junio 13, 2006

Íker contra Istochnikov

Otro fantasma se le ha esfumado entre las manos a Íker Jiménez, el de la conspiración del "cosmonauta fantasma" soviético "Iván Istochnikov" (nombre que significa "Juan Fuentecubierta") que resultó ser un proyecto artístico-conceptual que el fotógrafo catalán Joan Fontcuberta hizo bajo los auspicios de la Fundación Telefónica en l997. La cara de Istochnikov en las fotos no es otra que la de... Joan Fontcuberta.

Para conocer la historia a fondo, lea lo que al respecto dicen Yamato, quien dio la voz de aviso sobre el fraudazo, y en una segunda parte su análisis de cómo se puede llegar a un delirio tal en una televisora nacional, los comentarios al respecto de Javier Armentia, el señor Pez, la entrada al respecto en Existen los fantasmas sin olvidar
el blog DkTs y, finalmente, el artículo de Luis Alfonso Gámez en Magonia con las declaraciones del propio Fontcuberta, publicadas en los diarios del Grupo Correo hoy 13 de junio.

(Vamos agregando más entradas: El teleoperador se da gusto [gracias a Javier Hidalgo por avisar].)

Una vez leídas estas entradas, sólo queda señalar que éste es el verdadero nivel de quienes aseguran que "investigan", se llenan la boca hablando de cuántos kilómetros han recorrido a la búsqueda de "la verdad" para sus víctimas (o clientes, o consumidores, o seguidores o público) y los que simulan, con una desvergüenza monumental, ser "periodistas" cuando lo único que hacen es desprestigiar una profesión no sólo noble, sino realmente relevante para la sociedad cuando se ejerce con un mínimo de dignidad.

Un mínimo de dignidad que Íker Jiménez y su lamentable tropa, obviamente no tienen.

Así de confiables son sus "niñas fantasmas", sus "misterios" refriteados una y otra vez en radio, televisión y libros. Así son sus "investigadores" cuyo problema no es que no vayan a investigar, sino que ni siquiera saben investigar desde el sillón, ni usar Internet (donde en la primera página de Google la búsqueda "Istochnikov" nos da todas las claves del trabajo de Fontcuberta), pero sobre todo no les importa.

(Me llega el rumor de que ahora "Cuarto Milenio" está preocupadísimo por los derechos de autor de las fotos de Fontcuberta... ¿por qué no estaban preocupados de piratearse las fotos cuando creían que sólo eran propiedad del gobierno ruso?)

Pero mientras Íker Jiménez tenga share, mientras tenga rating, mientras genere dinero, mientras su público justifique la venta de publicidad en radio y televisión, mientras sus mentiras en un libro se vendan, mientras sea una fuente de sonrisas y euros para la empresa en la que trabaja (es un decir), seguirá allí. Por desgracia, mientras Íker sigue allí, la ética y la decencia salen por la ventana y desprestigian a todo un grupo de comunicación, sembrando la duda sobre sus criterios a la hora de contratar "periodistas" para quienes la verdad es sólo un accidente ocasional.