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junio 15, 2006

Cuatro preguntas a Joan Fontcuberta

Estuve en contacto con Joan Fontcuberta desde minutos después de la fabulosa pifia que nos regaló Íker Jiménez.

Como fotógrafo, como periodista y como promotor del pensamiento crítico, le propuse a Joan cuatro consideraciones a modo de preguntas que amablemente me ha respondido en medio del tráfago de su trabajo y del remolino en el que se ha visto envuelto por el nuevo jimenazo que ha sufrido el periodismo y la credibilidad de Cuatro, sobre todo cuando los fanáticos más delirantes pretenden ahora fingir que la "culpa" es del artista que presenta su trabajoy no del "investigador" chapucero, mentiroso, amarillista, sensacionalista, desprolijo y movido únicamente por intereses crematísticos y que no tiene las luces ni el interés suficientes por confirmar si un relato es ficticio o no. Claro, un verdadero fanático religioso nunca cuestionará a su gurú, e Íker va para gurú a velocidades casi lumínicas.

Sin más, van mis preguntas y sus respuestas.

Mauricio-José Schwarz: ¿Qué reacción te provoca en primera instancia saber que ahora los medios de comunicación "serios" toman tu proyecto "Sputnik" y lo ponen de cabeza presentándolo como un hecho real, casi 9 años después de que lo realizaras?

Joan Fontcuberta: Mi trabajo se enmarca en estrategias de intoxicación informativa y su finalidad es llamar la atención sobre los condicionantes que filtran la recepción de cualquier mensaje. Por ejemplo, la fotografía ejerce sobre el espectador un efecto de autoridad muy distinto al que consigue la pintura: la fotografía impone verdad. Con mis proyectos intento desmantelar esa creencia pero la credulidad de la audiencia llega a veces a límites insospechados. Cuando alquien ya quiere creer algo su capacidad crítica desaparece. Esto es lo que ha vuelto a pasar ahora con Sputnik: los responsables del programa "Cuarto Milenio" anhelaban y les convenía que la historia del "cosmonauta fantasma" fuera cierta. Que esto suceda 9 años después no me sorprende. Mis proyectos son como semillas que he ido esparciendo; a veces germinan inmediatamente pero otras veces necesitan que se den las circunstancias adecuadas. Son como bombas de relojería.

MJS: Yo siempre he dicho que la fotografía es esencialmente una mentira. El hecho de convertir en permanente un instante, habiendo seleccionado el encuadre que lo recorta de su contexto, ya hace que no se trate de algo totalmente verdadero. Creo que todos los fotógrafos estamos conscientes de eso. Sin embargo, ¿qué pasa cuando la fotografía se utiliza conscientemente para contar mentiras, mediante montajes, fotomanipulaciones y falsificaciones destinados ya no a reescribir la gran historia, sino a generar ingresos fingiendo "misterios" que no están allí, como sería el caso de las "Hadas de Cottingley" que volvieron loco a Conan Doyle, la "fotografía espiritista", las fotos de monstruos (lago Ness, Pie Grande) etc.?

JF: Yo suelo decir que la fotografía miente siempre pero lo importante es el sentido que el fotógrafo imprime a su mentira. La fotografía tiene en efecto un enorme potencial de convicción. Por eso la educación del público es vital: hay que estimular su capacidad de cuestionamiento, su escepticismo y voluntad de dudar. Esto último es particularmente importante: hay una inercia a aceptar lo que nos cuentan; reaccionar y utilizar el sentido común implica un mayor esfuerzo intelectual.

MJS: Cuando se desmitifican fraudes de este tipo, especialmente los que están apoyados en imágenes (me remito igual a la "fotografía psíquica" de Ted Serios que a los modelos de naves extraterrestres de "Billy" Meier o al "rostro de Marte"), la desmitificación, la explicación o el desenmascaramiento nunca tienen la misma repercusión que los fraudes originales. ¿Alcanzas a imaginar algún motivo desde el punto de vista de la comunicación visual que ayude a explicar esto además de las causas obvias como el márketing?

JF: La teoría de los rumores (como el infundio y la calumnia) indica que una vez la falsedad empieza a rodar ya no hay quien la pare por completo; se la puede frenar y hasta contrarrestar pero siempre queda un poso. Detrás siempre hay intereses: los económicos serían los prioritarios pero también podría deberse a fanatismo, a proselitismo ideológico y político, a deseo de notoriedad, etc.

