o urbanícolas, no suelen mirar al cielo, y menos de noche.
Por ponerlo en términos científicamente precisos aunque quizá un tanto bastos: la mayoría de la gente no tiene puta idea de cómo se ven los "objetos voladores identificados" en el cielo nocturno, y no podrían identificar uno ni aunque les cayera encima.
Los astrónomos, esas personas que estudian de verdad los cielos, y que por decenas o centenares de miles se pasan todas las jodías noches de todos los años, año tras año precisamente mirando al cielo, conociéndolo de verdad, estudiándolo y compartiendo conocimientos, que no fantasías,saben cosas que los ikerjiménezpuntocomercialistas quieren que usted ignore. Saben, por ejemplo, cuándo son visibles las "lluvias de estrellas" como las Perseidas y cómo se ven desde acá abajo, saben distinguir la entrada de un meteorito en la atmósfera de la estela de un F-100, cuentan con información sólida sobre las rutas de aviación, saben a qué horas pasa por el cielo tal o cual satélite (y, ahora, la Estación Espacial Internacional, visible a simple vista) y, curiosamente, casi nunca ven ovnis. Cuando los ven, claro, los investigan de verdad, los identifican y determinan si vieron un cometa, un meteorito o algún otro objeto real, observable, medible y sólido como la sesera de los ovnilocos.
A los astrónomos, pues, no los asombrarían los fenómenos que moverán a muchas personas a llamar a la cabina de transmisión, desde la que el directorcillo muy posiblemente se carcajeará de los crédulos, y anunciar que han visto "un disco luminoso muy grande que volaba muy lento".
(Para juzgar la distancia, tamaño y velocidad de un objeto en los cielos, demasiado lejos para que funcione nuestra percepción visual tridimensional, es necesario conocer datos sobre él, es decir, no podemos saber si es "grande" o "pequeñajo" si no conocemos su distancia de nosotros, y no podemos saber si va rápido o lento si no conocemos su tamaño y su distancia de nosotros, igual que no podemos saber a qué distancia está si no conocemos su tamaño, de modo que alguien que habla feliz de "objetos de veinticoño metros de diámetro que volaban como a jodecientos kilómetros por hora" no está sino fantaseando, tratando de interpretar subjetividades que en realidad no pueden informarnos nada sobre los objetos. Es más, si les pregunta usted el tamaño en metros de un Boeing 747 y un helicóptero Sikorsky de transporte de tropas, descubrirá que no tienen ni la más peregrina idea.)
Si usted junta a tres mil personas que:
a) prácticamente nunca ven el cielo y no saben lo que pasa allí todas las noches, por lo que cualquier cosa que se mueva un poco las llamará al asombro,
b) son, al menos en principio, ya creyentes en la realidad de las visitas de naves extraterrestres y muy probablemente ya clientes de pasquines inmundos como Más allá (de la razón) u oyentes de "Milenio 3" (originalísimo nombre si recordamos que el programa de televisión del orate Jaime Maussán en México se llama "Tercer milenio"), por lo cual su interpretación de lo que vean está debidamente condicionada, y
c) están predispuestos a ver "cosas raras" esa noche porque, total, si Iker Jiménez, que asegura mendazmente que es "experto" en esta pazguatería, señaló el 25 de junio para realizar su show, seguramente "sabe" que ese día vienen los marcianos a bailarse un chachachá (sin contar con las ganas que se fomentan entre todos los ciudadanos de salir en los medios así sea diciendo cualquier tontería, como enseñan los programas "del corazón"),
la conclusión es inescapable: el 25 de junio habrá ovnis a tutiplén, ovnis como para parar un tren, ovnis como granos de arroz en una boda, ovnis a carretadas, ovnis en abundancia generosa y munificente, ovnis como granos de arena en las playas de Acapulco.
Ovnis como para garantizar otro libro con el cual seguir parasitando incautos, otra alerta ovni (quizá ahora patrocinada por TVE, tirando a lo bobo el dinero de los contribuyentes a las insaciables fauces de estos cuenteros) y un aumento en las ventas de las publicaciones en las que estos personajes medran, sin necesidad de haber siquiera estudiado para llamarse, con la arrogancia del suplantador más vil: "investigadores".
Por supuesto, Iker Jiménez y su banda de cuatreros del esoterismo saben perfectamente que este show no puede fallar.
Imagínese que empieza la "alerta platívola" (basta de hacerles el jueguito con las siglas que malutilizan) y pasan diez, quince, veinte minutos sin que ninguno de sus "corresponsales" (adoquinazos que se pavonean de pertenecer a "organizaciones" de caricatura) anuncie que ha visto "una luz misteriosa"... ¿cree usted que se pudiera llegar a los treinta o cuarenta minutos, ya no digo a la hora, antes de que algún bienintencionado, deseoso de mantener su fe religiosa en los seres ultraterrenos llame e invente cuando menos que acaba de ver una luz que en realidad vio cerca del Aeropuerto de Barajas una noche hace seis años en la que andaba de copas, o que alguien "se percate" de que hay una luz anormalmente brillante y llame para denunciar a Sirio como nave inteligente tripulada?
Porque, claro, el megasespectáculo multimedia lo tiene todo para vender, pero ninguna forma de verificar de manera independiente y confiable los "reportes" que saben que van a recibir (y eso si no tienen ya preparados algunos cómplices a modo que llamen diciendo que están viendo en persona a Jabba The Hut).
Inteligentes los organizadores, ¿no?
Así que el triunfo es seguro, como seguros (y de igual nivel ético) son los triunfos de la manipulación a cargo de la publicidad, la mercadotecnia, los discursos de los tiranos, los medios de comunicación cuidadosamente vigilados, el neoliberalismo globalizador de capitales y la educación deficiente que ofrecen nuestros sistemas de formación a los niños y jóvenes.
Una victoria, sin duda, del abuso de la ingenuidad y la buena fe de personas comunes y corrientes a las que se les dan las cuentas de vidrio de las fantasías más alucinógenas y desvergonzadas a cambio del oro producto de su honrado trabajo diario.
Un éxito, pues, fantástico, sensacional y supraterreno de la mentira y el descaro.
Congratulations, míster Jiménez, como diría George Bush.
junio 22, 2004
El arte del pensamiento desordenado
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A ver: el hombre va cada vez más rápido, ¿no? En la prehistoria, a pie, la velocidad media era de 4-5 kilómetros por hora para el cromañón común, que es lo que podemos caminar nosotros con entrenamiento. Luego se domesticó al caballo y el promedio subió a 6 km por hora, sin contar con que estos animalitos podían correr distancias razonables a 20 o 30 kilómetros por hora, lo que aumentó enormemente nuestra velocidad punta. Luego se inventó el automóvil, que se supone que anda a 50 kilómetros por hora en ciudad y a 120 en carretera. Vino el avión, que hoy nos permite viajar a 900 kilómetros por hora. Es lógico pensar que esta progresión geométrica algún día nos permitirá viajar en un plazo razonable a otras estrellas y otras galaxias, ¿verdad?
Pues no.
Otro ejemplo: las células de nuestro cuerpo tienen actividad electroquímica, ¿no? Las cargas eléctricas de los intercambios celulares se pueden medir, especialmente las que ocurren en nuestro cerebro, ¿verdad?. ¿Y no se usa precisamente la variabilidad de la carga eléctrica de un electroimán para emitir ondas de radio? Por supuesto que sí. Entonces, ¿no es lógico pensar que nuestro cerebro emite algo así como ondas de radio con su propia electricidad que pueden percibir otros cerebros, haciendo efectiva la telepatía?
Pues tampoco.
Estos ejemplos son muestra de un pensamiento desordenado que se apoya en unos pocos datos mal masticados al tiempo que niega una enorme cantidad de otros datos para concluir no lo que es razonable y lógico, sino lo que se le viene dando la gana (o lo que le conviene para aliviar a sus congéneres del peso de sus monederos, billeteras y cuentas bancarias).
La enorme variedad de estupideces que proponen los charlatanes se basan todas en distintas formas de pensamiento desordenado, de saltos lógicos sin sustento y de manejo convenenciero de los datos más elementales, al grado que el escéptico se ve agobiado cuando trata de explicar por qué alguna de las taradeces que sueltan los charlatanes es insostenible.
Pero hagamos un par de ejemplos ilustrativos.
Más rápido que la luz, o tan rápido como la prima Luz
Si antes era un problema enorme ir al pueblo de junto y ahora estamos pensando en poner un hombre en Marte, ¿por qué es tonto pensar que a la larga podamos ir a las Pléyades a cenar y volver a tiempo para ver las noticias de la medianoche en casita? Y lo peor, ¿por qué es tonto pensar que constantemente nos visitan seres de otros planetas que ya alcanzaron ese conocimiento inevitable y vienen con el noble propósito de permitir que una tribu de indeseables vivan del cuento?
Quienes plantean, con base en un puñado de fotos desafocadas y el testimonio de personajes de dudosa estabilidad mental o de desmedida ambición, que los viajes interestelares e intergalácticos son posibles, no saben o no quieren saber que el universo es grande.
No sólo es grande, es GRANDE.
Es más grande de lo que podemos siquiera imaginar.
Y su funcionamiento está descrito por leyes.
Esas leyes no las "inventaron" los científicos para desprestigiar a pajarracos como "Billy" Meier, el demencial Salvador Freixedo o sus patibularios cómplices. Son las mismas leyes que explican cómo los automóviles andan con gasolina, cómo la hemoglobina traslada oxígeno a nuestras células, cómo nos mantenemos unidos a la Tierra mediante la gravedad. La ciencia es un solo cuerpo de conocimientos y no está para que lleguen los vivarachos a elegir cuál parte les gusta y cuál no.
Y esas leyes dicen que hay un límite a la velocidad a la que puede llegar cualquier trozo de materia: la velocidad de la luz, que es del orden de poco más de 299,792 kilómetros por segundo.
