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julio 05, 2008

Creacionismo más o menos de contrabando

En lo que me recupero del más reciente asombro sobre las creencias irracionales de Pedro Pozas Terrados, "primatologista" según el currículum que se ha inventado (por supuesto no existen los "primatologistas", a lo mucho hay "primatólogos", especialidad de la zoología), que afirma que las leyes de la termodinámica fueron inventadas por las multinacionales para que no tengamos máquinas de movimiento perpetuo, recupero mi asombro también de que el Vaticano siga fingiendo que no apoya al creacionismo cuando otra vez los han pìllado con las manos en la masa científica.

La Universidad San Jorge, tiene previsto realizar en la Expo de Zaragoza y en el espacio del Imperio Vaticano (es un estado imperial, no lo olvidemos, aunque suene feo y demodé) del 10 al 12 de julio, un supuesto, falso, sedicente y chapucero "Congreso Internacional sobre Ecología" presidido por el Cardenal Renato Raffaele, hombre cuya experiencia en el terreno de la ecología es... pues inexistente, pero da igual.

Para valorar si aquí se habla de ecología o es un simple pretexto evangelizador, revisamos rápidamente el programa. Empieza con el rollo "El hombre, espíritu corpóreo en el mundo", título cuando menos discutible, pero utilizado sin más por el Prof. Giovanni Salmeri, de la Universidad La Sapienza (Roma), lo cual suena impresionante, hasta que uno ve que no es, por si iba usted a caer en el garlito, profesor de ecología, sino teólogo de la Universidad Pontificia Lateranense, cuyo departamento de ecología no existe y cuyos estudios internacionales en ecología tampoco. A continuación, viene otro título erisipelante, "La irreducibilidad del hombre al mundo", donde a más de patear a la gramática, se incluyen los siguientes temas: "El contraste del ser humano respecto de los demás vivientes: la dignidad personal del hombre", del Prof Santiago García Acuña, Facultad de Teología San Dámaso (Madrid), que tampoco tiene ni idea de ecología. Luego tenemos "El hombre, 'señor y custodio' del mundo", por el Prof. Pablo Domínguez Prieto, Facultad de Teología San Dámaso (Madrid). Después de que la sagrada manduca, finalmente tenemos un tema que parecería que tiene que ver con la ecología: "El mundo, contexto de la vida del hombre", que será regalado por el Prof. Rafael Alvira Domínguez, de la Universidad de Navarra (Pamplona), y que buscando un poco resulta que tampoco sabe de ecología, porque es doctor en filosofía y metafísico. Para entonces, al parecer, los organizadores consideran que ya está debidamente adobado el cerdito como para soltar el plato fuerte, la esencia del tema: "Un mundo con sentido: el diseño inteligente del universo", que incluye comunicaciones con títulos tan astringentes como: "El mundo en su condición de religado al 'Lógos' creador y como don de Éste al hombre en cuanto criatura que tiene 'lógos'", que será interpretado por la Prof. Esther Godoy Henarejos, de la Universidad de Murcia, y que por una coincidencia verdaderamente asombrosa, también es profesora de filosofía sin nada en su currículum sospechoso de relacionarse con la biología y menos aún la especialidad de la ecología. Como siguiente número, se cantará "El mundo como 'cosmos' y la problematicidad del 'caos' en cuanto naturaleza enfrentada con el hombre", en la bien educada voz del Prof. Juan Arana Cañedo-Argüelles, de la Universidad de Sevilla y quien, no queriendo ser menos, también es filósofo y sus publicaciones tampoco han tenido nunca nada que ver con la ecología, ni estirando la definición como un chicle bomba.

Y allí termina el programa fel primero de tres días de este festival teológico de rompe y rasxga.

¿Y la ecología?

