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septiembre 13, 2015

Naukas 2015, las réplicas sísmicas


Terminó la maratón referenciada en la anterior entrada de este denostado blog.

Como parte de ella, ésta fue mi charla "Contra la rebeldía", como todos los años grabada y difundida gracias el esfuerzo de EITB:



Por supuesto, valen la pena todas las charlas, entrevistas y shows sobre los más disímbolos aspectos del conocimiento, anuncios de programas de televisión por venir como la segunda temporada de Órbita Laika o la campaña lanzada por el Planetario de Pamplona para que una de las nuevas estrellas con exoplanetas sea llamada Estrella Cervantes y sus planetas se bauticen como los inmortales personajes del novelista.

No quiero privilegiar a nadie, respeto, admiro y aprecio en lo personal a todos los compañeros de Naukas, pero quizá al lector le sirva como tentación especial la forma en que puede entender mejor el arte si conoce los materiales químicos y procedimientos con los que se crea una obra de arte, como lo ha mostrado por segundo año Deborah García Bello, química y amante del arte autora del blog Dimetilsulfuro... o la explicación de Sergio Pérez Acebrón, investigador del cáncer, sobre la necesidad -todavía- de usar animales en la investigación... la sólida visión de la psicología y la enfermedad mental de Eparquio Delgado... la defensa de la biotecnología en medicina del polémico JM Mulet... sexo en el espacio, nutrición basada en evidencias científicas, novedades en la física, conceptos matemáticos como no se los habían explicado nunca, simbiontes, física... en fin, el trabajo de todos los blogueros que conforman Naukas.

Todos los vídeos los puede ver aquí. Diez minutos por tema, divulgadores apasionados y convencidos cada vez más experimentados para contarle por qué el universo es como es no sólo a los adultos, sino fascinando a los niños en la sección Naukas Kids que sigue siendo una de las que más aumenta en asistentes año con año.

J.M. Mulet, Mauricio-José Schwarz y Eparquio Delgado
Y sí, también Naukas es oportunidad (para público y ponentes) de conocer y compartir ideas, charla, risas y hasta datos con los demás naukers, más allá del contacto por correo y redes sociales que tenemos todo el año. Que es también asunto social (insisto, en el que se incluye el público, aquí no hay distinciones al respecto) y eso ha contribuido a que el número de ponentes y asistentes crezca de modo impresionante durante los 5 años que se ha realizado Naukas, compartiendo una misma aventura de saber, y de disfrutar de saber más.

Como parte de la maratón, curiosamente, Enrique F. Borja, "Cuentos cuánticos" decidió usar como metáfora de la mecánica cuántica a una variable llamada "maguficidad" o "cualidad de magufo" (palabra censurada en la Wikipedia por los señores que censuran Wikipedia, ya sabe uste), donde el terrible Luis Alfonso Gámez, autor de Magonia, era la maguficidad cero (no se puede ser menos magufo) y el gran empresario del embuste y el trile periodístico Íker JiménezElizari representaba la maguficidad uno (es decir, que no se puede ser más magufo). Si éstos fueran dos estados de un suceso, para que colapsaran cuánticamente y obtuviéramos un resultado, deben ser medidos u observados, y la máquina de medición resultó ser un servidor...



... en una foto de su época de melena libre e irreverencia gráfica, mirando por una bola de cristal, lo que me valió la acusación de ser miembro de los illuminati, ya sabe usted el nivel de los lamesuelas con los que trata uno en el mundo de lo paranormal más anormal. Pero eso sí, sepa usted que la explicación está mucho mejor dada en la charla de Enrique, que finalmente es el que sabe de cuántica.