MJS: ¿Crees que este tipo de patinazos de supuestos "investigadores" se pueda repetir con algún otro de tus trabajos? ¿Te sorprendería ver dentro de 30 años un libro "serio" sobre el misterioso caso de la conspiración del astronauta fantasma?

JF: No me sorprendería y lo deseo ardientemente. De hecho ahora mismo estoy haciendo una exposición en Salamanca titulada "La sirena del Tormes". En ella pretendo que a orillas del Tormes se encontraron fósiles de sirenas (para más inri, una de ellas embarazada). En realidad se trata de una especie zoológica llamada Hydropithecus ("mono de agua"), del que ya se han hallado algunos restos en la estribaciones de los Alpes. ¡Los periódicos locales y regionales han caído como benditos celebrando este fabuloso hallazgo paleontológico! De siete sólo uno ha hablado de "inocentada creativa", el resto lo ha dado todo por bueno. Al día siguiente, claro, entre mosqueados y divertidos han tenido que rectificar.

junio 14, 2006

Un gesto de buena voluntad para Íker

El domingo, Íker Jiménez Elizari debería darle cuentas a su público de su enésima pifia (ver entrada anterior). Lo más probable es que no lo hará, claro, porque todavía debe varias explicaciones sin que parezca preocuparle. No le ha dicho a su público, por poner sólo dos ejemplos, qué pasó con los estudios que iba a financiar de las "nuevas" Caras de Bélmez® y tampoco ha explicado por qué estuvo vendiendo como verdad el cuento de las niñas fantasmas de Ávila, ni por qué se hizo el que la virgen le hablaba ante los estudios e investigaciones de verdad que señalaban claramente que las fantasmas eran un fraudazo.

Pero bueno, suponemos que la directiva de Cuatro al menos le pedirá que explique algo, aunque sea de la manera en que explicó cómo "encontró" (¿en un cajón?) la foto de las niñas que tan bien describió semanas antes Carmen Porter (a la que se le escapó lo de las niñas "alrededor de un centro de flores" que claramente no está en la foto fantasmal del embustazo pero sí en la original que "encontraron").

No hay modo de saber si sus jefazos están tocándole el tema a Ikerín (aunque "alguien" del programa "Cuarto milenio" ya se comunicó con Fontcuberta), pero por si están muy ocupados, y para que no se diga que le tengo mala fe a Íker, este elegante blog punketa le regala el guión que puede leer el próximo domingo (las notas de pie de página son sólo para nuestros lectores, Íker no tiene por qué incluirlas).

Dice así:


Amigas, amigos, la nave del misterio sigue viento en popa entre las procelosas aguas de lo enigmático, y hoy tiene un logro más del cual enorgullecerse junto con su público, ustedes, que son lo más importante para nosotros (1). La semana pasada, nuestras acuciosas investigaciones, con su característica seriedad, nos revelaban un caso que ponía los pelos de punta, el del cosmonauta fantasma. Veamos lo que habíamos averiguado hasta hace una semana.

(Entra resumen de vídeo.)

Pues bien, nosotros, que siempre mantenemos una sana duda, no nos quedamos en la superficie de las cosas y seguimos investigando (2).

Para ello, nuestros expertos echaron mano de redes de una enorme complejidad, desarrolladas originalmente para el Departamento de Defensa de los Estados Unidos (3) que logramos poner al servicio de nuestra labor de periodismo premiado, y de uno de los sistemas de informática y bases de datos más asombrosamente grandes del planeta, con decenas de miles de ordenadores que hemos conseguido utilizar (4) para llevarle a usted la verdad.

También, como siempre, nos ayudaron mucho ustedes, nuestro amado público (5). Así, nuestro equipo de investigación destacado en Moscú (6) procedió a la búsqueda de una serie de archivos secretos y otros expertos que colaboran con nosotros en Washington (7) confirmó los asombrosos e inquietantes hallazgos.

