octubre 29, 2008

Amarillismo, calumnia y censura: Epílogo

Si quiere la versión larga de esta historia, que en realidad no debía ser para tanto, revise nuestras anteriores entradas: El amarillismo paranormal y El amarillismo himbestiga, y falla.

La historia corta es ésta: el sitio Web paranormalista Mundo parpsicológico informó de la identificación de una víctima fallecida en un accidente hace 20 años y que fue convertida en "misterio" forzadísimo por los profesionales del misterio. Para "ilustrar" su recortaje (de "recortar", es un copia-pega de El Correo Gallego) publicó una foto del rostro desfigurado por el atropellamiento. Por una casualidad (la entrada de un colaborador de ese sitio Web a una lista de correos para promover su parapsicologidad) vi el sitio y la foto, y se me ocurrió una buena acción incomprensible para los "eggspertos" del misterio. Como el director de ese sitio Web y demás negocios de la marca padece un grave delirio paranoico según el cual lo persigo insaciablemente, y los médicos no han podido ayudarle, pedí, por medio de este blog, que sus lectores le solicitaran que quitara la foto antes de que la vieran los familiares de la víctima, ya que lo lógico sería que les sentara muy mal. La meditada y muy humana respuesta de dicho director, Pablo Moreira, se puede resumir así: "No la quito porque me caes mal, eres un malvado escéptico detractor y no voy a hacer lo que te salga del forro, pues esta foto la he explotado durante años sin que pase nada. Que la vea la familia, pero ya, que le echen ojo a la miniatura de portada o a la foto enorme del artículo y, si por algún casual o por ser muy delicaditos viniera a ser que les molesta, pues ya veré si la quito, y todos los que escriben a favor de quitarla son Mauricio con varios nicks".

La respuesta de Pablo, sin embargo, fue rápidamente borrada de su propio sitio Web, era la número 11 que, como se ve en esta captura de pantalla, pasó a mejor vida. No así la foto, que allí siguió. Esta captura (como todas las que hay aquí, realizada por alguien que nunca participó con comentarios ni está registrado como cliente en Mundo parapsicológico, pero siguió los acontecimientos un pelín indignado y decidido a documentar lo posible) demuestra además cuántos comentarios más se ha ido llevando por delante la tijera de la paracensura parapsicológica de Mundo parapsicológico, que no gusta de las opiniones disidentes y menos las que puedan hablar mal de las personas a las que Pablo odian con dedicación. A fecha de hoy han borrado del 8 al 15 y del 17 al 22, más lo que se acumule (chac chac, dijo la tijera).


¿Qué pasó? Lo que no debía haber pasado: el hermano de la víctima vio la foto (lo que a mí tontamente se me ocurrió querer evitar), se molestó, se identificó como periodista de EFE y exigió que se quitara la foto. Moderadamente, con gran comprensión humana y sensibilidad al dolor ajeno, Pablo Moreira aseguró que ese correo electrónico provenía de los herejes incrédulos de la iglesia parapsicológica, a los que llama "secta detractora" sin conocer el significado de ninguna de ambas palabras (su relación con el diccionario es mohína, distante y guerrera) y situándome a mí al mando de quienes "se hicieron pasar" por el hermano de la víctima. Demostrando lo mal que investigan estos autoproclamados expertos, se fió de una telefonista de EFE que le dijo que el firmante del correo no trabajaba en la agencia. Bueno, o eso dijo porque de la telefonista no dio ni el nombre, igual se imaginó la conversación. Con eso (que no es nada) Pablo excretó la siguiente empanada de despropósitos:


Esto, como se ve, curiosamente se puso en la sección de Mundo parapsicológico llamada "Área escéptica", que es donde los cófrades de los Moreira, los Amorós y demás babean contra los odiados escépticos. Vale, supongamos que, convencido como estaba Pablo Moreira de que era objeto de persecución por las brujas de Salem, tenía cierta razón en enchufar allí su berrinchito.

Yo le respondí simplemente que se equivocaba que el autor del correo sí era hermano de la víctima, que yo pierdo bien poco el tiempo con su cibertruño asombrológico, y que estaba metiendo las cuatro.

Al día siguiente, tanto la turulata acusación como todos los comentarios que habían sobrevivido a la tijera desaparecieron sin explicación alguna (chac chac, comentó la tijera). A cambio, apareció una aclaración de Pablo Moreira diciendo que había "investigado" (jojó) y "descubierto" (¡ooooh!) que el autor del correo electrónico era la persona que lo firmaba (¡asombroso!) y que por eso habían quitado la foto, pero de todos modos los "detractores" suplantan identidades (¿pruebas?, no moleste, hombre) y que la culpa de todo la tenía la inocente telefonista de EFE que no sabía, la muy boba, que José Ignacio Ortega trabajaba en la corresponsalía de Moscú (nótese que la "total incompetencia" que le atribuyen "queda latente", que es parecido a "queda patente", pero no es lo mismo). Vaya, que el desmoñe se elevó a la cuarta potencia tratando de salir de una situación que no habría ocurrido de haber menos arrogancia, menos paranoia y menos tontería. Al final, en su desmadre mental habla de un email que los lectores ya no pueden consultar (chac chac, dijo la tijera) y además esta majadería se pone, de nuevo y sin venir a cuento, en el "Área escéptica", porque Mundo parapsicológico lo vale.

El problema fue que los lectores del sitio Web, en vez de aplaudir enfurecidos hasta sangrarse las manos por el buen hacer de Mundo parapsicológico, hicieron comentarios más o menos así:



Los primeros cinco comentarios, indignos de los altos lectores del sitio Web duraron poco (chac chac), como se ve aquí:



Y como los que siguieron tampoco eran muy halagüeños, se optó por finalmente borrarlos todos y cerrar la posibilidad de comentar sobre esta noticia (esto es de circo viniendo de alguien que dice que algunos "malvadotes" nos ocupamos de "manipular" las cosas para ponerlos en ridículo, como si hiciera falta):



A modo de resumen final, las dimensiones que ha alcanzado todo este asunto son ciclópeamente alucinantes y revelan, con claridad, algunos de los bastante desusados y singulares procesos mentales de quienes viven no en la realidad, sino inmersos en el mundo de los amigos del misterio, un "mundo parapsicológico" donde campan fantasmas, acechan extraterrestres, actúan magos, se mueven tablas Ouija®, se desarrollan continuamente conspiraciones horrendas, hechizan los brujos, nos espían los telépatas, ven nuestro futuro los adivinos y habitan docenas de monstruos variados... tal es el espacio de fantasías delirantes en el que habitan mentalmente estos personajes. Viven atenazados por el temor a los "detractores" (que no es sino expresión de su incapacidad para argumentar correctamente y de modo convincente y razonable ninguna de sus descabelladas afirmaciones), con la convicción de que no hay buena fe, decencia, razón, sensibilidad ni motivaciones humanas en nada que hagan "los enemigos", sino que existe detrás de todo una "realidad oculta" que quieren desvelar con su espada mágica aunque lo único que pase es que ellos mismos se pinchen un pie o se corten un dedo con tan peligroso instrumento.

