julio 02, 2011

Caras vemos, de dineros no sabemos


Seiscientos cincuenta y un mil doscientos treinta y cinco euros con once céntimos. Neto. O sea un total de setecientos sesenta y ocho mil cuatrocientos cincuenta y siete euros con 43 céntimos.

768.457,43€

Ésa es la cantidad, buena parte proveniente del fondo europeo de desarrollo regional,  en la que la Diputación de Jaén sacó a licitación el 1º de junio el delirante y absurdo proyecto de un "Centro de interpretación de las Caras de Bélmez®" donde piensan poner un emocionante atractivo turístico: una sala con fotos del fraudazo de las caras de Bélmez, otra sala donde se podrán escuchar supuestas psicofonías y una sala de conferencias donde, suponemos, podrán hacer saraos y aquelarres los soplapitos profesionales que creen que los muertos les hablan y les pintan las paredes con unos monigotes horrendos y desprovistos de toda capacidad artística. Como éste.


Esto, lo crea usted o no, es según unos señores que se hacen llamar "parapsicólogos", "investigadores paranormales", "periodistas del misterio" y otros títulos pomposos y vacíos, una acojonante manifestación supernatural del más allá. Un mensaje tremendo. El mensaje, creemos, es "los muertos no saben dibujar".

La historia ha sido contada por muchas personas, es fácil encontrarla. Tuvo una segunda parte cuando la familia dueña del tremendísimo misterio de los fantasmas sin talento artístico quiso enchufarle la casa al consistorio de Bélmez de la Moraleda en la friolera de 100 millones de pesetas (unos 600.000 euros) para el tal "Centro de interpretación", dando origen a una chapuza inmobiliaria digna de la burbuja que nos estalló en la cara y que puede usted recrear aquí, como la contamos mientras se desarrollaba.

Al final, en un despliegue de exquisito mal gusto o de franca miopía política, ni la casa original de las "Caras de Bélmez@" ni la esperpéntica "Casa de las nuevas caras" que no se creyeron ni los que la "descubrieron" albergarán la exhibición de patochadas, sino que se hará en una edificación que anteriormente fue una escuela. Es decir, un centro educativo se convierte en un templo a la bobería pseudoespiritista. Marchemos hacia atrás, que decía un poeta.

Lo que queda son las preguntas que esperamos que alguien le haga al ayuntamiento de Bélmez de la Moraleda y a don Pedro Justicia, alcalde por el PSOE, partido que algunos esperamos que sea promotor de la inteligencia, el pensamiento crítico, la racionalidad y el progreso, y no de las más bastas supersticiones, menos diseñadas con la incapacidad que los "belmecianos profesionales" han exhibido durante ya cuarenta años.

Don Pedro:
  1. ¿Las psicofonías y las fotos que van a poner en el museo mamarrachesco al que le está arrojando, de entrada, 768.547,43€ son gratis o las están cobrando sus dueños, quiénes son y a cuánto asciende la consumición?
  2. ¿Cuántas personas quedarán asignadas a esta especie de monumento al despropósito con qué salarios y de dónde van a salir?
  3. ¿Y el mantenimiento anual de este centro de interpretación de la caradurez de una familia y sus cómplices, a cuánto va a ascender y de dónde va a salir?
  4. ¿Se tiene previsto cobrarle a los ingenuos visitantes por disfrutar de fotos y psicofonías? ¿Y a los touroperadores del misterio que con frecuencia llevan a Bélmez autocares llenos de ingenuos pastoreados por algún "parapsicólogo" más o menos conocido? ¿A cuánto ascienden los posibles ingresos por este negocio?
  5. ¿Qué se pretende "interpretar" en tan curiosa institución? Y, lo más importante, ¿quién va a "interpretar" tal cosa y a cuánto ascenderán sus honorarios por tan tremenda actividad interpretativa?
  6. (Añadido un día después) Dado que "Caras de Bélmez" son una marca registrada de los dueños de la casa original... ¿el consistorio erogará alguna cantidad por concepto de uso de la marca? ¿Cuánto y cada cuándo?
Yo le digo al alcalde y al pleno del ayuntamiento que, por bastante menos, mi compadre Yampi le interpreta unas excelentes canciones de su cosecha, dotadas de gran valor artístico y además cantadas honradamente. Y yo, a cambio de nada o como cuota máxima voluntaria (y no "la voluntad" con la que vivieron los dueños del cuento durante una pila de años) un helado de vainilla recubierto de chocolate, le doy a usted la única interpretación posible de las "Caras de Bélmez@": son un fraude, cutre como un zapato de plástico, bobo, inservible, ridículo y anticuado.

Y le ahorra usted al ayuntamiento, para propósitos de genuino desarrollo regional que mucho hace falta por esos lares, la friolera de
  768.457,43€