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El fundamentalismo religioso continúa su avance indetenible, erosionando las libertades, negando la ciencia y proclamando como única verdad aceptable la de su libro sagrado.
¿Dónde? En los Estados Unidos.
Según información del New York Times y de La Jornada, el embate religioso ha acelerado su lucha contra la ciencia, sobre todo en el campo de batalla más delicado: el del aula escolar.
Un nuevo proyecto educativo en el estado de Georgia pretende que se omita por completo cualquier mención a la palabra "evolución" y niega que se pueda hablar de una "larga" historia de la Tierra, ya que según los fundamentalistas nuestro planeta tiene apenas unos miles de años desde su creación, y no ha habido evolución alguna entre los seres vivos.
La superintendente escolar de Georgia, Kathy Cox, promueve la idea de que se enseñen las distintas teorías sobre el origen de la vida, lo que en resumen significa que las supersticiones bíblicas recibirían en el salón de clases el mismo tratamiento que los estudios de la geología, la biología, la paleontología y la paleoantropología.
¿Por qué? Porque Kathy Cox está aliada con los padres de familia cristianos que consideran herético que se les enseñe a sus hijos algo que contradiga a la Biblia.
Tal idea distorsionada de la educación ya se ha impuesto en otros lugares de los Estados Unidos, como el condado de Cobb al norte de Atlanta, donde ya se enseña a los alumnos "creacionismo" junto con la ciencia. Y otros, como el estado de Alabama, obligan a los editores de libros de texto a señalar que la evolución es una teoría "controvertida".
Mientras tanto, el Servicio de Parques de los Estados Unidos ha dejado de explicar que el Cañón del Colorado fue resultado de la fuerza de la erosión del río Colorado durante 6 millones de años y ha publicado un folleto que afirma que cañón surgió hace 6 mil años y se formó en unos cuantos días a consecuencia del diluvio del que habla la Biblia en el Génesis
Es evidente que los jóvenes científicos estadounidenses del futuro estarán asombrosamente mal preparados, lo cual es grave.
Más grave aún es pensar en los líderes políticos, financieros y de opinión que en el futuro tendrán poder de decision en todo el mundo: talibanes ignorantes, cavernarios, fanatizados y, ellos sí, con armas de destrucción masiva en cantidad suficiente para acabar con el planeta.