Más allá de esta enseñanza (nada novedosa) sobre las entelarañadas mentes de los rarólogos y cuentotraficantes y su desprecio al público lector, queda la tristeza de no haber sabido llegar a ellos para evitarle un dolor adicional a unas personas inocentes de toda parapsicología barata, por rentable que sea.

octubre 28, 2008

El amarillismo himbestiga, y falla

Actualización 29 de octubre: La fotografía se quitó el 28 de octubre, cuando ya la había visto la familia a la que quisimos ahorrarle el disgusto. Varios de los enlaces de esta entrada están rotos por la reescritura continua de los hechos a cargo de Mundo parapsicológico. La historia final y lo que nos han ayudado a rescatar en forma de capturas de pantalla, pueden verse en la entrada Amarillismo, calumnia y censura: Epílogo que sinceramente espero sea el último sobre este penoso tema.

Para obtener los antecedentes de este asunto, vea la entrada El amarillismo paranormal.

En resumen, los misteriólogos durante 20 años "interpretaron" con su habitual agudeza un trágico atropellamiento ferroviaro para afirmar que la víctima era "un extraterrestre", "un viajero en el tiempo" o "un disminuido psíquico fugado de una institución" más o menos siniestra. Por fin, hace unos días se identificó a la víctima como Oscar Ortega Vasalo, joven estudiante que por entonces preparaba oposiciones y que estaba de vacaciones cuando sufrió el fatal accidente. Durante estos 20 años, los promotores de pseudomisterios reprodujeron hasta el delirio dos fotografías forenses cuya procedencia nunca explicaron: una del rostro de la víctima y otra de su tronco seccionado por las ruedas del tren.

Diarios como El Correo Gallego publicaron estas fotos en Internet al anunciar la identificación de la víctima, pero los lectores pidieron que se retiraran por sensibilidad humana y decencia. El diario gallego lo hizo sin más.

Pero el sitio de comercio electrónico esotérico Mundo parapsicológico reproducía la nota de El Correo Gallego sobre la identificación y la foto del rostro de la víctima, en portada y en interiores. Como quizás el jefe de la marca "Mundo parapsicológico" no había tenido en consideración el cambio de calidad, de semántica de la imagen, de implicaciones de la foto que reproducía periódicamente, pedí a sus lectores y colaboradores que le transmitieran mi atenta solicitud de suprimir esas fotos, simplemente para evitarle un disgusto adicional a la familia Ortega-Vasalo.

No la retiraron pese a las solicitudes de sus propios lectores (a los que acusaron de ser yo), lo cual me pareció una indecencia, Pablo Moreira dio explicaciones con la habitual lógica del comerciante de misterios (comentario Nº 11), lo lamenté y adiós... No sé si Pablo pensaría lo mismo si en la foto apareciera tristemente desfigurado un hijo, hermano o padre... en fin.

No hubo adiós. Ayer, Pablo Moreira publica que recibió un correo de José Ignacio Ortega Vasalo, que se presentaba como hermano menor de Oscar Ortega y corresponsal de la Agencia EFE en Moscú, exigiendo la retirada inmediata de la foto. El mensaje concluye, en nombre de la familia de Oscar Ortega, que "no nos temblará el pulso a la hora de exigir responsabilidades a los que intenten aprovecharse de la desgracia de mi hermano". (Haga clic en la imagen para ver la captura de pantalla, misma que usamos porque las cosas cambian mucho y muy rápido en el sitio Web Mundo parapsicológico, que suele reescribir la historia sobre la marcha para cubrirse las culpables espaldas, y seguramente lo hará en este caso).


A esto, con su inigualable facilidad para la exageración poco meditada, Pablo Moreira lo llama "amenazas", porque lo hace sonar importante. Pero no, "amenazas" son cuando un anónimo me escribe diciendo que me van a romper las piernas por desvelar las marranadas a las que es afecto tal o cual gurú, por ejemplo. Hacer cumplir la ley no es una amenaza, por supuesto, es una forma precisamente de conminar a una persona a actuar legalmente antes de tener que conseguir que un juez lo obligue a hacerlo.

En este contexto, la afirmación de Pablo Moreira de que "si usted es quien dice ser, no tendré inconveniente en retirar la fotografía, si resulta que no es corresponsal ni se le conoce por EFE continuaré con la foto" es cuando menos de una bajeza (no bajería, Pablo, los diccionarios no muerden) colosal. ¿Qué tiene que ver todo eso con el hecho de que es de mal gusto y ofensivo mantener esa foto allí, y en los varios sitios donde la explota Mundo parapsicológico? Esa lógica pablística sí que es un misterio.

Metido en esa tobogán de insensibilidad, tontería y petulancia, Moreira afirma que esa persona no es el hermano de Oscar Ortega porque no es corresponsal de EFE, según su rápida "himbestigación" con una telefonista de EFE a la que ni siquiera le pidió el nombre (ese "método paracientífico" es fácil, aunque no sirva para un carallo), ésta le aseguró que había consultado "todas las bases de datos" de EFE (como todas las telefonistas del mundo, que tienen acceso a todas las bases de datos de sus empresas, claro que sí) y certificaba que en esa agencia "no le conocemos de nada".

Armado con eso que apenas sería una pista menor para un periodista de verdad o un barrendero sin título, Pablo Moreira afirma que el remitente es "una persona haciendose (sin acento) pasar por hermano de Oscar Ortega", y asegura que quienes "se hacen pasar" por el hermano de Oscar son "los detractores". Tanta certeza asombra, porque "detractor" es una palabra que tomó al abordaje Pedro Amorós para nombrar a los herejes, a los que no les creemos sus deliriros sin pruebas y además tenemos la enorme desfachatez de decirlo. Como tenemos nombre y rostro, supongo que lo que está haciendo Pablito es acusar a varios, en especial el único al que nombra (yo) de cometer el delito de suplantación de la personalidad. Si sabe que he cometido ese delito, debe denunciarme ante las autoridades, claro. Si no lo sabe, está acusándome falsamente de un delito, con lo cual me está calumniando. Es la táctica habitual de los francotiradores del misterio que no tienen empacho en soltar cualquier mentira para salvar su negocio, generalmente a sabiendas que al causar más compasión que enojo, uno no suele entablar querellas contra ellos.

Desde hace tiempo Mundo parapsicológico tiene el delirio paranoicómico de que toda persona que escribe críticamente en los comentarios de su Web son "Mauricio Jose Schwartz", ya que no han podido digerir que mi nombre lleva un guión y una tilde, pero no una "t": Mauricio-José Schwarz, o "enviadas por mí" (cuando ni mi perro me hace mucho caso). Ahora no quería yo argumentar contra la empresa, sólo pedí atentamente la retirada de esa foto, precisamente por el profundo cambio que sufrió en cuanto a su significado al identificarse la víctima. Dejaba súbitamente de ser lo que fue durante más de veinte años: una malhabida foto forense de un desconocido con la que se las daban de "investigadores" unas docenas de cabezas huecas que a duras penas leyeron la pieza amarillista original de Íker Jiménez y pasaba a ser, para algunas personas, su ser querido, la persona que durante veinte años esperaron que apareciera vivo, en una actitud muy humana y bien conocida en el caso de personas desaparecidas cuyas familias así se dan fuerzas para seguir adelante. Para ellos, que nada tienen que ver con el mundo del negocio paranormal, apenas ha comenzado el duelo, no hace veinte años. Esto no le entra en la cabeza a Pablo Moreira ni a ninguno de sus colaboradores. Es lamentable.

