abril 12, 2005

20 millones de berrinches

Está el autor de este blog tranquilamente navegando por Internet el 2 de febrero a la 1:30 de la mañana cuando suena su teléfono móvil o celular.

No es raro que me llamen a esa hora, tengo clientes internacionales que no tienen muy claro el funcionamiento y significado de los husos horarios y a veces me llaman cuando en su oficina en Seúl son las 12 del día, sin percatarse de que en España son las 6 de la madrugada y uno está ocupadísimo babeando la almohada.

Era una llamada internacional, efectivamente. Pero quien llamaba no quería una traducción o una fotografía. Una voz indeterminada (parecía hombre, y como tal lo tratamos, pero podría haber sido una contralto) lee con dificultad mi nombre en un español trompicado y pregunta si hablo inglés. Le digo que sí. Entonces me dice en su peculiar variedad de inglés, que soy una persona mala y que seré castigado porque hablo mal de los quiroprácticos, que me voy a arrepentir, que digo mentiras terribles, que estoy en graves problemas, que tengo una demanda de 20 millones de euros en mi contra, que me va a destruir y otros delirios que huelen como a demasiadas horas sentado en un bar, y no precisamente bebiendo jugo de tomate. Pregunta si confirmo que soy el dueño de "chorlatansblagspot" o algo así y le digo que claro que sí y a mucha honra, a lo cual responde con más amenazas que se harán realidad si no quito de Internet este blog. Me asegura que tiene contratados abogados en todos los países del mundo (eso es clase, no dos letrados en Alicante), que es amigo personal del rey de España y de muchas personas importantes y que juntos todos me van a desgraciar si no borro El retorno de los charlatanes en el plazo perentorio de 24 horas. Agrega que debo vender todas mis fotos para pagar el megajuicio con estrambote que me profetiza, además de los 20 millones de euros y la propina, aunque por otro lado asegura que mis fotos son muy malas, de modo que no imagino cómo espera que les saque tanta plata.

Interesado ante tanta potencia y prepotencia, tantas capacidades jurídicas, tal ligereza en el juicio estético y tantos amigos en tan altos puestos, aunque un tanto escéptico de que el rey Don Juan Carlos tenga el tiempo y la disposición necesarios como para venir a ocuparse de perjudicarme, le pregunto quién es. Previsiblemente, se niega a decirme. Le cuelgo recomendándole que haga un paseo por tierras muy, muy lejanas.

Vuelve a llamar de inmediato. Repite su aria como si la tuviera escrita, adornándola con piropos como "motherfucker" y otras lindezas en inglés. Le digo que, si a esas vamos, veremos quién rejode a quién. Le llamo cobarde. Me cuelga.

Veo el número de teléfono y hago una búsqueda rápida en Internet. La llamada es de Italia. Milán, precisamente. Identifico el acento, gángster italiano de película gringa, pero sin la clase de Marlon Brando o Al Pacino, se entiende.

Hum, una de las agencias más importantes que representa mi fotografía tiene precisamente su sede en Milán. Y además allí viven varios conocidos del mundo editorial y de la televisión... pero todos hacen mejores bromas.

Hago lo lógico: llamo al teléfono en cuestión. Me contesta la misma voz, le pregunto si allí es, efectivamente, la industriosa ciudad de Milano. Sorprendidísimo, se lanza a arrojarme todo género de amenazas brutales, vociferando y perdiendo los estribos de manera sumamente cómica. En un momento en que hace una breve pausa para tomar aire, le informo que la conversación se ha grabado, que ha cometido un delito de amenazas del tamaño de la pirámide de Keops, que tengo la prueba y que su culo, básicamente, me pertenece desde ya. Me cuelga.

Hum... parece que el asustado es él, no yo.

Me llamó al móvil, y sé cómo lo obtuvo, no se necesita ser Sherlock Holmes para conseguirlo, es bastante público. Sabe tan poco de mí que cree que puede "arruinarme" (cuando en realidad siempre he estado arruinado, como la mayoría de los clasemedieros de esta humanidad giratoria, que diría López Velarde) y supone que 20 millones de euros me asustarán más que 2 millones o menos que 200 millones, cuando en realidad me dan igual porque en mi vida he visto tanto billete. Y lo que más le duele es la quiropráctica.

