octubre 25, 2004

Ahora hay una carta para la Universidad de Castilla La Mancha

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Continúa el idiotour de Íker Jiménez y sus perritos bailarines por las universidades españolas. Qué buen momento, la recepción de nuevos alumnos y el inicio del curso para captar nuevos adeptos y nuevos compradores de libros orates.

Mejor momento es para avisarle a las universidades de lo que pasa. Porque es evidente que no saben claramente de qué va el asunto, lo ven con la indolencia que generalmente otorga la gente pensante a estas patrañas, sin darse cuenta de que con ello les abren las puertas y, por el camino, los dotan de clientes.

Y como sigo creyendo que lo mejor es ir directamente a los interesados en vez de ocuparnos de la endogamia, va carta para la Universidad de Castilla La Mancha. Si usted quiere, ya sabe, cópiela, inspírese en ella, cámbiela o tírela y haga otra, pero no deje de decirle a la UCLM por email a lsanchez@rec-cr.uclm.es del desfiguro que están por hacer.

Leo con asombro que la Universidad de Castilla La Mancha ha cedido el Convento de San Pedro Mártir, en Toledo, para la emisión del programa "Milenio 3", del conocido ocultista y mercader Íker Jiménez.

¿Cómo es posible que una institución de educación superior no solamente abra sus puertas a la superstición más grosera, al mercantilismo de la ignorancia, a la pseudociencia y el engaño cuando ni el conductor del programa, ni su segunda de a bordo ni ninguno de los habituales colaboradores y entrevistados ha demostrado jamás ningún conocimiento científico, ninguna seriedad científica, ningún interés por divulgar la ciencia y, por el contrario, constantemente repiten la supuesta denuncia de que lo que llaman "ciencia oficial" (es decir, el conocimiento científico y su método) es fascista, conspiradora, cerrada, ciega, dogmática, interesada y malévola, además de que mantiene una conspiración cruel contra todos los ocultistas?

Estas acusaciones delirantes no sólo se pueden oír semana a semana en las emisiones del programa en cuestión, sino en el propio sitio donde Íker Jiménez vende sus productos ocultistas, www.ikerjimenez.com.

¿Qué mensaje está dando una institución como la Universidad de Castilla La Mancha al albergar a quien odia tanto a la ciencia? ¿Qué se está diciendo a la sociedad al darle un reconocimiento a quien cree que puede hacer ciencia sin formación, sin método y sin más interés que el eminentemente mercantil?

Me parece que ningún intercambio de Cadena Ser con la universidad, ningún trato comercial, ninguna conveniencia mediática justifica esta alarmante actitud, de modo que además de protestar por esta decisión, solicito de la manera más atenta una explicación a esta decisión y los fundamentos de la misma.

El pasado viernes 22, la Universidad de Alicante cayó en el mismo garlito, recibiendo al programa sin ocuparse de saber de qué trata y cómo se ocupa de denostrar precisamente las tareas universitarias. En un comunicado público, el Vicerrector de Extensión Universitaria de dicha institución, lamenta "Desconocíamos los caracteres polémicos del programa ofrecido para la noche del 22, al aceptar la programación".

Creo que es obligación de la universidad, al acoger a los promotores de las supersticiones ocultistas y las supuestas "paraciencias", exigir que ellos a su vez abran sus emisiones a científicos, críticos del ocultismo y promotores de la razón, para que la emisión no sea simplemente un ejercicio de captura de adeptos y clientes para los productos del presentador.

Atentamente,
Mauricio-José Schwarz