En todo caso, que sepa Mundo parapsicológico (con lo bien que hubieran quedado si dicen "Huy, perdón" y quitan la foto) es que José Ignacio Ortega Vasalo sí existe, sí es hermano de Oscar Ortega y sí es parte de la corresponsalía de EFE en Moscú, cosa que me han confirmado compañeros periodistas que lo conocen y se han puesto en contacto con él telefónicamente, no la telefonista de EFE. Bastaba buscar en Google, pues, donde se pueden encontrar literalmente cientos de notas de EFE firmadas "Ignacio Ortega", casi todas en Moscú, como ésta, ésta, ésta, ésta, ésta y ésta.

Esta "hazaña periodística" de un simple barrendero sin título como soy yo no está al alcance, por lo visto, de los superhimbestigadores profesionales del misterio, grandes amigos y mejores "eggspertos" de la penuria moral, que de nuevo comenten un lamentable error por no querer ocuparse de la ética y la mínima decencia humana.

Política y ocultismo

Hace tres años, este blog contaba los devaneos ocultista-delictivos de algunos miembros de la política mexicana, en especial la historia de la familia presidencial Salinas y "La Paca" (ver nota 1) y los delirios ocultistas de la familia Fox, y lo volví a hacer cuando Enrique de Vicente afirmó tener "documentos" demostrando que Uri Geller había "descubierto petróleo" para el gobierno mexicano de José López Portillo, alias "El Perro" o "López Porpillo".

Elba Esther Gordillo. (Foto D.P. Noticias e
información de la Presidencia de México,
vía Wikimedia Commons)
Vicente Prieto, del Círculo Escéptico, llama mi atención sobre un reciente libro, Los brujos del poder, donde el periodista mexicano de investigación (de verdad) José Gil Olmos, especialista en política y en cosas que sí "ponen los pelos de punta" y no edificios abandonados filmados en falso infrarrojo, ha desentrañado con acuciosidad algunos aspectos de esta dramática y peligrosísima relación del ocultismo y el poder político, en este caso en México, país gobernado con mano de hierro por el mismo grupo político, social y económico desde 1927, bajo la marca electoral de dos partidos en apariencia distintos y en la práctica cómplices.

Gil Olmos relata así el uso que hizo el político del PAN (derecha religiosa cada vez más extrema) Francisco Javier Barrio Terrazas de la magia negra, magia blanca, santería y brujería para consolidar su poder y anular a sus adversarios. (Barrio Terrazas es el personaje que como Presidente Municipal de Ciudad Juárez y como Gobernador del Estado de Chihuahua al que pertenece Juárez, se rehusó a investigar los asesinatos de mujeres en esa ciudad, asesinatos que han sido en su momento usados como carroña por el infaltable Íker Jiménez y la delirante antisemita Isabel Pisano, en un memorable capítulo de "Cuarto Milenio" donde encima de numerosas mentiras convirtieron a las mujeres muertas en "niñas" siguiendo la regla de oro de la paidonecrofilia que semana a semana exhibe Jiménez.)

La historia investigada por Gil Olmos llega a uno de los más siniestros personajes de la política mexicana de los últimos veinte años, Elba Esther Gordillo, de la que afirma que, para conocer al presidente Salinas y poderlo "servir mejor" (es decir, adularlo, darle coba y llenarlo de zalamerías para obtener poder a cambio), mandó a hacer la carta astral del mandatario, y así “saber exactamente lo que se necesitaba y calmar sus ánimos, había que diagnosticarle su aura, sus fijaciones, todo lo que le gustaba y disgustaba. Para eso se tomaron fotos… para ver sus demonios, vicios y debilidades”.

Elba Esther, conocida como "la maestra" ya que fundó su poder en el manejo autoritario del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, con gala de matones y asuntos sucios en grandes cantidades, llegó, según el periodista, a viajar a África siguiendo una ruta que incluyó Marruecos y Nigeria, donde un brujo con gran visión comercial le cobró la bicoca de 45 mil dólares por un ritual que incluyó matar un león, despellejarlo, untar a la peligrosa mujer con la sangre, testículos y vísceras del animal, vestirla con la piel y dibujar signos místicos con las garras del pobre felino. Algo realmente impresionante, sobre todo para un tiranuelo ignorante y falto de escrúpulos y compasión, que así "recibió", supone, la fuerza del león.

Elba Esther Gordillo, colocada al frente del sindicato de profesores por Salinas de Gortari y que siguió allí durante los seis años funestos de Ernesto "el hombrecito" Zedillo, fue un factor esencial para la transición fingida del gobierno del PRI al del PAN, de hecho, Elba se hizo gran amiga de Marha Sahagún, portavoz y amante del presidente, y que se convirtió en su esposa a poco de que éste asumiera el poder. La falsa sindicalista sigue en el poder ahora con el segundo presidente del PAN, Felipe "FeliPillo" Calderón Hinojosa.

La historia de los Fox que conté en este blog es ampliada por Gil Olmos con numerosos datos que se centran, sobre todo, en Marha Sahagún o, como ella insiste en llamarse, Martha de Fox. Y es que, según el libro, esta fervorosa católica y ex-tesorera en Guanajuato ni más ni menos que de la orden "Los Legionarios de Cristo", fundada por el acusado de pederastia Marcial Maciel, recurrió a brujos, chamanes y santeros para que hicieran hechizos que le permitieran casarse con Fox y volverse "primera dama" (juáaaa) instantánea. Para ello, dice, Sahagún encargó a un santero cubano llamado "Padre Campos" la elaboración de una pócima (caramba y zamba la cosa, que diría Violeta Parra) "que suministraba al presidente mezclada en el zumo, el café o el agua". Prosigue: "Otro de los trabajos encargados por Marta consistió en poner sobre las fotos de sus enemigos una tarántula viva, la cual era ensartada a la imagen y quemada junto con ésta".

Antes de eso vino el asunto, ya relatado por este blog, de los "maya galácticos", la brujoasesora de Martha Sahagún y demás.

Gil Olmos recuerda que el exgobernador de Tamaulipas Manuel Cavazos Lerma siempre traía una pirámide bajo su sombrero para alentar la energía positiva, y que otros políticos mexicanos han tenido de "asesores" a brujos del pueblo de Catemaco, estado de Veracruz, que tomó por asalto para hacer una especie de festival anual de EsoteriExpo el risible pero peligroso Antonio Vázquez Alba, rollizo charlatán que falla predicciones a puñados y pese a ello se hace llamar "brujo mayor de México".

Ciertamente, esto no es privativo de México (ojalá el resto del mundo estuviera libre de esta plaga brujeril), sino que en todos los países existe una cierta proclividad de los políticos (raras veces destacados por su lógica, formación científica y racionalidad) de acudir a posibles fuerzas preternaturales. Como dijo el jefe de la aldea de Astérix, Abraracurcix, en el memorable episodio El adivino: "Gobernar es prever". Reagan y la astróloga Joan Quigley (que no acierta nada), Hillary Clinton y Jean Houston (médium newagera) y otros casos deberían ponernos en guardia sobre el tipo de "consejos místicoesotéricos" que puedan estar recibiendo nuestros gobernantes, a cargo de ocultistas que son tan "inocuos" como un misíl aire-tierra.

Nota 1:
Durante el ocaso del lamentable mandato de Carlos Salinas de Gortari, mandato cuyos seis años resultaron costosísimos y absolutamente desastrosos para México, fue asesinado el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sucesor nombrado a dedo por Salinas, Luis Donaldo Colosio. Poco después, moría acribillado José Francisco Ruiz Massieu, secretario general del PRI y excuñado del presidente.

Del asesinato de Colosio nunca se supo nada, hubo un acusado, un "loquito que actuaba solo" y nadie investigó más allá, salvo para suponer que el crimen había sido ordenado por Salinas, el que más tenía que perder con ese escándalo. Nunca se siguieron las mejores prácticas de investigación que preguntan, ante todo, a quién benefició el delito.