Pues el problema parece ser que la palabra ecología ha sido básicamente tomada al abordaje de mala manera por los organizadores para simular que su edificio de teología creacionista ultracatólica, cuyo lugar natural es el púlpito, el seminario, la sacristía o la conversación posterior al chocolate en una pantagruélica cena de príncipes de la iglesia, pero que en la Expo Zaragoza simplemente no viene al caso. El Imperio Vaticano, empero, quiso meter sus creencias en el espacio de la Expo y para ello utilizó este procedimiento, que sin embargo parece que no engañó a nadie. La Asociación Española de Ecología Terrestre envió una protesta a la Universidad San Jorge y al presidente del Gobierno aragonés diciendo, según informa el diario Público: "Consideramos inaceptable que se utilice el término ecología para denominar a un congreso que, sencillamente, no trata sobre ningún contenido propio de esta ciencia y constituye un engaño a las entidades financiadoras, a los asistentes y a la sociedad en general", según el vicepresidente de la AEET, el catedrático de Ecología Adrián Escudero. (Nótese qué curioso que un señor que sabe de ecología y de ciencia esté al frente de una asociación de ecología, cuando la Universidad San Jorge puede hacer un congreso "internacional" de ecología sin un solo ecologista y el Proyecto Gran Simio puede cambiar las leyes españolas sin tener en su directiva tampoco a ningún científico, cosas veredes.) A juicio de este ecologista, es especialmente grave que se utilice el marco de la Expo Zaragoza para tratar "temas tan alejados de la ecología y de la ciencia como el diseño inteligente del universo, un eufemismo utilizado por los organizadores del evento para hablar de creacionismo".

Aclaremos que el director general del Pabellón del Imperio Vaticano, José María Gorgojo, asegura que el cardenal Renato Raffaele Martino "es un experto en la materia, que ha publicado bastantes libros sobre ecología", lo cual no se ha podido sustanciar, ya que el único libro publicado y firmado por este diplomático eclesiástico de carrera desde 1962 es Pace E Guerra, y usted se quedará helado al enterarse de que... no tiene que ver con la ecología.

No deja de ser patético que este intento por religionizar una actividad seria se dé en la "Tribuna del agua", donde ya la Expo Zaragoza hizo el más patético ridículo al albergar la presentación comercial y anticientífica "Los mensajes del agua", a cargo del famoso embustero y empresario nipón Masaru Emoto, que presentó su colección de falsedades y productos carísimos para seguir amasando una malhabida fortuna hace casi exactamente un año, el 24 de julio de 2007, responsabilizándose del desaguisado la Tribuna del Agua - Expo Zaragoza 2008 y la Asociación de Amigos de Emoto, negocio del que ya hemos hablado aquí y que también usurpa la palabra "ecología" para embaucar consistorios y sacarles financiamiento para seguir promoviendo su negocio falsario.

Al menos, como también informa el diario Público, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), presente en el comité científico del congreso a través de su delegado en Aragón, Mariano Laguna, ha sido el primero en desmarcarse del evento ante su falso contenido sobre ecología. Según fuentes del mayor organismo científico de España, "el CSIC debe aclarar, de manera tajante, que no apoya este congreso y no va a participar en ninguna de sus sesiones". El diario también señala que "El director de la Estación Biológica de Doñana, Fernando Hiraldo, también ha mostrado su rechazo a que se intente colar la doctrina creacionista con la careta de un congreso de ecología. 'Resulta patético, es como si nosotros organizáramos un congreso de teología', sostiene. 'Me parece muy bien que cada uno defienda sus ideas, pero deberían ser honrados y no llamarlo Congreso Internacional de Ecología', añade".

No menos interesante es la pieza que el Doctor Fernando Valladares ha publicado en Público en su calidad de presidente de la Asociación Española de Ecología Terrestre, sobre todo porque en estos días el doctor Valladares también encontró el tiempo para responder a nuestra pregunta sobre el Proyecto Gran Simio y su Proyecto Gran Garrote, del que seguiremos hablando en otra entrada.

El Congreso Internacional de Teología Disfrazada Fallidamente de Ecología seguirá adelante, al parecer. Sigue sin haber, lamentablemente, decisión de luchar contra la seudociencia y la anticiencia en los salones de la política nacional. No importa la falsedad, la estupidez o el grado de mezquindad que mueva las acciones más delirantes, si tienen apoyo por parte de algún poder, en todos los partidos sobran cortesanos dispuestos a arrastrarse por el suelo para tener contentos a los manipuladores, sean éstos del último imperio del planeta o adoradores de Gaia convencidos de que las leyes de la termodinámica las inventaron las multinacionales.

Muy triste es esto, sin duda.