De un tiempo a esta parte ha coincidido que tenga varios esperpénticos simulacros de diálogo con personas que -dicen- defienden el medio ambiente, la ecología, a los animales, a los consumidores o directamente a toda la humanidad desagradecida, y que exhiben el mismo comportamiento de los fanáticos creyentes en los ovnis, los fantasmas, las conspiraciones, la ouija, los poderes de Uri Geller y los integristas más fanáticos de cualquier religión: cerrazón a la crítica, recurso a falacias (muy destacadamente el ataque ad hominem), desprecio a las pruebas o evidencias que no les den la razón y ausencia todal de pruebas o evidencias que sí les den la razón. Y una falta de rigor que roza la perfección.
Aclaro que siempre he considerado que la destrucción del medio ambiente es en principio indeseable, sobre todo cuando, habiendo opciones, se comete sólo por obtener más beneficios, ganar más dejando una estela de destrucción y un medio inutilizable por otros seres humanos. O peor, cuando se hace por motivos militares. A los 16 años me detuvo la policía ante la Embajada de los Estados Unidos en la Ciudad de México, con un grupo de amigos, hippies aspirantes de ingenuidad conmovedora y peligrosa, cuando nos manifestamos contra la prueba nuclear que se iba a realizar en la península de Amchitka, en Alaska, el 6 de noviembre de 1971. Para protestar contra esa prueba nuclear también se dio la primera acción de lo que sería GreenPeace, cuando tenía en su seno científicos y no empleados con sueldos de banquero muy gordo. Así, desde mi adolescencia creo que una mayor conciencia ecológica es indispensable, y educar para cuidar el medio ambiente es fundamental para nuestra especie, siempre que se haga de modo crítico, racional, humanista, libertario y orientado por los más actualizados conocimientos científicos de los que dispongamos.
Pero cuando los principios, cualesquiera que sean, se convierten en dogma inatacable, en pretexto para la misantropía, en una visión acrítica, irracional, inflexible y cerrada donde cualquier disidencia es aplastada sin cuestionarse nada, adoradora del autoritarismo, la prohibición, la represión, la policía, el porrazo y el calabozo, tenemos una secta peligrosa, sea religiosa, ecologista, animalista, política, futbolística, etc.
Y, claro, en ocasiones las cosas son un poco más complicadas y no sirven de nada las visiones maniqueas, en blanco y negro, de buenos y malos, y donde los "activistas" ponen la denuncia pero nunca ofrecen ninguna solución.
Parafraseo tres diálogos recientes con sectarios que me han hecho recordar a los seguidores de Brian en esa joya del cine y el pensamiento crítico que es La vida de Brian, del grupo británico de comedia sin piedad Monty Python. Saque usted sus propias conclusiones.
No doy el nombre de la dama y los dos caballeros que participaron en estos no-diálogos porque para efectos de redacción he resumido, omitido y hecho adaptaciones que podrían llevar a que me acusaran de faltar a la verdad, de sacar cosas de contexto y, por supuesto, de cobrar grandes cantidades de dinero de Monsanto, Bimbo y otros monstruos del capitalismo salvaje, haciendo inexplicable para cualquiera que no sea investigador de lo paranormal el hecho de que yo tenga que seguir trabajando como una mula, que siga siendo pobre de solemnidad y que siga siendo de izquierda hasta la incomodidad. Misterios para violín, orquesta y contralto, supongo.
Diálogo 1: La soja en Argentina, glifosato, macrocefalia y berrinche
Cabreadito: En Argentina se fumigan los plantíos de soja con un producto llamado Roundup, de Monsanto, que contiene glifosato. La situación es horrible, produce un incremento atroz en los casos de cáncer en las poblaciones cercanas a los plantíos de soja, y muchos casos de microcefalia en bebés recién nacidos. Es aterrador.
Yo: Parece un asunto terrible que debe llevarse a la atención del mundo entero. ¿En qué porcentaje aumentó el cáncer y en qué zonas? ¿Tienes los estudios sobre el aumento del cáncer? ¿Y los reportes de los casos de microcefalia? ¿Y los estudios que indican al menos una correlación estadística, o preferiblemente causal, entre el glifosato y estos terribles efectos.
Cabreadito: Acá en Argentina todo mundo lo sabe. Además Monsanto es una empresa que abusa del medio ambiente.