Sobre el otro caso, la historia se convirtió en un gran guiñol. Un diputado federal presuntamente implicado en el asesinato del secretario del PRI, Manuel Muñoz Rocha, desapareció inmediatamente después del asesinato de Ruiz Massieu, bajo sospecha de haber participado en él por algún motivo poco claro. En una acción delirante, meses después el fiscal del caso contrató a una de cuyas brujas de cabecera de los hermanos Salinas, Francisca Zetina Chávez, "La Paca", para encontrar el cuerpo de Muñoz Rocha. Ella "vio" de modo muy "vidente" que Muñoz Rocha estaba enterrado en una finca del hermano del presidente, Raúl Salinas (conocido como el "Señor 7%" por las comisiones que pedía, se dice, por cada una de sus gestiones). El fiscal y la bruja poco después excavaron la finca en medio de un circo mediático y encontraron el cadáver. Desafortunadamente, el servicio forense demostró que el cuerpo no era de Muñoz Rocha (de quien nunca más se supo nada, como en el corrido de "Camelia la tejana"), sino que resultó ser del suegro de La Paca, misma que había robado el cadáver para enterrarlo en la finca y tratar de hacerlo pasar por el cuerpo del diputado para inculpar a Raúl Salinas. Hacerlo pasar por otro era una tontería monumental, pues no correspondía con la edad ni la estatura ni el peso del diputado, y menos en el tiempo desde el fallecimiento de uno y la desaparición del otro, ni el ya de por sí sospechoso hecho de que el cadáver del suegro de la bruja había sido sometido a una necropsia, cosa que raramente hacen los asesinos con sus víctimas.

La Paca, como ya he relatado, me sometió, junto con otros periodistas, a su infalible "Triple Maldición Karmática" por meterme a opinar sobre el esperpéntico caso, sin efectos perceptibles, por cierto. Sin embargo, la mujer sigue inexplicablemente en la cárcel cuando sólo se le acusó de exhumación y entierro clandestinos. Ella afirma que la mantienen encerrada los políticos implicados en esta historia delirante. Y lo más raro es que le creo, sin aceptar inocencia alguna de su parte, porque once años por un delito así son un exceso absurdo que no se sostiene jurídicamente, y entendible sólo en el estado autoritario y corrupto hasta la médula que sigue siendo México.

octubre 23, 2008

El amarillismo paranormal

Actualización 29 de octubre: La fotografía se quitó el 28 de octubre, cuando ya la había visto la familia a la que quisimos ahorrarle el disgusto. Varios de los enlaces de esta entrada están rotos por la reescritura continua de los hechos a cargo de Mundo parapsicológico. La historia final y lo que nos han ayudado a rescatar en forma de capturas de pantalla, pueden verse en la entrada Amarillismo, calumnia y censura: Epílogo que sinceramente espero sea el último sobre este penoso tema.
Actualización 28 de octubre, 14:15: La nueva metida de pata de Pablo Moreira y su empresa ha ameritado nueva entrada. La historia continúa aquí, no se la pierda.
Actualización 27 de octubre, 1:30: Algunos otros lectores del sitio Mundo parapsicológico pidieron en sus comentarios, me parece que con buenas maneras y sensatas razones, que se eliminara la foto en cuestión. Hoy domingo regreso de A Coruña, a donde fui a ver ganar al Sporting de Gijón, y me encuentro una respuesta del capo di tutti capi del cotarro Mundo parapsicológico, Pablo "para ganar más dinero" Moreira, que dice que "la fotografía no se retirará de la página web y seguirá en primera plana hasta que se actualice el área de noticias". Añade su meditada y conspiranoica sospecha de que "todos vosotros no sois mas que Mauricio camuflado en nicks", me llama Mauricito con inusitada cuanto rosa ternura, y descuenta el posible desagrado de la familia con dos rollos de cloaca lógica. El primero: "Del mismo modo podría pedir que se retirasen las miles de fotografías de cadáveres con nombre y apellidos que circulan en la red", lo cual es cierto. Pero como este blog se dedica al tema del misterio, sólo denunciamos la necrofilia, paidonecrofilia y demás mentiras del mundo del misterio, y el que otros delincan no da derecho a delinquir. Tampoco comentamos acá todas las chorradas de Rajoy, los despropósitos del "cine de autor" ni la técnica dibujística de Sin City, temas igual de válidos. El segundo argumento para que le valga sombrilla lo que pueda sentir la familia (posibilidad que, recuerdo, bastó para que El Correo Gallego retirara las dos fotos de su edición digital) es: "He dado órdenes expresas al director de Mundo Parapsicológico para que no retire la fotografía a pesar de las peticiones pues es una fotografía que ha identificado al caso durante muchos años". Vaya, que business is business y si hemos actuado mal en el pasado no hay motivo para de pronto y sin previo aviso actuar con alguna decencia... Bueno, yo les dí el beneficio de la duda, que conste.

Por cierto, veo que en breves minutos entró la tijera censora del parafranquismo parapsicológico y se borró alegremente un comentario de alguien que le explicaba a Pablo que para ellos era muy fácil revisar la IP de quienes dejan comentarios (además de que les piden que se registren como usuarios, asunto indispensable para la venta de publicidad, o sea, para ganar más dinero, y yo no me registraría allí para hacerles el caldo gordo). Es decir, que se puede probar fácilmente si su velada cuanto bobalicona insidia es cierta o no. Eso ya no moló y chac, chac, el comentario desapareció.

Ahora habrá que ver si la familia de Óscar Ortega decide ejercer el derecho que le asiste como legataria de la propia imagen y dignidad de Óscar Ortega para exigir el pago de los derechos de dicha foto. Yo, como fotógrafo, tengo firmadas autorizaciones legales de uso de su imagen de todas, absolutamente todas mis modelos, pues usar una foto sin tener derecho (sobre la foto o sobre la imagen de las personas que en ella aparecen) es ilegal, aunque esto preocupe poco en un mundillo en el que robar fotos es cosa de diario. Otra raya de indecencia e ilegalidad en el tigre del misterio...
Actualización 24 de octubre 22:00: Las fotos siguen allí, aunque ya alguno de los lectores de Mundo parapsicológico (que algunos llaman "Inmundo parasitológico") ha solicitado en los comentarios a la nota, firmando con su nombre, que se retiren del sitio las fotos del rostro destrozado de la víctima. Mientras tanto, un anónimo reprimido sale con uno de esos argumentos que fuera del mundete misteriológico causan risas: resulta que sí se puede lastimar a la familia Ortega-Vasalo manteniendo esas fotos dramáticas porque yo (que nada tengo que ver salvo como periodista), entre otras muchas cosas y como fotógrafo, hago fotografía de desnudo de figura femenina para libros y exposiciones, asunto que hace que tipos como éste o Amorós se sientan necesitados de aplicarse látigo, ayuno y cilicio, y señalarme como "indecente". Ni Rouco, pues.
Actualización 24 de octubre 14:45: Las fotos ofensivas siguen en el sitio de Mundo Parapsicológico, empresa que, por cierto, el pasado 5 de mayo, al cumplirse 20 años de la tragedia, no tuvo empacho en reducirle la edad a la víctima para seguir la estela necropedofílica de "Cuarto Milenio", esa triste convicción carroñera de que la sangre, el dolor, la muerte y la tragedia venden más si implican a menores de edad. Para este sitio Web, así, la víctima era, de pronto, "el niño de Boisaca".