A estas alturas ya sabe usted, seguramente, que perderse Naukas 16 será un grave error. Prepárese para estar en Bilbao dentro de un año.

octubre 27, 2013

Seguimos: censurado un artículo sobre transgénicos y sociedad

Celebraba yo hace un par de días con un "sí se puede" en Twitter la publicación del artículo "Ecologismo y transgénicos, una propuesta desde la izquierda" firmado por Juan Segovia, en la página de Mundo Obrero, publicación del Partido Comunista de España, un integrante de Izquierda Unida. 
La celebración se debía a que, como hombre de izquierda que siempre he sido, he lamentado incansablemente que ciertos grupos, partidos y personas de la izquierda se hayan aliado a una serie de posiciones reaccionarias, anticientíficas, irracionales, conservadoras y preternaturalistas que se fingen progresistas:  la antimedicina, los movimientos antivacunas, el posmodernismo relativista, el idealismo, diversos espiritualismos, el new age en su conjunto y, sobre todo, el pseudoecologismo misantrópico anticientífico (y especialmente la posición antitransgénicos que se opone a una tecnología aduciendo que la usan unas empresas que juzga malvadas, y pretende su prohibición antes que su apropiación por parte de los agricultores, los investigadores independientes, las universidades y las instituciones estatales y cooperativas que más se podrían beneficiar de esta tecnología si se le usa con visión social). 
No me identifico con el PCE ni con IU por motivos que no vienen al caso, pero los considero compañeros en la lucha por un mundo más justo, más libre, más igualitario y más fraternal, y he apoyado en su momento la lucha de militantes de IU por conseguir que su organización rechace las pseudociencias, así como espero que otros partidos progresistas lo hagan más temprano que tarde. 
Mi celebración, y la de muchos otros, se ha ido al pozo al descubrirse que hoy el artículo de Juan Segovia ha desaparecido de Mundo Obrero, según relata Eparquio Delgado, promotor de la resolución sobre pseudociencias de IU. No sé quién ni por qué ha decidido impedir que otras personas lean las consideraciones de Juan, pero como en otros casos (por ejemplo, la censura sufrida por este mismo blog hace unos días por parte de Banca Triodos), la libertad de información, expresión y opinión me parece el principio esencial desde el que se construye el pensamiento de avanzada. Sin estar de acuerdo con todas las posiciones de Juan, pues, pero sí con muchas, me toca ahora hacer en este blog un reflejo de su artículo, para que usted lo pueda leer, considerar, comentar y reflexionar sobre él libremente. El artículo se puede leer también en el blog de Eparquio y en la caché de Google aquí.
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Ecologismo y transgénicos: una propuesta desde la izquierda

La actual agricultura ecológica no es hoy en día una alternativa, sino una parte más del modelo capitalista de explotación agrario que tiene como público a las clases más pudientes de dicho sistema.

Por Juan Segovia. Militante del PCA e IU-Andalucía, miembro del grupo promotor del Área de Ciencia en IU.

Enlaces relacionados: La ciencia no es el problema

Parece haber una guerra abierta del movimiento ecologista en general y de los partidarios de la “agricultura ecológica” en particular contra una tecnología conocida como ingeniería genética, y más concretamente contra los organismos genéticamente modificados, los famosos transgénicos. Los enemigos de esta tecnología sostienen que dichos organismos son potencialmente peligrosos para el medio ambiente y el consumo humano y que su producción lleva al agricultor a perder control sobre sus productos en favor de multinacionales como Monsanto.

En cambio los defensores de los organismos genéticamente modificados (entre los que me encuentro) sostenemos que no hay estudios que demuestren la supuesta peligrosidad de estos organismos (lo que no quita que pueda haber algún estudio concreto de algún organismo concreto, en situaciones experimentales muy concretas). A esta falta de pruebas sobre la peligrosidad se suman las numerosas pruebas en sentido contrario, como la que apuntan que estos organismos pueden contribuir a mejorar el medio ambiente, ya sea gracias a la capacidad de algunos para resistir a las plagas (lo que conlleva un menor uso de pesticidas), la menor necesidad de agua para su producción en otros casos y un largo etcétera de mejoras que hacen que los cultivos sean más resistentes y productivos. A estas ventajas medioambientales se suman también otras para la salud humana. Un buen ejemplo de ello es el arroz dorado, que de ser producido en grandes cantidades podría evitar más de un millón de casos de ceguera al año por déficit de beta-carotenos en Asia, o el trigo sin gluten que recientemente se ha desarrollado en la Universidad de Córdoba.

