Este seudoecologismo tiene como base principal la creencia newagera de que el ser humano es malo y pecador (esto proviene, muy plausiblemente, de la culpabilidad originaria judeocristiana), y que su presencia y accionar son dañinos para un bien superior, supremo y sagrado, representado por la diosa Gea, a la que los newageros (se pronuncia "niueicheros") sacaron de la antigua Grecia para revivirla: la Madre Tierra, que consideran que es un "ser viviente" y que nosotros "parasitamos" (y ejerce "venganza" con terremotos y huracanes y ondas así, un pensamiento decididamente paleolítico).
Lo mejor que podría hacer el hombre, en este esquema, es suicidarse masivamente, y así se conservaría la pureza sagrada de Gaia, otra trasliteración del griego que les suena mejor. Si no podemos autoinmolarnos, debemos retomar "sabidurías milenarias" seleccionadas cuidadosamente para "minimizar" el horrible daño que le hacemos a Gaia: volvernos vegetarianos o, mejor, veganos crudistas (sólo comer vegetales crudos, nada de cosas como la miel, que "esclaviza" a las abejas para que las explotemos malvadamente, ya no digamos queso mozarella o costillitas de cerdo), no interferir con "la naturaleza" y vivir en lo que ellos creen que es "armonía con la naturaleza". Esto implica no usar electricidad, no aceptar la medicina basada en evidencias, acudir al curanderismo supersticioso y tener un póster con la carta del Jefe Seattle de las tribus Suquamish and Duwamish (benditamente ignorantes de que no es genuina, sino que la escribió el guionista Ted Perry en el invierno de 1970-71 para un programa de televisión de la Conferencia Bautista de Estados Unidos).
Un sector de este seudoecologismo religioso reclama para los animales derechos similares a los de los seres humanos. Quizá sería interessnte debatir sus ideas, de no ser porque están menos que dispuestos al diálogo, les va más el insulto, la agresión y la ofensa. Estas personas no están protestando contra guerreristas aznarianos, torturadores del Congo, hambreadores de niños en Darfur ni neonazis berlusconianos catalogando gitanos, ni contra los que escamotean el dinero para la vacuna de la malaria, ni contra el Vaticano y su participación en la promoción de la pandemia de SIDA en África, no... gritan contra ciudadanos que no hacen nada ilegal, pero cometen el "delito" de no pensar como deben y se vuelven así piezas de caza legales para la denigración a ojos de este colectivo:
El pasado 16 de agosto, esta organización que se hace llamar "ANADEL, Asociación Nacional Animales con Derechos y Libertad" realizó una manifestación antitaurina en Gijón. Argumentos buenos hay, muchos, contra las corridas de toros, pero ello no significa, pensaría uno, que Lorca, Picasso, Goya y Hemingway sean subhumanos que no merecen ningún respeto, cornudos asesinos hijos de puta, simplemente porque gustaban de esta atávica celebración y se inspiraron en ella para sus creaciones artísticas. Por no hablar de otros creadores, de Agustín Lara a Sabina, y de muchas personas que podrían estar equivocadas, pero que es de dudarse que sean todo lo malos que nos "informan". Estuve presente en buena parte de su exhibición de odio, a la que dedicaron unas dos horas, les tomé las fotos que aparecen aquí, ilustrando su talante y algunas contradicciones interesantes y les envié la siguiente carta, deseoso de entender su posición o, al menos, darles la oportunidad de presentar su punto de vista, a diferencia de lo que ellos hacen criminalizando a todos los que osan pensar distinto, y con esas caritas de "vamos a quemar herejes" que tanto miedo deben causarnos.
