octubre 02, 2006

¿Cui bono, Íker? ¡Goyo bono!

De nuevo tuve razón sobre el enfoque acrítico, sensacionalista, amarillista, de vastas tragaderas, uyuyuyante y basto que iba a asumir Íker Jiménez en su tratamiento del tema de Masaru Emoto y el agua a 140 dólares el litro.

¿Soy vidente, profeta, adivino o cosa similar?

No, es que estos cuentos siempre son los mismos, porque como sabe usted, los "himbestigadores" del nivel de Íker Jiménez y sus danzarines del misterio de saldo no hacen otra cosa que leer lo que otros escriben, repetirlo como cacatúas (sin ánimo de ofender a las cacatúas, aclaro) y pasar a la ventanilla a cobrar. Íker, por ejemplo, lleva al menos 7 años repitiendo ciertos temas especialmente rentables como las Caras de Bélmez®, el "enigma" de Ochate y el niño de Somosierra, que ya aparecían tal cual en su primer mamotreto Enigmas sin resolver de 1999.

El único verdadero misterio del programa semanal del Alfredo Urdaci del misterio es averiguar de quién es el anuncio publicitario correspondiente. Es decir, cada "recortaje", cada "himbestigación" y cada "misterionoticia uyuyuy" que le pone los cada vez más escasos pelos de punta a Ikercito tiene por objeto anunciar un producto comercial. Y no me diga usted que no se ha dado cuenta de que siempre resulta que el entrevistado, "compañero y amigo", empleaducho o cohorte de turno tiene algo qué vender, principalmente revistas y libros soplaflautológicos destinados a impresionar al público aprovechando su desinformación, y fortalecer dicha desinformación luchando a brazo partido contra el derecho a saber que podría tener el público.

En resumen, cada semana uno debe preguntarse, como detective ante un delito, cui bono, es decir, quién se beneficia del tiempo de antena de Íker. Porque parece, desde este lado de la pantalla televisual, que Cuarto milenio es un programa de publicidad pagada, es decir, que las editoriales y demás empresas pagan al programa para que haga un recortaje o himbestigación y anuncie el producto en cuestión. Parece, digo, pero a ver si alguien decente de la cadena Cuatro nos escribe y nos dice si tal es el caso.

Así que, con el desgarriate del agua mágica de Masaru Emoto, la duda era cui bono, qué producto se estaba vendiendo más o menos ocultamente (ah, por cierto, Íker Jiménez, no me creo que tu empleadito engominado haya ido a Japón a entrevistar a Masaru Emoto, es más, podría asegurar que esa entrevista fue suministrada por la "Asociación de amigos de Masaru Emoto", ¿cuánto apostamos, JImenitos? Yo apuesto a que no tienes ni una toma de tu empleadín junto al embustero nipón y que mentiste como siempre al asegurar que se fue a Japón a "entrevistarlo" [dos preguntas caguengues], ya la tendrás ahora que Masaru viene a embaucar a la buena gente de Ourense).

Así, antes de analizar por qué misteriosa causa Jiménez tiene una nevera en su casa en lugar de simplemente ponerle un letrerito de "Amor" a la carne que compra su paranormal señora y dejar que la magia masaruemotera la conserve impoluta durante una semana antes de manducársela, vamos a ver, precisamente, cui bono.

¿Quién es Goyo Iturregui?


En el segmento del agua uyuyuyante, ocupó un lugar central un tipo con cara de miembro de un colectivo pijo empeñado en denostar a la ciencia y a quien se presentó como "Goyo Iturregui, Organizador del II Encuentro Internacional de Ecología del Agua", cosa que sin duda suena impresionante. Sin embargo, dicho encuentro está realmente organizado por la "Asociación de amigos del Doctor (jejé) Masaru Emoto" según cuenta su propia página, y esta vez por el Consello de Ourense, que dudamos mucho que sepa en qué embolao místico niueichero y negociante está participando. O sea que Goyo es parte importante de dicha asociación.

Pero se dedican a la ecología, ¿o no? Para averiguarlo, fuimos a visitar el sitio del primer encuentro realizado el año pasado y vemos, como puede ver usted, que fue un festival de publicidad para Masaru Emoto y para Peter Gross (anote el nombre), en el que hubo rituales de aikido, rollos de una tal Rosa Zaragoza (personaja que asegura ser "alquimista" y cobra por ello sin que le gane la risa), conciertos misticones, rollos de Emoto en persona, conferencias sobre "geometría sagrada y su relación con el agua" (¿?), rollos sobre la "vitalización del agua" (ojo con esto), rollos sobre "energías espirituales del agua", presentaciones de libros, bailecillos varios, recitales de musiquita niueichera, rituales (se pide que venga vestido de blanco), rollos sobre "la privatización del agua" ofertados por naturópatas (como se sabe, los naturópatas son expertos en economía y neoliberalismo), y una conferencia de apariencia seria sobre el agua en las cuencas del sureste español para justificar el dinero que le sacaron al ayuntamiento de turno.

¿Y la "ecología del agua", las fuentes de la contaminación, los ciclos pluviales, las sequías en África, el reabastecimiento de mantos naturales, los cambios en las poblaciones marinas, la biomasa disponible en el Ártico, la situación fluvial en África... en fin, las cosas que realmente son ecología del agua?

Pues no joda usted, que estamos vendiendo milagros.