Ese límite no existe porque se le haya ocurrido a Einstein hacerle difícil la trasquila de conciudadanos a Jiménez del Oso o a Juan José Benítez, sino porque cuando un objeto se acerca a la velocidad de la luz, su masa crece, cosa que está plenamente demostrada. Y su masa crecerá hasta volverse infinita si llega a la velocidad de la luz, pero para ello requiere de una energía infinita.
Necesita más energía de la que hay en todo el universo.
Y si su masa se vuelve infinita, ocupará todo el universo al mismo tiempo.
Esto es un hecho de la naturaleza que se ha descubierto, no algo que se haya inventado.
No hay forma de obtener energía suficiente para que un objeto físico viaje a velocidades siquiera cercanas a la de la luz, del mismo modo en que es imposible hacer muchas cosas que el universo nos impide. Por desgracia, no nos impide ser estúpidos.
Pero, dirá el místico holístico de turno: para una mente decidida "nada es imposible".
Suena muy bonito, pero es falso. Hay montones de cosas imposibles, y sólo un loquito podría negarlo. O un descarado de campeonato. Para empezar, es imposible convencer a un "verdadero creyente".
El problema real es que, para entender las leyes físicas que hacen imposible el viaje a velocidades como la de la luz o mayores, así como las demostraciones de que esto se una descripción del universo y no una ocurrencia de un matemático chiflado, hay que estudiar. Y ni los charlatanes ni sus víctimas suelen empeñarse demasiado en el estudio. De modo que acuden al pensamiento desordenado para justificar sus delirios.
Por ejemplo, ¿no sería posible que el día de mañana se descubriera alguna ley física que nos permita ir más rápido que la luz? Difícilmente, ya que hay otro montón de leyes físicas, que conforman todas una estructura sólida de conocimientos entretejidos y todos demostrados que lo hacen altamente improbable. Pero imaginemos que sí, ¿eso qué significa? ¿Que debemos creerle todas sus fumadas a los profesionales del embuste? Eso equivaldría a encarcelar a quien se nos ocurra pensando que es "posible" que mañana cometa un delito, o renunciar a nuestro trabajo y mearle el escritorio al jefe porque compramos un billete de lotería y es "posible" que mañana nos saquemos 10 millones de dólares.
El que un dato científico se revise a la luz de nuevos conocimientos no le da la razón a los cuenteros, por más que así les guste creerlo cuando les da por la pipa de opio. Hasta ahora, no hay motivos para creer que no sea cierto el dato básico: ningún objeto físico puede acelerar hasta alcanzar la velocidad de la luz.
Si hay gente que se va a tomar el café con los extraterrestres, bien podría preguntarles en qué leyes se basan para viajar más rápido que la luz y ya con eso demostrarían todas sus afirmaciones. En lugar de aguantar las taradeces de Javier Sierra, los delirios de Maussán y sus maussanitas, las fotos espectaculares o malhechotas, bastarían algunas ecuaciones en un papelito para asombrar y convencer a todos los científicos y escépticos del mundo.
Pero ninguno de los micos que cobran en los medios con sus historias de etés ha ofrecido nunca un conocimiento nuevo, sólo vagas y aburridas sentencias filosóficas light como las que destilan los más inútiles libros de "superación personal" o "misticismo sin neuronas" que usurpan, en las librerías, los espacios que deberían ocupar la ciencia, la literatura y los recetarios de comida vietnamita.
Los conocimientos nunca han salido de sus fumadas, sino del trabajo serio y ordenado de la ciencia.
Dicen que los extraterrestres "pueden" viajar más rápido que la luz. Interesante afirmación. ¿Alguna prueba sólida? Ah, no. Pero suena bonito.
Igual podrían decir cualquier estupidez. Y, de hecho, las dicen. Total, no tienen que dar pruebas.
Emitiendo incoherencias a un milímetro de distancia
El segundo ejemplo de pensamiento desordenado es incluso más sencillo de rebatir: quienes hacen tal paralelo retorcido para "justificar" su insana creencia en la telepatía evidentemente ignoran todo sobre la radiodifusión y sobre la electroquímica del cerebro. Una radiodifusora emite con una potencia de varios cientos de watts (o vatios), y hasta de diez mil o más watts. El cerebro no, su consumo de energía es de 25 watts. La radiodifusora usa toda la potencia mencionada en la radiodifusión. El cerebro se ocupa de un montón de cosas y de todas las funciones y percepciones del cerebro, y no tiene ningún área dedicada a transmitir por radio nada. Por eso, para recibir las emisiones de una radiodifusora se puede usar un radiorreceptor, mientras que para percibir los microvoltajes del cerebro es necesario pegar unos electrodos a la cabeza y usar amplificadores artificiales para poder registrarlos en un electroencefalograma.
¿Se va viendo alguna diferencia?
Una radiodifusora toma un tipo de información estructurada (los rollos demenciales de Iker Jiménez, digamos, o, mejor, el Concierto para violín y orquesta de Beethoven) la transforma cifrándola, usando aparatos eléctricos y electrónicos para modularla (por eso la radio puede ser de AM, cuando lo que se modula es la amplitud, o de FM, cuando se modula la frecuencia), de modo que sólo la puedan recibir los aparatos que sintonicen su demodulador en exactamente la frecuencia en la que se transmite. El cerebro no, ése pasa en segundos de funcionar (no transmitir, funcionar) de 5 a 40 hertz o hercios o herzios o hertzios o como se le ocurra a usted, sin modular ni transmitir ni sus muchas amplitudes ni ninguna de sus cambiantes frecuencias. Tan es así que los electroencefalogramas, con todos los avances de la ciencia, nos pueden decir apenas unas pocas cosas sobre el funcionamiento del cerebro y nada, absolutamente nada, sobre el pensamiento, las ideas o los conocimientos del individuo.
Pero, además, un radiotransmisor no es un radiorreceptor. Es decir, se trata de dos aparatos radicalmente distintos, que conviven, sí, en aparatos como los walkie-talkies. ¿Cómo es que un cerebro "superdotado" (según sus delirios) puede "percibir" las emisiones electromagnéticas telepáticas de microvoltajes con variados wattajes, frecuencias y amplitudes de otro cerebro alejado, separar o diferenciar las emisiones de ese cerebro de las de los otros 6 mil millones de seres humanos de los alrededores y reinterpretarlas para darles el mismo sentido que el pensador original? Al menos suena difícil, aunque bien visto es totalmente imposible.
Claro que ninguno de los tomadores de pelo dedicados a la telepatía está investigando tal cosa. O está cobrando por sus embustes o sigue en el laboratorio, empecinado en demostrar que la telepatía existe, y fracasando sin cesar.
Un cerebro se parece tanto a una radiodifusora o a un radiorreceptor como mi tía Nieves se parecía a una lancha rápida. La acumulación de ideas vagas, de medias verdades, de selección de la información y de convenencierismo codicioso, dan como resultado aparentes razonamientos que "no suenan del todo descabellados" hasta que se analizan con un poquito de seriedad y buscando datos reales.
Características del pensamiento desordenado
Cuando magos como James Randi y otros muchos demostraron que hay docenas de formas de duplicar el "fenómeno" de doblar cucharitas del singular miserable Uri Geller, los creyentes decididos dijeron que "ellos hacen trucos, pero lo de Uri es verdad".
Ante las críticas a las fotografías mañosas de Billy Meier, la respuesta de los creyentes ha sido el desafío a reproducirlas (claro que, si se reproducen, el razonamiento será que "ésas son trucos fotográficos, pero las de Billy son reales").
Cuando gente como Harry Houdini demostraba que los médiums de principios del siglo XX usaban trucos, el razonamiento de los fanáticos del espiritismo era que, bueno, en algunas ocasiones los médiums acudían a trucos porque se sentían muy presionados por su público, pero que "la mayoría de las veces sus efectos eran reales".
Cuando la falta de datos suficientes no permite a algún científico explicar de inmediato algún fenómeno que se observe en la atmósfera, los descerebrados concluyen a toda prisa que "la única explicación son las naves extraterrestres", aunque para decir tamaña barbaridad no tengan tampoco ningún otro dato además de su pasión visceral por creer en tal loquera.
Si un remedio tradicional, alguna planta, tiene un componente activo que se usa en medicina, saltan como orangutanes diciendo que "toda la medicina tradicional tiene bases científicas". Si un masaje logra disminuir un dolor, entonces chapurrean babosadas sobre el "drenaje linfático" o la "digitopuntura" (que no "puntura" nada, pero vaya usted a explicárselos). Si los oceanógrafos y biólogos marinos buscan al architeutis o calamar gigante, concluyen que seguramente el "monstruo del Lago Ness" también existe.
Sin ser exhaustivos, hay algunos signos reveladores del pensamiento desordenado.
1. El pensamiento desordenado es difuso. Se conforma con entender las cosas a grosso modo, porque el detalle fino que diferencia al conocimiento de la superstición exige pensar y detenerse en los detalles, y las similitudes vagas no bastan.
2. El pensamiento desordenado se enamora de las ideas interesantes. Los hechos le parecen bastos, groseros y poco cautivadores. La meadoterapia (u orinoterapia), el flujo constante de babosadas californianas como la "medicina cuántica" del insigne embustero Deepak Chopra (probablemente el charlatán más acaudalado del mundo, por haber tenido el tino se depredar víctimas llenas de dólares y que no tiene nada que ver con la cuántica real) o la infame quiropráctica (madre de más de un cuadripléjico), son, sin duda, ideas interesantes y no pocas personas inteligentes encuentran que su solo atractivo les confiere algún grado de verdad, aunque para ello se nieguen a conocer y criticar las bases teóricas que afirman tener los médicos brujos de su preferencia. (Claro que ante ideas como los unicornios y los duendes chocarreros son más críticos, haciendo diferencias entre supersticiones que consideran bastas y supersticiones mononas adecuadas para "gente pensante".)
