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agosto 17, 2006

Más alerta ovni

Como resultado de mi entrada anterior sobre la "alerta ovni" del sábado en Gijón, ciudad noble y de gente buena y trabajadora, me escribió, primero, David González García, jefe de GAIPO y delegado de "Mundo parapsicológico" en Asturias, además de organizador de la alerta ovni, para asegurar que no está haciendo negocio ni lo pretende, y que no actúa de mala fe, que la "alerta ovni" es una simple "quedada" de amigos para hablar de cosas que les interesan a todos, y quejándose por sentir que mis comentarios parecían un ataque personal.

Personalmente no conozco a David, aunque siendo Gijón relativamente pequeño, no es extraño que diga que al menos lo conozco de vista. Y tenemos conocidos en común, según me entero ahora. Y evidentemente no tengo ninguna intención de atacarlo en lo personal, sólo me interesa cuestionarlo por cuanto a la alerta ovni en particular y la difusión del ocultismo en general, de lo cual no se desprende ningún otro juicio.

Reunirse con los amigos para cualquier cosa lícita, ciertamente, no sería criticable, ni siquiera tema para que se metan terceros. De modo que le expliqué que lo que a mí me preocupa, de manera legítima, es que una "alerta ovni" que se hace en suelo público, con publicidad en televisión y carteles, con expositores e invitación al público en general ya no es una quedada de amigos, sino una forma de difundir las creencias de dicho grupo de amigos entre otras personas. Y el problema grave es que tales creencias se presentan sin dar ningún dato que pueda ponerlas en cuestión, como hechos y no como creencias.

Yo, para reunirme con mis amigos a jugar al pókar, hablar de literatura o política, o hacer cualquier cosa que nos gusta a todos, nunca he hecho carteles, ni he invitado al público en general. Eso sólo lo hago cuando queremos difundir algo, como un desplegado político, la presentación del libro de algún colega o una conferencia sobre las barbaridades con las que Dan Brown se ha hecho de oro. Seré muy raro, pero incluso cuando las fuerzas del espionaje interno estatal mexicano supervisaban las conversaciones telefónicas que sostenía con otros escritores o periodistas, yo me sentía incómodo.

Me remito a la página Web del Grupo de amigos de investigación paranormal y ocultista del propio David González. Allí, por ejemplo, en la sección de "transcomunicación", se destacan enormemente los "trabajos" de Pedro Amorós, presidente de la SEIP (o como se llame esta semana, porque el SEIP como tal, lo sabe usted, nunca existió legalmente), sin siquiera mostrar un mínimo espíritu crítico ante sus más estrafalarios desfiguros (caras en botijos, plantas de plástico que crecen...), sus delirantes mentiras sobre sus "logros" y su usurpación de títulos que no le corresponden, mucho menos señalando las críticas serias que se han hecho a las supuestas "psicofonías" ni indicando que psicólogos y especialistas las explican como pareidolias, errores de buena voluntad y fraudes con ganas de cobrar más que como "comunicación" con "algo".

Basar en esta actitud acrítica la presentación de un rollo sobre "ovnis" ante un público que poco o nada sabe de los ovnis, de su estudio, de las propuestas de los creyentes, de los megafraudes como el de Ummo o el de Billy Meier, de las pamplinas tejidas alrededor de casos perfectamente explicados como el "ovni de Puebla", etc., se convierte en la difusión de desinformación, en la promoción del pensamiento mágico y en la búsqueda de otros "amigos" que se conviertan en creyentes sin permitirles acceso a datos, hechos, investigaciones y explicaciones alternativas y, generalmente, más rigurosos y demostrables.

Eso es lo grave. Si se hace con afán de protagonismo, con ansias de dinero o con la mejor voluntad del mundo y sin ninguna mala fe, sigue siendo irresponsable y merece ser cuestionado porque al afectar a terceros se vuelve asunto de interés público.

Me escribe también Pablo Moreira, que encabeza Mundo parapsicológico, principalmente para asegurar que él nunca ha ganado "ni un euro" con el misterio.

(Actualización: Tenía datos de que Pablo había colaborado en Más allá, cuando la dirigía Javier "la hipnosis hace crecer los pechos" Sierra (el hombre que escribe una novela sobre Leonardo da Vinci sin haber visto una de las máximas obras del florentino, su San Juan Bautista, o mintiendo descaradamente al respecto, da igual), y concluí que no le habían pagado, pero Pablo Moreira asegura que nunca colaboró con dicha publicación. Aclaración hecha.)

