mayo 05, 2006

Del grial y las rectificaciones fallidas

En El retorno de los charlatanes publiqué lo siguiente el 28 de febrero de 2005:

Lo que ciertamente no es [el grial] es algo como lo que se describe en el siguiente trozo de oratez: ... el Grial fue el recipiente utilizado por Cristo durante la Última Cena, tallado, tal como lo refiere la tradición griálica, sobre una esmeralda que se desprendió de la corona que portaba Lucifer sobre la frente y que se desprendió en el momento de su caída a los Infiernos, al ser derrotado por el arcángel Miguel. Resulta significativo que antes de su caída, según la Kabala, Lucifer era el ángel de Kether, la corona, la primera de la séfiras, cuyo nombre hebreo sería Ha-Kathriel y su valor numérico 666.

Vaya, mayor colección de majaderías en tan breve espacio sólo puede encontrarse en las páginas de publicaciones como Más allá (de la razón) de donde extrajimos este parrafillo.

Ahora recibo en el correo de este blog el siguiente mensaje, con el asunto "Rectificación" y procedente de alguien que afirma llamarse "Justo A. Navarro", referido al párrafo arriba reproducido.

Estimado Sr.: en el blog "el retorno de los charlatanes", bajo el título "Pero ¿qué es eso del grial y de dónde sale?", de fecha 28 de febrero de 2005, http://charlatanes.blogspot.com/2005_02_01_charlatanes_archive.html

hace usted un comentario tendencioso citando un artículo de la revista Mas Allá que califica usted como "trozo de oratez" y "colección de majaderías". Como soy el autor de dicho articulo quiero dejar bien claro y me asiste el derecho a replicar que su cita supe una manipulación falaz y tendenciosa en apoyo de sus tesis que por otro lado comparto. Bastaba con que usted hubiera incluido delante de los tres puntos suspensivos con los que inicia la cita estas palabras mías que iniciaban el párrafo mencionado: "Según la leyenda el Grial... etc." Efectivamente, escribí "según la leyenda" y leyenda es y es una descripción objetiva lo que se ha escrito al respecto, lo cual es muy diferente de decir que el autor cree o el autor afirma, pues si hubiera usted leido detenidamente mi articulo sabría que se inicia describiendo el tráfico de reliquias medieval e ironizando sobre la autenticidad de las mismas, incluidas la leyenda del Grial sobre la que hago distinción aparte de las demás porque está salpicada de una mezcla de tradiciones orales de diversas culturas europeas. Fíjese bien que escribo tradiciones, sustantivo y con minúscula y no empleo la palabra Tradición tan querida por magufos y otros mandrias.

Espero que esta rectificación salga tambien publicada en su blog, aunque tengo mis dudas ya que todos los fundamentalismos suelen tener pautas comunes y con tal de buscar apoyos en defensa de una hipotesis parece que todo valga.

PD. Soy historiador y tengo la Tarjeta Nacional de Investigador; he investigado sobre la Caballería del Temple, pero mi linea ha sido rechazar esoterismos, tradiciones y otras tonterias, sino lo rigurosamente historico y documental. Puede usted, si le parece, seguir mis lineas de investigación al respecto en mi web: http://www.domustempli.net

Un cordial saludo, Paz + Fuerza + Gozo +

Justo A. Navarro

Bueno, pues. Primero que nada, Justo, es evidente que no tienes la más repajolera idea de cómo funciona este blog y de cómo es su autor, si no, te habrías ahorrado la estúpida insinuación de que aquí se censura a la gente como se suele hacer en los círculos esotéricos que frecuentas y en los que cobras, así como tus "dudas" insidiosas.

Y además, de leer este blog, te habrías enterado que los títulos, tarjetas, diplomas, documentos "oficiales", carnés, pasaportes, nihil obstats, patentes de corso, cartillas, salvoconductos reales y credenciales de clubes diversos no me impresionan para nada ni les doy valor intrínseco alguno.

Aclarado está, pues, que el que transcribió tales orateces y tal colección de majaderías es "Justo A. Navarro" (siempre suponiendo que el correo recibido es genuino, claro). Aclarado está también que las obtuvo de cierta "leyenda" y que él no lo cree.

Eso no "rectifica" nada, claro. Es decir, yo afirmo, confirmo, reafirmo, firmo y reitero que la descripción en cuestión (a la que me referí, porque es mentira que calificara a todo el artículo) es un trozo de oratez y una colección de majaderías por cuanto que no existe el grial y mucho menos ha sido considerado históricamente tal sarta de tonterías inventadas.

Y el hecho es que tal descripción delirante de esmeraldas luciferinas y cábalas no se encuentra en documentos de historia, sino únicamente en sitios ocultistas, esotéricos, delirantes, orates, majaderos y negociantes del misterio.

Muy distinto habría sido que yo afirmara que Justo A. Navarro decía que eso era "cierto", que no lo hice, porque ni lo mencioné (sería eso lo que lo prendió), pues mi tema eran las pendejadas que se han tartajeado sobre el grial para llegar a los desfiguros de Brown y Sierrita, no este sujeto en particular que usa la palabra "tendencioso" sin saber, obviamente, qué significa.

Yo reproduje una descripción orate y majadera del grial, informando con precisión y sin tendenciosidad ninguna que su contenido es orate y majadero y que se incluyó en una revista que tiene por misión evadir la verdad, o alterarla cuando no se puede evadir.

Ahora, Justo A. Navarro puede hacer dos cosas: a) decir que esa descripción no es orate y majadera, sino una representación precisa, cuerda y certera de la realidad del grial, o b) estar de acuerdo conmigo, en cuyo caso su "Rectificación" no tiene más sentido que el de hacerse publicidad en este blog (servido, por cierto, ahí está tu enlace, última vez que te hago publicidad, ojo, para la otra omite en tu correíto tu autobombo. Gracias).