Nuestro equipo se lanzó a una búsqueda tenaz, de periodismo serio (8), desafiando los peligros que podía haber allá, en donde había que buscar la verdad (9). Así, poco a poco (10) nuestro arduo trabajo de investigación rindió sus frutos. Había "algo más" detrás de la escalofriante historia del cosmonauta fantasma. Por así decirlo, y aunque nos puso los pelos de punta (11), había un fantasma dentro de un fantasma, un misterio envuelto en otro misterio.

Y en la nave del misterio nos lanzamos a desentrañarlo sólo para darle a nuestro público lo que merece: la verdad (12).

Las investigaciones (13) de nuestro equipo de expertos (14) nos permiten decirle hoy, en rigurosa exclusiva, que el caso del cosmonauta fantasma es una elaborada trama de falsificaciones en las que han intervenido muchísimas personas e instituciones aparentemente respetables (15) con el único objeto de engañarnos a todos, a usted y a mí (16), de llevarnos por el camino de la falsedad. ¿Conspiración? ¿Organizaciones secretas? ¿Códigos incrustados en cuadros? ¿Cuadros incrustados en códigos?

Un fotógrafo, una mentira, una serie de intereses oscuros que hemos develado siempre con la idea de actuar como periodistas honestos y serios (17). Seguimos detrás de los hechos (18) y hoy le traemos la verdad verdadera sobre el misterioso cosmonauta fantasma y el aún más misterioso fotógrafo fantasma (19), un personaje oscuro y poco conocido (20), pero capaz de hacer esto.

Aquí se inserta algún blog de los que se han dado vuelo con el tema, siempre afirmando que todo lo allí dicho es logro del "equipo" (jejé) de "investigación" (jojo) de la "nave del misterio" (jujú) y de sus "expertos en misterios" (jijí) siempre "buscando la verdad" (juáaaaa) y el asunto está listo para el siguiente cuentazo jimenezero.

Notas:
(1) Sin ustedes, tendríamos que trabajar, imagínese.
(2) Sobre todo cuando nos pillan con la cola escondida y el gato de fuera.
(3) Internet.
(4) Google.
(5) Que nos dieron el chivatazo de que los descreídos andaban sacándonos a secar otra vez.
(6) Famoso pub de Lleida.
(7) Sabrosa pizzería de Girona.
(8) Lograron aguantarse la risa.
(9) El desafío lo hicimos desde aquí, donde no pasa nada.
(10) Conforme fuimos leyendo páginas Web y blogs.
(11) Los peluqueros de Cuatro estudiaron con Llongueras.
(12) Vale, también un poco para calmar a mis jefazos.
(13) Media hora navegando por Internet con los ojos como platos soperos.
(14) Los amiguetes que me hacen la pelota.
(15) Joan Fontcuberta, la Fundación Telefónica, todos los que han albergado la exposición y los escépticos de los c... de siempre.
(16) Ellos me engañan a mí y yo ya me encargo de engañarle a usted.
(17) La idea no se nos da nada bien, pero al menos cobramos.
(18) O los hechos siguen detrás de nosotros, el orden de los factores no altera el producto.
(19) Y es que los fotógrafos últimamente se nos indigestan que es una barbaridad.
(20) No vende tantos libros como yo, ni tiene programas en televisión.

junio 13, 2006

Íker contra Istochnikov

Otro fantasma se le ha esfumado entre las manos a Íker Jiménez, el de la conspiración del "cosmonauta fantasma" soviético "Iván Istochnikov" (nombre que significa "Juan Fuentecubierta") que resultó ser un proyecto artístico-conceptual que el fotógrafo catalán Joan Fontcuberta hizo bajo los auspicios de la Fundación Telefónica en l997. La cara de Istochnikov en las fotos no es otra que la de... Joan Fontcuberta.

Para conocer la historia a fondo, lea lo que al respecto dicen Yamato, quien dio la voz de aviso sobre el fraudazo, y en una segunda parte su análisis de cómo se puede llegar a un delirio tal en una televisora nacional, los comentarios al respecto de Javier Armentia, el señor Pez, la entrada al respecto en Existen los fantasmas sin olvidar
el blog DkTs y, finalmente, el artículo de Luis Alfonso Gámez en Magonia con las declaraciones del propio Fontcuberta, publicadas en los diarios del Grupo Correo hoy 13 de junio.

(Vamos agregando más entradas: El teleoperador se da gusto [gracias a Javier Hidalgo por avisar].)