El debate, pues, se ha mantenido con un lado afirmando que no hay afán crematístico ni mala fe, cosa que admito sin problemas que puede ser cierta, y con el otro lado, o sea yo, aclarando que en todo caso eso es episódico, que lo relevante en este debate es que resulta irresponsable y cuestionable hacer una actividad propagandística ocultándole al público incluso que está sujeta a un debate serio, y mi creencia firme en que las personas que asistan a tan extravagante quedada tienen derecho a saber muchas cosas que se les escamotearán.

Y como ejemplo de esto último viene a colación uno de los documentos que me envió Pablo Moreira, intitulado "Científicos y OVNIs ¿Porque se niegan a estudiarlos?"

Deje usted de lado las patadas a la gramática y la ortografía (no pueden ni escribir bien el nombre del astrónomo William Herschel)... el documento es una colección de fantasías con más mala leche que un miura con dolor de huevos, según el cual hay una serie de motivos estúpidos que los científicos aducen (nunca dicen de dónde sacan sus datos, ni qué científicos dijeron tales pavadas, porque de decirlas habría que zumbarles) para "negarse" a estudiar lo que los creyentes llaman "fenómeno ovni" o "fenómenos aéreos no identificados".

¿Eh?

Miles y miles de científicos se dedican todos los días a estudiar "fenómenos aéreos no identificados". Por poner sólo un ejemplo, los relámpagos en chorro llamados "blue jets" y "red sprites" que salen hacia arriba de las nubes de tormenta fueron "fenómenos aéreos no identificados" que no fueron explicados y caracterizados sino hasta 1995, un gran momento en la meteorología.

Eso no lo hicieron los ufólogos, ovnílogos o platillólogos con sus supuestos "estudios" de fenómenos raros, por supuesto. Es más, desde que Donald Keyhoe medio inventó la "ufology" para arrimarse unos dolarucos, ningún ufólogo creyente ha conseguido jamás ofrecer a la sufrida humanidad ni un solo conocimiento nuevo.

Y los ufólogos tampoco suelen descubrir fraudes y engaños, eso casi siempre lo han hecho científicos, aficionados críticos o periodistas con formación científica, como se puede demostrar fácilmente.

Porque los ufólogos u ovnílogos, digan lo que digan, no estudian "ovnis", porque no los tienen para estudiarlos... estudian testimonios, fotitos borrosas, marcas en el suelo que atribuyen a objetos voladores y otras cosas que, aseguran sin probarlo, están relacionadas todas con objetos voladores que son, todos, un solo fenómeno, el mismo, "ovnis". Y eso pese a que a lo largo de la historia, al convertirse en "ovis" u objetos voladores identificados, los tales "ovnis" nunca resultaron ser "el mismo fenómeno", sino cosas tan distintas como fraudes, relámpagos, reflejos en los elementos de los objetivos de las cámaras, aviones, helicópteros, Venus, Marte, Júpiter, nubes, basura espacial y un montón de cosas más que, por supuesto, no son un solo fenómeno, sino varios, que estudian distintas disciplinas.

(De lo que se trata, al "investigar" o himbestigar misterios no es de resolverlos, claro, sino de mantenerlos en el misterio. En eso se especializa el ocultismo moderno y eso lo diferencia del estudio científico, que busca respuestas.)

Así vemos que los "ovnis" o "fanis" según la nueva nómina que propone la alerta ovni de esta semana, no están siquiera definidos. Son cualquier cosa "máomenos rara" que el espectador "no identifique", y la medida de la ignorancia del espectador se vuelve la base para definir al fenómeno. Son cosas que no se sabe qué son pero que algunas personas dicen haber visto. ¿Cómo se estudia lo no identificado que no se sabe qué es pero algunas personas dicen haber visto como dicen haber visto a Elvis Presley retacándose de hamburguesas? Pues no se puede. Es como estudiar a los dragones, ¿no es así? No se les ha identificado, pero hay muchísimas personas que dicen que los vieron, y dibujitos y leyendas a puñados.

Pero aún cuando no se puede estudiar el fenómeno porque como tal no existe, hay casos específicos (la llamada "casuística" ovni) que se presentan como pruebas del supuesto fenómeno (generalmente tendiendo a la "explicación extraterrestre", claro). Y el hecho es que hordas de científicos de verdad han estudiado los casos específicos que los creyentes presentan como "ovnis", "fanis", "veds" (el nombre que se le ocurrió a Jacques Vallee, una de las mayores fortunas sacadas de la platillología), platívolos y demás.
son todos científicos que han estudiado "ovnis". En México habría que destacar al doctor en física Rafael Fernández Flores, al ingeniero químico Luis Ruiz Noguez, al finado y queridísimo astrofísico Miguel Ángel Herrera. Ellos y muchos otros han investigado casos de "ovnis" que se afirma que son de origen preternatural o extraterrestre. Pero como sus conclusiones no le gustan a los creyentes, es más fácil afirmar, ante un público inocente y desinformado que "los científicos" se niegan a estudiar esa cosa tan interesante que nadie puede definir.

