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octubre 28, 2008

El amarillismo himbestiga, y falla

Actualización 29 de octubre: La fotografía se quitó el 28 de octubre, cuando ya la había visto la familia a la que quisimos ahorrarle el disgusto. Varios de los enlaces de esta entrada están rotos por la reescritura continua de los hechos a cargo de Mundo parapsicológico. La historia final y lo que nos han ayudado a rescatar en forma de capturas de pantalla, pueden verse en la entrada Amarillismo, calumnia y censura: Epílogo que sinceramente espero sea el último sobre este penoso tema.

Para obtener los antecedentes de este asunto, vea la entrada El amarillismo paranormal.

En resumen, los misteriólogos durante 20 años "interpretaron" con su habitual agudeza un trágico atropellamiento ferroviaro para afirmar que la víctima era "un extraterrestre", "un viajero en el tiempo" o "un disminuido psíquico fugado de una institución" más o menos siniestra. Por fin, hace unos días se identificó a la víctima como Oscar Ortega Vasalo, joven estudiante que por entonces preparaba oposiciones y que estaba de vacaciones cuando sufrió el fatal accidente. Durante estos 20 años, los promotores de pseudomisterios reprodujeron hasta el delirio dos fotografías forenses cuya procedencia nunca explicaron: una del rostro de la víctima y otra de su tronco seccionado por las ruedas del tren.

Diarios como El Correo Gallego publicaron estas fotos en Internet al anunciar la identificación de la víctima, pero los lectores pidieron que se retiraran por sensibilidad humana y decencia. El diario gallego lo hizo sin más.

Pero el sitio de comercio electrónico esotérico Mundo parapsicológico reproducía la nota de El Correo Gallego sobre la identificación y la foto del rostro de la víctima, en portada y en interiores. Como quizás el jefe de la marca "Mundo parapsicológico" no había tenido en consideración el cambio de calidad, de semántica de la imagen, de implicaciones de la foto que reproducía periódicamente, pedí a sus lectores y colaboradores que le transmitieran mi atenta solicitud de suprimir esas fotos, simplemente para evitarle un disgusto adicional a la familia Ortega-Vasalo.

No la retiraron pese a las solicitudes de sus propios lectores (a los que acusaron de ser yo), lo cual me pareció una indecencia, Pablo Moreira dio explicaciones con la habitual lógica del comerciante de misterios (comentario Nº 11), lo lamenté y adiós... No sé si Pablo pensaría lo mismo si en la foto apareciera tristemente desfigurado un hijo, hermano o padre... en fin.

No hubo adiós. Ayer, Pablo Moreira publica que recibió un correo de José Ignacio Ortega Vasalo, que se presentaba como hermano menor de Oscar Ortega y corresponsal de la Agencia EFE en Moscú, exigiendo la retirada inmediata de la foto. El mensaje concluye, en nombre de la familia de Oscar Ortega, que "no nos temblará el pulso a la hora de exigir responsabilidades a los que intenten aprovecharse de la desgracia de mi hermano". (Haga clic en la imagen para ver la captura de pantalla, misma que usamos porque las cosas cambian mucho y muy rápido en el sitio Web Mundo parapsicológico, que suele reescribir la historia sobre la marcha para cubrirse las culpables espaldas, y seguramente lo hará en este caso).


A esto, con su inigualable facilidad para la exageración poco meditada, Pablo Moreira lo llama "amenazas", porque lo hace sonar importante. Pero no, "amenazas" son cuando un anónimo me escribe diciendo que me van a romper las piernas por desvelar las marranadas a las que es afecto tal o cual gurú, por ejemplo. Hacer cumplir la ley no es una amenaza, por supuesto, es una forma precisamente de conminar a una persona a actuar legalmente antes de tener que conseguir que un juez lo obligue a hacerlo.

En este contexto, la afirmación de Pablo Moreira de que "si usted es quien dice ser, no tendré inconveniente en retirar la fotografía, si resulta que no es corresponsal ni se le conoce por EFE continuaré con la foto" es cuando menos de una bajeza (no bajería, Pablo, los diccionarios no muerden) colosal. ¿Qué tiene que ver todo eso con el hecho de que es de mal gusto y ofensivo mantener esa foto allí, y en los varios sitios donde la explota Mundo parapsicológico? Esa lógica pablística sí que es un misterio.