Amerita una pequeña investigación.

Los berrinches de los charlatanes


Cuando los ocultistas hacen sus afirmaciones descabelladas, absurdas, extravagantes y, con frecuencia, conscientemente mendaces, esperan un respeto absoluto. Por contra, cualquier crítica, duda, contraargumentación y razonabilísima cuanto justificada mofa, befa o pitorreo de las barbaridades que sueltan por esas boquitas, se ve respondida con una furia babeante que los pinta de cuerpo entero.

Están acostumbrados a inspirar miedo en sus seguidores: ellos (dicen) conocen los grandes misterios del universo, investigan los asuntos más profundos y disponen de conocimientos terribles y poderosísimos... lo que esperan es idolatría, admiración, entrega y aplausos de sus seguidores, cuando no entrepiernas y plata.

Cuando aquí señalamos las tonterías profundas del brujete Santi Molezún en el lamentable programa "El castillo de las mentes prodigiosas", el tipejo nos escribió una sarta de insultos sin medida acompañadas de una amenaza de la que reculó a la velocidad de la luz.

Cuando divulgamos la falsedad del CD autohipnótico de Pedro Amorós, su reacción no fue, claro, darnos los artículos en journals médicos que demuestran sus afirmaciones, sino amenazarme con una denuncia penal en un correíto mamerto el 10 de agosto del año pasado, misma que, por supuesto, no se ha presentado pasados 244 días al momento en que publico estas líneas.

Bruno Cardeñosa también amenazó con una superdemanda multinacional descabellada a los editores de Perspectivas. La demanda, por supuesto, no existió más que en la pataleta del Brunito.

Y, por supuesto, no debe olvidarse que Pedro Amorós y el Ayuntamiento de Bélmez de la Moraleda amenazaron al periodista Javier Cavanilles y al periódico El Mundo con otra denuncia que, adivine usted, tampoco presentaron.

Es decir, estos gozquecillos con más ladrido que mordida acuden a la amenaza de los tribunales (que ciertamente tienen cosas más importantes que hacer que atender las rabietas de unos orates) para inspirar temor y así callar a quienes los ponen en evidencia.

El espíritu censor e inquisitorial del fanático se nos muestra con sus mejores galas. Y máxime cuando esos mismos soplagaitas tienen el descaro y la desvergüenza de llamar "fascistas" e "inquisidores" a quienes simplemente los critican con las armas del humor y de la razón, sin amenazas ni esponjamientos, aspavientos y desfiguros similares.

A la promoción del pensamiento desordenado, mágico, acrítico y manipulador, aúnan así la cobardía, la falta de herramientas argumentales y una mala fe como un camión de doble remolque.

A esa raza viene perteneciendo la persona que me llamó o indicó a alguien que me llamara el pasado 2 de febrero desde Milán para intentar amedrentarme con amenazas hijas de una esquizofrenia de libro de texto.

Los amigos tiran del hilo


Mi traductor al italiano (gracias a quien he publicado varios relatos en la lengua de Dante), un editor, un realizador televisivo y algunos miembros de CICAP, la organización de escépticos italianos, me hicieron el favor de tirar del hilo para ver dónde estaba la madeja.

Los resultados fueron rápidos. El teléfono desde el cual me llamaron con tanta impericia (porque hay que ser idiota para llamar desde el propio teléfono si uno quiere amenazar a alguien "anónimamente") corresponde a una tal Maddalena Galliani.

La tal Maddalena fue brevemente mencionada en la entrada dedicada a la quiropráctica y sus víctimas, publicada el 15 de enero.

Básicamente, señalaba yo que era profundamente absurdo que esta personaja se dijera a sí misma investigadora en medicina futurista y campos taquiónicos, dos disciplinas imaginarias con las que sustenta su "prestigio" en la peligrosísima práctica de la quiropráctica.

Curiosamente, además (bueno, la verdad no), vine a averiguar que el domicilio que tiene registrado doña Maddalena para ese teléfono es, precisamente, el mismo con el que se anuncia en Internet Takionic Europe, Inc. para multitud de países europeos.