Pero voy más allá: esa "leyenda" a la que se refiere Justo A. Navarro no existía como tal en el medievo. Los datos "griálicos" de que dispongo señalan que es un invento esotérico mamerto, tardío y convenenciero, probablemente del siglo XVIII o XIX, en el cual se pretende batir en el mismo tarro a la cábala, al grial y a otras tradiciones esotéricas (incluidas algunas hindús en ciertas versiones) para darles un barniz de credibilidad y forma de tradiciones en las que "están de acuerdo" distintas creencias, en este caso la judaica y la católica popular medieval, con objeto de venderlas mejor. En el medievo, nadie mezclaba la cábala con el cristianismo, ni mucho menos creería que el propio Cristo bebió el vino de la última cena en una copa de origen satánico relacionada falsamente con las sefiras hebreas.

Esas tonterías son posteriores a la revolución industrial, pues.

La sarta de orateces y majaderías reproducida por Justo A. Navarro, ha sido también repetida hasta el alarido por los más diversos sitios ocultistas, desde un sitio de ovnis mexicano hasta Mystery Planet de Argentina, y no recuerdo de dónde la saqué, pero no había leído el artículo completo de Navarro, que me parece ahora aún más alarmante, por cuanto tiene el enorme atrevimiento de decir lo siguiente: "Wolfram von Eschenbach, que escribió el Parsifal en el siglo XIII, afirma sin lugar a dudas que el Grial era una piedra a la que llama lapsit exillis, que procedía de la Corona de Lucifer y la relaciona con la caída de los ángeles".

Esto es otra mentira. Como dijimos en la entrada del grial, Von Eschenbach señala en su Parsifal que el grial es una piedra y no un plato, piedra a la que llama lapsit exillis lo cual probablemente es una deformación de lapis lapsus ex caelis, que significa "una piedra que cae del cielo", pero en dicha novela la "corona de Lucifer" y la caída de los ángeles no aparecen (la que cae del cielo es la piedra, que por cierto según Von Eschenbach es de jacinto granate, ni palabra de la esmeralda de hace rato). O sea que "sin lugar a dudas" falsea los hechos.

¿Rectificará don Justo A. Navarro al respecto de esta falsa atribución a una novela que cualquiera puede comprar en su librería de confianza (me divierte más Chretien, pero...)?

Bueno, respecto al párrafo no rectificado, ni siquiera pienso meterme a ver quién copió a quién (o quién usó de fuente a quién, porque un historiador, supone uno, va más allá de las búsquedas en Google), porque la redacción del cuento de la esmeralda satánica y los ángeles picapedreros es sumamente similar en sitios anteriores a la publicación del articulillo en Más allá (de la bobería), pero sí pediría de la manera más atenta, cordial, respetuosa, educada, considerada y amable que Justo A. Navarro comparta con los lectores de este blog las fuentes históricas, manuscritos, documentos y referencias medievales que sustentan que esa sarta de orateces pertenece a "la leyenda" del Grial o a las "tradiciones de culturas europeas" y no a los escritos esotéricos tardíos, fantasiosos, interesados pero no legendarios de autores como Guénon y, si mucho me apura, el farsantazo Crowley. Y ya encarrerado, que me explique en qué textos hebreos cabalísticos se afirma que Lucifer, el ángel caído, es la séfira Kether, porque eso no se sostiene tampoco según los datos que he podido obtener en estos días.

En resumen, Justo, publico tu rollete porque creo en la libre expresión (a diferencia de las revistas en las que publicas), pero no lo acepto como "rectificación" por cuanto que no se te atribuyó nada falso (ni se te mencionó) y porque lo transcrito es, categóricamente, una oratez y una colección de majaderías que sólo se encuentra en antros de la calaña de Más allá (del buen gusto), lo que se demuestra buscando en Google dónde aparecen tales fumadas, y que se usa para vender el cuento del grial, provenga de la leyenda medieval (lo dudo), de los cuentos de los esotéricos gnósticos del XIX, de un correo electrónico enviado por Bafomet a Mistinguette o de las confesiones de un conejo mariguano recogidas en el London Sun. Es irrelevante.

Y añado que un historiador serio mal hace en publicar en revistejas como Más allá (de la inteligencia), porque no hace sino darle vuelo a los vendedores de esoterismo, como se ve por la reproducción de su artículo en medio mundo. Una cosa es afirmar que uno no defiende al ocultismo y otra es darle combustible a los ocultistas con tarifa para que sigan depredando incautos.

Y finalizo diciendo que tampoco me parece muy confiable un "historiador" que cree ciegamente en la supuesta equidistancia de San Bartolomé de Ucero y los Cabos de Creus y de Finisterre y lo repite a lo tonto (aunque diga que la explicación a la maravillosa ubicación del convento de Ucero no sea "magufa", palabra que usa con frecuencia), sin haber acudido a los datos que demuestran que es una camama de Juan G. Atienza, cuyas teorías ilustra entusiasta como si tuvieran alguna fiabilidad, trola también repetida por Íker Jiménez Elizari "er niño de las fantasmas" y que por tanto no hay que buscar explicación alguna porque el hecho, tal como se presenta y como repite sin dudarlo Navarro, es falso.

(Como siempre, si el correo que recibí no procede de Justo A. Navarro, el verdadero Justo A. Navarro tiene a su disposición los encabezados completos del mensaje para emprender las acciones pertinentes contra quien lo haya suplantado, porque en mal sitio lo ha dejado.)