3. El pensamiento desordenado se decanta por el "principio de autoridad" selectivo. Si cualquier persona respetable, como un médico o científico (uno solo, solito, de preferencia simpático, agradable y buena gente) dice una cosa, tal cosa se convierte para los creyentes en dogma de verdad absoluta y de nada sirve que opinen lo contrario centenares o miles de otros médicos o científicos. Se asume, cuando conviene, que tal médico o científico habla como único portavoz autorizado de la medicina o la ciencia. El pensamiento desordenado busca una convalidación de sus prejuicios y desecha (incluso con violencia) los posibles datos que lo contradigan mientras eleva a calidad de verdad indiscutible aquello que va de acuerdo con sus personales creencias subjetivas y que, tal vez, posiblemente, quizá, según dicen algunos, podría ser verdad.
4. El pensamiento desordenado selecciona los datos que le gustan y desecha los que no le gustan. Es capaz de sobreinterpretar cualquier elemento al tiempo que ignora o minimiza otros, desprecia los mecanismos normales gracias a los cuales nuestra especie ha acumulado una asombrosa cantidad de conocimientos, pero al mismo tiempo los aprovecha ciegamente y sin ver su contradicción (como los "naturistas", "homeópatas" "cirujanos psíquicos" y otros sacaplata que usan gafas y van al médico cuando les duele el píloro).
5. El pensamiento desordenado, como los razonamientos de los esquizofrénicos paranoides, es capaz de generar fantasías bien estructuradas y de gran complejidad. Acude a explicaciones a partir de suposiciones y es incapaz de rendirse a la evidencia y cambiar de opinión cuando se demuestra que su edificio se apoya en cimientos falsos, en vez de lo cual acusa de "intransigencia" al pensamiento crítico y a la ciencia.
6. El pensamiento desordenado privilegia la evidencia anecdótica. renunciando a la lógica, suele regodearse en la falacia post hoc, ergo propter hoc (véase el punto 13 de la entrada de este blog Guía para detectar a los pillastres y sus patrañas) generalmente acompañándola de generalizaciones desaseadas del tipo: Paco Porras le curó un dolor de cabeza a mi prima Neptunia, y por tanto Porras y todos los curanderos algo de verdad deben tener.
Interesante bicho, pues.
De la solidez, inmovilidad y firmeza del pensamiento desordenado
Ser médico, físico nuclear, persona con un cociente intelectual de 120, famoso, astronauta o tener cualquier otra característica intelectual similar no es antídoto del pensamiento desordenado. Numerosas personas que, por otra parte, son razonables y racionales, que parecen manejar el mundo con adecuada objetividad, se despeñan por el abismo de la superstición si ésta "les parece" válida o toca de cerca sus problemas personales, en particular los relativos a la salud.
El pensamiento ordenado, crítico no es forzosamente asunto de cultura, de conocimientos ni de inteligencia (del mismo modo que ninguna de esas características es antídoto del riesgo de caer víctima de una secta, como lo demuestra el elevado nivel académico de los seguidores de Shoko Asahara, el siniestro gurú japonés asesino). Es una disciplina que se aprende y se ejercita en todos los aspectos de la vida, y debería ser la primera preocupación de un sistema educativo destinado al beneficio de los educandos.
Pero la educación sigue privilegiando, previsiblemente, la indoctrinación y el pensamiento difuso, con objeto de servir al partido, al gobierno, a los patrones, a la iglesia, al status quo o a cualquier ideología determinada.
Más aún, muchas personas inteligentes, cultas e informadas en algunas cuestiones son capaces de realizar verdaderas contorsiones mentales para justificar cualquier tontería que le sea cara a sus personales prejuicios. (No recuerdo, para su fortuna, el nombre del mastuerzo que afirmaba que las brujas tenían que servir porque líderes de la preclara talla de Ronald Reagan y Carlos Salinas destinaban dineros del erario a pagar a sus respectivas videntes, Joan Quigley y "La Paca".)
La existencia de civilizaciones extraterrestres que nos visitan o la validez curativa de cualquier terapia extravagante serían relativamente fáciles de demostrar de ser ciertas. Bastaría que se mostraran hechos observables claros, experiencias repetibles y un proceso de estudio aseado y coherente. Si la demostración es consistente, la ciencia, los científicos y quienes promueven el pensamiento crítico se convencerán con facilidad. Ya ha ocurrido. Muchas veces.
Pero vaya usted y trate de convencer a un creyente verdadero de que es víctima de un delirio y verá que es imposible convencerlo. No importa cuántos datos ofrezca, o a cuántas explicaciones acuda. La devoción religiosa del creyente es a prueba de bombas.
De allí que quienes viven del pensamiento desordenado de los demás, no estén, ni con mucho, en peligro de extinción, pues no les faltan víctimas peleándose por darles su dinero, su admiración y su defensa gratuita.
Darse cuenta de esta situación, sin embargo, es el primer paso hacia un pensamiento crítico y genuinamente cuestionador cuya utilidad, sin duda alguna, va mucho más allá de simplemente escaparse de llenarle los bolsillos a todo tipo de mamarrachos pretenciosos y mendaces.
A ver: el hombre va cada vez más rápido, ¿no? En la prehistoria, a pie, la velocidad media era de 4-5 kilómetros por hora para el cromañón común, que es lo que podemos caminar nosotros con entrenamiento. Luego se domesticó al caballo y el promedio subió a 6 km por hora, sin contar con que estos animalitos podían correr distancias razonables a 20 o 30 kilómetros por hora, lo que aumentó enormemente nuestra velocidad punta. Luego se inventó el automóvil, que se supone que anda a 50 kilómetros por hora en ciudad y a 120 en carretera. Vino el avión, que hoy nos permite viajar a 900 kilómetros por hora. Es lógico pensar que esta progresión geométrica algún día nos permitirá viajar en un plazo razonable a otras estrellas y otras galaxias, ¿verdad?
Pues no.
Otro ejemplo: las células de nuestro cuerpo tienen actividad electroquímica, ¿no? Las cargas eléctricas de los intercambios celulares se pueden medir, especialmente las que ocurren en nuestro cerebro, ¿verdad?. ¿Y no se usa precisamente la variabilidad de la carga eléctrica de un electroimán para emitir ondas de radio? Por supuesto que sí. Entonces, ¿no es lógico pensar que nuestro cerebro emite algo así como ondas de radio con su propia electricidad que pueden percibir otros cerebros, haciendo efectiva la telepatía?
Pues tampoco.
Estos ejemplos son muestra de un pensamiento desordenado que se apoya en unos pocos datos mal masticados al tiempo que niega una enorme cantidad de otros datos para concluir no lo que es razonable y lógico, sino lo que se le viene dando la gana (o lo que le conviene para aliviar a sus congéneres del peso de sus monederos, billeteras y cuentas bancarias).
La enorme variedad de estupideces que proponen los charlatanes se basan todas en distintas formas de pensamiento desordenado, de saltos lógicos sin sustento y de manejo convenenciero de los datos más elementales, al grado que el escéptico se ve agobiado cuando trata de explicar por qué alguna de las taradeces que sueltan los charlatanes es insostenible.
Pero hagamos un par de ejemplos ilustrativos.
Más rápido que la luz, o tan rápido como la prima Luz
Si antes era un problema enorme ir al pueblo de junto y ahora estamos pensando en poner un hombre en Marte, ¿por qué es tonto pensar que a la larga podamos ir a las Pléyades a cenar y volver a tiempo para ver las noticias de la medianoche en casita? Y lo peor, ¿por qué es tonto pensar que constantemente nos visitan seres de otros planetas que ya alcanzaron ese conocimiento inevitable y vienen con el noble propósito de permitir que una tribu de indeseables vivan del cuento?
Quienes plantean, con base en un puñado de fotos desafocadas y el testimonio de personajes de dudosa estabilidad mental o de desmedida ambición, que los viajes interestelares e intergalácticos son posibles, no saben o no quieren saber que el universo es grande.
No sólo es grande, es GRANDE.
Es más grande de lo que podemos siquiera imaginar.
Y su funcionamiento está descrito por leyes.
Esas leyes no las "inventaron" los científicos para desprestigiar a pajarracos como "Billy" Meier, el demencial Salvador Freixedo o sus patibularios cómplices. Son las mismas leyes que explican cómo los automóviles andan con gasolina, cómo la hemoglobina traslada oxígeno a nuestras células, cómo nos mantenemos unidos a la Tierra mediante la gravedad. La ciencia es un solo cuerpo de conocimientos y no está para que lleguen los vivarachos a elegir cuál parte les gusta y cuál no.
Y esas leyes dicen que hay un límite a la velocidad a la que puede llegar cualquier trozo de materia: la velocidad de la luz, que es del orden de poco más de 299,792 kilómetros por segundo.
Ese límite no existe porque se le haya ocurrido a Einstein hacerle difícil la trasquila de conciudadanos a Jiménez del Oso o a Juan José Benítez, sino porque cuando un objeto se acerca a la velocidad de la luz, su masa crece, cosa que está plenamente demostrada. Y su masa crecerá hasta volverse infinita si llega a la velocidad de la luz, pero para ello requiere de una energía infinita.
Necesita más energía de la que hay en todo el universo.
Y si su masa se vuelve infinita, ocupará todo el universo al mismo tiempo.
Esto es un hecho de la naturaleza que se ha descubierto, no algo que se haya inventado.
No hay forma de obtener energía suficiente para que un objeto físico viaje a velocidades siquiera cercanas a la de la luz, del mismo modo en que es imposible hacer muchas cosas que el universo nos impide. Por desgracia, no nos impide ser estúpidos.
Pero, dirá el místico holístico de turno: para una mente decidida "nada es imposible".
Suena muy bonito, pero es falso. Hay montones de cosas imposibles, y sólo un loquito podría negarlo. O un descarado de campeonato. Para empezar, es imposible convencer a un "verdadero creyente".
El problema real es que, para entender las leyes físicas que hacen imposible el viaje a velocidades como la de la luz o mayores, así como las demostraciones de que esto se una descripción del universo y no una ocurrencia de un matemático chiflado, hay que estudiar. Y ni los charlatanes ni sus víctimas suelen empeñarse demasiado en el estudio. De modo que acuden al pensamiento desordenado para justificar sus delirios.