Hace unos días se reveló que se había identificado a la víctima de un atropellamiento ferroviario ocurrida hace más de 20 años, el 5 de mayo de 1988. Este lamentable accidente sería uno más a no ser porque sobre él cayeron los "amigos del misterio" y los "himbestigadores paranormales" para inventar que la víctima era igual "un viajero en el tiempo" (ocurrencia del infaltable Íker Jiménez Elizari) que "un extraterrestre". El asunto lo resume de modo excelente Luis Alfonso Gámez en Magonia. El que llamaron, con esa vocación de asombro baboso "El Caminante de Boisaca" era el joven Óscar Ortega.

Al menos un medio del mundo de lo supuestamente paranormal, Mundo parapsicológico, empresa de comercio electrónico propiedad de los hermanos Pablo y Valentín Moreira, cercanos cófrades del SEIP y grupos así de serios y creíbles, y gente siempre ocupada en "ganar más dinero", según cita de Pablo, se ha hecho eco de este descubrimiento de la antropología forense científica, no paranormal, no parapsicológica.

Desgraciadamente, Mundo parapsicológico optó por poner en su página de inicio la fotografía del rostro desfigurado de la víctima, misma foto que vuelve a reproducir en su interior, a media pantalla de tamaño, en el artículo que reproduce tomado de El Correo Gallego.

Dado que Miguel Ángel Segura entró hoy como participante a la lista "Foro de Dios" (forodedios@yahoogroups.com), y aparece como colaborador de la empresa de los Moreira, le envié el siguiente mensaje, que por desgracia ya no recibió porque se desuscribió de inmediato en cuanto se le preguntó por una rara afirmación suya de que la tabla Ouija® inventada en 1890 se remontaba al "antiguo Egipto", falfia común en el mundo del "misterio" donde todo se le atribuye a los egipcios para darse pompa y circunstancia. Le envié el mensaje a la dirección que publica en el sitio Web de los Moreira, pero don Miguel Ángel Segura respondió rápidamente que no es colaborador de la empresa, que ésta sólo le persta espacio de servidor y que se lava las manos, todo sin contestar a los efluvios egipciacos de la Ouija® ni prestarse a trasladar esta petición a los encargados de Mundo Parapsicológico.

Así que, por favor, alguno de los que leen este blog solamente para cabrearse y acordarse de mi mamá y de lo malvados que son los "escépticos", y cosas así, a ver si tienen la mínima calidad humana necesaria para hacerle llegar a Pablo Moreira and Company la súplica que le hice a Miguel Ángel Segura, que no se dejó conmover, y ahorrarle disgustos a una familia que no lo merece:

Aprovecho la presencia de Miguel Ángel Segura para solicitar atentamente al equipo de Mundo Parapsicológico que retire de su portada la fotografía del rostro del cadáver de Óscar Ortega, y del interior la enorme reproducción de la misma.

Entiendo que "para ganar más dinero", vieja consigna de los Moreira, el amarillismo es fundamental, pero después de veinte años de explotar el trágico fallecimiento de esta persona para sus embustes y desenfrenados delirios de misterios inventados, y dado que la maldita ciencia finalmente logró identificar a la víctima de cuyos restos se han alimentado como buitres muchos misteriólogos de ocasión, esa fotografía es una ofensa para la familia que hoy tiene que atestiguar que fue su familiar sobre el que se cebaron los "investigadores" . Incluso El Correo Gallego del que copiaron la nota ya retiró de Internet las fotos que con
exquisito mal gusto había puesto en la nota referente a la identificación del que llamaron a efectos de márketing "El Caminante de Boisaca".

Ni pido que ofrezcan una disculpa por veinte años de carroñerismo misteriológico, sólo un poquito de sensibilidad para unos inocentes que hoy finalmente recuperan a un miembro de su familia, cosa que algunos también defendemos para otras víctimas denostadas por otros buitres.

Gracias anticipadas,

Mauricio-José Schwarz

Ojalá haya suerte y alguien en la compañía en cuestión se conmueva un poco y actúe con decencia por una vez.

octubre 21, 2008

Modus gellerandi

Un embaucador casi olvidado por los medios detecta que un famosísimo deportista es bobo de solemnidad. Se organiza para "encontrárselo" accidentalmente, conocerlo, impresionar el escaso neuronaje del joven deportista con un truco absolutamente desprestigiado con el que tuvo éxito treinta años atrás, lo enreda con la palabrería habitual de la autoayuda, el "tú puedes" y demás, sabiendo que el muchacho está cerca de un importante éxito deportivo. El muchacho gana una confrontación y el viejo y avezado embaucador convoca a todos los medios para informarles que el éxito se le debe a él. Obtiene una gran cantidad de publicidad gratuita y a posibles víctimas a las cuales sacarles el dinero que crean que realmente este engañabobos puede provocar triunfos en el deporte de élite por medio de rollitos de libro de a dos euros.

Esto podría ser lo que ocurrió en la peculiar historia que ha unido al viejo embustero doblacucharas Uri Geller y al joven, atolondrado, brillante y antipático piloto de Fórmula 1, Lewis Hamilton, según informan los despistados medios que han caído en el garlito de Geller.

¿Cómo doblaba Geller las cucharas? Con las manos, y sobran los vídeos que lo demuestran. Éste me encanta porque no acude aninguno de los "trucos" que algunos lumbreras trataban de hallar, como una hebilla especial para apoyarse y bobadas así. Simplemente dobla las cucharas cuando todo mundo mira para otro lado. Los magos le llaman "misdirection": dirigir la atención del público lejos de donde debería estar. Éste es uno de los vídeos que con amenazas ha tratado de sacar de YouTube el seudoparanormalero.



¿Encontró Geller petróleo para el gobierno mexicano? No, e incluso recientemente un geólogo de Petróleos Mexicanos se lo confirmó a este blog (diga lo que diga Enrique de Vicente hablando de documentos imaginarios). A Geller le dieron pasaporte mexicano por hazañas un tanto más horizontales con la entonces "primera dama" (juáaaaa) de México, Carmen Romano de López Portillo.

¿Alguna vez ha dicho la verdad Geller? Probablemente, pero nunca se ha podido registrar el caso.

¿A los medios les importa que se trata de un pillastre desprestigiado, de un mentiroso patológico, de un gigoló desvergonzado?

Pues por lo visto no. Los medios, como en el caso del ovni inglés del que se informó hace un par de días están más interesados en sorprender que en informar. Lástima.

octubre 13, 2008

Txumari Alfaro: friki, no médico

Me entero con cierta desazón que La Sexta, esa cadena de televisión que ha demostrado un exquisito buen gusto en su programación, y que mantiene una relación orgánica con el diario Público, destacado desde sus inicios por no tener sección de "astrología" y contar con una excelente sección de ciencias, ha decidido fichar a un sujeto, un cómico, según algunos, que tiene excelentes relaciones públicas y una imagen de niño bueno que ganas dan de darle una colleja, pero que en el fondo no es sino un simulador. Un profesional de los medios disfrazado de profesional de la salud.

Este fingidor vive con los cuentos de la "Botica de la abuela", tratando de que usted no se acuerde de que en tiempos de su abuela no había ni siquiera anestesia, ya no digamos antibióticos, medicamentos contra el cáncer, insulina, antirretrovirales ni neurocirugía que sirviera para algo. Que los que se "curaban" así morían a los 40 años, y no a los más de 70 que mueren hoy los beneficiarios de la higiene, la medicina científica y la alimentación... tres cosas que no descubrió la naturopatía porque tal "disciplina" nunca ha descubierto nada, no investiga, sólo vende.