Yo: Efectivamente, Monsanto es una empresa sumamente cuestionable y una de las muestras más claras de que el capitalismo salvaje no es una forma recomendable de mover la economía del mundo. Eso no está siquiera a discusión. Pero estábamos hablando de un aumento en los casos de cáncer y microcefalia, y yo lo que quiero ver son los datos sobre el cáncer y la microcefalia, para difundirlos.
Cabreadito: Bueno, hay un estudio que demuestra que si se le administra glifosato a embriones de anfibios, éstos tienen alteraciones en su desarrollo.
Yo: Vi el estudio en cuestión. Pero a los embriones humanos no se les administra glifosato directamente, hay una cosa llamada la barrera placentaria, gracias a la cual el bebé está a salvo de muchos tóxicos de la madre, sobre todo moléculas grandes. ¿O hay algún estudio que indique que el glifosato no sólo pasa de la soja al ganado a los seres humanos, sino que además puede traspasar la barrera placentaria? ¿O al menos algún estudio que indique que cerca de donde se fumiga con glifosato hay deformidades, como la microcefalia que mencionabas? ¿Tienes los estudios sobre cáncer y microcefalia?
Cabreadito: Pero esto es el colmo. No sabés que el cultivo masivo de soja ha sido una tragedia horrible para la Argentina. Hoy ocupa la mitad del suelo cultivable porque es más rentable que el trigo, el maíz y los cítricos, dejando en el desamparo a miles de productores. Y esto se ha conseguido gracias a que es soja transgénica de Monsanto, que resiste precisamente el glifosato.
Yo: Ciertamente sé que deberían ponerse en marcha mecanismos para que no se comprometa la independencia alimentaria de Argentina, cosa que sin embargo es bastante difícil en un esquema capitalista movido por los beneficios y controlado por multinacionales. Nada de eso lo discuto, en todo caso creo que debe ampliarse. Pero eso no prueba que el glifosato cause cáncer ni microcefalia, que fue lo que dijiste primero y que a estas alturas me parece que es una mentira con motivos políticos, propaganda manipuladora vil. O que los transgénicos sean malos en sí.
Cabreadito: Me estás insultando llamándome mentiroso porque querés defender el capitalismo.
Yo: No, nada de eso... sólo pregunté por los datos de lo que tú dijiste, que el glifosato causaba cáncer y microcefalia en ciertos pueblos de la Argentina.
Cabradito: Sos un hijo de puta, seguramente a sueldo de Monsanto, porque vos querés que se siga jodiendo Argentina y que los sojeros se hinchen de plata aunque el pueblo muera de hambre.
Yo: ¿Eh?
Diálogo 2: Obesidad infantil, comida chatarra y simplismo lacerante
ChuchoCris: Debemos luchar todos unidos para prohibir la comida chatarra en las escuelas mexicanas, porque es la causa de la obesidad infantil.
Yo: ¿Cómo defines "comida chatarra"? Pregunto porque hay muchas definiciones, para conocer la tuya y saber qué quieres prohibir. Y por cierto, yo sabía que la obesidad infantil tiene múltiples etiologías y no que sea causada por un solo factor.
ChuchoCris: Otra ONG de mi corporación de Salvamundos Sin Fronteras te va a mandar los estudios.
Yo: ¿No los tienes tú? Si estás empezando una campaña así, seguramente es porque sabes con certeza científica que realmente lo que llamas comida chatarra es LA causa de la obesidad infantil en México.
ChuchoCris: Es muy loable que opines distinto de otras personas. La pluralidad es una monada que me pone más tierno que Winnie the Pooh. Ya te llegarán los estudios, pero es algo que sabe todo el mundo, vamos, es de sentido común.
Yo: Emprender una campaña de prohibiciones, que afectará a muchas personas, acusando a muchos de provocar la obesidad infantil con sus productos, con la posibilidad de que se cierren empresas y se echen trabajadores a la calle no es algo que se pueda hacer con un "lo sabe todo el mundo". Se tiene que saber con certeza que uno está luchando razonablemente contra un mal bien identificado, si no, es una cacería de brujas.
ChuchoCris: Me da mucho gusto que pienses. Eso es bueno. Lo celebro y te defenderé siempre. ¿No te han llegado los estudios?
