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diciembre 01, 2010

Carta abierta a la directora de la Fac. de Ciencias, UNAM

Rosaura Ruiz Gutiérrez es doctora en biología y profesora de asignatura A de la materia de biología evolutiva en la Facultad de Ciencias de la UNAM, considerada todavía la máxima casa de estudios de México y una de las principales instituciones de educación superior e investigación del vapuleado Tercer Mundo.

Como tal, y durante la Semana de la Ciencia, al final de su ponencia sobre "Una ciudad educada en ciencia", respondió a una pregunta de los autores del blog Espejo escéptico diciendo, entre otras cosas: "El conocimiento científico tiene que respetar otras formas de conocimiento. La acupuntura, por ejemplo, es un conocimiento milenario de Asia, de países como China, como Japón, muchísima gente... ellos se han curado con estas tecnologías. Creo que también tenemos que respetar las formas de conocimiento de otros grupos humanos".

Ante esto, este blog siempre a caballo, como el poema de Pedro Garfias, entre México y España, y dado que quien esto escribe pasó parte de su vida académica en la UNAM, hemos enviado el siguiente correo electrónico a la Doctora Rosaura Ruiz. Como siempre, esperamos que nos responda. Como siempre, dudamos que lo haga, como es tradicional con estas misivas que son prontamente desechadas como una molestia menor en las carreras políticas y económicas de los más diversos personajes.

Si usted quiere escribirle a la doctora Ruiz, claro, su dirección de correo es pública como las de todos los catedráticos de la UNAM y puede encontrarla aquí.

Estimada doctora Ruiz Gutiérrez,

Al final de su ponencia en la Semana de la Ciencia, usted hizo algunas afirmaciones que ameritan comentarios y preguntas, y espero que usted tenga la amabilidad de responder a este mensaje.

Como bióloga, seguramente conoce los destrozos en cuanto a conocimientos, vidas humanas y ruina de la ciencia que ocasionó Trofim Denisovich Lysenko en la Unión Soviética de Stalin, disfrazando de conocimiento ("oficial", claro) lo que no eran sino delirios ideológicos y convenencieros.

Es por ello alarmante lo que está pasando en muchos países, donde distintas disciplinas no validadas mediante evidencias (las mismas evidencias que usted seguramente demandaría para aceptar cualquier afirmación sobre fisiología celular o la existencia de una nueva especie) están siendo convertidas en "conocimiento" y "ciencia por decreto" gracias a la ignorancia de los gobernantes. Y en vez de combatir este ataque de la anticiencia, la antiinteligencia, la superstición y el embuste brujeril, usted parece convalidarlo.

Afirmó que "el conocimiento científico tiene que respetar otras formas de conocimiento". Esta afirmación, tan amable y en apariencia tolerante tiene muchos problemas. El conocimiento científico no está para respetar, porque no es una persona. Otra cosa es que los científicos, que no son "el conocimiento" respeten otras formas de conocimiento, como el derecho romano, la interpretación violinística y la gimnasia rítmica. Pero cuando esas "otras formas" entran en el terreno de la atención de la ciencia (es decir, hacen afirmaciones sobre el mundo físico y relaciones causales comprobables), no se trata de "respetarlas", sino que deben ser sometidas a validación experimental como cualquier otra afirmación, hipótesis u ocurrencia.

Dice usted que la acupuntura es un "conocimiento milenario" que viene de Asia. Esto no lo valida como conocimiento. Es en realidad una "superstición milenaria" del mismo cuerpo de supersticiones pseudomédicas y precientíficas, la creencia de la "medicina tradicional china", que afirma que el hueso de tigre "cura" los dolores de las articulaciones, y en aras de supersticiones similares e igualmente no probadas se están extinguiendo especies enteras.

La acupuntura parte de una serie de creencias supersticiosas sobre una energía (chi) cuya existencia no está demostrada, que se supone que corre por unos "meridianos" o canales fisiológicos que nadie ha observado nunca. Afirma que la enfermedad se causa cuando se "interrumpe" o "desequilibra" el flujo del "chi", y que la salud se recupera cuando se desobloquea el flujo del chi por los meridianos con una aguja.

Nada de esto es "conocimiento", doctora Ruiz, y presentarlo como tal es engañoso. Es una serie de supersticiones milenarias como otras tantas de diversas culturas precientíficas, y todo intento por validarlas científicamente ha sido inútil. Ni chi, ni meridianos, ni flujos ni, sobre todo, curaciones. Una superstición elevada a la calidad de conocimiento por decreto de Mao Zedong para la visita de Nixon.

Porque usted dice: "ellos se han curado con estas tecnologías", y no hay ni un solo estudio científico serio que diga que la acupuntura "cura" nada. Todo intento por demostrar un efecto terapéutico en esta práctica ha sido inútil: la acupuntura tiene una efectividad similar al placebo, es decir, que durante un tiempo un porcentaje pequeño de pacientes se siente mejor aunque no se cure. Cualquier búsqueda que haga en publicaciones científicas serias (no los falsos "Journals" de "medicina alternativa", claro) al respecto corrobora esto. La acupuntura no "cura", sino que tiene efectos sintomáticos de placebo en situaciones de dolor, malestar vago, etc., como lo corrobora el más reciente estudio al respecto.

Me gustaría conocer su opinión respecto de estos hechos. No podemos confundir conocimiento con creencia, y el que un gobierno cualquiera pretenda convertir en conocimiento por decreto creencias no validadas como la acupuntura y la homeopatía, y despilfarrar los escasos fondos públicos en el pago de brujos con ínfulas debe ser preocupación de todos siempre, y más en tiempos de crisis.

Espero que rectifique usted públicamente su posición en favor del conocimiento real (a diferencia de la superstición), de la imagen de la Facultad de Ciencias, de la imagen de la UNAM y de la lucha contra la ignorancia, las pseudociencias y la manipulación de la ignorancia.

Atentamente,

Mauricio-José Schwarz
Premio Nacional del Club de Periodistas de México 1997

Como siempre, aquí relataremos lo que nos conteste la doctora. Si no relatamos nada es porque no contestó, claro.