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marzo 31, 2009

Tardío, perplejo y convencido

A ver, repito: no estoy "a favor del aborto". Nadie puede estar a favor del aborto, y los que acusan a otros de estarlo simplemente están mintiendo. Pero a la hora de que se tome la decisión de que una mujer aborte o no, me parece mejor idea que dicha decisión la tome dicha mujer y NO María Dolores de Cospedal, la Conferencia Episcopal, Rouco Varela, Ratzinger o los más o menos 20 mil manifestantes que el delirio por la falsedad convirtió en medio millón con toda la cara de los fanáticos religiosos que se echaron a la calle.

¡Medio millón! ¡Vaya cara! ¿No les da vergüenza mentir? Y éstos mismos son los que acabaron diciendo que en las manifestaciones contra la guerra aznarista de Irak habíamos sólo cuatro gatos.

Perplejo por tal cosa, se me pasó subir el domingo y el lunes mi última aportación a mis personales jornadas por la vida digna, la vida libre. Y en ese tenor, no puedo sino asombrarme de eso, de que los que apoyaron la guerra aznarista de Irak sean los mismos que el domingo pasado se manifestaron. Y es que son parte de esa iglesia del amor con amistades cuando menos cuestionables.

Y eso, que nunca debe olvidarse, va concluyendo esta serie de grafismos para volver a las emisiones normales de este blog, que ya está por sumar el millón de visitantes.


Añado, como último homenaje, como extra, para que perdonen el retraso y porque surgió de modo espontáneo y urgente, otro cartel impromptu que dice una genuina verdad incómoda:


(Haga clic en la imagen para verla más grande.)

Gracias por seguir esta serie.