mayo 09, 2013

"Perfectamente alineado"

Una de las frases más manidas del mundo del "misterio" es la que expresa un asombro desbordante ante el hecho de que una edificación determinada esté alineada con la posición del sol o alguna estrella o grupo estelar en un momento determinado del año.

De hecho, nunca está "alineada", sino que está  "perfectamente alineada".

Ejemplos:
Que podríamos decir de los egipcios y sus famosas pirámides alineadas perfectamente con las estrellas. Con la tecnología de hoy en día no se podría construir una igual (Arqueología prohibida)
... las caras están perfectamente alineadas con los cuatro puntos cardinales (El misterio de la construcción de las pirámides de Egipto)
(la pirámide Maya de Kukulcan) esta perfectamente alineada con los puntos cardinales. (La historia no convencional)
Stonehenge es un monumento formado por rocas, situados de manera circular y que estaba perfectamente alineado con el sol (Stonehenge da la bienvenida al verano)
... el gigantesco colibrí representado con las alas desplegadas y realizado con un única línea ininterrumpida, cuyo pico se une a una línea perpendicular perfectamente alineada... (El gran misterio de Nazca, Perú)
Y así hasta el infinito y más allá, que diría Buzz Lightyear.

Pero, ¿realmente es tan difícil alinear algo con la posición de las estrellas o del sol, como para que a uno le cuelgue una baba de metro veinte y declare que los antiguos hacían algo tan difícil que probablemente los ayudaron los extraterrestres o una civilización avanzadísima como la Atlántida, Lemuria o la aldea de los Pitufos?

En realidad nadie sabe cómo lo hacían, pero existe una tecnología conocida que bien pudieron utilizar para conseguirlo. Y sin extraterrestres ni atlantes.

Básicamente consiste en clavar dos palos en el suelo.

Digamos que después de algunos años de observar el cielo (cosa que conviene para conocer las estaciones y cuándo cazar, pescar, plantar, cosechar y tal), usted se da cuenta de que cada año en un día determinado, digamos el solsticio de verano, el sol parece salir exactamente por el mismo punto del horizonte. Espera pacientemente al día del solsticio y está listo con un amigo y dos palos. Cuando empieza a salir el sol, clava un palo en la tierra entre usted y el sol. Luego le indica a su amigo dónde clavar el segundo palo de modo que esté exactamente entre el primer palo y el sol... es decir, sí, sus dos palos estarán... "perfectamente alineados" con el sol.

Ya puede dejar en paz al sol. prolongando la línea que se puede tirar entre los dos palos (recuerde que la línea se define como la distancia más corta entre dos puntos, y se puede extender al infinito a partir de esos dos puntos), puede pintar una raya en el suelo que estará "perfectamente alineada" con el sol el día del solsticio de verano. Usando esa raya puede construir lo que quiera, un templo, una pirámide, un observatorio o un altar. Si se pone, puede construir Stonehenge, dejando paso entre las piedras donde está la raya.

Luego borra la raya y espera al solsticio de verano y el sol se verá entre las piedras, por ejemplo. Porque éstas estarán "perfectamente alineadas" con el sol.

Luego espera 4.300 años a otro solsticio de verano en el que llegue alguien que se crea "astroarqueólogo" o "investigador del misterio" o "periodista especializado en temas alternativos" o cualquier título pomposo que se haya conferido a sí mismo en la universidad de sus fantasías y que mire entre las piedras y vea el sol saliendo y diga: "Madre mía, esta edificación está perfectamente alineada con el sol y eso debe exigir una tecnología avanzadísima".

Y entonces se da cuenta de que el engreído sujeto que seguramente lleva un chaleco multibolsillos y escribe libros y sale en televisión diciendo cuanto se le ocurre no tiene cabeza suficiente ni para clavar dos palos en el suelo, y por lo tanto tal hazaña le parece de un nivel tecnológico tan elevado que ríase usted de Internet, el LHC y la Estación Espacial Internacional.