La mención a Maddalenita en mi modesta entrada era somera, más bien de pasadita y dentro de un contexto mucho más importante, pero esas breves palabras calaron, ardieron y obviamente dieron en el blanco al son de 20 millones de pataleos. Tanto que quien llamó desde el teléfono de doña Maddalena no se conformaba con que quitáramos el nombre de la dama de este blog, sino quería que se borrara íntegro su año y pico de historia, supongo que en solidaridad con los demás soplapitos y papanatas a quienes repasamos aquí.

Pues no.

El efecto Amorós


Los comerciantes de la paratontería suelen, entre otras cosas, inflar sus currículums enhebrando exageraciones, fábulas y mentiras descaradas, como se demostró cuando rascamos un poco en el turulato currículum de mentiras de Pedro Amorós (mandamás de la SEIP y cuentista sin fronteras).

Esto no nos hace a nosotros más inteligentes, más astutos o más guapos, obviamente. Simplemente es lo habitual con estos especímenes. Son muchísimos los autoproclamados alternativos, esotéricos, ocultistas, paranormalólogos, parapsicólogos, niueicheros, misteriólogos, investigadores de enigmas imaginarios y otras prácticas huecas que suelen presumir de diplomas inservibles expedidos por escueluchas ridículas, de actividades que no realizan, de títulos de los que no disponen y de relación con personas o instituciones que no tienen noticias de ellos.

El caso de Maddalena Galliani no podía ser distinto.

Su currículum, trufadito de barbaridades seudocientíficas que no significan absolutamente nada, dice a la letra, copio, que ella graduated in Chiropractics at the University of Los Angeles.

Esto significa que se graduó en quiropráctica (con mayúscula reverencial, cosa que extasía a los ocultistas) en la Universidad de Los Ángeles.

¿En dónde?

A ver, cuando se dice "Universidad de Los Ángeles" comúnmente se está uno refiriendo a la UCLA (University of California at Los Angeles), la de más prestigio y la mayor de California.

Pero la UCLA no imparte como carrera la chifladura de la quiropráctica en su prestigiada escuela de medicina David Geffen

Lo que sí hay es una tal Southern California University of Health Sciences, empresa que sí enseña quiropráctica, acupuntura y "medicina oriental". Su "Los Angeles College of Chiropractic" es precisamente la escuelita que enseña las patrañas quiroprácticas.

Pues le escribimos a la SCUHS preguntando si Maddalenita había sido su alumna... ¡y resulta que no!

Pregunté: I would like to know if Dr. Galliani is an alumni of your university or college (quisiera saber si la doctora Galliani es egresada de su universidad o colegio).

Me responde escuetamente Mandy R. Rhodes, DC, Registrador asociado de Los Angeles College of Chiropractic en la Southern California University of Health Sciences: We do not have any record of a student by that name (no tenemos registro de ningún estudiante con ese nombre).

(El correo original proveniente de la SCUHS está a disposición de las autoridades, por supuesto.)

O sea, que a ver si Maddalena le explica a sus víctimas, esas víctimas a las que les aplica el "campo taquiónico" y la "medicina futurista", en dónde se supone que se "graduó" como quiropráctica para tener el derecho a usar el título de "doctora" o "dottoressa", asunto que deberán revisar, en todo caso, las autoridades italianas, si así lo deciden.

Maddalena Galliani, dottoressa o no, francamente me importa un pito, tiene dos actividades públicas. La primera es vender su libraco Campo tachionico. L'energia vibrazionale del futuro, delirio de 120 páginas. La segunda es promover a dos empresas: "Bio Energy Research S.a.s. de D'amore Pasquale & C." (Gianni Comoretto, físico y astrónomo perteneciente al CICAP nos comenta que la especificación de una persona en el nombre de la empresa sugiere que es una compañía MUY pequeña) y su asociada, la ya mencionada "Takionic Energy Research Inc.", con la que está tan estrechamente relacionada que comparten domicilio. Lógicamente, todo lo que dice la dra. Galliani se puede encontrar en el panfleto de Takionic.

Como suele ocurrir, pues, el asunto es de dineros.

Los disparatados productos "taquiónicos"


Los taquiones son partículas hipotéticas que viajarían a velocidades mayores que la de la luz. Fueron propuestos por físicos serios como Bilaniuk, Deshpande y Sudarshan, a quienes se les ocurrió que las ecuaciones de Einstein impedían alcanzar la velocidad de la luz, pero no impedían que si existiera algo que siempre hubiera ido a velocidad mayor que la de la luz, siguiera desplazándose a velocidad ultralumínica, como se explica con bastante claridad aquí.

