La "magia negra" es una de las cosas cuya existencia sugieren y promueven los señores que conforman la industria del misterio de segunda mano, aunque tratando de no ser demasiado escandalosos porque la "magia negra" es la hija descarriada de la "parapsicología", el "ocultismo" y la "extrañología". Si es cierto, como insisten en afirmar estos tipos, que hay "energías indetectables buenas y malas", si hay "poderes" y gente aue "puede ver el futuro", la "magia" existe y la "magia negra" también.
No olvidemos que algunos de los abreparaguas más famosos, como el himbestigador Miguel Blanco, incluso llegan a asegurar abiertamente la existencia de estos "poderes oscuros". Así, Miguelito insiste cansinamente en que es "el único blanco que ha visto un diablo en Haití y ha vivido para contarlo" (suponemos que cree ser el único apellidado "Blanco" al que le han hecho esta jugarreta, porque con unos billetes de por medio, diariamente algún houngan le hace el show en Haití a otros blancos con cara de pardillos). Huy, el vudú es real, huy, existe la magia negra.
En el pasado me ha tocado que algunos brujos más bien de sexta división me lancen algunas de sus maldiciones más acongojantes, lo cual no ha impedido que yo me lo siga pasando bastante bien. Pero en esos casos se puede aducir, no sin razón, que personajes como "La Paca" son brujos tan lamentables que sus maldiciones probablemente no valen. Lo ideal sería que se pudiera realizar una comprobación con un brujo de nivel Champions.
Eso es lo que consiguió hacer Sanal Edamaruku, presidente de la Asociación Racionalista de la India, organización fundada en 1949 para furia de santones, magos, gurús, creyentes que gustan de asar viudas vivas en las piras funerarias de sus maridos y otras personas así de espirituales que, nos dicen, abundan en esos parajes. En un debate sobre "magia negra" le llevaron ni más ni menos que al "jefe de jefes" del magiotráfico indostano, Pandit Surinder Sharma, un "mago tántrico" considerado más poderoso que Hugh Hefner, supuestamente para hablar de magia tántrica y ciencia. Pero cuando Pandit se lanzó por peteneras tipo la bruja Lola y aseguró que con sus poderes mágicos podía matar en tres minutos a cualquier persona, el malvado escéptico, el racionalista de los jocones y detractor insumiso Sanal Edamaruku decidió que se jugaba la vida y retó públicamente a Pandit a matarlo en directo.
Pandit Surinder Sharma hizo todas las babosadas que nos sabemos de todos los brujoides del planeta, indostanos o no, tántricos o no. Recitaba encantamientos de "Om lingalingalinalinga, kilikili...." (de verdad), le puso la mano en la cabeza a su presunta víctima, le tomó la mano, siguió tartajeando imbecilidades, y el tal Sanal no sólo no se moría, sino que a ratos le ganaba la risa ante los desfiguros del mago tántrico. Pasaron los tres minutos, y Pandit pidió tiempo de compensación. Pasaron diez, pasaron veinte, y el señor Edamaruku seguía no sólo incómodamente vivo, sino que además parecía estársela pasando bomba. Pandit sentenció que Sanal tenía la protección de "un dios muy poderoso", pero éste explicó que difícilmente: "Soy ateo".
Ante este contratiempo, un compungido "mago poderosísimo ante el que se inclinan las fuerzas de la naturaleza con su sabiduría oriental milenaria" (jojó) cambió la jugada como suele hacerlo este tipo de cretinos y prometió deshacerse de Sanal y su ofensivo ateísmo con "un embrujo que no falla", para lo cual necesitaba trabajar a la luz de la luna. Se pospone la transmisión y vuelve en la noche mientras Pandit hace una fogata de boy scout, chamusca algo que parece una pluma de pavorreal y se embarca en otra interpretación de "grandes éxitos de la glosolalia" recitando boludeces mientras le atiza al racionalista con la pluma chamuscada.
El señor Sanal Edamaruku, defensor de la razón ante la estupidez y la ignorancia de la que viven los misteriotraficantes, sigue sumamente vivo. Y don Pandit, se lo puedo asegurar, por desgracia no perderá su negocio, ni a sus creyentes.
Pero esto que parece un simple divertimento en el que un tío inteligente pone en ridículo a un listo, tiene una dimensión distinta en la India. El pasado viernes, se difundió en televisión la paliza que unos aldeanos creyentes le propinaron a Sunita Devi, una mujer de 50 años de edad acusada de practicar la brujería en la aldea de Gumaria, estado de Bihar, y provocar las desgracias de sus vecinos. El número de personas vilmente linchadas o apaleadas cada año bajo acusación de brujería es "incontable" según el cable de la AFP que dio a conocer el caso y que relata dos casos más, uno el lunes pasado en Chattisgarh, donde una mujer fue sacada arrastrando de su casa, apaleada, quemada con un hierro candente y finalmente quemada en una pira, y el otro del mes pasado, en Bengala occidental, donde una mujer fue asesinada a hachazos por sus hijos que la creyeron practicante de la magia negra porque algunos miembros de la familia enfermaron.
No se preocupe usted, que nada de esto lo considerarán asunto suyo los cuentotraficantes, como no sienten ninguna responsabilidad por las muertes y sufrimiento a manos de los curanderos a los que les dan tiempo de aire en radio y televisión para que engorden sus cuentas bancarias.
Dicho lo cual, le dejo las tres partes del enfrentamiento entre un señor que no cree sin pruebas y un "mago tántrico" superfuerte de la magia negra más uyuyuyante. El vídeo está en hindi, los "lamalamalinga" de Pandit no se sabe en qué idioma vienen, y las risas de Sanal son en todos los idiomas humanos.