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octubre 05, 2007

¿Terror parasitológico?

Decía Howard Philips Lovecraft en su ensayo El horror en la literatura que "la más antigua y más poderosa de todas las emociones es el miedo, y el más antiguo y más poderoso miedo es el miedo a lo desconocido". Sobre esas bases, crea un brillante entramado que le permite analizar el terror como herramienta literaria. El terror, hasta Poe, generalmente explotaba el miedo a los muertos como los monstruos que destruyen la realidad, Poe inventó al monstruo como vecino, como algo cotidiano, Lovecraft creó los terrores cósmicos de los "Mitos de Cthulhu" y el neoterror ha llegado a proponer que no podemos huir del monstruo porque el monstruo vive en nosotros o, incluso, somos nosotros. Todo esto permite explorar los sentimientos, emociones y motivaciones humanas por medio del arte, como siempre, que ya decía Elías Canetti que el ser humano siempre ha reflexionado sobre los mismos temas.

Aunque los culteranos de rigor desprecien al terror, como lo hacen con la ciencia ficción, la literatura policiaca y otros esfuerzos "de género", su eficacia es indudable, como reveladora es su recepción por parte del público, desde el Drácula de Stoker hasta Los libros de sangre de Clive Barker, y pasando por el Frankenstein y Freddy Krueger.

No desespere el lector, que esta entrada sí tiene que ver con la temática del blog, como verá, lo que pasa es que antes hay que pasar por un próximo estreno de cine español de gran nivel, la cinta El orfanato de Bayona, coproducida por Guillermo del Toro. Se trata de una película de terror, hasta donde sé y hasta donde me habían dicho, muy en la onda del trabajo de Guillermo, que consiguió reconocimiento con Cronos y desde entonces ha explorado con gran éxito y capacidad narrativa varias historias de fantasía y terror. Lo que se había dicho de El orfanato era que se trataba de un filme de terror y más o menos de fantasmas, un poco en la indecisión de la estupenda novela La vuelta de tuerca de Henry James.

Bueno, eso creía yo.

Pero resulta que el éxito mediático y editorial de los vendedores de misterios ha trascendido también al mundo del cine y del periodismo supuestamente serio. En notas de la agencia Colpisa, además de una nota de Javier Ludeña Fernández, resulta que esta película es de "terror parapsicológico".

¿Será el terror "parapsicológico" una historia de falsos himbestigadores vendemisterios persiguiendo a sus fans para teleportarles la cuenta bancaria al caer la noche? ¿O es simplemente que Colpisa y Javier Ludeña han caído bajo el influjo del monopolio mediático charlatanesco y ahora creen que llamar "parapsicológico" a lo que antes era meramente "preternatural" o "sobrenatural" le da más presencia a la película o los hace parecer a ellos periodistas "más enterados"?

"Terror parapsicológico", sinceramente espero que el mote no pegue... entre que ahora muchos de los profesionales del embuste misteriosón creen que escriben novelas y la idea de que la farsa de la parapsicología tuviera algo que ver con el arte, la creación y los puntos finos de la exploración del ser humano, no sólo corren el peligro de seguirles haciendo creer a los vendemotos que el éxito económico sustituye al respeto al público y a todo código deontológico, sino que ayudarán a desprestigiar fomas de narrar historias que no merecen ser mezcladas con los negocios del misterio por docena.

Digo yo. Porque... El orfanato es una película de terror serio, ¿o no?

Actualización 9 de octubre a la 1:45 de la madrugada: He visto a la protagonista de El orfanato, Belén Rueda, en televisión hablando con mucho entusiasmo de la obra cinematográfica en la que ha trabajado y definiéndola como "terror psicológico", algo totalmente creíble como el tipo de cosa que sí creo que promueva con entusiasmo Guillermo del Toro. Vaya, muy lejos de la paja mental del "terror parapsicológico" que la babosería petulante suelta con el entusiasmo propio de la estulticia absolutamente virginal.