Es más que lamentable, es irresponsable que se le presente al público un documento lleno de mentiras sobre ciertos "científicos" que sólo existen en su imaginación.

Por otra parte, y para terminar, Pablo Moreira me remitió un documento con la solicitud que, asegura, se presentó al ayuntamiento de Gijón. Si tal es la que se presentó (cosa rara, porque la autorización no se le dio a GAIPO ni a Mundo Parapsicológico, pero bueno), el ayuntamiento no fue engañado ni engatusado, se le dijo directamente, que un grupo ocultista y "parapsicológico" hacía una "alerta ovni" en forma, y en esos términos se le pedirá a la corporación que explique por qué se le otorga el uso de suelo público a una actividad de estas características. Sobre todo porque el artículo 20 de la Constitución Española garantiza la libertad de opinión, pero no la de desinformación (y los documentos de la "alerta ovni" no se presentan como "opiniones"), y porque parecería que se vulnera el derecho, consagrado en el mismo artículo, a "recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión".

Porque con base en los mismos documentos que me remiten los organizadores, es claro que en la "alerta ovni" del sábado 19 en Gijón puede haber buen rollo, buena voluntad, sinceridad, ganas de hacer cosas y ninguna intención de engañar o lastimar... pero lo que debería haber y no habrá es, precisamente, información veraz.

Y ése es el problema, nada más y nada menos.

agosto 08, 2006

Alerta ovni estilo Jimenitos, en Gijón

Unas semanas atrás, un grupo de desocupados que se llaman a sí mismos "investigadores" con la misma precisión con la que se podrían llamar "premios Nobel de cien metros libres" o "medallistas olímpicos de oro en levantamiento de tarro cross country", que tanto da, enviaron un email a la Sociedad Astronómica Asturiana Omega invitándolos, munificentemente, a participar en una actividad de observación de los cielos la noche del 19 de agosto en el mirador de La Providencia, en la noble Villa de Gijón.

La jornada en cuestión no es más que una "alerta ovni", es decir, un guateque montado para captar adeptos so pretexto de "ver ovnis", cosa que nunca se consigue en tales pachangas. Utilizando el mismo truco que le falló patéticamente a Íker "er niño de las fantasmas" Jiménez, trataron de implicar en el tema a una organización de astrónomos de verdad y al observatorio del Monte Deva, escenario de largas noches en las cuales se estudia el cielo de verdad y donde nunca ven los ovnis que los negociantes del misterio encuentran hasta en la sopa. Como nos dice el director de dicho observatorio, José Ramón Vidal: "Desde el Observatorio, en más de once años de funcionamiento, nunca se ha visto un OVNI".

Ojo que dice que no se ha visto un "ovni", es decir, ningún objeto no identificado, ya no digamos una meganave nodriza extraterrestre secuestrando una banda de gaitas para animar los aburridos viajes intergalácticos, ni depositando etés grises y ojones deseosos de conocer los misterios insondables de la sidra o de empujarse una fabada o un centollo del Cantábrico con todas las de la ley.

Pero los organizadores de este aquelarrito (los de Mundo Parapsicológico, esa web de Pablo Moreira que se hizo famosa en sus inicios, cuando confesó que retrasaba su arranque de modo que todos pudieran "ganar más dinero") se fueron con todo. Embarcaron a una serie de patrocinadores de Gijón que pusieron dinero (¿para qué? se preguntan los preguntones, si el lugar lo ponen los sufridos gijoneses) y procedieron a engatusar al Ayuntamiento gijonés para que les autorizara el uso de suelo público para el magno acontecimiento.

Supongo que el ayuntamiento actuó embaucado porque David González García pidió "permiso para instalar una exposición astronómica y sobre ovnis" en el parque de la Providencia desde las 9 de la noche del día 19 hasta las 7 de la mañana del 20, y eso fue lo que se le concedió al solicitante.

