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febrero 19, 2011

La cura del cáncer

Células de leucemia linfoblástica
aguda.

Imagen de Wikimedia Commons
Existe, contra todo lo que nos dicen los medios de comunicación y la sabiduría popular, una forma fiable de curar el cáncer.

Se llama "medicina".

O, para diferenciarla de otras prácticas supersticiosas, mágicas, precientíficas y voluntaristas que han secuestrado la palabra "medicina" usándola para denotar todo tipo de prácticas inútiles, la "medicina basada en evidencias", o MBE.

Ciertamente, los vendedores de pócimas mágicas y bálsamos de Fierabrás aseguran, afirman, prometen, declaran y aseveran que pueden curar el cáncer. ¿Cómo? Lo ofrecen todo, desde supuestas terapias extravagantes y descabelladas hasta espárragos, meditación, rezos a personajes del más allá, píldoras sometidas a rituales homeopáticos o incluso el consumo de potabilizadores industriales de altísimo grado de toxicidad, como ya comentamos aquí.

Y estos vendedores de bálsamo de Fierabrás siempre están dispuestos a decir que ellos han curado a muchas personas con cáncer. El problema es que no se ocupan de demostrarlo. Es decir, ninguna de esas personas está dispuesta a presentarse con sus estudios médicos, sus diagnósticos, sus biopsias y su cuerpo libre de tumores para certificar que efectivamente fue curada y que no se sometió a tratamientos médicos, sino que toda la responsabilidad es atribuible al ceremonial de una u otra supuesta terapia.

No hay casos certificablemente demostrados de curación de cáncer por ninguno de los métodos que promueven revistas cuestionables y negociantes ya no de la salud, sino del miedo.

Estamos curando el cáncer (de verdad) es una entrada de lectura imprescindible del blog Tall&Cute, cuyo autor obtuvo su doctorado en el Departamento de Bioquímica-Unidad de Biofísica de la Universidad del País Vasco y actualmente trabajo en la División de Embriología Molecular del German Cancer Research Center (DKFZ). En él explica cómo, en los últimos años, de manera demostrable, la investigación científica ha ido conquistando triunfos y ampliando la cantidad y calidad de vida de los pacientes de cáncer. Léalo, es revelador.

Por cada personaje famoso que ha dejado la vida en manos de charlatanes que les esquilmaron vilmente mientras fingían curarles el cáncer, como Steve McQueen, Andy Kauffman, tenemos cada vez más personas que sabemos que vencieron un cáncer con el conocimiento de la investigación científica real, como Michael Douglas, Luz Casal, Lance Armstrong, Robert De Niro o Kylie Minogue.

Y, claro, los niños. El cáncer es una enfermedad de la edad avanzada, y si hoy hay más cáncer es también, al menos en parte, porque vivimos más que nunca. Pero siempre hay casos en gente joven, y son los más dolorosos.

Mire esta gráfica, del grupo alemán "Superar el cáncer con investigación". Nos dice cómo ha mejorado la supervivencia de los niños y adolescentes diagnosticados con cáncer y tratados con medicina basada en evidencias.
(Haga clic en la gráfica para verla a tamaño grande. Original aquí)
La medicina, la de verdad, basada en evidencias, cura el cáncer. O más bien, cura las distintas formas de cáncer que las pseudomedicinas consideran una sola enfermedad, porque no hay acupunturista, homeópata o meditador que diferencie (ni en diagnóstico ni en tratamiento) las distintas enfermedades que aparecen en esta gráfica, sarcoma (cáncer del tejido conjuntivo) y sus distintas formas, linfoma (cáncer en el sistema linfático, que también tiene muchas formas), leucemia (cáncer de sangre) y otros muchos cánceres con causas, inicios, desarrollos, daños y terapias distintas.

La lógica nos dice, ante un gráfico así que no puede mostrarnos ninguna medicina basada en fantasías, que lo que debemos hacer no es invertir en ayurveda, homeopatía, acupuntura, reiki o brujos glorificados que gustan de jugar a ser médicos sin estudiar, sino que nuestra sociedad obtendrá sin duda más beneficios fortaleciendo la investigación biomédica seria.

Mire la línea inferior, la azul clara. Las historias de niños leucémicos eran esenciales en el sensacionalismo de los años 50 y 60, en las historias lacrimógenas del Reader's Digest y en las películas para sábado en la tarde. Un diagnóstico de leucemia era una sentencia de muerte en menos de cinco años, con el consecuente sufrimiento de la familia ante algo tan antinatural (eso sí) como unos padres enterrando a sus hijos. Y no había "medicina alternativa", "emergente", "complementaria", "natural" ni "tradicional" que pudiera impedirlo

Mire la línea azul. Entre 1960 y la actualidad, gracias a la investigación, el 60% de los niños diagnosticados con leucemia sobreviven muchos años, y muchos se curan.

Piense en la diferencia: de 10 a 4 ataúdes blancos por cada 10 niños diagnosticados. Sí, 4 niños de cada diez sigue siendo demasiado, duele, indigna. ¿Qué hacer?

Invertir en investigación para entender, conocer y tratar la leucemia puede empujar esa línea azul hasta cerca del 100%, donde está hoy el linfoma de Hodgkin.

Curamos el cáncer en muchos casos con investigación científica de verdad. Con más investigación, curaremos más. Que se sepa.