Las implicaciones de estas supuestas partículas que no existen hasta donde sabemos, serían bastante divertidas, entre otras cosas porque al absorber energía viajarían más lentamente, y la menor velocidad que podrían tener, al alcanzar energía infinita, sería la de la luz.

Pero, además, en caso de existir, los taquiones tendrían masa imaginaria. ¿Recuerda el lector sus matemáticas de bachillerato? Los números imaginarios son aquéllos que son la raiz cuadrada de los números negativos (i es precisamente la raíz cuadrada de -1).

Eso hace bastante poco probable que existan los taquiones, que son sólo una forma de hablar en términos coloquiales de una determinada peculiaridad de las ecuaciones relativistas, no elementos del universo real. Hasta la fecha no se han descubierto y nada indica que existan. El hecho de que un constructo que tuviera esas características hipotéticas no contradiga a la teoría de la relatividad puede indicar más bien que aún falta mucho por conocer del universo y que la teoría de Einstein es perfectible, cosa que no sorprenderá a nadie que sepa cómo se llega al conocimiento científico, pero puede representar un duro golpe emocional para quienes carecen de idea sobre la ciencia.

Y como la propuesta hipotética de los taquiones se relaciona con la física cuántica y los charlatanes no entienden la cuántica (para el caso no la entendemos la mayoría de los seres humanos, porque requiere de un manejo de las matemáticas que sigue siendo privativo de algunos especialistas) pero les suena enigmática y tiene cartel de misterio científico... pues han inventado por igual la "medicina cuántica" (cuyo líder es el millonario Deepak Chopra, excómplice del Maharishi Mahesh Yogui y la Meditación Trascendental [marca registrada]) y, claro, la "medicina taquiónica".

Lo que dicen respecto de los taquiones no tiene nada que ver con la física, por supuesto. Hablan de que los taquiones "son energía" (todo en el mundo de la charlatanería es "energía", según ellos, sin que interrumpan un segundo su carrera tras el euro ajeno para demostrarlo), los asocian con la "energía de punto cero" (una novedosa forma más emocionante de hablar de las viejas máquinas de movimiento perpetuo, que siguen sin existir pero que no faltan vivarachos que embauquen a ingenuazos prometiéndoselas), relacionan estas energías imaginarias con el "campo psi" responsable de las supuestas capacidades extrasensoriales (cuya existencia nadie ha podido probar) y, en general, arrojan a la ensalada cualquier ocurrencia esotericoide basada únicamente en sus delirios, sin ningún sustento serio, sin ingún estudio repetible y sin ningún desarrollo matemático explicativo.

Y, con base en eso, dicen que "cura". ¿Qué cura? Todo. Y además rejuvenece. La panacea y la fuente de la eterna juventud en un solo paquete.

(Por supuesto, si mañana se descubren los taquiones, ello no validaría en modo alguno las chifladuras embusteras de estos comerciantes, que de taquiones saben lo que yo de las reglas del misteriosísimo curling ése de la escobita).

Claro que el lector no tiene por qué creerme, de modo que es bueno y sano que visite la página de Bio Energy Research (marca registrada) en español donde podrá disfrutar de conclusiones tan asombrosas como: "La energía taquiónica, siendo energía a punto cero (zero point energy), no tiene particular polaridad o frecuencia y puede ser aplicada a todo el espectro multidimensional de las energías. El punto cero representa el estado potencial optimal, el equlibrio ideal u omeóstasis. Ha sido teorizado que la aplicación de la energía taquiónica consentiría al hombre de realizar sus mejores potencialidades en términos de rendimiento físico y de estado de salud general".

Cosa maravillosa siendo que no existen los taquiones, nadie los ha visto, menos aún se conoce ningún "campo taquiónico" y si realmente alguien en el planeta hubiera podido convertir tan fantástica energía en un sistema curativo, sería más famoso que Hawking, Einstein y Newton juntos y por supuesto que le haríamos una estatua en cada esquina.

