Vía Argentikaskeptics me entero del peculiar corolario a la aventura de burradas del Dr. James Watson, cuyo desbarre racista el pasado mes de octubre le salió especialmente caro. En resumen, que el Dr. Watson tiene un tatarabuelo negro o su equivalente genético.
Una de las compañías que realizan estudios del genoma a nivel individual, DeCode Genetics de Reykiavik, Islandia, estudió el genoma del Dr. Watson, que éste puso hace un tiempo en Internet, nada más atinado que analizar el genoma de uno de los codescubridores de la estructura del ADN, ¿no le parece? Pues lo hicieron y resulta que el Dr. James Dewey Watson tiene 16% de genes africanos. Para ubicar el significado de esto, calcúlese que en promedio la población europea tiene 1% de genes africanos (esto por suerte está cambiando).
O sea, según las leyes de más de un país racista o esclavista, James D. Watson sería considerado negro pese al color de su piel y sus ojos claros. O, cuando mucho, "blanco honorario".
¿Demuestra esto que los blancos, entonces, son menos inteligentes que los negros? ¿O al revés? ¿Qué demuestra esta interesante ironía que pone una sonrisa en el rostro de todo enemigo del odio y la discriminación racial? Pues no demuestra nada sobre ninguna inteligencia, sólo demuestra que las ideas que tenemos de quién "es" blanco, negro, judío, indígena, etc., todos nuestros constructos raciales que siempre devienen racismo, son una tontería que nada tiene que ver con los hechos reales, y que en cuanto a "razas humanas", eso de "nosotros" y "los otros" es absurdo: hay una raza humana con diversidad étnica, pero sólo una. Esperemos que esto lo entiendan algunos racistas, incluidos los miserables promotores de los genocidios y los paternalistas bienintencionados.
Falta ver qué dice del asunto James Watson, que en los tres días transcurridos desde la publicación de los resultados de su análisis ha guardado un silencio que a mí me gusta pensar que tiene algo de remordimiento y su algo de contrición.