Una vez leídas estas entradas, sólo queda señalar que éste es el verdadero nivel de quienes aseguran que "investigan", se llenan la boca hablando de cuántos kilómetros han recorrido a la búsqueda de "la verdad" para sus víctimas (o clientes, o consumidores, o seguidores o público) y los que simulan, con una desvergüenza monumental, ser "periodistas" cuando lo único que hacen es desprestigiar una profesión no sólo noble, sino realmente relevante para la sociedad cuando se ejerce con un mínimo de dignidad.

Un mínimo de dignidad que Íker Jiménez y su lamentable tropa, obviamente no tienen.

Así de confiables son sus "niñas fantasmas", sus "misterios" refriteados una y otra vez en radio, televisión y libros. Así son sus "investigadores" cuyo problema no es que no vayan a investigar, sino que ni siquiera saben investigar desde el sillón, ni usar Internet (donde en la primera página de Google la búsqueda "Istochnikov" nos da todas las claves del trabajo de Fontcuberta), pero sobre todo no les importa.

(Me llega el rumor de que ahora "Cuarto Milenio" está preocupadísimo por los derechos de autor de las fotos de Fontcuberta... ¿por qué no estaban preocupados de piratearse las fotos cuando creían que sólo eran propiedad del gobierno ruso?)

Pero mientras Íker Jiménez tenga share, mientras tenga rating, mientras genere dinero, mientras su público justifique la venta de publicidad en radio y televisión, mientras sus mentiras en un libro se vendan, mientras sea una fuente de sonrisas y euros para la empresa en la que trabaja (es un decir), seguirá allí. Por desgracia, mientras Íker sigue allí, la ética y la decencia salen por la ventana y desprestigian a todo un grupo de comunicación, sembrando la duda sobre sus criterios a la hora de contratar "periodistas" para quienes la verdad es sólo un accidente ocasional.

junio 06, 2006

Jodorowsky: los delirios de un artista metido a curandero

Por cierto, no se pierda la segunda parte de esta historia en "Jodorowsky no nos escribe" donde damos abundantes datos sobre las mentiras del este lamentable personaje y su confesión (real o imaginaria, sólo él lo sabe) sobre el ataque sexual a una joven actriz mientras cometían su infumable cinta El topo. 
Actualización 24 de octubre de 2007: Desde que se publicó esta entrada, hemos recibido un bombardeo incesante de correos de adeptos de Jodorowsky, empezando por su hijo Adán, que me escribió muy ofendido (y luego se opuso a divulgar nuestro intercambio de correos, valiente él) más o menos a ritmo de un orate de la iglesia de Jodorowsky The Greatest por semana.

Al mismo tiempo, esta entrada se convirtió en objeto de una rebatinga monumental en la Wikipedia en español, pues los incondicionales del gurú se ocupan de mantener la limpieza y pureza de la entrada de la Wikipedia dedicada a exaltar al farsantesco actorcillo retirado, (en realidad hay una feroz censura y defensa de todo lo que hieda a esotérico, engañabobos, estupefaciente, místico y estafístico en dicha enciclopedia supuestamente "pública", en la práctica secuestrada por los newageros). Por estos días, otro sesoplano deseoso de quedar bien con Alejandro Jodorowsky (o el propio chamán de pega, que manda a sus adeptos y a su hijo pero no se atreve a intercambiar opiniones conmigo, ni a insultarme como sus mensajeros, y menos tratar demostrar que me equivoco) ha vuelto a borrar el enlace de esa entrada a ésta, que sería la única visión crítica colada en el terso y uniforme mundo del pensamiento único en loor a Jodorowsky. Es un halago ver que tal gentuza arde de furia con mis sencillas observaciones sobre su ídolo de pies de barro y medios de vida sospechosamente desconocidos (¿hacienda francesa, anyone?).
(Actualización a 13 de junio: una lectora que asegura haber trabajado con Jodorowsky en su casa de París, me escribe para informarnos de que efectivamente tenía yo razón, el tipo que se contorsionaba cantando en el programa de Jodorowsky era su hijo, Adán Jodorowsky, que también se hace llamar "Adanowsky", y me aclara que quien ayudó a Alejandro a tirar el tarot no fue "su hija Valerie", como escribí equivocadamente, sino su esposa actual, Marianne Costa, que comparte la empresita familiar en la que destaca igualmente Cristóbal Jodorowsky, otro de los hijos del actor. Me señala también la lectora que la hija de Jodorowsky no se llama Valerie, es una persona normal y no se dedica a chupar del negociete de Alejandro.)