En cuanto al tema de la dependencia tecnológica de multinacionales, debemos recordar que la agricultura mundial ya dependía de estas mismas multinacionales antes de que existieran los transgénicos y por lo tanto estos no pueden ser nunca la causa de esta dependencia. No se trata de estar en contra de esta tecnología como forma de oponerse a las multinacionales, de la misma forma que nuestra lucha contra los abusos de Microsoft o Apple no nos llevan a estar en contra de la informática sino a apostar por el software libre y gratuito. De la misma forma, en agricultura deberíamos apostar por algo parecido, un sistema público de desarrollo de esta tecnología que permita al agricultor acceder a la misma libremente, reduciendo o eliminando la actual dependencia con las multinacionales. Un camino que ya han iniciado muchos países, como Cuba, donde el estado financia la investigación sobre semillas transgénicas que posteriormente llegarán a los agricultores a precio de semillas corrientes. Gracias a esta tecnología, Cuba ha comenzado a cultivar un maíz resistente a la principal plaga de la isla, reduciendo su dependencia del maíz de importación y por lo tanto mejorando su soberanía alimentaria.

Sin embargo, el análisis básico de los ecologistas sobre el modelo agrícola actual es sustancialmente correcto: El sistema de explotación capitalista de la agricultura es un modelo insostenible desde el punto de vista medioambiental que está generando numerosos problemas como la erosión y pérdida del suelo, la contaminación de ríos y acuíferos por culpa de los abonos nitrogenados inorgánicos y de pesticidas, pasando por la desecación de esos mismos acuíferos, la generación de residuos sólidos, la deforestación de grandes zonas de selva tropical para obtener tierras de labor, etc. A todo esto debemos sumar que el actual modelo agrícola es socialmente injusto por que dificulta la supervivencia a los pequeños agricultores y favorece que a las multinacionales acaparar cada vez mayor parte del pastel; haciendo que los pueblos sean cada vez más dependientes de estas compañías y convirtiendo la alimentación en un producto para especular en lugar de un Derecho Humano con el criminal resultado de que millones de personas mueran de hambre. no por la falta de producción de alimentos sino a causa de esa especulación que tan vilmente enriquece a unos pocos.

Frente a este modelo, la respuesta ha sido la agricultura mal llamada ecológica u orgánica, cuyos heterodoxos planteamientos pueden ir desde posturas más o menos basadas en propuestas racionales que se apoyan en investigaciones científicas serias hasta en las ideas metafísicos de ciertos grupos, amantes de concepciones esotéricas sobre “lo natural” que defienden la vuelta a un supuesto pasado idílico en el que vivíamos en “armonía con la naturaleza”. Si bien de los planteamientos de estos últimos poco se puede sacar de utilidad, lo cierto es que gracias a los primeros tenemos conceptos tan valiosos como el de lucha integrada contra las plagas, la combinación de cultivos para aumentar la resistencia frente a enfermedades, el compostaje, la protección del suelo mediante setos y/o técnicas de laboreo adecuadas y otras propuestas que suponen una valiosa contribución a un futuro modelo de agricultura sostenible que garantice el derecho de la humanidad a una alimentación sana y de calidad. Muchos de los defensores de la tecnología transgénica califican a la agricultura ecológica de anticientífica y a sus partidarios de tecnófobos radicales que rechazan irracionalmente el avance tecnológico. Postura esta última irracional, absurda e insostenible, ya que si bien es cierto que dentro de este movimiento hay mucho new age pasado de peyote; lo cierto es que, como reza el dicho, no todo el monte es orégano y agricultores ecológicos hay de muy diverso pelaje: desde luditas radicales a simples agricultores convencionales que ven una oportunidad de conseguir con la moda de "lo orgánico" mejores mercados y un precio más justo por su producto. No obstante, la mayoría de ellos comparten una preocupación genuina por el medio ambiente y la búsqueda de un modelo agrícola alternativo que sea medioambientalmente sostenible y que garantice la soberanía alimentaria de los pueblos. Algo con lo que desde un planteamiento de izquierdas difícilmente puede estarse en contra.