En realidad, los estudios y las explicaciones les dan exactamente igual. Lo que les interesa es vender productos y servicios, que a eso se dedican los grandes promotores de la "medicina del campo taquiónico" como el doctor Gabriel Cousens empresario de primera línea que regentea una clínica de rejuvenecimiento (nada más), el doctor Michael Wetzler que vende el "fostac" (marca registrada) para modificar taquiónicamente la energía de los teléfonos móviles o celulares (aprovechando el pánico generado por la ignorancia sobre la radiación electromagnética); está igualmente la empresa que hace el "fostac" (marca registrada), Advanced Tachyon Technologies, que ofrece además interesantes productos como un supuesto polvo de estrellas taquionizado ("Tachionized Star Dust", marca registrada) para que usted pinte las paredes de su hogar de modo que emitan buena onda, a la módica pero exorbitante suma de 603 euros una botella de algo más de un litro.

La empresa tan cercana a Maddalena Galliani se sublima con una carona para equitación de 1162 euros a precio especial "Para transferir los benficios de la energia taquiónica al caballo y permitir que aumente sus prestaciones".

¿En verdad son tan fantásticos esos productos? Nos dice nuevamente Gianni Comoretto sobre Takionic: Venden todo tipo de dispositivos basados en la física takiónica. Un dispositivo takiónico es esencialmente algo construido de materiales cuidadosamente seleccionados (que al ojo no entrenado pueden parecer plástico), con asombrosas propiedades. Una tarjeta cuadrada colocada cerca de algún electrodoméstico protege de los campos electromagnéticos. Si se coloca en el interruptor principal de tu hogar, neutraliza las emisiones electromagnéticas de toda la red eléctrica doméstica. Sospecho que los campos siguen allí (no lo he comprobado debido a los 57 euros que cuesta este trozo de plástico) pero ahora se han vuelto inofensivos.

En la otra especialidad de Maddalena, la de "medicina futurista" ni nos metemos, como no sea para señalar que es una especie de puesta al día del naturismo, y de futurista tiene lo que yo de guerrero bantú.

Tal es el mundo de engaño, fantasías, mentiras y delirios en el que se mueve una dama que al parecer estudió una práctica sin bases en una universidad inexistente para después meterse en otros dos campos de la fantasía empresarial del New Age y acabar amenazando a un simple bloguero de otras latitudes.

Algo bueno se puede decir, sin embargo, de los "campos taquiónicos": no causan los daños que se ha demostrado que causa la quiropráctica.

De modo que si la dotoressa Galliani y Takionic, Inc. quieren 20 millones de euros, difícilmente los obtendrán de este bloguero amenazado que a duras penas llega a fin de mes sin quedarle debiendo a alguien.

Como 20 millones de euros son 25.850.000 dólares a tipo de cambio de hoy, 11 de abril, le recomiendo que mejor se aplique para vender 17.291 colchones takiónicos mágicos de a 1.495 dólares la dosis, lo cual le dejará incluso 45 dólares sobrantes para golosinas.

Y para llamaditas internacionales amenazantes, por supuesto.

Postdata dos días después En todo el proceso de desenmascaramiento de los anónimos amenazantes, le escribí un correo a Randi preguntándole si sabía de alguien a quien hubieran amenazado con una demanda por tan despampanantes cantidades. Dice Randi que, hasta donde él sabe (y a él si lo llegó a demandar el tarado de Geller, que se especializó en perder demandas con Randi), los 20 millones de euros imaginarios del Dúo Taquiónico son un récord, y que podía sentirme orgulloso.

Postdata cinco días después Algo que debí haber hecho desde el principio y que se me pasó fue buscar quién era el dueño de los dominios desde los que se venden las turulateces taquiónicas. Pues lo hice, y el resultado es sumamente interesante. Resulta que el dominio "takionic.it", de "Takionic Energy Research Inc.", que tiene su domicilio en casa de Maddalena Galliani o viceversa... ¡está registrado a nombre de Pasquale D'Amore, y su dirección es, precisamente "Bio Energy Research S.a.s. di Pasquale D'Amore & C."! Así, resulta que ambas empresas son una y la misma, pues el tal Pasquale (que en un descuido es el que me llamó, vaya usted a saberlo) también es el dueño del dominio "bioenergyresearch.com". ¡Vaya negociete!

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