Se ha celebrado por fin la vista de medidas cautelares previa al juicio por la demanda civil que Pedro Amorós Sogorb presentó contra el periodista Javier Cavanilles, el periódico El Mundo en varias ediciones y los directores de las mismas, incluido Pedro J. Ramírez.
Esta demanda civil de Pedro Amorós Sogorb pidiendo la protección al honor, la intimidad y la propia imagen, por daños que tasa en 60 mil euros, sustituye a las anunciadas denuncias por el delito de calumnias contra los mismos personajes que anunció la SEIP como organización y, a nombre de su ayuntamiento, la alcaldesa de Bélmez de la Moraleda, María Rodríguez (quien, de paso, se ha negado a hacer efectiva la resolución por votación unánime de su corporación el 4 de enero de 2005 para presentar dicha denuncia; no sé usted, pero si mi alcaldesa recibe un mandato así y se dedica año y pico a ver crecer la hierba, la cosa me haría sonar numerosas alarmas).
Como usted sabe (y si no sabe puede empezar a enterarse en nuestra bonita Sala de exposiciones especiales de Pedro Amorós "La mentira dura mientras la verdad no llega"), Pedro Amorós Sogorb (presidente de la SEIP, club que no se llama así) es amigo de usar amenazas judiciales para intimidar a las personas cuyas ideas no le gustan, simpática tendencia que comparte con varios charlatanes bien conocidos.
Bien, la vista pública se celebró el pasado viernes 10, para que la juez determinara si debería someterse a Javier Cavanilles y a las distintas ediciones de El Mundo a una orden para no publicar más notas sobre Amorós o el caso sino hasta después del juicio. (Como si les interesara repetir lo que ya todo el mundo sabe.)
Lo sorprendente de esta vista fue que la fiscal expresó que coincidía con la parte demandada (Cavanilles, El Mundo y sus directores) en solicitar que se desestimaran las medidas cautelares, máxime cuando la fiscalía ya había expresado que su recomendación era que se desestimara la demanda.
La juez, nos dicen asistentes a la vista, estuvo de acuerdo con el demandado y con la fiscalía, y denegó las medidas cautelares solicitadas.
Se puso fecha para el juicio y, entretanto, Cavanilles y El Mundo conservan la libertad de ejercer su derecho a la expresión, la opinión y la difusión de los mismos respecto de Pedro Amorós, si así lo desearan (la verdad, lo dudo, pero yo no soy nadie).
Para darse una idea sobre la historia completa, paséese por lo que al respecto le ofrecen Razones para dudar, sin olvidar
El dossier Bélmez, la visión de Yamato, los comentarios de Luis Alfonso Gámez en Magonia, los artículos, claro, de Javier Cavanilles.
Ya dirá la juez, en su momento, si el honor, la intimidad y la propia imagen de Pedro Amorós Sogorb se han visto vulnerados en 60 mil euros por el diario que publicó cosas como que Amorós no es ingeniero informático o que no hay ninguna razón para creer en la paranormalidad de las Caras de Bélmez®, ni las nuevas, ni las viejas, ni las que harán aparecer en el futuro, y otras cosas que van contra lo que afirma la versión proporcionada por Pedro Amorós Sogorb.