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diciembre 05, 2012

Políticos, supersticiones y resoluciones

(Actualización 15 de diciembre: La X asamblea de Izquierda Unida aprobó la resolución de rechazo a la homeopatía y las terapias pseudocientíficas, lo que sin duda es una buena noticia y nos da ánimos para exigirle una resolución similar a todos los partidos del abanico español político, en particular los de izquierda. La votación habría sido más sorprendente y esperanzadora si hubiera sido sobre la resolución en concreto, pero se votó en paquete junto con otras resoluciones asumidas en comisión, lo que deja abiertas muchas preguntas. La otra noticia de contexto es que en la misma asamblea se ha aprobado una resolución contra las antenas de telefonía tan anticientífica, absurda e irracional como la homeopatía y las terapias pseudocientíficas. Hay mucho camino que andar para que los políticos entiendan que deben basar sus propuestas y decisiones en los mejores conocimientos reunidos por la humanidad en su historia, y no en supersticiones irracionales promovidas por miedo o por negocio.)
Una y otra vez hemos asistido a tristes espectáculos que demuestran que nuestros políticos, independientemente del partido en el que militen, de su nivel de sueldo e incluso de su eficiencia como administradores, son proclives a las más diversas formas de la charlatanería y a una desconfianza cuando no recelo y rechazo a la ciencia (como lo han demostrado demoliendo la estructura de investigación de España). Algunos incluso hemos tratado, sin mucha fortuna, de explicarles por qué están errando.

Todo mundo recuerda la "Powerbalance" de Leire Pajín, denunciada por este blog, aunque convenientemente suelen olvidar que esa denuncia incluía también al senador del PP Gustavo de Aristegui.


Menos ganas tienen de recordar algunos que el 11 de diciembre de 2007 el grupo de Izquierda Unida-Inciativa per Catalunya Els Verds presentó al Congreso de los Diputados una proposición no de ley para crear "un grupo de trabajo entre el Ministerio de Sanidad y Consumo y las Comunidades Autónomas para propiciar una reflexión conjunta que concluya con un informe, a efectos de una futura regulación de las terapias naturales en nuestro país". La proposición, aprobada irracionalmente por todos los partidos, llevó a un estudio que duró cuatro años y costó a saber cuánto dinero, todo para concluir una vez más, como siempre, que las pseudoterapias no funcionan.

Y aún más intensa es la amnesia cuando se recuerdan las andanzas de Gaspar Llamazares, diputado de Izquierda Unida, médico (al menos en el papel) y creyente en el "antiantenismo" que también ha hecho alguna proposición de ley promoviendo esta forma de pánico a despecho de toda la información y estudios científicos ya realizados en todo el mundo, y que además se ha subido al carro de los antivacunas proclamando que la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) es "insegura" y "tiene efectos adversos", pese a que todos los estudios científicos existentes demuestran que es segura y no tiene efectos adversos (aunque hay un debate respecto a su eficacia, oportunidad y si vale la pena gastar en ella para proteger contra el cáncer a "pocas" mujeres, pero ese debate no tiene nada que ver con esta falsedad) y presentando la correspondiente proposición no de ley para retirar la vacuna VPH de la sanidad pública el 28 de septiembre de 2012.


Es lamentable, ciertamente, que algunas de las más egregias tonterías anticientíficas, implausibles y conspiranoicas del alternativismo sean tomadas como bandera por la izquierda. Lo cual no hace nada mejor que una ministra de la ultraderecha como Fátima Báñez, que cobra –y no poco– por hacerse cargo de la política laboral del país, en vez de asumir su responsabilidad le encomiende la solución a la Virgen del Rocío.

Preocupados por esta situación, un grupo de militantes de Izquierda Unida encabezados por el psicólogo Eparquio Delgado, y que rescatan las mejores tradiciones críticas, científicas y de apoyo en los datos y hechos que caracterizaron a la izquierda en otros tiempos no tan lejanos, cuando asumía, hasta cierto punto, una visión materialista de la realidad, han emprendido un admirable esfuerzo por presentar ante la próxima asamblea de ese partido una Resolución de rechazo a la homeopatía y las terapias pseudocientíficas que en breve tiempo ha concitado el apoyo de muchos científicos, investigadores, docentes y divulgadores de la ciencia.

Ojalá Izquierda Unida trascienda nuestro pesimismo respecto de su compromiso con la irracionalidad y apruebe esta resolución. Y ojalá esta resolución fuera adoptada también por otros partidos, desde el PP hasta el PSOE, pasando por todas las agrupaciones imaginables, como un compromiso de normar sus acciones políticas basándose en los mejores datos disponibles y no en las ocurrencias y afiliaciones new age de algunos militantes, la demagogia que busca el voto de los alternativistas y la irracionalidad más patente.

En este blog expresamos estos buenos deseos sin ser muy optimistas al respecto, sobre todo cuando vemos a otros partidos que, interrogados directamente sobre el tema, prefieren echar balones fuera, fingir demencia, silbar mirando para otro lado y no militar del lado del conocimiento y la razón. Como pasó con los presuntamente ecologistas de Equo en Twitter cuando el promotor de la resolución les preguntó sobre el tema:


Vamos, que si para alguien son actividades excluyentes, mal vamos.
(Nota: Este post está orientado a España por la coyuntura de la propuesta ante la asamblea de Izquierda Unida, pero en modo alguno pretendemos olvidar que la superstición campa en todos los países, y algo hemos mencionado aquí del presidente boliviano Evo Morales, del actual presidente de México Enrique Peña Nieto y del historial de superstición de la clase política mexicana. Obviamente, sería ideal que la resolución propuesta, o alguna similar en contenidos, fuera adoptada por todos los partidos políticos de todos los países del mundo, y no sólo referida a las pseudomedicinas, sino a las pseudociencias y la superstición en general. Soñar no cuesta nada.)