Metido en esa tobogán de insensibilidad, tontería y petulancia, Moreira afirma que esa persona no es el hermano de Oscar Ortega porque no es corresponsal de EFE, según su rápida "himbestigación" con una telefonista de EFE a la que ni siquiera le pidió el nombre (ese "método paracientífico" es fácil, aunque no sirva para un carallo), ésta le aseguró que había consultado "todas las bases de datos" de EFE (como todas las telefonistas del mundo, que tienen acceso a todas las bases de datos de sus empresas, claro que sí) y certificaba que en esa agencia "no le conocemos de nada".

Armado con eso que apenas sería una pista menor para un periodista de verdad o un barrendero sin título, Pablo Moreira afirma que el remitente es "una persona haciendose (sin acento) pasar por hermano de Oscar Ortega", y asegura que quienes "se hacen pasar" por el hermano de Oscar son "los detractores". Tanta certeza asombra, porque "detractor" es una palabra que tomó al abordaje Pedro Amorós para nombrar a los herejes, a los que no les creemos sus deliriros sin pruebas y además tenemos la enorme desfachatez de decirlo. Como tenemos nombre y rostro, supongo que lo que está haciendo Pablito es acusar a varios, en especial el único al que nombra (yo) de cometer el delito de suplantación de la personalidad. Si sabe que he cometido ese delito, debe denunciarme ante las autoridades, claro. Si no lo sabe, está acusándome falsamente de un delito, con lo cual me está calumniando. Es la táctica habitual de los francotiradores del misterio que no tienen empacho en soltar cualquier mentira para salvar su negocio, generalmente a sabiendas que al causar más compasión que enojo, uno no suele entablar querellas contra ellos.

Desde hace tiempo Mundo parapsicológico tiene el delirio paranoicómico de que toda persona que escribe críticamente en los comentarios de su Web son "Mauricio Jose Schwartz", ya que no han podido digerir que mi nombre lleva un guión y una tilde, pero no una "t": Mauricio-José Schwarz, o "enviadas por mí" (cuando ni mi perro me hace mucho caso). Ahora no quería yo argumentar contra la empresa, sólo pedí atentamente la retirada de esa foto, precisamente por el profundo cambio que sufrió en cuanto a su significado al identificarse la víctima. Dejaba súbitamente de ser lo que fue durante más de veinte años: una malhabida foto forense de un desconocido con la que se las daban de "investigadores" unas docenas de cabezas huecas que a duras penas leyeron la pieza amarillista original de Íker Jiménez y pasaba a ser, para algunas personas, su ser querido, la persona que durante veinte años esperaron que apareciera vivo, en una actitud muy humana y bien conocida en el caso de personas desaparecidas cuyas familias así se dan fuerzas para seguir adelante. Para ellos, que nada tienen que ver con el mundo del negocio paranormal, apenas ha comenzado el duelo, no hace veinte años. Esto no le entra en la cabeza a Pablo Moreira ni a ninguno de sus colaboradores. Es lamentable.

En todo caso, que sepa Mundo parapsicológico (con lo bien que hubieran quedado si dicen "Huy, perdón" y quitan la foto) es que José Ignacio Ortega Vasalo sí existe, sí es hermano de Oscar Ortega y sí es parte de la corresponsalía de EFE en Moscú, cosa que me han confirmado compañeros periodistas que lo conocen y se han puesto en contacto con él telefónicamente, no la telefonista de EFE. Bastaba buscar en Google, pues, donde se pueden encontrar literalmente cientos de notas de EFE firmadas "Ignacio Ortega", casi todas en Moscú, como ésta, ésta, ésta, ésta, ésta y ésta.

Esta "hazaña periodística" de un simple barrendero sin título como soy yo no está al alcance, por lo visto, de los superhimbestigadores profesionales del misterio, grandes amigos y mejores "eggspertos" de la penuria moral, que de nuevo comenten un lamentable error por no querer ocuparse de la ética y la mínima decencia humana.