Cada día más universidades caen bajo el influjo de la estupidez comercialmente rentable para regocijo de quienes sueñan devolvernos al siglo XI y sacar una buena tajada en el proceso.
Desde los desfiguros astrológicos que han hecho universidades en México y en España hasta el avance indetenible de las pseudomedicinas no validadas experimentalmente que denuncia cotidianamente La lista de la vergüenza, el abordaje de la universidad por parte del ocultismo está en marcha a toda máquina.
Ante ello, el blog amigo La ciencia y sus demonios ha decidido lanzar un Manifiesto por una universidad libre de pseudociencia y oscurantismo que usted puede leer y firmar aquí.
Por cierto, si los oscurantistas y ocultistas ofrecen el manido argumento de la "libertad de cátedra" y del "libre debate en las universidades", será que no se enteran de que, precisamente, sus afirmaciones no resisten el ejercicio de la libertad de cátedra y, por supuesto, son ellos quienes se rehúsan al libre debate continuamente. Quieren el reconocimiento de la ciencia pero sin hacer el trabajo científico, simulando rigor, como niños jugando a los médicos, y les horroriza someterse, como lo hacen los científicos de verdad día tras día, a la evaluación de sus métodos y resultados por parte de personas que están fuera de su cofradía o aquelarre, limitándose al insulto, la coartada y la tarea de escurrir el bulto, todo ello enemigo de la esencia misma de la universidad.
Y sin universidad, todo lo que usted tiene, empezando por la libertad y terminando con todo el conocimiento, desde la medicina hasta Internet, desde la luz eléctrica hasta el automóvil, todo, todo, desaparece. Sería, ése sí, el retorno de los charlatanes.