Alejandro Jodorowsky contándole a Alex Rovira
fantasías del tarot en la 2 de Televisión Española,
cobrando del dinero de los contribuyentes españoles.
El jueves 1º de junio enciendo el televisor y me encuentro, en la 2 de Televisión Española, una toma en la que se presenta un escenario enorme delimitado por tres megapantallas que, en un delirio de modestia y discreción, presentan el nombre "Jodorowsky" en letras de al menos dos metros de alto. Al centro del escenario aparece en una sillita un personaje que habla cansinamente soltando lugares comunes del new age, reciclajes de Paulo Coelho, trozos de Juan Salvador Gaviota para muy bobos, y lo reconozco como Alejandro Jodorowsky...

La televisión española le ha pagado dinero público a un vividor que, no exento de valor artístico (como veremos), se ocupa desde hace años de hacerse de oro con la más basta y chupaflautera charlatanería, la venta de un delirio llamado "psicomagia". Es el programa llamado Carta Blanca, supuestamente dedicado a personajes de la cultura y donde distintos presentadores no profesionales harán lo que quieran durante 90 minutos cada uno.

Ésta es la oportunidad de Alejandrito, que además es pesado, pesado, pesado... como siempre, lo conozco hace años... pedante de mundial de pedantes, soberbio hasta la autoadoración, lo bastante arrogante como para decir que el tarot sólo lo entiende él (pero usted puede comprar un tarot diseñado por él, aunque ya le dijo que de todos modos usted es un idiota que no va a entender un carajo), el elegido de la "psicomagia" y, según versión proporcionada por él, un sujeto de una inteligencia preclara y una capacidad artística incomprendida por un mundo de patanes, un genio sólo comparable a un paquete que incluyera a Salvador Dalí, André Breton, Albert Einstein y Johann Sebastian Bach.

Pero todo tiene un principio.

Alejandro Jodorowsky en México

Cuando yo era un chaval, la escena de la intelectualidad mexicana dejaba espacio para muchos simuladores y farsantazos. Uno del montón de simuladores con la cabeza llena de aire que se fingían supermodernos era el joven dramaturgo y pseudofilósofo pseudooriental Alejandro Jodorowsky, desembarcado en México desde Chile, donde nació en el pueblo de Tocopilla, lo que en la delirante interpretación jodorowskyana lo "predestinó" porque el tal pueblo está en el paralelo 22 y el tarot tiene 22 arcanos mayores.

Lo repito, porque vale oro molido para entender la enorme dureza de rostro de Alejandro Jodorowsky: estaba predestinado para ser tarotista porque el tarot tiene 22 arcanos mayores y el pueblo de Tocopilla está en el paralelo 22.

Así, hijos míos, se justifica cualquier loquera del mundo. Puede sacar conclusiones así con cualquier número imaginable.

Y venga a divertirse, siempre que sea cobrando.

En México, Jodorowsky hizo algunas cosas interesantes en teatro (su obra ingenuojipiteca El juego que todos jugamos o la dirección de El diario de un loco con el gran actor Carlos Ancira, en la que la obra de Gogol y la excelente actuación de Ancira valieron seguramente más que su dirección), dibujaba un cómic pseudoorientalista harekrishnero yogopédico ("Fábulas pánicas") en el diario de la ultraderecha (El Heraldo) y buscaba la fama a como diera lugar.

Entre 1968 y 1973, alcanzó renombre (como pedantazo pseudovanguardista) con tres películas lamentables: Fando y Lis, basada vagamente en ua obra de Fernando Arrabal y que logró escandalizar a los asistentes al festival de cine de Acapulco (que era lo único que pretendía), la mil veces peor El Topo, que para remate lo llevaba a él de protagonista como héroe de western subdesarrollado y a su hijo Brontis como soprotagonista infantil, y la absolutamente infumable: La montaña sagrada con más parientes suyos en nómina.