Por ejemplo, ¿no sería posible que el día de mañana se descubriera alguna ley física que nos permita ir más rápido que la luz? Difícilmente, ya que hay otro montón de leyes físicas, que conforman todas una estructura sólida de conocimientos entretejidos y todos demostrados que lo hacen altamente improbable. Pero imaginemos que sí, ¿eso qué significa? ¿Que debemos creerle todas sus fumadas a los profesionales del embuste? Eso equivaldría a encarcelar a quien se nos ocurra pensando que es "posible" que mañana cometa un delito, o renunciar a nuestro trabajo y mearle el escritorio al jefe porque compramos un billete de lotería y es "posible" que mañana nos saquemos 10 millones de dólares.
El que un dato científico se revise a la luz de nuevos conocimientos no le da la razón a los cuenteros, por más que así les guste creerlo cuando les da por la pipa de opio. Hasta ahora, no hay motivos para creer que no sea cierto el dato básico: ningún objeto físico puede acelerar hasta alcanzar la velocidad de la luz.
Si hay gente que se va a tomar el café con los extraterrestres, bien podría preguntarles en qué leyes se basan para viajar más rápido que la luz y ya con eso demostrarían todas sus afirmaciones. En lugar de aguantar las taradeces de Javier Sierra, los delirios de Maussán y sus maussanitas, las fotos espectaculares o malhechotas, bastarían algunas ecuaciones en un papelito para asombrar y convencer a todos los científicos y escépticos del mundo.
Pero ninguno de los micos que cobran en los medios con sus historias de etés ha ofrecido nunca un conocimiento nuevo, sólo vagas y aburridas sentencias filosóficas light como las que destilan los más inútiles libros de "superación personal" o "misticismo sin neuronas" que usurpan, en las librerías, los espacios que deberían ocupar la ciencia, la literatura y los recetarios de comida vietnamita.
Los conocimientos nunca han salido de sus fumadas, sino del trabajo serio y ordenado de la ciencia.
Dicen que los extraterrestres "pueden" viajar más rápido que la luz. Interesante afirmación. ¿Alguna prueba sólida? Ah, no. Pero suena bonito.
Igual podrían decir cualquier estupidez. Y, de hecho, las dicen. Total, no tienen que dar pruebas.
Emitiendo incoherencias a un milímetro de distancia
El segundo ejemplo de pensamiento desordenado es incluso más sencillo de rebatir: quienes hacen tal paralelo retorcido para "justificar" su insana creencia en la telepatía evidentemente ignoran todo sobre la radiodifusión y sobre la electroquímica del cerebro. Una radiodifusora emite con una potencia de varios cientos de watts (o vatios), y hasta de diez mil o más watts. El cerebro no, su consumo de energía es de 25 watts. La radiodifusora usa toda la potencia mencionada en la radiodifusión. El cerebro se ocupa de un montón de cosas y de todas las funciones y percepciones del cerebro, y no tiene ningún área dedicada a transmitir por radio nada. Por eso, para recibir las emisiones de una radiodifusora se puede usar un radiorreceptor, mientras que para percibir los microvoltajes del cerebro es necesario pegar unos electrodos a la cabeza y usar amplificadores artificiales para poder registrarlos en un electroencefalograma.
¿Se va viendo alguna diferencia?
Una radiodifusora toma un tipo de información estructurada (los rollos demenciales de Iker Jiménez, digamos, o, mejor, el Concierto para violín y orquesta de Beethoven) la transforma cifrándola, usando aparatos eléctricos y electrónicos para modularla (por eso la radio puede ser de AM, cuando lo que se modula es la amplitud, o de FM, cuando se modula la frecuencia), de modo que sólo la puedan recibir los aparatos que sintonicen su demodulador en exactamente la frecuencia en la que se transmite. El cerebro no, ése pasa en segundos de funcionar (no transmitir, funcionar) de 5 a 40 hertz o hercios o herzios o hertzios o como se le ocurra a usted, sin modular ni transmitir ni sus muchas amplitudes ni ninguna de sus cambiantes frecuencias. Tan es así que los electroencefalogramas, con todos los avances de la ciencia, nos pueden decir apenas unas pocas cosas sobre el funcionamiento del cerebro y nada, absolutamente nada, sobre el pensamiento, las ideas o los conocimientos del individuo.
Pero, además, un radiotransmisor no es un radiorreceptor. Es decir, se trata de dos aparatos radicalmente distintos, que conviven, sí, en aparatos como los walkie-talkies. ¿Cómo es que un cerebro "superdotado" (según sus delirios) puede "percibir" las emisiones electromagnéticas telepáticas de microvoltajes con variados wattajes, frecuencias y amplitudes de otro cerebro alejado, separar o diferenciar las emisiones de ese cerebro de las de los otros 6 mil millones de seres humanos de los alrededores y reinterpretarlas para darles el mismo sentido que el pensador original? Al menos suena difícil, aunque bien visto es totalmente imposible.
Claro que ninguno de los tomadores de pelo dedicados a la telepatía está investigando tal cosa. O está cobrando por sus embustes o sigue en el laboratorio, empecinado en demostrar que la telepatía existe, y fracasando sin cesar.
Un cerebro se parece tanto a una radiodifusora o a un radiorreceptor como mi tía Nieves se parecía a una lancha rápida. La acumulación de ideas vagas, de medias verdades, de selección de la información y de convenencierismo codicioso, dan como resultado aparentes razonamientos que "no suenan del todo descabellados" hasta que se analizan con un poquito de seriedad y buscando datos reales.
Características del pensamiento desordenado
Cuando magos como James Randi y otros muchos demostraron que hay docenas de formas de duplicar el "fenómeno" de doblar cucharitas del singular miserable Uri Geller, los creyentes decididos dijeron que "ellos hacen trucos, pero lo de Uri es verdad".
Ante las críticas a las fotografías mañosas de Billy Meier, la respuesta de los creyentes ha sido el desafío a reproducirlas (claro que, si se reproducen, el razonamiento será que "ésas son trucos fotográficos, pero las de Billy son reales").
Cuando gente como Harry Houdini demostraba que los médiums de principios del siglo XX usaban trucos, el razonamiento de los fanáticos del espiritismo era que, bueno, en algunas ocasiones los médiums acudían a trucos porque se sentían muy presionados por su público, pero que "la mayoría de las veces sus efectos eran reales".
Cuando la falta de datos suficientes no permite a algún científico explicar de inmediato algún fenómeno que se observe en la atmósfera, los descerebrados concluyen a toda prisa que "la única explicación son las naves extraterrestres", aunque para decir tamaña barbaridad no tengan tampoco ningún otro dato además de su pasión visceral por creer en tal loquera.
Si un remedio tradicional, alguna planta, tiene un componente activo que se usa en medicina, saltan como orangutanes diciendo que "toda la medicina tradicional tiene bases científicas". Si un masaje logra disminuir un dolor, entonces chapurrean babosadas sobre el "drenaje linfático" o la "digitopuntura" (que no "puntura" nada, pero vaya usted a explicárselos). Si los oceanógrafos y biólogos marinos buscan al architeutis o calamar gigante, concluyen que seguramente el "monstruo del Lago Ness" también existe.
Sin ser exhaustivos, hay algunos signos reveladores del pensamiento desordenado.
1. El pensamiento desordenado es difuso. Se conforma con entender las cosas a grosso modo, porque el detalle fino que diferencia al conocimiento de la superstición exige pensar y detenerse en los detalles, y las similitudes vagas no bastan.
2. El pensamiento desordenado se enamora de las ideas interesantes. Los hechos le parecen bastos, groseros y poco cautivadores. La meadoterapia (u orinoterapia), el flujo constante de babosadas californianas como la "medicina cuántica" del insigne embustero Deepak Chopra (probablemente el charlatán más acaudalado del mundo, por haber tenido el tino se depredar víctimas llenas de dólares y que no tiene nada que ver con la cuántica real) o la infame quiropráctica (madre de más de un cuadripléjico), son, sin duda, ideas interesantes y no pocas personas inteligentes encuentran que su solo atractivo les confiere algún grado de verdad, aunque para ello se nieguen a conocer y criticar las bases teóricas que afirman tener los médicos brujos de su preferencia. (Claro que ante ideas como los unicornios y los duendes chocarreros son más críticos, haciendo diferencias entre supersticiones que consideran bastas y supersticiones mononas adecuadas para "gente pensante".)
3. El pensamiento desordenado se decanta por el "principio de autoridad" selectivo. Si cualquier persona respetable, como un médico o científico (uno solo, solito, de preferencia simpático, agradable y buena gente) dice una cosa, tal cosa se convierte para los creyentes en dogma de verdad absoluta y de nada sirve que opinen lo contrario centenares o miles de otros médicos o científicos. Se asume, cuando conviene, que tal médico o científico habla como único portavoz autorizado de la medicina o la ciencia. El pensamiento desordenado busca una convalidación de sus prejuicios y desecha (incluso con violencia) los posibles datos que lo contradigan mientras eleva a calidad de verdad indiscutible aquello que va de acuerdo con sus personales creencias subjetivas y que, tal vez, posiblemente, quizá, según dicen algunos, podría ser verdad.
4. El pensamiento desordenado selecciona los datos que le gustan y desecha los que no le gustan. Es capaz de sobreinterpretar cualquier elemento al tiempo que ignora o minimiza otros, desprecia los mecanismos normales gracias a los cuales nuestra especie ha acumulado una asombrosa cantidad de conocimientos, pero al mismo tiempo los aprovecha ciegamente y sin ver su contradicción (como los "naturistas", "homeópatas" "cirujanos psíquicos" y otros sacaplata que usan gafas y van al médico cuando les duele el píloro).
5. El pensamiento desordenado, como los razonamientos de los esquizofrénicos paranoides, es capaz de generar fantasías bien estructuradas y de gran complejidad. Acude a explicaciones a partir de suposiciones y es incapaz de rendirse a la evidencia y cambiar de opinión cuando se demuestra que su edificio se apoya en cimientos falsos, en vez de lo cual acusa de "intransigencia" al pensamiento crítico y a la ciencia.
