Foto del Departamento Correccional del condado de Multnomah, Oregon, 1985 (licencia CC, vía Wikimedia Commons) |
Actualización el 2 de septiembre: Un lector informa que la entrada en Wikipedia en español sobre nuestro biografiado es un artículo pelota, barbero, rastrero, obsequioso y esencialmente publicitario sobre el personaje. No se pierda usted el capítulo donde en lugar de aceptar sus delitos se inventan la inevitable conspiración, en este caso a cargo del gobierno de Reagan (que francamente andaba en otras conspiraciones más cachondas y de alcance, como las que usó contra Polonia y Nicaragua). En fin, que más de lo mismo, Wikipedia sigue siendo la tierra prometida de los charlatanazos en varios idiomas.
Por supuesto, no es en lo más mínimo criticable que uno disfrute el sexo mientras no viole la ley, y tampoco lo es que se compre Rolls Royces si lo hace con dinero bien habido y no viola la ley (y mejor si no explota a nadie para conseguir el dinero). Pero obtener todo eso con el rollo místico y presentándose alternativamente como un superhombre, un dios, un Buda y un maestro espiritual ya no parece tan honesto. Y menos cuando usted viola la ley muy seguido y acaba como el caballero de la foto. Menos honesto es también que sus "ideas" fueran todas recicladas de otros autores, y que sus libros, según confesión de sus seguidores, fueran con frecuencia escritos por mujeres de su entorno más cercano, su harén, pues. Tampoco tiene alta puntuación de honestidad no pagar impuestos o defender el sexo incestuoso y el sexo con menores de edad, cosas que según sus seguidores hallaba natural y recomendable. Y tampoco es exactamente honesto tener a unos seguidores espirituales a los que se explota vilmente para obtener una fortuna económica manteniéndolos en condiciones de vida poco recomendables.
Nacido en 1931, Rajneesh se dedicó prácticamente toda su vida a ser gurú o "maestro", consiguiendo una gran cantidad de seguidores en la India y algunos en los Estados Unidos. Dicho de otro modo, no trabajó un solo día de su vida, lo cual lo convierte en la envidia de más de cuatro. Su manejo del asunto de ser gurú y vivir de los seguidores siempre fue pragmático, y siempre buscó el apoyo de una mercadotecnia adecuada para llegar a más seguidores, con lo cual sus enseñanzas eran bastante "flexibles", o de quita y pon: lo que enseñaba ayer podía negarlo hoy si convenía. Igual afirmaba que se iban a acabar las guerras que, cuando una firma de relaciones públicas le dijo que las profecías apocalípticas tenían mucho rating entre los seguidores profesionales, predijo guerras y atrocidades. Y cuando lo atrapaban cometiendo alguna barbaridad, acostándose con una o más adeptas, consumiendo valium y óxido nitroso "como para llenar un dirigible", dice un exadepto (varios ex-seguidores aseguran que era adicto a ambos) o tomando por asalto un pueblo, lo hacía amparándose en el "tantra" o en algún ente espiritual inventado ad hoc esa mañana.
Pero Rajneesh era muy, muy simpático y convincente, y parecía honesto, con lo cual nunca le faltaron seguidores. Su "sabiduría" se puede calcular con sus afirmaciones como "India no necesita alta tecnología", "en el año 2000 se habrán terminado todas las guerras" o sus profetizadas guerras que tampoco ocurrieron. Como fuera, su simpatía, su defensa del placer sexual y del materialismo y una vena cínica y pícara le ayudaron a recorrer el camino al estrellato mediático y a una fortuna cuyos alcances aún no son del todo conocidos.
Hasta que se ahogó en su propio pantano de cuentos.