Desgraciadamente, hoy en día estas técnicas por si solas no pueden competir ni de lejos en producción con las de la agricultura tradicional. El producto ecológico es un producto caro que sólo tiene futuro gracias a un sector de la población que posee dos características muy específicas: un poder adquisitivo suficiente para poder hacer frente al sobreprecio que supone esta forma de explotación y la creencia de que estos productos son mejores para su salud personal o que dicho producto tiene ciertas cualidades organolépticas superiores (el consabido tomate “que sabe a tomate de los de antes”) que le lleva a pagar ese sobreprecio. Así, lo que en principio pretende ser una respuesta contra la agricultura capitalista, acaba siendo integrado en este sistema como (ironías de la vida) un producto de lujo. A esto ha contribuido enormemente el hecho de que para considerar a un producto como “ecológico” no tiene que probar que es ambientalmente sostenible, sino solamente que en su producción no se han utilizado productos químicos de síntesis. Es decir, que unos kiwis producidos en Nueva Zelanda sin productos químicos de síntesis y transportados a Europa por avión obtendrían su sello de orgánicos pese a que la huella ecológica debida a ese transporte por avión sea posiblemente muy superior a la de cualquier producto cultivado en las cercanías del lugar de consumo, sea o no orgánico. De la misma forma, será considerado ecológico un producto abonado con abonos orgánicos, aunque estos sean utilizados excesivamente y contaminen (que también pueden) un cauce de agua próximo.

Debemos entender que la actual agricultura ecológica no es hoy en día una alternativa, sino una parte más del modelo capitalista de explotación agrario, que con el marketing de la defensa de "lo natural" tiene como público objetivo a las clases más pudientes de dicho sistema. Plantear una batalla agricultura ecológica contra convencional carece de sentido pues ambas se encuentran integradas en el modelo de mercado capitalista, cada una dirigida a grupos de consumidores diferentes, uno más generalizado y el otro más especializado y pudiente. Frente a esto debemos plantearnos un modelo de producción agraria diferente que sea realmente sostenible para el planeta, que permita garantizar la soberanía alimentaria de los pueblos y una buena calidad de vida al agricultor, y que al mismo tiempo proporcione alimentos de calidad a un coste asequible para cualquier persona. Un modelo así requiere tener en cuenta una gran cantidad de factores, desde los sociales y económicos relacionadas con los medios de producción y la propiedad de la tierra hasta los relacionados con los métodos de producción, como las técnicas de cultivo para emplear o la selección de plantas adecuadas. En este modelo sostenible los transgénicos son una herramienta agrícola más que contribuyen con semillas más resistentes tanto a enfermedades y plagas como a sequías o heladas. Desde esta perspectiva basada en el concepto de producción integrada sostenible, la soberanía alimentaria de los pueblos y la consideración del derecho a comer como un derecho humano fundamental que debe ser garantizado por los poderes públicos mundiales, los cultivos transgénicos son perfectamente compatibles con los planteamientos ecologistas, pudiendo convertirse en una tecnología extremadamente valiosa en la consecución de esos objetivos.

junio 06, 2013

Scooby-Doo en el pensamiento de hoy


El pasado 31 de mayo fui invitado a Santiago de Compostela a dar un par de charlas, "¿Cómo lo sabe?", la charla que frecuentemente doy en institutos y bachilleratos, para los chicos de 1º de la ESO en el Instituto Lamas de Abade, y una para la reunión "Escépticos en el Pub Compostela" a la que le pusimos por título "Scooby-Doo en el pensamiento de hoy: Racionalidad y vida cotidiana".

Éste es el audio de la charla con las diapositivas con los que se ilustró.


Gracias a todos en Santiago de Compostela por su hospitalidad, buena charla, buena comida y buena compañía.

marzo 02, 2013

Haz dos listas...

Seguimos con los minicarteles.

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La fotografía es de Dominio Público y fue obtenida en Wikimedia Commons. Como todos los minicarteles que hacemos, es de libre distribución.