Bueno, el domingo sigue siendo "día de la imbecilidad a galope" en la televisión española. Ayer ni vimos lo que nos recetaba Anthony Blake, porque estuvimos a punto de morir de sobredosis. Primero, cobrando de los dineros públicos de Telemadrid, un médium-dibujante fracasaba estrepitosamente en el programa de Javier "el hipnotismo hace crecer el pito" Sierra mientras su cómplice y amiguito Íker "soy muy serio" Jiménez nos presentaba el enésimo refrito de la tontería del "Triángulo de las Bermudas" sin fallar ni un compás. Es decir, se ocupo de repetir minuciosamente todas las mentiras que ya se sabe que son mentiras, inventando alguna tontería nueva con ayuda del inefable Santiago Camacho y anunciando un libro de un peligrosísimo orate llamado Robert Goodman, que cree que el mundo está controlado por los "Illuminati", que son descendientes de los híbridos babilónicos entre ángeles caídos machos y mujeres humanas y que también se da tiempo para defender las asesinas salvajadas de Mathias Raath, un vendedor de complejos vitamínicos carísimos que ha convencido a gobiernos africanos de ue el VIH no existe y el SIDA se cura con sus vitaminas, causando un desastre humano gigantesco con su charlatanería de buitres del sufrimiento ajeno.
¡Vaya invitados que nos receta Íker! Chico, ¿de verdad necesitamos escuchar a paranoicos progenocidas para que a ti se te pongan los pelos de punta y se te llenen los bolsillos?
La estupidez más clara y más titotatín-totín corrió a cargo, como era obvio, de Santiaguito Camacho, el hombre que cree todo lo que lee y lee todo lo que le ordenan, quien repitió a la letra lo que encontró en Internet sobre un cierto buque desaparecido supuestamente en el imaginario triángulo generador de euros para desocupados con mucho morro.
Básicamente, Santiago y lo que leyó afirman que el carguero "Tuxpan" desapareció en el triángulo de los refritos el 22 de mayo de 1987. Y todos los sitios soplapiteros que refritean lo refriteado por el dueto Camachito-Jimenezote repiten las mismas palabras. Evidentemente, repiten lo que alguien inventó en algún momento, sin ocuparse de investigar nada, ni siquiera en Internet, por más que Íker se llene la boca repitiendo la palabra (y repitiendo que es serio, y haciendo demagogia de saldo) porque dicho buque desapareció el 24 de febrero, según consta en la investigación realizada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México en 1990. Y es que los familiares de los tripulantes desaparecidos, no dados a las fantasías alcaloides de los charlatanes profesionales, temían que sus familiares estuvieran detenidos en Cuba o en otro lugar debido a la probabilidad de que el barco transportara "algo ilícito". Ese mismo documento revela claramente que no se hizo una búsqueda adecuada del "Tuxpan" (cuando Santiago rebuzna que la "Guardia Costera Mexicana" estuvo buscándolo tenazmente), es decir, una simple búsqueda de 10 horas, que la empresa propietaria del buque actuó de manera cuando menos sospechosa y que el capitán reportó "tiempo muy malo" en su último reporte a la empresa Tecomar.
Si no se saben la fecha, ¿les va a creer usted que el barco se encontraba dentro del área de influencia maléfica nunca demostrada del supuesto triángulo de las Bermudas en lugar de simplemente hundirse por mal tiempo u otra explicación mundana?
Bueno, pero eso da igual. Porque finalmente Santiago insiste, mirando con ternura admirativa a su cachetón jefe, en que el Mary Celeste fue encontrado dentro del "Triángulo de las Bermudas" fumeto... ¡cuando dicho buque fue encontrado frente a las costas de Portugal! Y eso sin contar con que el buque viajaba de Nueva York a Génova, por lo cual ni siquiera se acercó al triángulo imaginario... como no sea que, en realidad... ¡el triángulo de las Bermudas ocupa todo el Atlántico (y, como vimos en la entrada dedicada al tema, incluso parte del Pacífico)!
¡Qué investigadores tan acuciosos, de verdad, son estos televisuales arrogantes..! Con razón a quienes no les creen ciegamente ni les chupan las puntas de las botas, los adeptos de la Secta de San Íker de los Últimos Euros les dedican tantas ofensas, lindezas y calumnias. ¡Si los incrédulos son unos necios que no saben apreciar lo admirable que es triunfar con base en el engaño!