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junio 25, 2007

Más derecho paranormal

¿Está usted en Dresden, Alemania? ¿Tiene la creencia de que los extraterrestres lo han abducido, secuestrado o llevado de paseo forzadito? Pues el ufólogo y abogado Jens Lorek está dispuestísimo a tomarlo como cliente para demandar al gobierno alemán.

Esto ya lo había anunciado Jens el año pasado, y se carcajearon de él debidamente varios que conocen sus andanzas, entre ellos la Deutsche Welle en junio y, en noviembre, el famoso sitio Saucer Smear, pero ahora ya tiene a su primer cliente y ha emprendido las acciones legales. Según informa, entre otros, el diario argentino Página 12, Lorek ha demandado al gobierno alemán representando a Paul Hoffman, un caballero que un día cerró una cuenta bancaria, se puso de okupa y empezó a recorrer las calles en pelota picada, en traje de rana o al fresco, cosa que lo llevó a ser detenido por la policía. Paulito explicó que hacía todo eso porque se lo ordenaron unos malvados extraterrestres que lo secuestraron y lo "manipularon" para dejar de ser chef y convertirse en "aprendiz de chamán" para bendecir la ciudad en preparación a la llegada de los etés, lo que al parecer requiere la renuncia de la ropa, al menos en primavera. A Lorek se le ocurre que además de conseguir que su cliente sea liberado de la institución siquiátrica donde hoy lo albergan, puede pedirle una indemización al estado alemán por no proteger al pobre Paul de los malvados secuestradores intergalácticos que, según declaró Jens, "le clavan agujas en los genitales a sus víctimas e intefieren con sus órganos", cosa que en realidad sería aterradora, salvo por el hecho de que no hay ninguna prueba de que tales cosas hayan ocurrido nunca.

Claro que esto tiene una base, que hay negocio allí, una "demanda de asesoría legal" y una forma de meterse dinero en el bolsillo, lo cual a don Jens le parece francamente buena idea, aunque sea el hazmerreír de más de cuatro, al grito de "ándeme yo caliente y ríase la gente".

Si usted se interesó por seguir las incidencias de la parademanda parajudicial a la pimienta verde que perdió Pedro Amorós contra el periodista Javier Cavanilles y el diario El Mundo, seguramente recordará el cuando menos curioso papel que jugó en el proceso el ufólogo, misteriólogo, conspiranoico, vendedor de misterios, altisonante bobalicón y fracasado testigo en favor de los terroristas del 11-M Bruno Cardeñosa Chao, que promovión el paraderecho o legislación paranormal, según el cual el que pierde gana.

Pues Bruno, ahora ya puedes decir, junto con Pedrito, "no estamos solos", al menos no en los delirios de la paralegalidad turulata y el abuso de los tribunales para estupideces egregias.