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enero 17, 2012

Peña Nieto y las "profecías mayas"

Enrique Peña Nieto y sus
"profecías mayas" en Mérida
13 de enero
"Díganle a los jóvenes de México, desde Yucatán, que en el legado de la cultura milenaria de los mayas, está escrito que en el 2012 viene un cambio, viene una nueva era."

Esto dijo el 13 de enero en Mérida, Yucatán, para asombro colectivo, Enrique Peña Nieto, precandidato incierto a la presidencia de México por el PRI (aliado con el Partido Verde Ecologista), ese viejo club de caciques que desde hace 12 años comparte el poder con otro viejo club de caciques, el PAN.

Aprovechaba, por supuesto, que más del 50% de los habitantes de Yucatán son mayas o mestizos mayas. Porque crean lo que crean los esotéricos de Estados Unidos o Europa, "los mayas" no están extintos como los atlantes. Mayas son por igual los zapatistas que el compositor Armando Manzanero (cuyo segundo apellido es Canché, que en maya significa "serpiente de madera" o "tarima").

¿De dónde saca Peña Nieto, con tanta contundencia, esa afirmación que conjunta de manera asombrosa la más basta superstición, la más supina ignorancia y la más desvergonzada demagogia populista y manipuladora? ¿Qué fuentes podría citar este personaje para decir que "los mayas" (así, de bulto, todos juntos como en una conga) "predijeron" algo, especialmente esa estupidez inventada por los negociantes del new age? ¿Qué sabe del tema este caballero, autor, al parecer, de más libros de los que ha leído (escribió uno).



Como pregunta Paco Ignacio Taibo II: ¿los mayas le hablan en la noche o qué pedo? Al parecer, lo que tiene Enrique Peña Nieto es un escritor de discursos que oyó campanas y se subió a la estupidez de los delirios místico-brujeriles de los políticos mexicanos, mismos de los que ya hemos dado cuenta en este blog, y cuyos desfiguros pudimos ver de cerca cuando la infernal administración de Carlos Salinas de Gortari culminó con dos asesinatos nunca aclarados (el del candidato presidencial designado por Salinas, Luis Donaldo Colosio y el del secretario general del PRI y excuñado de Salinas, José Francisco Ruiz Massieu).

Tres años después del somero repaso que hicimos en este blog, José Gil Olmos publicaba Los brujos del poder. El ocultismo en la política mexicana, donde, entre otras muchas cosas detallaba algo que ya contábamos aquí sobre el delirio de los "mayas galácticos".

Con estos supuestos "mayas galácticos" están en contacto algunos personajes de la órbita de Vicente Fox, presunto presidente de México de 2000 a 2006. Tal es el caso del publicista de su campaña política, Santiago Pando, discípulo ni más ni menos que de Alejandro Jodorowsky, que nos explica que los mayas galácticos son "seres que habitan en México y que se escaparon del tiempo a esperar esta nueva era". Y al que le crea, le dice que estos mayas galácticos le dieron el triunfo a Fox.

A Pando se añadía un grupo de esotéricos y vividores que gravitaban alrededor de la  mística primero amante y luego esposa de Fox, Marta Sahagún, antigua tesorera de los Legionarios de Cristo en el estado mexicano de Guanajuato: musiquillos, escritorzuelos, brujas de saldo y otros aspirantes a Rasputín charro, lo que ya contamos, pues.

Pero la creencia básica en los "mayas galácticos" fue un invento de Joseph Anthony Arguelles (alias José Argüelles), el gurú del New Age que difundió la patraña de que el final de la cuenta larga del calendario maya era una "profecía del fin del mundo", cuando los mayas, por supuesto, no hicieron profecía alguna. El señor Argüelles, como gran profeta que vivió como príncipe de la venta de su aguda visión esotérica sobre el futuro, no alcanzó a profetizar su muerte, que lo pescó desprevenido en marzo de 2011.

Todo este entramado de embustes místicos, chamanes, señoras que hacen bailoteos de noche en la residencia presidencial, voraces políticas que se van a untar de sangre de león a África, rituales y creencias salvajes en lugar de política, seriedad, administración, conocimiento y vocación de servicio, hace temer lo peor.

En pleno siglo XXI, cuando más que nunca es necesario potenciar la investigación científica para resolver problemas de enorme relevancia (alimentar a toda la humanidad, darle atención médica, intentar paliar los efectos del calentamiento global, encontrar fuentes de energía que sustituyan al petróleo) y estimular la divulgación científica para que más gente entienda cómo adquirimos conocimiento y cómo se le utiliza en bien de todos, parecemos condenados a una espiral descendente de charlatanería, esoterismo, brujería, anticiencia y antiintelectualismo.

Y detrás del engaño a las mayorías, el negocio de las minorías, desde el poder político, mediático, económico y religioso.

Igual da Raúl Castro con su medicina de pirámides y homeopatía de exportación que el gobierno argentino con su comisión de platillos volantesEvo Morales con sus pollos causantes de homosexualidad, el creacionismo integrista del aspirante presidencial estadounidense Rick Perry o las teorías conspiranoicas de Hugo Chávez. La estupidez y la arrogancia ignorante no diferencian entre derecha e izquierda, entre países avanzados (como España con sus políticos dotados de timopulsera PowerBalance) y países subdesarrollados como Sudáfrica donde las supersticiones gubernamentales costaron incontables vidas en la epidemia del SIDA.

Ellos nunca ponen las víctimas.