Se trata de un conocido impostor que simula ser profesional de la salud, con lo que ello implica por cuanto a la figura del delito de intrusismo profesional (artículos 403 y 637 del Código Penal Español), el engaño, la suplantación de profesionistas cuyo ejercicio demanda certificación universitaria y, posiblemente, la estafa al estilo del "doctor" Coté.

Le explico primero por qué este personaje es peligrosísimo y puede llevar a que pierdan la salud o la vida muchas personas que confían en su bonachona sonrisa, su pausada voz, su intensidad fanática y su aparente sinceridad. Es un tipo simpático, sí, y hasta parece a veces que se cree todo lo que dice, sin advertir siquiera cuando cae en contradicciones tremendas, y ello hace que muchas personas de buena fe puedan perder calidad y cantidad de vida. Alguien que acepte algunas de las delirantes terapias que contamos en esta entrada, dejaría por lógica de ir al médico (sobre todo porque estos sujetos suelen denostar a la medicina basada en evidencias) y podría sufrir graves consecuencias por un tratamiento tardío, un mal diagnóstico o una suspensión de un tratamiento que pueda no funcionar de inmediato de modo mágico, sino que necesite largo tiempo para surtir efecto. Si al menos de cuándo en cuándo el tal Txumari dijera que el enfermo puede usar la medicina y las burradas que se le ocurren a él, por seguridad o por no dejar, ya sería mil veces mejor de lo que es.

Pero prefiere ser un riesgo para la salud, y aunque a veces diga que los médicos deben diagnosticar y él puede curar, no es infrecuente que diagnostique con una certeza que sería admirable si se basara en algo.

El nuevo rostro durísimo de La Sexta, que la semana pasada sólo fracasó en audiencia mientras que en otros países estaría en alguna cárcel, becado por los estados que no permiten que cualquiera se finja médico, ingeniero o abogado, es un presunto experto en cosas que nunca ha estudiado ni por accidente, y un vergonzoso negociante del dolor y las ilusiones humanas por medio de la brujería, la magia y el curanderismo fantástico: se trata de Jesús María Alfaro, un sujeto al que nadie conoce por ese nombre porque le gusta que le digan "Chumari" (de "Jesús" y "María") pero usando la grafía euskera: "Txumari" que viene mucho al caso cuando en euskera "Jesús" es "Josu", "María" es "Miren" y, en todo caso, "Jesús María" se diría "Josune". De Txumari nada salvo en la fantasía de Chumari, pero vaya.

"Txumari" Alfaro gusta de decir que es "naturópata" y, en su entrada de Wikipedia que casi no se nota que escribió él mismo con su característica humildad inexistente, asegura que "se doctoró en esa ciencia", sin importarle un rábano que ni la naturopatía sea una ciencia, ni mucho menos él tenga un doctorado de verdad, un grado que tiene el requisito de ser antes de ello licenciado, grado que Jesús María no ha demostrado poseer.

Le da igual, jura y perjura que ha profundizado en otras dos patrañas, la "iridología" y la "acupuntura", que son formas de la más primitiva e inútil magia representativa, y afirma además que "se doctoró" (¡otra vez!) en Ciencias de la Alimentación por la Universidad de California. En realidad, su carrera ha sido como figura mediática que dice mentiras ante las cámaras, pero con una dosis de buen rollito, sonrisa falsa y voz de pito de sereno antiguo que conquista a muchas personas de buena fe a las que les cierra el acceso a la medicina real.

Si de la acupuntura ya hablamos varias veces en este blog, concitando la furia de los que viven de ese cuento, dediquemos un párrafo a la iridología.

¿Iridología?

El portal "Naturamedic", que no tiene nada de natural, nada de médico y, como usted verá, la lleva también a patadas con la gramática, define a la iridología como "un método de diagnostico, consiste a leer en el iris los signos de ciertos trastornos o enfermedades del organismo".

En resumidas cuentas, esta forma de magia cree que toda enfermedad o afección del cuerpo y el alma humanas "se ve" en el iris del ojo, y de hecho se puede ver antes de que "se manifieste" como un sindicato ofendido.

Los problemas empiezan cuando preguntamos cómo es que tales enfermedades se reflejan "en el iris". No sólo por el problema grave de que el iris no está conectado anatomofisiológicamente a ningún órgano del resto del cuerpo, es un músculo coloreado con melanina absolutamente dedicado a regular la cantidad de luz que entra en el ojo. Pero los iridólogos no saben nada de esto, así que mágicamente dividen el iris en 12 partes (como un reloj, curiosamente) sin explicar por qué, y juran que en el segmento 1 se ve el cerebro, el cerebelo y el oído, en el segmento 2 el bulbo (raquídeo, supongo), la hipófisis, la laringe y la hipolaringe, el 6 la vejiga y el colon (pero el apéndice solito se pasa al 7), etcétera. ¿Lo investigaron? Ni de coña.

Bueno, pero uno podría pensar que aunque no se conociera el mecanismo por el cual se refleja tan ordenadamente el cuerpo en el iris, si lo hace, pues hay que admitir que lo hace y a tomar por saco (o a investigar cómo funciona), ¿no es así? Pues sí, la prueba del vino está en probarlo. Y Miguel Ángel Sabadell nos relata en el blog La ciencia es la única noticia (precisamente del diario Público nos cuenta cómo en 1979 se probaron las afirmaciones de uno de los más famosos y presumidos "iridólogos" del mundo, Bernard Jensen, junto con dos animalitos de su misma especie, se pusieron a estudiar los iris de 143 pacientes y no tuvieron ni un acierto. Otro estudio que nos relata Sabadell puso en ridículo a cinco iridólogos holandeses, demostrando que sus aciertos correspondían al puro y celestial azar, la chiripa de mi pueblo.

O sea, no podemos averiguar cómo funciona porque no funciona, no se ajusta a lo que dice su publicidad.

Tal es la "ciencia" que le permite a Txumari tener dinero para su diaria pastura, sus trajecitos de lino blanco y sus sesiones de peluquería. Tal es la ciencia que merca ahora La Sexta en el programa "Salud a la carta", en cuya publicidad declara a Txumari "experto en medicina natural", como si la tal "medicina natural" existiera a diferencia de otra medicina (¿sería la "artificial"?) que por supuesto es más mala que la "natural".

Lo bueno es que la Sexta confiesa abiertamente que su empleado probablemente delinque, pues anuncia que: "explicará las propiedades curativas de los diferentes alimentos y también propondrá remedios naturales para las dolencias más habituales". Evidentemente, Alfaro no tiene la certificación necesaria para proponer "remedios naturales" para dolencias tan habituales como la diabetes o la aterosclerosis. No es médico, sus afirmaciones no están contrastadas en estudios que pudieran encender en nosotros alguna confianza, no ha estudiado anatomía, fisiología, farmacología y genética, sino que suele recomendar estupideces como "beber la propia orina" a modo de curación, vieja superstición que no tiene ningún valor curativo demostrado, y puede ser dañina en algunos casos (cosa que a Txumari francamente se la menea).

Recetas abracadabrantes

Mendigando regresar a la televisión, en noviembre de 2007 Txumari Alfaro se daba cera en el periódico (es un decir) El Mundo, chateando con sus víctimas, digo, lectores, con afirmaciones singulares.