Para júbilo de los mexicanos, Alejandro decidió poco después irse a Francia, donde tuvo una carrera no despreciable como guionista de comic en la revista Metal Hurlant, pero volvió a México en 1989 para perpetrar una cuarta película, Santa Sangre, donde ahora nos asestó a sus hijos Adán y Axel como protagonistas y a otros de sus parientes en el elenco, estuvo implicado en alguna de las adaptaciones de la novela "Dune" al cine (su versión fue tirada a la basura por el productor De Laurentiis) y se ocupó de desarrollar lo que él llama "psicomagia".

Cualquier ocurrencia cura, porque lo digo yo

Alejandro Jodorowsky, como se diría en los años 60, "se quedó en el viaje", frase que se utilizaba con cierta frivolidad para indicar a los jóvenes que nunca se recuperaban de una experiencia o "viaje" con psilocibina, peyote, hongos, LSD o cualquier otro psicodisléptico alucinógeno. Muchos de los que vivimos esa época conocimos a alguno de esos jóvenes que, creyéndose que "expandían su conciencia" metiéndose potentes sustancias peligrosísimas y descontroladas (pero muy "naturales"), acabaron en un siquiátrico de por vida o cuando menos se frieron el cerebro con gran eficacia.

En lo artístico y en lo filosófico, pues, Jodorowsky se quedó en el viaje del happening sesentero de vanguardia fácil, esa actitud adolescente llamada pour épater la bourgeoisie, o "para dejar estupefacta a la burguesía", o para escandalizar a las buenas conciencias, que es lo mismo, con algunos elementos simples: 1. Herejía anticristiana, mucha y de carácter basto y poco sutil, con referencias que sean indudablemente ofensivas para los creyentes, 2. Uso explotador de personas deformes, dementes, discapacitadas, mutiladas o excesivamente delgadas, gordas, altas o bajas, 3. Sexo, mucho, con abundantes referencias vagamente psicoanalíticas y de preferencia con toques sadomasoquistas, incestuosos o prohibidos de otra forma que también ponen de pestañas a las antedichas "buenas conciencias", 4. Sangre a cubetadas, resultado de potente violencia sin más motivo que su efectismo visual, y si posible una buena cantidad de mierda, personas defecando y cosas así de profundas, 5. Situaciones absurdas concatenadas sin motivo alguno, fingiendo significado donde obviamente no lo hay (acá siempre tuve la impresión de que estos pobres pensaban que el teatro del absurdo, como la maravillosa Esperando a Godot de Beckett, en realidad no significaba nada, y que bastaba juntar cosas absurdas a lo orate para ser "profundo" y merecer reconocimiento; la historia ha concluido que Beckett y Ionesco son unos genios del teatro y los imitadores como Jodorowsky y Arrabal son unos intrascendentes condenados al olvido).

Fuera de esos 5 puntos, no hay nada de sustancia, de interés, de profundidad. Allí llegó el rollo Jodorowskyano y allí se momificó hacia 1970, lo cual en esos años, en plena época hippie de revolución sexual, de rebeldía política y de verdaderos genios que hacían cosas extravagantes más o menos parecidas pero muy bien (como Dalí) era asunto cumplido y bastante para hacer famoso a un chaval desvergonzado y obsesionado, pero que hoy en día no da para hacer arte ni "magia" que valga un pepino.

Jodorowsky y el "movimiento pánico" que generó junto con Fernando Arrabal, Topor y otros, se basaron en su visión peculiar del simbolismo, dada su creencia inamovible en el psicoanálisis (y cierta envidia por haber nacido demasiado tarde para ser surrealistas, me atrevo a suponer), asunto que puede estar muy bien para un artista que pretende encontrar símbolos para provocar ciertas emociones pero que cuando se vende para "curar" personas con problemas emocionales graves, preocupaciones o situaciones psiquiátricas es de una irresponsabilidad sublime.