6. El pensamiento desordenado privilegia la evidencia anecdótica. renunciando a la lógica, suele regodearse en la falacia post hoc, ergo propter hoc (véase el punto 13 de la entrada de este blog Guía para detectar a los pillastres y sus patrañas) generalmente acompañándola de generalizaciones desaseadas del tipo: Paco Porras le curó un dolor de cabeza a mi prima Neptunia, y por tanto Porras y todos los curanderos algo de verdad deben tener.
Interesante bicho, pues.
De la solidez, inmovilidad y firmeza del pensamiento desordenado
Ser médico, físico nuclear, persona con un cociente intelectual de 120, famoso, astronauta o tener cualquier otra característica intelectual similar no es antídoto del pensamiento desordenado. Numerosas personas que, por otra parte, son razonables y racionales, que parecen manejar el mundo con adecuada objetividad, se despeñan por el abismo de la superstición si ésta "les parece" válida o toca de cerca sus problemas personales, en particular los relativos a la salud.
El pensamiento ordenado, crítico no es forzosamente asunto de cultura, de conocimientos ni de inteligencia (del mismo modo que ninguna de esas características es antídoto del riesgo de caer víctima de una secta, como lo demuestra el elevado nivel académico de los seguidores de Shoko Asahara, el siniestro gurú japonés asesino). Es una disciplina que se aprende y se ejercita en todos los aspectos de la vida, y debería ser la primera preocupación de un sistema educativo destinado al beneficio de los educandos.
Pero la educación sigue privilegiando, previsiblemente, la indoctrinación y el pensamiento difuso, con objeto de servir al partido, al gobierno, a los patrones, a la iglesia, al status quo o a cualquier ideología determinada.
Más aún, muchas personas inteligentes, cultas e informadas en algunas cuestiones son capaces de realizar verdaderas contorsiones mentales para justificar cualquier tontería que le sea cara a sus personales prejuicios. (No recuerdo, para su fortuna, el nombre del mastuerzo que afirmaba que las brujas tenían que servir porque líderes de la preclara talla de Ronald Reagan y Carlos Salinas destinaban dineros del erario a pagar a sus respectivas videntes, Joan Quigley y "La Paca".)
La existencia de civilizaciones extraterrestres que nos visitan o la validez curativa de cualquier terapia extravagante serían relativamente fáciles de demostrar de ser ciertas. Bastaría que se mostraran hechos observables claros, experiencias repetibles y un proceso de estudio aseado y coherente. Si la demostración es consistente, la ciencia, los científicos y quienes promueven el pensamiento crítico se convencerán con facilidad. Ya ha ocurrido. Muchas veces.
Pero vaya usted y trate de convencer a un creyente verdadero de que es víctima de un delirio y verá que es imposible convencerlo. No importa cuántos datos ofrezca, o a cuántas explicaciones acuda. La devoción religiosa del creyente es a prueba de bombas.
De allí que quienes viven del pensamiento desordenado de los demás, no estén, ni con mucho, en peligro de extinción, pues no les faltan víctimas peleándose por darles su dinero, su admiración y su defensa gratuita.
Darse cuenta de esta situación, sin embargo, es el primer paso hacia un pensamiento crítico y genuinamente cuestionador cuya utilidad, sin duda alguna, va mucho más allá de simplemente escaparse de llenarle los bolsillos a todo tipo de mamarrachos pretenciosos y mendaces.
junio 18, 2004
A tomar los medios por asalto (consideraciones sobre la "Alerta sacaplata")
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Sólo falta una semana para que Iker Jiménez, conocido apéndice del "businessman de la chapuza", Javier Sierra, desprestigie a la Cadena Ser española con su "Alerta ovni" que pomposamente llama "Gran noche del misterio interactivo" y que bien se podría llamar "Gran noche de enganchamiento de futuros clientes para las estupideces que se nos ocurran luego".
Los sitios escépticos han puesto, naturalmente, el grito en el cielo. Que una emisora por otra parte seria y creíble decida revolcarse en el fango de la estupidez organizada da vergüenza ajena y provoca indignación, sin duda. Más cuando los organizadores de la megapachanga andan tratando de reclutar a científicos serios para proclamar falsamente que tienen el aval de gente que aporte esas tres cosas de las que adolecen estos orates: conocimientos, ética y uso de la razón.
Como ejemplo, trataron de reclutar a don Pez, Javier Armentia, como él mismo lo relata en su blog "Por la boca muere el pez".
Pero la realidad es que desde esta humilde trinchera y con la experiencia que tenemos en los medios (sobre todo casi tres años con un programa diario de radio a nivel nacional en México que demostró nuestra tesis: "la ciencia puede ser sexy"), creemos que el enfoque escéptico está siendo poco acertado.
Me explico: Iker Jiménez le genera dinero a quienes lo contratan, y el objetivo de esto es generar más dinero. A quienes lo contratan les da igual si vende tarugadas del corazón, si ofrece una selección de ópera punk caribeña o si comercializa análisis político profundo.
Por otra parte quienes se decantan, o nos decantamos, pues, por el pensamiento racional y las actividades menos de circo no hemos sabido hacernos atractivos y generar dinero para los dueños de los medios.
Antes de que se empiece a organizar el linchamiento masivo contra este inocente blogger, quiero dejar claro que entiendo la razonable contestación que se le puede hacer a mi crítica: el objetivo de la ciencia no es hacer dinero, el pensamiento racional tiene un valor enoprme por sí mismo en la vida de la gente y que hay una cuestión básica de ética y moral que es mucho más importante que cualquier cantidad de dinero.
Y a ello respondo: sí, sí y sí. Tienen razón.
Pero tener razón no basta, y a la imbecilidad en los medios se le responde en los medios, y para llegar a los medios se requiere hacer trabajo mediático y atractivo, emocionante, lleno de una presentación adecuada de las maravillas del pensamiento que nos asombran, siempre manteniendo la seriedad, sustentando el valor del pensamiento y defendiendo la ética y la moral que desconocen del todo los sospechosos tipos que venden el traje invisible del emperador.
Si el niño que gritó a los cuatro vientos "¡El emperador anda en pelota!" hubiera escrito un blog, comentado su indignación en listas de correos sólo para miembros y se hubiera masticado el hígado a solas en su habitación, el emperador seguiría paseando en bolas y los sastres hubieran tomado las de Villadiego con las alforjas a reventar.
El niño, inteligente y mediático, dio el grito en medio de una multitud. Y armó un desmadre de tres pares de narices y tres pares de cojones, rejodió a los sastres y le enseñó al emperador a ser menos tarado.
Seamos niños, pues.
Antes que señalar con dedo flamígero a la SER por insistir en ganar pasta, lana, billetes, pachocha, moneda, parné o plata; antes de empezar a organizar una seria y meditada carta de protesta que servirá para dos cosas (para nada y para un carajo), lo que se debe exigir es, precisamente, lo único que los medios están obligados a dar cuando son parciales, sesgados, tendenciosos e inequitativos: TIEMPO EQUIVALENTE para la posición opuesta.
El circo del 25 de junio no lo para nadie. Burlarse de Iker Jiménez puede ser divertido (no mucho, porque es demasiado fácil) pero objetivamente no tiene mucho sentido, y aunque sabemos que el personaje de cuando en cuando visita blogs como éste, convulsiona un poco y arroja espuma por las comisuras de los labios mientras piensa en nuestra señora madre y en nuestra señora abuela, en el fondo le tiene sin cuidado porque no le afecta el bolsillo, que es donde tiene las neuronas, la ética y las ideas.
Pero un programa de tres horas de duración con toda la potencia de la misma Cadena SER dedicado a "Alerta contra los cantamañanas o Gran noche de revelación de misterios falsos" sí le pondría los pelos de punta a estos papanatas.
Y, si se hace bien, se pueden abrir los espacios necesarios en los grandes medios de comunicación, cosa indispensable para que la lucha contra los para anormales tenga frutos y no nos dediquemos a predicarle a los convencidos, que es una pérdida de tiempo bruta.
Propongo, basado únicamente en que me sale del forro de los dídimos, que a quienes igualmente les salga, ya sea de los dídimos o de los ovarios, procedan a hacer su versión de esta esta carta y mandarla a la Cadena SER, en papel para que no la borre algún simpatiquillo, a
Cadena SER
Gran Vía, 32
28013 Madrid
Soy oyente de la Cadena SER y me ha sorprendido enormemente que la difusora haya decidido promover de manera especial el pensamiento mágico y las más bastas supersticiones con una "Alerta ovni" a cargo del programa "Milenio 3" de Iker Jiménez.
Sabiendo que la Cadena SER se rige por la más elemental deontología periodística, me permito exigir que ofrezca a su público un programa de igual duración, en horario equivalente y con el mismo despliegue técnico, dedicado a la crítica contra las proposiciones irracionales, al análisis de las seudociencias y a la explicación seria de los paranormalismos perjudiciales, así como para promover una "Alerta contra los chapuceros" en favor del conocimiento científico y el pensamiento crítico y racional que tanto necesita nuestra sociedad en todos los órdenes.
Estoy seguro (segura) de que acudiendo a los centros científicos de toda España, a organizaciones como "Alternativa racional a las pseudociencias, Sociedad para el avance del pensamiento crítico (ARP-SAPC)" y a profesionales que ya han tenido presencia en los medios, se podrá hacer un programa igualmente atractivo y dar al público el tratamiento equitativo de la información que es la base de toda comunicación ética profesional.
Póngale sal y pimienta al gusto y mándelo.
Sólo falta una semana para que Iker Jiménez, conocido apéndice del "businessman de la chapuza", Javier Sierra, desprestigie a la Cadena Ser española con su "Alerta ovni" que pomposamente llama "Gran noche del misterio interactivo" y que bien se podría llamar "Gran noche de enganchamiento de futuros clientes para las estupideces que se nos ocurran luego".