(Pasan dos semanas y me llega un enlace a un PDF sobre una intervención alimentaria para reducir la incidencia de diabetes infantil mediante cambios en la dieta, algo bien sabido y sumamente razonable. Sobre la relación "comida chatarra en las escuelas=obesidad infantil" ni una palabra. Menos aún una definición de "comida chatarra".)
Yo: El estudio no tiene nada que ver con lo que pregunté.
ChuchoCris: ¿No querías un estudio? Has estado molestando y trolleando con el estudio, ya te mandamos uno.
Yo: Sí, pero no se refiere al tema de la campaña que han emprendido a nivel nacional en un país como México. Ustedes como ONG (como las varias ONG que tú diriges y presides) están exigiendo que se prohíba la venta en las escuelas de ciertos productos que ni siquiera tienen bien definidos, y su argumento para ello es que esos productos son los causantes de la obesidad infantil. El mensaje es que la obesidad infantil desaparecerá en México por obra y gracia de esa prohibición, y por lo poco que yo sé, eso es una mentira, hay muchos otros factores que influyen en la obesidad infantil, como el tipo de alimentación que se da en el hogar, factores genéticos, baja actividad física o sedentarismo, etc. Están dando la idea de un problema con una causa y una solución, y eso no es verdad.
ChuchoCris: Me estás llamando mentiroso, y eso es un insulto. Tú eres un hijo de la chingada que lo que quiere es que los niños mexicanos sean gordos porque seguramente te paga Bimbo para que estés atacando a las ONG.
Yo: ¿Eh?
Diálogo 3: La química ficción de los progresistas ficticios
Juanadiarco: Los químicos no se eliminan, se acumulan en el cuerpo.
Yo: ¿Podrías decirme qué químicos se acumulan en el cuerpo?
Juanadiarco: Todos los agroquímicos; insecticidas, fertilizantes etc.
Yo: Es una acusación muy fuerte para hacerla sin pruebas sólidas. Los fertilizantes son digeridos por las plantas, y los compuestos no liposolubles... ¿cómo se "acumulan"? ¿En qué tejidos?
Juanadiarco: Cuentanos cómo digieren las plantas el DDT.
Yo: El DDT no es un fertilizante, hija mía, es un insecticida. Y es liposoluble, lo que significa que se disuelve en la grasa y sí se acumula precisamente en la capa de grasa. Vamos, que lo que dices no tiene nada que ver con lo que dije. Te pido de nuevo los estudios sobre la bioacumulación de "todos" los "agroquímicos".
Juanadiarco: He intentado dialogar contigo y sólo obtengo ataques y tontería. No te desgastes con insultos, mejor con argumentos consistentes.
Yo: No te he insultado. Tú hablaste de "todos" los fertilizantes y pesticidas, lo que incluiría los que sabemos que no son tóxicos ni bioacumulables, como los fertilizantes no fosforados y el ácido 3,5-dinitrobenzoico. Decir que todos los agroquímicos son tóxicos para los humanos y se "acumulan" en el cuerpo es mentira.
Juanadiarco: Sigo esperando que nos ilustres ¿como desintegran las plantas el DDT?
Yo: Es que nunca hablé del DDT. A saber de dónde sacaste eso. Yo te pedí pruebas de tu afirmación de la bioacumulación de todos los agroquímicos. Te recomendaría que fueras más rigurosa en tu activismo. No tienes que mentir para convencer a la gente y ganar adeptos.
Juanadiarco: No tengo porque aceptar respuestas ofensivas como ésta. Estás defendiendo lo indefendible.
Yo: No estoy defendiendo nada, sólo quiero saber si tienes pruebas de lo que dices o al menos la decencia de reconocerlo públicamente como líder ecologista que eres. El ecologismo debe basarse en conocimiento científico y hechos, no en manipulación, creencias absurdas y propaganda de pánico. Hay pesticidas que se bioacumulan negativamente, debemos luchar por que se sustituyan por otros más seguros. Hay otros de los que hay dudas, debemos buscar que se estudien mejor. Hay otros que son razonablemente seguros. Debemos promoverlos y darlos a conocer. Pero si partimos de la mentira "todos son tóxicamente bioacumulables" no avanzamos y estamos mintiendo. ¿Ya?
Juanadiarco: Seguramente te paga Monsanto para que defiendas el uso indiscriminado de todos los agrotóxicos, sin importarte ningún peligro.
Yo: ¿Eh?