Y eso harán, claro, en el Segundo encuentro cuya publicidad han puesto a cargo de la voz nasal y la emoción fácil por la cuota habitual de Íker Jiménez Elizari y su filarmónica de soplaflautas. En resumen, el segundo encuentro que organiza Goyito incluye: rituales, musiquita, un rollo de Masaru Emoto, un rollo de "ecología emocional" (a saber qué carajos es esto, pero Irene Goikolea es "autoridad" en el tema y cobra por serlo), la glosa del primer encuentro, más rollos de los mismos de la vez pasada, un rollo sobre "programación neurolingüística", qigong (uno de los muchos cuentos chinos a su disposición), una señora que se llama (no puedo omitirlo, de verdad) "Virtudes Kampeche Photon", un baño-concierto, aguas medicinales y más naturopatía...

... y de ecología, nada.

Ah, pero por supuesto, ¡habrá una proyección de la película de la sectoide Ramtha ¿Y tú qué sabes? (no se pierda esta glosa en inglés de tal pieza de propaganda mendaz) y una sesión de ayurveda, qué caray..!

Así que Goyo Iturregui es "Amigo del doctor (jijí) Masaru Emoto".

Pues vale.

Y entonces resulta que lo de la ecología es un cuento para impresionar a personas de buena fe preocupadas por nuestro medio ambiente.

Pero resulta que Goyo, muchacho inquieto y emprendedor, que en realidad es músico con no mucho éxito, prototipo del misteriólogo que se amboza en la ecología (de la que no sabe nada) para vender sus cuentos, es representante de la empresa AQUA LIGRO GmbH & CO., que comercializa cierta supuesta "activadora de agua potable" inventada por el alemán Peter Gross. La empresa en España se llama Agua Viva.

¿Cómo hace tal milagro el aparato mágico? Pues con "15 funciones de principio que cambian la calidad del agua", una serie de afirmaciones delirantes que usted puede leer, sin base alguna en la realidad, llenas de lenguaje seudocientífico, mintiendo sobre las propiedades físicas y químicas del agua y, claro, sin una sola prueba de que sus afirmaciones sean algo más que rollo interesado para sacarle a usted más de DOS MIL EUROS por cada aparato, prometiéndole, eso sí, que obra su magia en medio segundo y además no necesita mantenimiento.

Ése era el negocio, pues. Ríase usted del agua a 140 dólares de Masaru Emoto, si tiene a mano aparatos para "revitalizar" el agua por 2.350 euros en Alemania, algo más si se lo compra aquí a Goyo Iturregui. ¿Que no hay ninguna prueba de que sus conjuros sirvan para mejorar el agua? Su principal preocupación es que usted no lo sepa

Y es que el negocio del agua es maravilloso, como ya decíamos, porque implica vender un producto muy barato a precios delirantemente altos. Esto lo hace con desvergüenza la industria del agua embotellada, especialmente las marcas que se limitan a tomar agua del grifo (que en España tiene un precio de 0,96 euros por cada mil litros, o sea que si redondeamos a un euro los mil litros, un litro cuesta una décima de céntimo de euro... tome usted una de esas monedas de un céntimo de euro que parecen no servir para nada y tiene bastante para comprarle al estado diez litros de agua), hacerle un poco costoso tratamiento y vendérsela a usted a unos 30 céntimos el litro, donde la botella cuesta más que el agua y los beneficios económicos son, ésos sí, uyuyuyantes...

Pero si uno llena el agua de mística, la puede vender, como Masaru Emoto, a 140 dólares el litro. O puede fingir que le hace tratamientos místicos para "revitalizarla" o "magnetizarla" y zumbarle a usted miles y miles de euros por los aparatos.

Para ubicarse en los niveles de pillería de los que hablamos, revise usted la Infinity Water® de Nora Kosztolanyi a 20 dólares la botelluca de medio litro o 40 dólares el litro, los imanes minerales para magnetizar el agua a 70 dólares, el mágico aparatoMulti-Aqua-Soft® que sólo cuesta 60 dólares y usted lo pone alrededor de los tubos para que obre su magia, la megafantástica M-Water® del "famoso" Dr. David Wheeler, a 40 dólares el medio litro, y un aparato que nos acaba de hacer conocer Plinio Fermín, lector de este blog, el descaradísimo COSI, que con toda frescura asegura, sin confesar el precio del adminículo que se mete en los vasos y tazas, que modifica el agua para ayudar a combatir el alcoholismo y la drogadicción, un nivel de depredación de las personas con problemas que sólo puede dejar frío a alguien como Íker Jiménez y los miembros de su club de marchands de la falsedad.

La depredación, en el caso de Goyo Iturregui, viene cuando trata de asustarle a usted por la falta de agua, por los tsunamis, por el calentamiento global... cuando al final viene a vender la "vitalización del agua", ocultando que es su negocio y ocultando, claro, que entregarle miles de euros a Goyo y a Peter no sirve para resolver ni el problema de los tsunamis, ni el calentamiento global ni la escasez de agua (potable, que sí es importante), sino sólo las ambiciones de estos personajes.

La cosa es clarísima cuando vemos que el propio Peter Gross y Goyo Iturregui trataron de venderle la moto al Centro de Recursos Ambientales de Navarra en 2003. Le escribimos al CRAN preguntando si habían estudiado el aparato que les presentaron (tiempo les ha sobrado), en especial lo de los fumarolos "biofotones" de los que habla Peter Gross, o si habían adquirido alguno de ellos, pero no nos han respondido. Si responden, lo publicaremos, claro.

La desvergüenza sí paga, ¡y muy bien!


¡Qué bien va el negocio de Íker Jiménez! Ahora Carmen Porter se ocupa de presentar fotografías falsificadas cada semana en el programa de Concha García Campoy, e Íker ha sido convertido en el presentador de los guiñoles, dentro del programa de Eva Hache. No, lo que escucha usted no son los carrillones de la catedral de Notre Dame, es la registradora de los Jiménez-Porter sonando enloquecida... ¿no es maravilloso todo el dinero que se puede ganar si uno prescinde de tonterías como la verdad, la ética y la decencia?