Los sitios escépticos han puesto, naturalmente, el grito en el cielo. Que una emisora por otra parte seria y creíble decida revolcarse en el fango de la estupidez organizada da vergüenza ajena y provoca indignación, sin duda. Más cuando los organizadores de la megapachanga andan tratando de reclutar a científicos serios para proclamar falsamente que tienen el aval de gente que aporte esas tres cosas de las que adolecen estos orates: conocimientos, ética y uso de la razón.
Como ejemplo, trataron de reclutar a don Pez, Javier Armentia, como él mismo lo relata en su blog "Por la boca muere el pez".
Pero la realidad es que desde esta humilde trinchera y con la experiencia que tenemos en los medios (sobre todo casi tres años con un programa diario de radio a nivel nacional en México que demostró nuestra tesis: "la ciencia puede ser sexy"), creemos que el enfoque escéptico está siendo poco acertado.
Me explico: Iker Jiménez le genera dinero a quienes lo contratan, y el objetivo de esto es generar más dinero. A quienes lo contratan les da igual si vende tarugadas del corazón, si ofrece una selección de ópera punk caribeña o si comercializa análisis político profundo.
Por otra parte quienes se decantan, o nos decantamos, pues, por el pensamiento racional y las actividades menos de circo no hemos sabido hacernos atractivos y generar dinero para los dueños de los medios.
Antes de que se empiece a organizar el linchamiento masivo contra este inocente blogger, quiero dejar claro que entiendo la razonable contestación que se le puede hacer a mi crítica: el objetivo de la ciencia no es hacer dinero, el pensamiento racional tiene un valor enoprme por sí mismo en la vida de la gente y que hay una cuestión básica de ética y moral que es mucho más importante que cualquier cantidad de dinero.
Y a ello respondo: sí, sí y sí. Tienen razón.
Pero tener razón no basta, y a la imbecilidad en los medios se le responde en los medios, y para llegar a los medios se requiere hacer trabajo mediático y atractivo, emocionante, lleno de una presentación adecuada de las maravillas del pensamiento que nos asombran, siempre manteniendo la seriedad, sustentando el valor del pensamiento y defendiendo la ética y la moral que desconocen del todo los sospechosos tipos que venden el traje invisible del emperador.
Si el niño que gritó a los cuatro vientos "¡El emperador anda en pelota!" hubiera escrito un blog, comentado su indignación en listas de correos sólo para miembros y se hubiera masticado el hígado a solas en su habitación, el emperador seguiría paseando en bolas y los sastres hubieran tomado las de Villadiego con las alforjas a reventar.
El niño, inteligente y mediático, dio el grito en medio de una multitud. Y armó un desmadre de tres pares de narices y tres pares de cojones, rejodió a los sastres y le enseñó al emperador a ser menos tarado.
Seamos niños, pues.
Antes que señalar con dedo flamígero a la SER por insistir en ganar pasta, lana, billetes, pachocha, moneda, parné o plata; antes de empezar a organizar una seria y meditada carta de protesta que servirá para dos cosas (para nada y para un carajo), lo que se debe exigir es, precisamente, lo único que los medios están obligados a dar cuando son parciales, sesgados, tendenciosos e inequitativos: TIEMPO EQUIVALENTE para la posición opuesta.
El circo del 25 de junio no lo para nadie. Burlarse de Iker Jiménez puede ser divertido (no mucho, porque es demasiado fácil) pero objetivamente no tiene mucho sentido, y aunque sabemos que el personaje de cuando en cuando visita blogs como éste, convulsiona un poco y arroja espuma por las comisuras de los labios mientras piensa en nuestra señora madre y en nuestra señora abuela, en el fondo le tiene sin cuidado porque no le afecta el bolsillo, que es donde tiene las neuronas, la ética y las ideas.
Pero un programa de tres horas de duración con toda la potencia de la misma Cadena SER dedicado a "Alerta contra los cantamañanas o Gran noche de revelación de misterios falsos" sí le pondría los pelos de punta a estos papanatas.
Y, si se hace bien, se pueden abrir los espacios necesarios en los grandes medios de comunicación, cosa indispensable para que la lucha contra los para anormales tenga frutos y no nos dediquemos a predicarle a los convencidos, que es una pérdida de tiempo bruta.
Propongo, basado únicamente en que me sale del forro de los dídimos, que a quienes igualmente les salga, ya sea de los dídimos o de los ovarios, procedan a hacer su versión de esta esta carta y mandarla a la Cadena SER, en papel para que no la borre algún simpatiquillo, a
Cadena SER
Gran Vía, 32
28013 Madrid
Soy oyente de la Cadena SER y me ha sorprendido enormemente que la difusora haya decidido promover de manera especial el pensamiento mágico y las más bastas supersticiones con una "Alerta ovni" a cargo del programa "Milenio 3" de Iker Jiménez.
Sabiendo que la Cadena SER se rige por la más elemental deontología periodística, me permito exigir que ofrezca a su público un programa de igual duración, en horario equivalente y con el mismo despliegue técnico, dedicado a la crítica contra las proposiciones irracionales, al análisis de las seudociencias y a la explicación seria de los paranormalismos perjudiciales, así como para promover una "Alerta contra los chapuceros" en favor del conocimiento científico y el pensamiento crítico y racional que tanto necesita nuestra sociedad en todos los órdenes.
Estoy seguro (segura) de que acudiendo a los centros científicos de toda España, a organizaciones como "Alternativa racional a las pseudociencias, Sociedad para el avance del pensamiento crítico (ARP-SAPC)" y a profesionales que ya han tenido presencia en los medios, se podrá hacer un programa igualmente atractivo y dar al público el tratamiento equitativo de la información que es la base de toda comunicación ética profesional.
Póngale sal y pimienta al gusto y mándelo.
junio 08, 2004
Los imanes mágicos (no, usted no es un clavo)
En el mundo de las tonterías médicas, merece lugar aparte la sublime estupidez que quiere cobrarle a usted por acercarle imanes, por la infundada superstición de que los imanes pueden tener un efecto sobre su salud.
Si usted no es un clavo, los imanes poco pueden hacer por usted. Pero si usted sí es un clavo, los imanes pueden atraerlo con una fuerza que responde a determinadas leyes de la física (disciplina que desprecian a lo tarugo los médicos brujos), pero no curarle nada.
El hecho de que no haya una sola demostración de que los imanes tengan algún efecto beneficioso sobre la salud humana, el que los que proponen esta brujería no tengan ni una investigación para apoyarse, no quita que haya salteadores de caminos vendiendo colchones con imanes, plantillas para zapatos con imanes, fundas de silla con imanes y, a poco que nos descuidemos, nos recetarán supositorios con imanes.
Por supuesto que para desarrollar adecuadamente el negocio del curanderismo, debe buscarse un nombrecito que termine en "terapia", ya que tenemos:
Nace así la "magnetoterapia", el tratamiento con imanes.
¿Tratamiento? Me quedo corto.
Como todos los embustes seudomédicos, la "magnetoterapia" promete todo tipo de orateces, entre ellas rejuvenecer a la víctima, cambiarle las canas por sedoso cabello oscuro sin necesidad de tintes, y curarle algunas pocas afecciones:
Absceso, Cefalea, Gastritis aguda y crónica, Orquitis, Agresividad, Circulación sanguínea, Gota (Artritis úrica), Páncreas, Anemia, Cistitis, Hemorragia, Piel, Angustia, Coágulos de sangre, Hemorroides, Prostatitis, Ansiedad, Colecistitis, Hepatitis, Quemaduras, Aparato respiratorio, afecciones del, Cólicos biliares, Hipertensión arterial, Reglas abundantes, Apéndice, Cólicos estomacales e intestinales, Hipotensión arterial, Reglas, ausencia (Amenorrea) e insuficientes, Artritis, Colitis aguda, crónica y ulcerosa, Impotencia masculina, Reglas con frecuencia o ritmo irregular, Asma respiratoria, Colon irritable, Infertilidad femenina, Reglas dolorosas (Dismenorrea), Atonía del colon o intestino perezoso, Diabetes, Infertilidad masculina, Taquicardia, Atonía estomacal o gastroatonía, Dispepsia e indigestión, Insomnio, Tensión, Bronquitis, Dolor de cabeza, Insuficiencia cardiaca, Tumores benignos, Calambres musculares o espasmos, Fibromas, Insuficiencia pulmonar, Úlcera, Cálculos biliares (vesiculares) o colelitiasis, Fisuras en el ano, Nefritis, Uretritis, Cálculos en los riñones (renales), uréteres y vejiga, Fracturas, Ojos, derrame sanguíneo, Várices, Cáncer, Frigidez, Ojos, dolor de, Vesícula biliar y conductos
Tan asombrosa cuanto evidentemente chapucera lista la sacamos de un sitio dedicado a las más diversas formas de sacarle dinero a la gente con el pretexto de ayudar a su salud.
¿Será posible tanta belleza? ¿Será posible que unos simples imanes puedan tratar con eficacia al msimo tiempo trastornos infecciosos, anatómicos, degenerativos, fisiológicos y sicológicos? Es que curar el cáncer con lo mismo que "cura" una fractura es toda una hazaña... o es un embuste del tamaño de la pirámide de Keops.
A ver: los imanes atraen al hierro, al níquel y al cobalto. Un imán natural es simplemente un mineral con iones de hierro. ¿Cuánto hierro tiene el cuerpo humano? Cuatro gramos, más o menos, el 65% del mismo en la hemoglobina de la sangre (cuatro átomos en cada molécula de hemoglobina).
Cuatro gramos en un cuerpo humano normal de entre 45 y 80 kilos es un porcentaje diminuto, muy importante desde el punto de vista de la química de nuestro organismo, pero intrascendente al nivel físico que es al que operan los imanes.
Y eso sin contar con que el hierro en nuestro cuerpo, los cuatro gramos de los que estamos hablando, no está en estado libre, sino en compuestos, y por tanto no reacciona ante los imanes, del mismo modo que el oxígeno y el hidrógeno no se comportan como tales cuando están en el misterioso compuesto llamado "agua".