Cómo ser engreído y llenarse de plata en el intento

La idea detrás de la "psicomagia" es que, según Jodorowsky, todo el mundo tiene exactamente el mismo imaginario simbólico sexual-sanguinario-freaky-copromítico que distingue a Jodorowsky. Ésta es la base, porque determina, por dogma de fe, que Jodorowsky entiende la mente humana mejor que nadie, es la "mente humana" arquetípica y perfecta, en la que cabe la mente de todos los demás, y por ello es precisamente Jodorowsky el elegido para inventar los rituales simbólicos que curarán los males de las personas. Así, Jodorowsky (y sus parientes, que cobran en la misma nómina y siempre viajan en manada) son los únicos psicomagos de verdad (o al menos eso afirmó durante décadas, ahora al parecer da clases a psicomagos), son los que saben qué ritual externo será "entendido" por el "inconsciente" (y aquí sigue sin haber demostración de la existencia del inconsciente, como no la hay de su hermano, el subconsciente) para "curar" al paciente.

(Antes, el irresponsable Jodorowsky trató de curar enfermedades de verdad, incluso haciéndole al cirujano psíquico, porque lo impresionó cierta famosa farsante mexicana, la bruja Pachita, cuyo hijo hacía supuestas operaciones síquicas más falsas que un euro con la jeta de Jodorowsky, pero el resultado fue lamentable y, como el chileno es un orate pero no un tonto, se dio cuenta de que por ese camino podía acabar en la trena, en chirona, en el frescobote, en cana, adentro, así que ahora se ocupa de males del corazón menos sujetos a responsabilidades ante los tribunales.)

La "psicomagia" jodorowskyana, hay que repetirlo, se apoya en enormes cantidades de rollos psicoanalíticos que nadie ha demostrado pero que el ignorantazo Jodorowsky no sólo cree a pie juntillas, sino que ¡confunde con la psiquiatría!: traumas, inconsciente, psicoanálisis, complejo de Edipo, sublimaciones, y unas obsesiones sexuales que dan cierto patetismo a la figura del chileno si es que él las tiene. Pero no es sólo psicoanálisis, es el psicoanálisis peculiar según Jodorowsky, o sea que si usted tiene problemas emocionales puede elegir entre acudir a un psicólogo, a un psiquiatra o a un actor y director de cine con delirios místicos que en su puta vida estudió nada de comportamiento, neurociencias, sueño, neuroquímica o psiquiatría.

La elección es obvia, ¿no?

¿Cómo es un ritual simbólico surgido de la absurda mente de alguien que se quedó en la psicodelia simplona de los años 60 para asustar a sus papás y demostrarles que es un rebeldote de ultravanguardia, cómo es este ejemplo de pensamiento desordenado en toda su fuerza? Por ejemplo, a una viuda trista que nunca tuvo hijos le hizo la "recomendación psicomágica" (forma elegante de decir que le soltó la primera estupidez mamerta que le salió del frito encéfalo) que consiguiera un huevo fértil de gallina y se lo metiera en la vagina hasta que naciera el pollito, con lo cual, supone el orate Jodorowsky, ella "sabrá" lo que es traer una vida al mundo y ya no estará triste por ser una viuda sin hijos.

¿Juát? ¿Qué coños tiene que ver el empollar un huevo de gallina en la vagina (con todo lo poco higiénico y poco probable que evidentemente es para la gente normal) y expeler un pollito medio ahogado con tener un hijo de verdad humano, propio, con futuro, y amarlo, disfrutarlo, educarlo, verlo crecer? Pues obviamente nada, pero Alejandro se queda convencido de que es un genio. ¿Ha demostrado alguna vez Jodorowsky que esa "curación" realmente es lo mejor para darle la paz emocional y espiritual a una viuda triste que no tuvo hijos? No, pero qué importa si lo puede hacer, escribirlo en un libro e impresionar a sus posibles compradores...

Así tiene y difunde como "psicomagia" cualquier cantidad de delirios simbólicos: que la impotencia y la eyaculación precoz se curan robándole la ropa a mamá y diciéndole a la amante que se ponga la ropa de mamá para proceder al coito, con lo cual, cree Jodorowsky sin tener ninguna necesidad de demostrarlo, se "sublima" el supuesto "complejo de Edipo" resultado del incesto que él cree que está presente en "todas" las familias. ¿Cómo lo sabe? No lo dice (uno sospecha que no lo sabe, le da igual, le basta creerlo). ¿Puede demostrarlo? Ni de coña.

No abundaremos sobre su otro ritual psicomágico simbólico que implica recomendar, en televisión y cobrando dinero de verdad de los contribuyentes españoles, cagarse literalmente en la tumba de los abuelos para luego limpiarla y perfumarla. (Pregúntese usted si el tal Jodorowsky lo habrá hecho alguna vez, y la respuesta le dará una medida de la honestidad de este autoproclamado "psicomago".)