Comprobé que ANADEL recibió mi carta. Optaron por no responderla. Yo diría que se entiende mejor si la lee mientras recorre la página Web de la asociación en cuestión. La pregunta es por qué no quisieron responderla, pero mucho me temo que si les escribo preguntándoles tampoco recibiré respuesta. Recordé, sí, que en otros momentos he visto a manifestantes antitaurinos celebrando cuando los toreros son corneados por los toros, y que nunca lo entendí pero me dio mucho miedo. En esta foto, como curiosidad, están marcados los zapatos, bolsos, cinturones y muñequeras de cuero llevados por los manifestantes, que me llamaron poderosamente la atención:
Evidentemente, el tema taurino es políticamente incorrecto, y por eso lo elegí, porque la corrección política también es una forma de superstición, y porque no hay nada, absolutamente nada que no deba analizarse por sus evidencias, argumentos y datos, del mismo modo en que no hay nada, ni siquiera la causa más noble del mundo que justifique la humillación pública de inocentes, sean trabajadores de una plaza de toros, músicos de la banda municipal, fotógrafos o aficionados, que a todos se les trató por igual en esta exhibición no exenta de fanatismo.
Mi carta dice:
Estimados señores,
El pasado 16 de agosto tuve la oportunidad de ver y escuchar a sus militantes manifestarse contra las personas que entraban a la plaza de toros de Gijón.
Algunas de las consignas que repetían una y otra vez me parecen merecedoras de ser clarificadas, ratificadas o explicadas antes de que publique la crónica referente a su actividad. Como periodista especializado en ciencia desde hace más de tres décadas, encontré sumamente estimulante su exhibición.
"¡Cornudo!" es una acusación que se escuchó varias veces dirigida a hombres que entraban a la plaza por la puerta principal (las demás puertas no estaban vigiladas por ningún otro grupo de Anadel). Dado que la expresión concitaba, soy testigo, gran regocijo y jaleos entre los participantes de la manifestación, mayoritariamente menores de edad, pregunto: ¿El trabajar en una plaza de toros, asistir a cubrir una corrida para un medio o ser aficionado a los toros lo convierte a uno en un hombre cuya mujer le es infiel? Si esto es así ¿cuál es el mecanismo al que le atribuyen esto? Si no es así, ¿qué objetivo se busca con un insulto burdo, evidentemente sexista y que al parecer no tiene relación alguna con sus ideales, explicados en su página Web?
"¡Asesino!" Esta acusación de ser autores de un delito de gravisimas proporciones, culpables de uno de los más terribles crímenes, se dirigió también hacia quienes entraban a la plaza, sin atención a los motivos que pudieran llevarlos allá. ¿No es cierto que ustedes carecen de pruebas de que cualquiera de las personas que entraron a la plaza ese día haya cometido un asesinato según lo define el Código Penal? Si es así, ¿no es exceso de hipérbole atribuírle la comisión de un asesinato a quien ni siquiera participa en el festejo más que como público (libre y legalmente, por otro lado)? Si ver la muerte de un toro es "ser un asesino", ¿cómo denominaría ANADEL a quien viola, atormenta y mata seres humanos? Seguramente es peor que quien va a los toros, ¿o no les parece así? Si para ustedes es igual, ¿podrían justificar la equivalencia desde el punto de vista moral, jurídico y social, por favor?
"El día de tu muerte, también iré a verte" fue otra consigna reiterada dirigida a las personas que entraban en la plaza. Independientemente de que sería de un extremo mal gusto presentarse en las horas agónicas de una persona para cubrirla de ofensas, y que evidentemente de nuevo se trata de una hipérbole para sentirse bien sin que realmente tenga fondo el grito, la consigna que en realidad basta que rime, pregunto:
¿moralmente equipararían ustedes a un animal con un ser humano? Evidentemente a los animales se les debe tratar de modo humanitario, sin crueldad, etc. Pero ello no implica que, digamos, en un incendio, sea _igualmente importante_ para una persona salvar a niños humanos que a un animal, es decir, que por motivos simplemente de pertenencia a una especie, para la mayoría de nosotros sería razonable salvar primero a los niños y luego a los animales, o primero a un hombre atrapado por un
derrumbe que a una mula atrapada con él. La duda entonces es, si para ustedes vale lo mismo un animal que una persona, cuál sería el criterio a seguir ante la duda de a quién salvar y a quién dejar morir.
Me llamó poderosamente la atención que varios de sus milicianos llevaran zapatos de cuero, cinturones de cuero, bolsos de piel, muñequeras de piel y otros artículos de vestimenta tomados de animales que, según veo en su Web, son considerados "abusos" contra los animales. Sin embargo, su Web no tiene la página sobre "vestimenta" que quizás me hubiera aclarado el tema. ¿Los miembros de su colectivo son "cornudos", "asesinos", "torturadores" e "hijos de puta" como se afirma son los asistentes a la plaza o no, y en caso negativo, por qué ellos no merecen los mismos epítetos si, según su página Web, parece no haber diferencia?
