La primera reacción, típica de adolescente con carencias líder de grupo de investigación paranormal o presentador de Telemadrid, que tanto da, fue que el director del curso, Gabi Barbeta, arquitecto con posible doctorado (véase la entrada en "El fondo del asunto" señalada abajo), acusó a quienes lo denunciaron de violentos (jijí), de amenazarlo (jojó) y por supuesto dijo que emprendería "acciones" (jujú) contra el estudiante que denunció este desfiguro monumental de brujería, new age y embuste de alto precio.
A diferencia de las docenas y docenas de denuncias sobre las patochadas en que incurren con frecuencia alarmante las universidades, y que se van reuniendo en La lista de la vergüenza, esta vez los diarios se dieron por enterados, en notas de El País, El Mundo (que inexplicablemente pone "pseudociencias" entre comillas) y Libertad Digital. E incluso la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC, a la que pertenece quien esto escribe) tomó posición clarísima.
El caso es que, al parecer (y digo al parecer porque los datos son aún imprecisos) el curso ha sido retirado ante el escándalo. Sin embargo, ha pasado algo curioso: sigue en Internet (al momento de publicar esta entrada) pero se le han cambiado los contenidos y se decreta la matrícula cerrada. ¿Por qué, si el contenido era tan científico como aseguraba Gabi Barbeta (cuyos papers seguimos esperando) lo cambian? ¿Están lavándole la cara a los organizadores o pretenden fingir que lo que se denunció no era realmente un cursillo de lectura de auras, uso de pendulitos mágicos y bobadas new age, en desprestigio de quienes lo denunciaron, los más de 1.300 firmantes de la petición, de los diarios y de la propia AECC, que quedarían como opositores a algo mucho menos grave?
Pues no lo sabemos. Y dado el silencio profundo, grave, hierático en que ha decidido sumirse la Universitat de Girona, su rectora, su patronato, su fundación y el propio director del curso (por no decir los magos y brujos que iban a beneficiarse del tema), quizá nunca lo sepamos. Pero lo que sí es claro es que la treta no funciona en tiempos de Internet. Si quiere usted conocer la chapuza en cuestión, no vamos a repetir lo que ya han contado, con acuciosidad y tino, otros blogs. Visite Tras el horizonte de sucesos, Física de película, El fondo del asunto, La ciencia es bella, Ciencia kanija, Por la boca muere el pez o el blog denunciante original, Cerebros no lavados para documentarse sobre la extraña conducta de la universidad.
Si una universidad se niega a llamar por su nombre a la superstición, la pseudociencia y la ignorancia disfrazada de conocimiento, y a denunciarlos como engaños, poco podemos esperar... salvo que pronto junto a las ya lamentables cátedras de homeopatía, teología y geomancia aparezcan otras nuevas, de tarot, videncia, otras curaciones mágicas, invocación de espíritus y conversaciones con las hadas... mientras la física, la química, la biología y las ciencias médicas salen por la ventana.