Mentir por dinero es ser psicomágico

Pero todo esto no sería sino un delirio de un farsante ambicioso o una condición psiquiátrica digna de atención si no fuera porque Jodorowsky, con los rollos adicionales del psicochamanismo y la psicogenealogía (él ve su árbol genealógico y le diagnostica sus enfermedades, en serio) se ocupa constantemente de mentir para darse lustre. En 1997 ya alucinaba que "Los científicos creen que ellos van a arreglar el mundo, pero son los artistas quienes pueden curar a la gente", con ese desprecio a la ciencia propio del que nada sabe de ella. Cuando fue a México, en 1999, a presentar uno de sus libros de "psicomagia", lo entrevistó mi brother César Güemes (fino periodista cultural), soltó que: "Voy a modificar un poco las cosas a partir del concepto del psicochamanismo, pero ya con asesoramiento de médicos. Ese es el siguiente paso". Hoy, en 2006, sigue sin aparecer un médico de verdad que avale los delirios psiconegociantes, psicofumados y psicoengreídos de Jodorowsky, ¿lo dudaba usted?. Pero luego Alejandro se va a Chile y allí resulta que en México en vez de presentar un libro, le había dado un curso de "psicomagia" a docenas de médicos y psicoanalistas... ¡cosa de la que nadie se enteró en México!

Sus frases no tienen desperdicio: "...admiro y aprecio a los charlatanes, porque curan. Un charlatán cura más que un médico, porque a veces los médicos envenenan..."

Si usted entiende esto, explíquemelo, es decir, "a veces" los médicos "envenenan" (podría ser, ser médico no es garantía de no cometer errores), y ésta es la razón, la causa, la explicación de que un charlatán cure más que un médico... ¡no seas payaso, Jodorowsky!

En el programa, que se suponía que era de entrevistas, pero no se fije usted mucho, Jodorowsky ofreció algo de la estética arriba delineada, los cinco puntos con la participación entusiasta y cobrando (como siempre) de su familia. Ejemplo de ello fue la canción que interpretó alguien que parece (lo apostaría) otro hijo suyo, convulsionando ante una mujer tremendamente gorda vestida de corista. ¡Wow, qué motherno!

Porque en el programa uno descubre que las entrevistas son sólo pretexto para que Jodorowsky cobre mientras anuncia sus productos, hablando de la psicomagia, del tarot, de su genialidad y chingonería iniciática, de promover sus libracos y tirar el tarot, que según Alejandrín tiene que ser "tirado" entre dos. Cualquiera que haya estudiado la curiosa superstición del tarot sabe que esto no es tal, pero es una ocurrencia que generó Jodorowsky para duplicar el salario que se le cobra al gil (en este caso el fisco español), porque quien le ayuda a tirar el tarot en pantalla es, ¿por qué no me sorprende?, su hija Valerie.

Con los ingresos del fisco y de los fascinados compradores de libros, Jodorowsky se puede dar el lujo de "no cobrar" por leer el tarot en París, ciudad que contamina desde hace algunas décadas, y así asegurar públicamente que dispone de una "pureza" que supuestamente lo legitima... Pero al final del lamentable programa muestra el cobre dedicando varios minutos a lo que mejor hace: darse autobombo hablando de "mi libro", y "mi otro libro" y "mi último libro que estoy haciendo" para que usted, entusiasmado porque realmente parece que Alejandro sabe de qué recarajos está hablando, mañana ponga su dinero otra vez en el bolsillo del simulador chileno.

Si en asuntos de otros terrenos el actual gobierno español parece tener claras las cosas y la brújula en buen estado de funcionamiento, en cuanto al mundo de la irracionalidad, la charlatanería y el embuste pseudomédico está más perdido que Hugh Hefner en un monasterio: a los "reconocimientos" oficiales a rituales curanderistas no probados y sólidamente criticados por la medicina como la acupuntura y la homeopatía agrega ahora el salario, la producción, los salarios familiares y, suponemos, el viaje y la manduca de Alejandro Jodorowsky para zumbarnos por televisión sus delirios nunca demostrados.

Y además es pesado el tipo...