Dado que defienden el veganismo y el vegetarianismo, hay tres preguntas que se me presentan.
La primera está referida a esta manifestación en concreto y la segunda en términos más generales. La primera es si todas las personas que se manifestaron son vegetarianos o veganos, y en caso contrario, si el hecho de comer animales los convierte en "asesinos" y demás epítetos, por qué sí y por qué no.
La segunda es más relevante porque va al meollo del problema de la alimentación mundial. Muchos animales que comemos pueden digerir una gran cantidad de plantas que nuestro aparato digestivo no puede aprovechar debidamente (la hierba, por ejemplo, los tallos de maíz y trigo, etc.) Si ustedes alcanzaran el poder y decretaran el vegetarianismo so pena de cárcel a los asesinos esclavizadores (no vegetarianos)... ¿cuál sería su plan alimentario para garantizar una ingesta adecuada de nutrientes para la humanidad? Hoy en día los expertos mundiales siguen relacionando el consumo de proteínas de alta calidad (origen animal) con los demás indicadores del bienestar social, y afirman que el mayor consumo de proteínas animales en el tercer mundo sería un elemento clave para mejorar desde el rendimiento escolar hasta la incidencia de muchas enfermedades y en general apoyar el acceso a mejores niveles de vida (véase por ejemplo este estudio sobre la necesidad de proteína animal en Kenya:
http://jn.nutrition.org/cgi/content/full/133/11/3936S). ¿Por qué es falso esto o, de ser cierto, por qué no debe importarnos y debemos promover el fin del consumo de proteínas animales?
La tercera es que si se iguala el racismo a un supuesto "especismo", ¿no es posible también hablar de "animalismo", una discriminación de derechas que discrimina a muchos seres vivos sólo por ser plantas y los condena a ser alimento sólo por ser plantas? En lo personal, me parecería que el racismo es negar a un igual por un asunto simplemente de aspecto, y ese igual se define genéticamente. Hoy sabemos que la variación de aspecto de lo que se llamaba "razas" no implica una diferencia ni en inteligencia, ni en genética ni en capacidades de ningún tipo entre personas de distintos aspectos. Pero si aplicamos el mismo criterio de capacidades intelectuales, similaridad genética y capacidad cultural a una oveja, no creo que se parezca tanto a una persona como se parecen dos personas de aspectos distintos. ¿Tienen estudios que demuestren que otros animales son intelectual, cultural y genéticamente iguales a los seres humanos o simplemente lo asumen por una creencia moral o religiosa?
Finalmente, me llamó mucho la atención la descripción de una corrida de toros que presentan en su Web, y me gustaría saber de dónde la obtuvieron, quién la escribió y en qué se basa para presentar tales hechos aterradores al público.
Siento mucho tener el tiempo limitado, tengo previsto publicar el miércoles en la noche y me gustaría mucho tener su participación antes de hacerlo, para darles posibilidad de presentar su punto de vista y evitar que sólo se presente un punto de vista. Sí les pido que, si citan datos, sean tan amables de darme su fuente, es decir, nombre de quien los da, institución o universidad, fecha y medio de publicación o al menos la URL donde se encuentren, para no sugerir que "muchos científicos dicen" o "algunos exmatadores afirman", que no son afirmaciones debidamente sustentadas ni merecedoras de ninguna consideración.
Cordialmente,
Mauricio-José Schwarz
Por último aclaro que mi posición personal en todo este debate prácticamente no la he expresado aún, sólo mis dudas por la posición y acciones que vi de un colectivo que es, de una parte, público, y de otra parte anónimo porque nadie allí pone su nombre para responsabilizarse de sus actos y palabras. Y porque mi posición personal es lo de menos aquí, salvo para puntualizar que si en un desastre estos personajes consideran que hay que salvar a un gatito antes que a un niño, los hallo moralmente desautorizados para cualquier relación humana honesta. Opinión mía, claro.