Por ejemplo, con millones de dólares y miles de expertos estudiando en universidades y laboratorios, los neurocientíficos aún no dan con las causas de la migraña, aunque tienen como hipótesis viable que se trata de un desorden del sistema de control serotonérgico, aunque han detectado algunas variantes que se originan en el tallo cerebral e implican una disfunción en el transporte de calcio y potasio en las membranas celulares, además de que parecen influir factores genéticos así como algunas fluctuaciones hormonales. Todas esas palabras llenas de sílabas le resultan ajenas y pesadas a Txumari, el ágil, que asegura contundente que "el 90% de los tipos de migraña tienen que ver con alimentación y tensiones personales". ¡Haberle preguntado al caradura navarro en vez de gastar el dinero!. Así, en lugar de medicamentos preventivos y analgésicos, Txumari "receta" lavativas de café (como las que mataron a Peter Sellers), no tomar alimentos fritos, tomar pan integral, "leches vegetales" (que no existen, habla de un preparado de soya o soja con el que los vegetarianos se engañan y malnutren a sus inocentes hijos)m y en vez de azúcar recomienda melazas. Con eso ya se le quitan a usted las migrañas.

Y si no, pues tiene más "remedios" mamertos en su libro, que de lo que se trata el "chateo" en cuestión es de sacarle la pasta al público, por supuesto.

La magia Txumárica es inagotable: el insomnio lo provocan los aparatos eléctricos en el dormitorio porque, jódase usted y asómbrense los físicos y meteorológos, "a las tres de la mañana es la hora de máxima emisión de campos electromagnéticos a nivel atmosférico", payasada que no es cierta, no significa nada y no le sirve a un paciente de insomnio para dormir mejor, salvo por efecto placebo si realmente cree que un tipo con aspecto de pijo expulsado de una regata sabe medicina porque le bajó del cielo.

Para la sinusitis, "una tortilla de berbena con la clara de dos huevos puesta a punto de nieve". No explica qué es la berbena, si la tortilla se pone como cataplasma, se inyecta en los senos craneales o se come con la mano izquierda, pero se queda bien contento y jura "mano de santo".

Asegura que sabe cómo "a través de la alimentación se rejuvenece", lo cual uno podría creer a sus setenta años, a no ser porque tiene 56 mal llevados.

Antes de entrar de lleno en la imagen de este vivales bebiéndose sus propios meados, no puedo dejar de indicar su remedio para el dolor de muelas: "coge un corcho de botella, quémale un extremo y póntelo en el bolsillo que coincida con el lado que esté la muela que duele". ¿Medicina natural? ¡Brujería pura y dura! ¡Y frases sin sentido alguno como "masticar tus bebidas y beber tus alimentos", que emocionan a las señoras que se ponen a 100 con Paulo Coelho, y no a todas!

Vale, uno más: ¡el crecepelo Txumarino!: como la caída del pelo se debe a la grasa (y no a la genética y a la testosterona), basta "alimentarte solo y exclusivamente de legumbres, cereales, frutas, verduras y frutos secos, eliminando cualquier otro alimento" para que las grasas acaben y se deje de caer el pelo. La abundante melena de Txumari es mudo testigo de esta patochada.

Otro: recomienda pócimas homeopáticas para controlar la ansiedad: "Hipotálamo a la potencia 9CH"... no lo dice, pero se trata de un remedio que otros curanderos recomiendan para la rinitis, para el insomnio con depresión nerviosa, para adelgazar, para el síndrome de deficiencia de la atención en niños... es decir, cada brujo lo usa distinto, y por tanto hay motivos para pensar que se trata de un placebo y nada más. Porque lo de "potencia 9CH" parece que indica que hay muchísima fuerza, pero significa que el producto "hypothalamus" (que no nos dicen qué es, pero no contiene hipotálamo de ningún animal) fue sometido al siguiente procedimiento: en un litro de agua se puso un centilitro de sustancia "curativa" y se agitó, de esa solución se tomó un centilitro y se disolvió en otro litro de agua, se agitó y se volvió a tomar un centilitro y a disolverlo en otro litro de agua nueve veces. Cualquiera que sepa de química le puede explicar que en el gránulo de azúcar que usted se toma, al cual se le pone una gota de la última solución conseguida (la 9CH) no existe ni una molécula de la sustancia original. También le puede decir que no cura nada. Y le puede decir que eso le da igual a Alfarito.

Todas las tonterías en las que se ha creído alguna vez conforman el universo de falsedades sin demostración de Txumari Alfaro. Donde los paleoantropólogos han demostrado (con estudios, datos, información, análisis y pruebas) que comer carne nos hizo humanos, nos permitió obtener la energía necesaria para que nuestro cerebro creciera y se desarrollara más allá del que posee el chimpancé, Txumari Alfaro le dice que "la carne crea agresividad". Y lo dice basado en sus propias supersticiones, que nunca ha sometido a demostración. Se inventa que comer carne altera nuestra percepción igual que tomarse tres whiskys. Donde los biólogos, genetistas, fisiólogos celulares, neurocientíficos y otros señores que no salen en la tele saben que la enfermedad puede ser causada por infecciones, problemas genéticos, desarreglos fisiológicos, envenenamientos, malas posturas, desastres genéticos locales (como en el caso del cáncer), fallos a nivel de estructuras de las microscópicas a las macroscópicas, el señor Txumari Alfaro se opone y dice alegremente que "Todas las enfermedades tienen que ver con un desequilibrio al respecto" de la nutrición. Todas. Todititas. ¿Cómo lo sabe? No lo sabe, pero se trata de sacarle dinero a usted, no de "saber cómo funciona el cuerpo y sus enfermedades", por supuesto.

¡Bébase su orina! ¿Y nos comemos el cerumen de las orejas, crack?

Llegamos así a recordar el tipo de esperpéticos espectáculos que este médico brujo hacía de la mano del ufólogo Javier Sierra, y, sobre todo, su promoción de la orinoterapia, urinoterapia, pipifagia o meadotragación, una superstición oriental que asegura que beber la propia orina, pis o meados es "bueno para la salud". Esta superstición nunca se ha demostrado, como no se ha demostrado la superterapia de comer heces fecales de cabra para el dolor de estómago. Ambas ideas tienen exactamente el mismo valor, y si usted practica una, debería practicar la otra.

Pero nuestro cuerpo conserva lo que necesita y expulsa lo que no necesita, la orina es un desecho y no necesita que venga un pobre despistado navarro al que le gusta creerse médico y salir en tele a decirnos que tenemos que meter de regreso lo que el cuerpo echó fuera.

Es especialmente interesante la argumentación que utiliza este pobre tipo para defender su gusto por beberse los meados, que "en China hay 35 millones de personas" que se beben su orina.

Eso impresionará al vendedor de remedios inútiles, pero extraña más que no le impresione para nada que haya mil doscientos setenta y nueve millones de chinos que no hacen tal estupidez. Como no la hacen los animales, tan "naturales".

Ante esto no queda sino pedirle a La Sexta que tenga la delicadeza de contratar a un nutriólogo para orientar a su sufrido público y ponga en la calle a este impostor y embustero, a ver si se consigue que uno de estos días se ponga a trabajar honradamente, que las nuevas experiencias siempre son enriquecedoras.

Terrible chupacabras o coyote cojo...