¿No nos cree? Haga el experimento que propone Michael Shermer: píquese un dedo con un alfiler (puede alucinar que está haciendo acupuntura tántrica o alguna tontería similar), ponga en un platito unas gotas de su sangre y acérquele el imán más potente que tenga; podrá ver asombrado cómo a la sangre ni le va ni le viene la presencia del imán, ni se siente atraída ni se siente repelida ni se da por enterada, simplemente se empieza a coagular y secar con toda normalidad.
Además de asegurar que "cura" toda la lista de manicomio que reproducimos, el reclamo más común de los mercachifles de imanes es que "disminuyen el dolor". ¿En serio? Los estudios realizados al respecto por el Colegio de medicina podológica de nueva York poniéndole imanes en los talones a personas que sufrían de dolores demostraron que el mismo número de personas que usaron plantillas magnéticas y el de quienes usaron plantillas no magnéticas reportaron que sus dolores se reducían.
Efecto placebo, pues, del que ya hemos hablado en nuestro artículo sobre homeopatía.
¿Le importa eso a los buhoneros de la "medicina alternativa"? Para nada. Ellos son felices vendiendo colchones, somieres, brazaletes (¿se acuerdan de la modita de los brazaletes de cobre de hace unos años, que supuestamente eran lo máximo para la artritis y que al final fueron olvidados?, pues ahora vuelven los mismos brazaletes mamones pero "magnetizados"), anillos, collares y lo que a usted se le ocurra (y quiera pagar) con los "misteriosos" imanes.
Los ingenuos que se creen clavos se imaginan que el magnetismo es algo así como magia y palman con los billetes.
(Vaya y pase que quienes vivían en la ignorancia del pasado se asombraran de los imanes y creyeran que tenían propiedades mágicas. En otros tiempos no se les entendía, y por ello había prácticas mágicas inútiles como no llevar en los barcos cebollas o ajos porque los simples marineros de esos duros tiempos afirmaban que el mal aliento "desmagnetizaba" la aguja de la brújula... hasta que alguien se comió un kilo de ceboollas y medio de ajos y fue a eructarle encima a la brújula, que siguió, pertinaz, mirando al Norte.)
Ni qué decir que los imanes que venden las tiendas de "salud natural" cuestan bastante más que el precio comercial de la magnetita, como suele ocurrir con todo lo que ofertan esos desvergonzados, so pretexto de que "es natural".
Por ejemplo, el sitio del que sacamos la descarada lista de enfermedades supuestamente curables por "magnetoterapia", ofrece desde un "antifaz magnético" para dormir por sólo 120 pesos mexicanos (unos 10 euros), "aretes magnéticos para bajar de peso" por unos 4 euros, un asiento magnético de 22 euros, una "colchoneta magnética" por más de 40 euros, gorras, guantes, parches, pirámides, rodilleras, diademas, cubrealmohadas, chalecos y demás talismanes mágicos disfrazados de "magnetoterapéuticos".
Hay quienes, por no dejar, están haciendo investigaciones para determinar si los imanes tienen algún efecto real. Pero en cierta medida es también verdad que tales investigaciones son muy probablemente una pérdida de tiempo, pues no hay ninguna razón física, química, biológica o simplemente racional para suponer que los mecanismos del dolor, el cáncer (que estos imbéciles no han descubierto que no es una enfermedad, sino varias), las hemorroides, la ansiedad y la apendicitis tengan forma alguna de enterarse de que en los alrededores hay un imán, mucho menos que puedan reaccionar a dicho imán o, peor, que sepan reaccionar de manera distinta a los polos del imán.
Si usted tiene visión de futuro, tenga presente la estupenda videncia que le ofrecemos junto con el asombroso dato de que usted no es un clavo: la moda de la "magnetoterapia" desaparecerá como tantas otras panaceas (o "curalotodos") del pasado, dejando a los enfermos igual de enfermos o mucho peor (sobre todo si los convencen de no ir al médico) y a los dueños de los chiringuitos que venden tales irracionalidades más gordos, más ricos, más rozagantes y más prestos a subirse al barquito de la nueva moda que se le ocurra a otro bandido el día de mañana.
(Foto GFDL de Oguraclutch, vía Wikimedia Commons) |
El hecho de que no haya una sola demostración de que los imanes tengan algún efecto beneficioso sobre la salud humana, el que los que proponen esta brujería no tengan ni una investigación para apoyarse, no quita que haya salteadores de caminos vendiendo colchones con imanes, plantillas para zapatos con imanes, fundas de silla con imanes y, a poco que nos descuidemos, nos recetarán supositorios con imanes.
Por supuesto que para desarrollar adecuadamente el negocio del curanderismo, debe buscarse un nombrecito que termine en "terapia", ya que tenemos:
- la "aromaterapia" (curarse oliendo cosas, generalmente florecitas),
- la "cromatoterapia" (curarse viendo colorcitos, aunque nos seduce mucho la pretenciosidad bestial de cierto sitio que asegura que tal "disciplina" es un método terapéutico que utiliza unidades vibratorias de referencia llamadas "colores"; la mamonería de disfrazar el tema con extravagentes "unidades vibratorias de referencia" es de campeonato),
- la "hidroterapia del colon" (es lo que mi abuela llamaba "lavativas", algo por lo que nadie pagaría, pero cambiándole el nombre, por una salvaje "hidroterapia del colon" de 30 minutos, le mondan 45 euros o más),
- la "reflexoterapia podal" (forma del vudú absolutamente sin bases que asegura a los ingenuos que el cuerpo está "representado" en las plantas de los pies y que hacerle masaje a la parte del pie que representa "el hígado" es como hacerle masaje al hígado, taradez inmunda que no explica por qué no se hace el masaje directamente al hígado, ni explica por qué el hígado se podría curar con masajes; es exactamente el mismo razonamiento mágico que supone que clavarle agujas a un muñeco que representa a alguien le causará dolores a ese alguien),
- la "auriculoterapia" (la misma salvajada de vudú, pero ahora con el cuerpo "representado" en la oreja, sin que nadie lo haya tenido que demostrar para cobrar por ello)
- y, por supuesto, la "orinoterapia", la cerda, guarra, inútil y potencialmente peligrosa práctica de meterse en el cuerpo lo que el cuerpo echa fuera, es decir, beber la propia orina (y uno tiembla al pensar en que algún cantamañanas de cuarta categoría esté presto a lanzar muy pronto la "mierdoterapia", total ya qué).
Nace así la "magnetoterapia", el tratamiento con imanes.
¿Tratamiento? Me quedo corto.
Como todos los embustes seudomédicos, la "magnetoterapia" promete todo tipo de orateces, entre ellas rejuvenecer a la víctima, cambiarle las canas por sedoso cabello oscuro sin necesidad de tintes, y curarle algunas pocas afecciones:
Absceso, Cefalea, Gastritis aguda y crónica, Orquitis, Agresividad, Circulación sanguínea, Gota (Artritis úrica), Páncreas, Anemia, Cistitis, Hemorragia, Piel, Angustia, Coágulos de sangre, Hemorroides, Prostatitis, Ansiedad, Colecistitis, Hepatitis, Quemaduras, Aparato respiratorio, afecciones del, Cólicos biliares, Hipertensión arterial, Reglas abundantes, Apéndice, Cólicos estomacales e intestinales, Hipotensión arterial, Reglas, ausencia (Amenorrea) e insuficientes, Artritis, Colitis aguda, crónica y ulcerosa, Impotencia masculina, Reglas con frecuencia o ritmo irregular, Asma respiratoria, Colon irritable, Infertilidad femenina, Reglas dolorosas (Dismenorrea), Atonía del colon o intestino perezoso, Diabetes, Infertilidad masculina, Taquicardia, Atonía estomacal o gastroatonía, Dispepsia e indigestión, Insomnio, Tensión, Bronquitis, Dolor de cabeza, Insuficiencia cardiaca, Tumores benignos, Calambres musculares o espasmos, Fibromas, Insuficiencia pulmonar, Úlcera, Cálculos biliares (vesiculares) o colelitiasis, Fisuras en el ano, Nefritis, Uretritis, Cálculos en los riñones (renales), uréteres y vejiga, Fracturas, Ojos, derrame sanguíneo, Várices, Cáncer, Frigidez, Ojos, dolor de, Vesícula biliar y conductos
Tan asombrosa cuanto evidentemente chapucera lista la sacamos de un sitio dedicado a las más diversas formas de sacarle dinero a la gente con el pretexto de ayudar a su salud.
¿Será posible tanta belleza? ¿Será posible que unos simples imanes puedan tratar con eficacia al msimo tiempo trastornos infecciosos, anatómicos, degenerativos, fisiológicos y sicológicos? Es que curar el cáncer con lo mismo que "cura" una fractura es toda una hazaña... o es un embuste del tamaño de la pirámide de Keops.
A ver: los imanes atraen al hierro, al níquel y al cobalto. Un imán natural es simplemente un mineral con iones de hierro. ¿Cuánto hierro tiene el cuerpo humano? Cuatro gramos, más o menos, el 65% del mismo en la hemoglobina de la sangre (cuatro átomos en cada molécula de hemoglobina).
Cuatro gramos en un cuerpo humano normal de entre 45 y 80 kilos es un porcentaje diminuto, muy importante desde el punto de vista de la química de nuestro organismo, pero intrascendente al nivel físico que es al que operan los imanes.
Y eso sin contar con que el hierro en nuestro cuerpo, los cuatro gramos de los que estamos hablando, no está en estado libre, sino en compuestos, y por tanto no reacciona ante los imanes, del mismo modo que el oxígeno y el hidrógeno no se comportan como tales cuando están en el misterioso compuesto llamado "agua".
¿No nos cree? Haga el experimento que propone Michael Shermer: píquese un dedo con un alfiler (puede alucinar que está haciendo acupuntura tántrica o alguna tontería similar), ponga en un platito unas gotas de su sangre y acérquele el imán más potente que tenga; podrá ver asombrado cómo a la sangre ni le va ni le viene la presencia del imán, ni se siente atraída ni se siente repelida ni se da por enterada, simplemente se empieza a coagular y secar con toda normalidad.