Pero en la solicitud no aparecen los nombres de "Mundo Parapsicológico" ni de "GAIPO Asturias", un grupo de amiguetes comandados por quien es, por una celestial chiripa y casualidad coincidente, el delegado de Mundo Parapsicológico en Asturias, el propio David González García. Astutos, seguramente calcularon que el ayuntamiento quizás no los vería con mucha simpatía de llegar presentándose como "Mundo Parapsicológico" con su sensacional página Web (que incluye un área "escéptica" al estilo de Sheldrake) o como un tal "Grupo de amigos de investigación paranormal y ocultista", que habla acríticamente de "casas encantadas", con sus falsas fotos de fantasmas en cementerios de ciudades sin nombre (ah, Íker Jiménez, cuánto te deben los engañabobos), "viajes astrales" (con instrucciones sobre cómo realizarlos), mentiras sobre los científicos de verdad, promoción desaforada de las fantochadas psicofónicas del excelso mentiroso Pedro Amorós, y etcétera..

Porque, como dice a pregunta nuestra José Ramón Vidal, del observatorio y sociedad astronómica que no cayeron en el garlito: "Por desgracia se da mucha infomacion sobre temas que nada tienen que ver con la ciencia haciendolos pasar como si lo fuesen". Y los ocultistas y espiritistas se han especializado en disfrazarse de científicos, de serios y hasta de "investigadores", aunque su idea de "investigar" no tenga nada que ver con el rigor de la ciencia, del periodismo o de la decencia mínima.

Vaya, recorra usted el sitio web del GAIPO, el típico y aburrido "cuarenta principales" de todas las boberías de la paranormalología, antiguas y modernas, con la falta de rigor que caracteriza a estos sitios de aficionados con ganas de escandalizar para ver si algún día acceden al olimpo de "los que cobran" (Cardeñosas, Carballales, Jiménezes, Benítezes y demás): musiquita misteriosona mamerta con truenos al estilo jimenitos, ovnis, fantasmas, espiritismo con las hermanas Fox como gurús (ni una palabra de la confesión de Margaret ni de los estudios científicos serios sobre los trucos de estas dos), vampiros, hombres lobo, advertencias de que el sitio no es "para gente sensible y discapacitados psíquicos", tremebundísimas conspiraciones (HAARP ocupa su lugar, por supuesto, en cualquier momento añadirán al Grupo Bildberg y las conspiraciones judeomasónicocomunistas, no lo dude), templarios (en Asturias, claro, pero a montones), fotos trucadas (no se pierda ésta, más vieja que mear sentado), ocultamiento de todo dato que no les guste, en fin, todo lo que reciclan sin cesar los expertos en todo aquello de lo que se puede sacar raja.

¿Cuál raja? Cito de nuevo al director del Observatorio Monte Deva: "Creo que es una forma de engañar a la gente y lo triste es que intenten hacerlo pasar como ciencia aunque no tenga nada que ver con ella". Engañar ¿para qué? Pues no es necesaria mucha imaginación para saber que es lo de siempre: sentirse importantes y admirados sin estudiar y aunque no sean más que unos pelagatos, ligar de alguna forma porque se les dificulta conseguir pareja hasta en un puticlub con un billete de mil euros pegado en la frente y, en las inmortales palabras de Pablo Moreira, "ganar más dinero".

Por supuesto, "Mundo Parapsicológico" y "GAIPO" sí aparecen en el cartel y en la publicidad que les están dando los medios. Y claro que no le dijeron al ayuntamiento que su pachanga era una "alerta ovni" que incluye charlas sobre "fenomenología paranormal" (en las que no se definirá qué quieren decir estos aventaos con la palabra "paranormal", claro) ofrecidas por dos "expertos" que lo son porque lo dicen ellos, joer.

A saber si tan sabrosos datos cayeron en manos de los demás promotores privados de la fiestuca (atapear.com, la sidrería La Llosa, el Di Vino, el Hook [agradable sitio, por lo demás], el pub Hathor, el Bar Galicia o el Bohemios), habrá que preguntarles, ya que sus logotipos adornan el cartel oficial presidido por el escudo del Excelentísimo Ayuntamiento de Gijón.

Siendo hora de las preguntas, preguntas haremos al Ayuntamiento, a Televisión Local Gijón y a Canal 10 (las dos televisoras locales que le dan juego a David), a Radio Peñes (que grabará la perdedera de tiempo para ayudar a captar jóvenes inquietos a los que se les llenará el cráneo de tarugadas sin permitirles acceder a una posición crítica y a datos en contrario del dogma paranormalero) y a todos los preguntables.

Luego venimos con las respuestas.

Ah, por cierto, pasaremos por La Providencia el sábado, con cámara de fotos y todo. El que avisa no es traidor.