Las fuerzas de seguridad de Rajneesh practicando en el rancho Rajneesh. (Foto de The Oregonian, de su serie sobre la invasión de Rajneesh. Fair Use Policy.) |
Para 1982, los seguidores del Rancho Rajneesh eran ya suficientes como para tomar por asalto la ciudad de Antelope. En una elección que convocaron en abril, ganó la propuesta de cambiarle de nombre a la ciudad por el de Rajneesh, incorporando como pueblo al rancho, ahora llamado Rajneeshpuram, y empezaron a exigir información y apoyo en dinero público para sus actividades ante la furia de los residentes originales. En 1983, los visitantes externos a la comuna de Rajneesh, como el sociólogo Lewis F. Carter, que escribió un estudio científico sobre la comunidad en la revista Contemporary Sociology en 1991, detectaron en la comuna el autoritarismo y la búsqueda del "control total" propias de las sectas, lo cual también era evidente en el interés fundamental por que la comuna produjera dinero para satisfacer los caprichos del "dios viviente". A lo que hay que sumar que Rajneesh se paseaba siempre rodeado de guardias armados, habiendo aprovechado su fortuna para hacerse su propio pequeño ejército de incondicionales con armas de guerra, muchas veces para mantener a raya a los exaccionados "fieles".
El capítulo más "mondo cane" de esta historia aún estaba por escribirse. Las tensiones entre los residentes "de siempre" y los advenedizos adeptos de Rajneesh llevaron a que estos últimos acumularan un importante arsenal mientras Osho® predecía que el SIDA mataría a todas las personas del mundo excepto a los de su comuna. Hubo un intento de asesinato del médico de Rajneesh y del fiscal de distrito del condado de Jefferson, el saqueo e incendio de la oficina de planificación del condado de Wasco y escuchas telefónicas y con micrófonos dentro de la comuna. En el colmo de lo bizarro, los seguidores del gurú cultivaron bacteria de salmonella y la esparcieron en bares de ensaladas de 1o restaurantes de The Dalles, en Wasco, afectando a más de 700 personas, con lo que esperaban poder influir en las elecciones de la comisión del condado inhabilitando a los votantes locales, en lo que hoy se considera, simplemente, el primer ataque bioterrorista moderno, y un aviso de ataques de otras sectas, como la de Shoko Asahara y su ataque al metro de Tokio con gas sarin . Rajneesh culpó de todo a su secretaria y buscó una salida a lo que se convertía en un infierno jurídico y mediático, entre otras cosas devolviéndole su nombre original al pueblo de Antelope. Pero no tuvo éxito, de modo que tomó a algunos de sus seguidores, subió a su jet privado y trató de huir, pero la oficina de inmigración y naturalización lo detuvo lo devolvió a Oregon, donde le tomaron la instantánea que abre esta entrada y lo llevó a juicio, acordando con él no sentenciarlo a una pena de prisión si abandonaba el país y se declaraba culpable de violar las leyes de inmigración. Fiel a su autoimagen, Rajneesh, en prisión, exigió una atención adecuada a su estatus superior: comida especial y un trono.
Rajneesh volvió a la India, dejando atrás a sus seguidores, varios de los cuales, en particular mujeres dirigentes, fueron a juicio y resultaron condenados por los intentos de asesinato mencionados, el ataque con salmonella y el fraude migratorio. Mientras ellos pasaban a ocupar una celda en Oregon (su secretaria, Sheela, que solía pasearse armada, fue condenada a 20 años en 1986), Rajneesh recorría 21 países en su jet privado: lo expulsaron de Grecia, pasó por España, anduvo en Uruguay (donde se cambió el nombre a Osho®), visitó Jamaica y volvió a Poona, India, donde finalmente murió en 1990.
Pero sus enseñanzas viven... No las del misticismo blanducho y fácil de esperar de "iluminación interna", sino las de cómo armar una comuna con extranjeros. En abril de este año se informó que las autoridades australianas están investigando a la empresa de Osho® Melaleuca Properties porque, además de conflictos con Byron Shire, donde están ubicados, hay acusaciones de bodas de conveniencia para llevar a Australia a numerosos sannyasins de otros países, repitiendo hoy los acontecimientos de hace más de 20 años en Oregon.
Placa conmemorativa en Antelope. (Foto GFDL de TravisL, vía Wikimedia Commons) |
Ése es, pues, el "místico contemporáneo" que ahora nos están vendiendo, probablemente el místico menos místico de la era de Acuario. Pero como ya hemos dicho, la charlatanería no se crea ni se destruye, sólo se guarda unos años hasta que la gente se olvide de los escándalos y ridículos del pasado, y se saca de nuevo a pasar la gorra entre los entusiastas siempre dispuestos a redescubrir oriente a tanto la dosis.