Además de asegurar que "cura" toda la lista de manicomio que reproducimos, el reclamo más común de los mercachifles de imanes es que "disminuyen el dolor". ¿En serio? Los estudios realizados al respecto por el Colegio de medicina podológica de nueva York poniéndole imanes en los talones a personas que sufrían de dolores demostraron que el mismo número de personas que usaron plantillas magnéticas y el de quienes usaron plantillas no magnéticas reportaron que sus dolores se reducían.
Efecto placebo, pues, del que ya hemos hablado en nuestro artículo sobre homeopatía.
¿Le importa eso a los buhoneros de la "medicina alternativa"? Para nada. Ellos son felices vendiendo colchones, somieres, brazaletes (¿se acuerdan de la modita de los brazaletes de cobre de hace unos años, que supuestamente eran lo máximo para la artritis y que al final fueron olvidados?, pues ahora vuelven los mismos brazaletes mamones pero "magnetizados"), anillos, collares y lo que a usted se le ocurra (y quiera pagar) con los "misteriosos" imanes.
Los ingenuos que se creen clavos se imaginan que el magnetismo es algo así como magia y palman con los billetes.
(Vaya y pase que quienes vivían en la ignorancia del pasado se asombraran de los imanes y creyeran que tenían propiedades mágicas. En otros tiempos no se les entendía, y por ello había prácticas mágicas inútiles como no llevar en los barcos cebollas o ajos porque los simples marineros de esos duros tiempos afirmaban que el mal aliento "desmagnetizaba" la aguja de la brújula... hasta que alguien se comió un kilo de ceboollas y medio de ajos y fue a eructarle encima a la brújula, que siguió, pertinaz, mirando al Norte.)
Ni qué decir que los imanes que venden las tiendas de "salud natural" cuestan bastante más que el precio comercial de la magnetita, como suele ocurrir con todo lo que ofertan esos desvergonzados, so pretexto de que "es natural".
Por ejemplo, el sitio del que sacamos la descarada lista de enfermedades supuestamente curables por "magnetoterapia", ofrece desde un "antifaz magnético" para dormir por sólo 120 pesos mexicanos (unos 10 euros), "aretes magnéticos para bajar de peso" por unos 4 euros, un asiento magnético de 22 euros, una "colchoneta magnética" por más de 40 euros, gorras, guantes, parches, pirámides, rodilleras, diademas, cubrealmohadas, chalecos y demás talismanes mágicos disfrazados de "magnetoterapéuticos".
Hay quienes, por no dejar, están haciendo investigaciones para determinar si los imanes tienen algún efecto real. Pero en cierta medida es también verdad que tales investigaciones son muy probablemente una pérdida de tiempo, pues no hay ninguna razón física, química, biológica o simplemente racional para suponer que los mecanismos del dolor, el cáncer (que estos imbéciles no han descubierto que no es una enfermedad, sino varias), las hemorroides, la ansiedad y la apendicitis tengan forma alguna de enterarse de que en los alrededores hay un imán, mucho menos que puedan reaccionar a dicho imán o, peor, que sepan reaccionar de manera distinta a los polos del imán.
Si usted tiene visión de futuro, tenga presente la estupenda videncia que le ofrecemos junto con el asombroso dato de que usted no es un clavo: la moda de la "magnetoterapia" desaparecerá como tantas otras panaceas (o "curalotodos") del pasado, dejando a los enfermos igual de enfermos o mucho peor (sobre todo si los convencen de no ir al médico) y a los dueños de los chiringuitos que venden tales irracionalidades más gordos, más ricos, más rozagantes y más prestos a subirse al barquito de la nueva moda que se le ocurra a otro bandido el día de mañana.
junio 02, 2004
La verdad verdadera sobre Jaime Maussán
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¿Quiere saber cómo empezó su negocio Jaimito Maussán? ¿Desea asombrarse ante la cantidad de bobadas que ha expulsado por la boquita durante ya trece añitos? Ciertamente la historia es conocida por muchos mexicanos, sobre todo los que ya peinan canas, pero no está de más recordar aquél eclipse maravilloso que lanzó a Maussán al estrellato.
Haga clic de inmediato en la lista de correos del escéptico digital y apúntese en tan entretenido boletín, en cuyo más reciente número (el 10 de 2004), además de disfrutar de "Génesis, desarrollo y perfeccionamiento de un embaucador", la historia de este blogger full-contacta con Maussán, puede conocer cómo treinta audaces emprendieron un suicidio colectivo siguiendo las "leyes" homeopatéticas de Hahnemann, además de otras sabrosas notas.
(Pero si usted no está consciente de las loqueras que implica la homeopatía, antes de divertirse con ese artículo tiene que pasarse por nuestro artículo dedicado a las extravagantes creencias de los homeopatones para estar en antecedentes.)
¿Quiere saber cómo empezó su negocio Jaimito Maussán? ¿Desea asombrarse ante la cantidad de bobadas que ha expulsado por la boquita durante ya trece añitos? Ciertamente la historia es conocida por muchos mexicanos, sobre todo los que ya peinan canas, pero no está de más recordar aquél eclipse maravilloso que lanzó a Maussán al estrellato.
Haga clic de inmediato en la lista de correos del escéptico digital y apúntese en tan entretenido boletín, en cuyo más reciente número (el 10 de 2004), además de disfrutar de "Génesis, desarrollo y perfeccionamiento de un embaucador", la historia de este blogger full-contacta con Maussán, puede conocer cómo treinta audaces emprendieron un suicidio colectivo siguiendo las "leyes" homeopatéticas de Hahnemann, además de otras sabrosas notas.
(Pero si usted no está consciente de las loqueras que implica la homeopatía, antes de divertirse con ese artículo tiene que pasarse por nuestro artículo dedicado a las extravagantes creencias de los homeopatones para estar en antecedentes.)
junio 01, 2004
El circo Maussán sigue
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Adobando el camino para traer a Jaime Maussán a dar algunas de sus conferencias y llevarse su parte, los ovnilocos de todo el mundo están haciendo interesantes ridículos. Y Maussán disfruta como enano. Le declara una cosa un día a Josep Guijarro en la radio y un par de días después declara lo contrario a Javier Sierra en su nuevo y fantástico programa en Telemadrid, donde Javier pone a prueba los conocimientos de los que trabajan con él en su revistucha y determina que todos son geniales.
¿Qué ha pasado con los ovnis de Campeche? ¿La Secretaría de la Defensa Nacional de México ya le entregó los vídeos y los datos solicitados a los científicos de verdad? No. ¿Ha hecho algo Maussán aparte de denigrar a los científicos mexicanos y asegurar, nos imaginamos que con base en lo que fuma, que las lucecitas eran "inteligentes" y de una "avanzada tecnología" pues "presentan invisibilidad"? Pues tampoco.
En fin, que con este caso va a pasar lo que siempre pasa: la tribu vividora del cuento se apuntará en masa al asunto, gente que apenas ha visto unos segundos de la videograbación opinará, la gente inteligente se sentirá ofendida y el asunto servirá para llenarle más de plata los bolsillos a Maussán y a la tropa loca de su calaña. Y se usará una de las hipótesis expresadas por los científicos (la de las centellas) como si fuera su dictamen definitivo, y se procederá a criticarlas con una saña que no se le dedica a orateces tales como que por ser infrarrojas las lucecitas de Campeche "prueban una avanzada teconlogía" pues "presentan invisibilidad".
Si a usted le interesa algo más serio sobre el tema, lo que debe hacer es visitar Por la boca muere el pez, blog de Javier Armentia donde se especula sobre el tema con bases un poco más serias y se comentan las muchas tonterías que los "investigadores" ovnilátricos han soltado sobre el tema con la irresponsabilidad que los caracteriza.
Y, por cierto, esténse atentos al próximo número de El escéptico digital donde relatamos la historia de Jaime Maussán y nuestros encuentros y desencuentros con él desde que se subió al carro de la paranormalología hace unos quince añitos.
Adobando el camino para traer a Jaime Maussán a dar algunas de sus conferencias y llevarse su parte, los ovnilocos de todo el mundo están haciendo interesantes ridículos. Y Maussán disfruta como enano. Le declara una cosa un día a Josep Guijarro en la radio y un par de días después declara lo contrario a Javier Sierra en su nuevo y fantástico programa en Telemadrid, donde Javier pone a prueba los conocimientos de los que trabajan con él en su revistucha y determina que todos son geniales.
¿Qué ha pasado con los ovnis de Campeche? ¿La Secretaría de la Defensa Nacional de México ya le entregó los vídeos y los datos solicitados a los científicos de verdad? No. ¿Ha hecho algo Maussán aparte de denigrar a los científicos mexicanos y asegurar, nos imaginamos que con base en lo que fuma, que las lucecitas eran "inteligentes" y de una "avanzada tecnología" pues "presentan invisibilidad"? Pues tampoco.
En fin, que con este caso va a pasar lo que siempre pasa: la tribu vividora del cuento se apuntará en masa al asunto, gente que apenas ha visto unos segundos de la videograbación opinará, la gente inteligente se sentirá ofendida y el asunto servirá para llenarle más de plata los bolsillos a Maussán y a la tropa loca de su calaña. Y se usará una de las hipótesis expresadas por los científicos (la de las centellas) como si fuera su dictamen definitivo, y se procederá a criticarlas con una saña que no se le dedica a orateces tales como que por ser infrarrojas las lucecitas de Campeche "prueban una avanzada teconlogía" pues "presentan invisibilidad".
Si a usted le interesa algo más serio sobre el tema, lo que debe hacer es visitar Por la boca muere el pez, blog de Javier Armentia donde se especula sobre el tema con bases un poco más serias y se comentan las muchas tonterías que los "investigadores" ovnilátricos han soltado sobre el tema con la irresponsabilidad que los caracteriza.
Y, por cierto, esténse atentos al próximo número de El escéptico digital donde relatamos la historia de Jaime Maussán y nuestros encuentros y desencuentros con él desde que se subió al carro de la paranormalología hace unos quince añitos.