Paso por la emisora Cuatro el domingo en la noche y me encuentro... pues lo que siempre se encuentra uno, a Íker Jiménez "El Asombrao" tratando de convertir en misterio lo que no lo es, para lo cual cuenta con la invaluable ayuda de Santiago "Me creo lo que me manden" Camacho.

Tratando de demostrar la existencia de algo raro que dice (porque se le ocurre) que podría ser "el chupacabras" (juáaaa), Santiago Camacho hace una de sus habituales himbestigaciones que consisten en leerse un par de libros charlatanescos y algunas revistas charlatanescas estadounidenses, para explicar con ganas de ser importante cosas que pasaron en Estados Unidos, país que uno duda que haya visitado jamás el empleado de Íker.

Santiago informó de que los "expertos" (esos científicos bobalicones que viven más asombrados que Íker Jiménez, si nos atenemos a las descripciones de estos supuestos misteriólogos) no habían podido identificar a una "extraña bestia" filmada por unos policías en Cuero, Texas, en agosto de este año. Ya me dirá usted quién puede identificar con precisión a un cánido borroso que corre alejándose de la cámara sin verla nunca de frente, de modo que lo único que vemos son unos cuartos traseros en franca huida:


Cuartos traseros que a mí me hicieron pensar de inmediato en un coyote pelón o en un xoloitzcuintle o perro pelón azteca, aunque tratándose de un animal muy valorado, no sería fácil que sus dueños lo abandonaran. Éstos son xoloitzcuintles:


Como fuere, hay que hacer misterio donde no lo hay, e inventar "chupacabras" donde se ve un perro o coyote, claro. Para incrementar la emoción, Santiago Camacho afirmó contundentemente que hace un año, la "Universidad AIM" de Texas recibió muestras de tejidos de otro "asombroso animal" con aspecto de coyote pelón encontrado en el condado de DeWitt y, ante el asombro bien ensayado de su jefe Jiménez aseguró que los tontos universitarios no habían hecho en un año más que asombrarse ante el aterrador "ser", pero que no habían dado el resultado del análisis de ADN del bicho (la "criatura", vaya), dejando en el aire la sugerencia de que podía ser "imposible saber qué animal era" o alguna barbajanada similar.

Como el público al que victimiza Cuarto Milenio de esto no sabe y confía, ingenuamente, en que estos presuntos periodistas lo van a informar, Santiago Camacho no presenta la información completa, que sin embargo se puede encontrar fácilmente en Internet, en inglés y en español. Su objetivo no es informar, sino asombrar, no es dar datos, sino sembrar emociones bastardas. O no se enteró o no supo cómo enterarse.

Resumiendo la historia, en julio de 2007, la señora Phylis Canion dijo que encontró un "extraño animal" atropellado cerca de su rancho en el condado de DeWitt, en Texas, y como haría cualquier persona normal, se llevó el cadáver y lo metió en un congelador (aquí uno, que ya se sabe estas historias, como la del Yeti de no hace mucho, empieza a pensar que doña Phylis estaba ya pensando en cómo sacarle dinero al cadáver que se llevó a casa). Afirmó que algunas gallinas de su casa habían muerto totalmente exanguinadas (cosa que tampoco se ocupó en demostrar), le tomó fotos al animal y, presionada por la prensa, mandó a hacer los mentados análisis de ADN. He aquí la foto:


Por cierto, uno de los invitados de Íker Jiménez le estuvo llenando el hígado de piedritas todo el rato porque al parecer se trata de un tipo bastante serio, Luis Miguel Domínguez, naturalista y realizador de documentales. Primero, desmontó los supuestos misterios de "mutilaciones de ganado" que sólo asombran a urbanícolas que nunca han estado en el campo y no saben cómo funcionan los muchos carroñeros que reciclan cadáveres. Luego, al ver esta foto, coligió astutamente que doña Phylis mentía, porque en lugar de parecer atropellado, el cánido que aparece arriba tiene en la pata delantera derecha una fractura típica de un cepo o trampa en el que debe haber caído. Es lo que tiene saber, tener información real, placer que nunca conocerán Íker y su cuadrilla de cuentacuentos y vendemotos.

Ninguno de los profesionales de la fantasía puso en duda a Phylis, de modo que una vez dejando en el aire el "terrible misterio" chupacabrón que casi le provoca a su patrón una lipotimia de consecuencias impredecibles, Camacho procedió a señalar que algo similar a esta "Bestia de DeWitt" había sido descubierto igualmente muerto en 2004 en el cercano condado de Elmendorf, Texas, predeciblemente llamado "chupacabras o Bestia de Elmendorf", ¿o creía usted que iban a ser originales? Por supuesto, y por decreto de Camacho, que de esto no sabe nada pero le va la manduca diaria en ello, los tres bichos (Elmandorf, DeWitt y Cuero) son los mismos, no pueden ser distintas especies, son igualitos y chupacabrísimos.

Ahora viene la historia que Camacho no le contó, ya sea por un descuido menor o porque es demasiado inútil como investigador para enterarse o bien porque sabe perfectamente que su negocio y el de su jefe es conservar los misterios y engrandecerlos y adornarlos con todo tipo de omisiones, olvidos, trolas, camamas, filfas, exageraciones e impudicias torticeras, y que si los misterios se aclaran por la intervención de los malditos que no creen en lo supernatural y transparanormal, la aclaración debe esconderse como los gatos hacen con sus caquitas, actividad en la que Íker Jiménez se ha revelado como todo un maestro algunas docenas de veces.

Ah, placeres de la himbestigación a cargo de eggspertos con taxímetro...

Lo que no le contaron Íker Jiménez y Santiago Camacho es que al mismo tiempo que se encontró el "chupacabras" o "bestia de DeWitt" se encontraron otros tres animales muy parecidos, y de hecho dona Phylis Canion con gusto se guardó la cabeza de uno, como haría cualquiera de nosotros, sin avisar ni a las autoridades sanitarias, ni a las de vida silvestre ni cosa similar. Aquí, Phylis con la cabeza en cuestión:


Tampoco le contaron que "alguien" (doña Phylis Canion, ¡sorpresa!) decretó que 2007 era el "Año del chupacabras en Texas" y se puso a vender camisetas del chupacabras.

Y, por supuesto, Santiago e Íker tampoco le contaron que sí se hizo el estudio de ADN y EL CHUPACABRAS DE CAMACHO Y JIMÉNEZ ERA UN COYOTE. Punto. Pero claro que el estudio no se hizo, como se inventó Camacho, en la universidad AIM de Texas, ¡que no existe!, sino en la universidad estatal, la Texas State University, campus de San Marcos, en su Departamento de Biología, y los estudios los facilitó el profesor de biología Dr. Michael Forstner, que a fines de ese año fue nombrado jefe de genética de dicha universidad, o sea que algo sabe, fijo más que Camachito.

¿No es genial el himbestigador Camacho, que inteligentemente lanza una pista falsa para que quienes quieran seguirla por su cuenta descubran que, efectivamente, los cientificastros de la inexistente AIM University de Texas no han informado de un análisis que hicieron otros? ¡Periodismo en estado puro!

Pues los estudios se hicieron y en noviembre de 2007, en los tiempos normales de un estudio de ADN, y con la actitud científica de desvelar misterios, el doctor Forstner anunció que el ADN era de un típico coyote tejano. En esos tres meses, sin embargo, doña Phylis ya había vendido 10 mil camisetas.

¿No han dado resultados, Santiago Camacho? No seas mentiroso. Seguramente tu mamá no te educó para ser un embusterazo.

Por supuesto, la señora Canion declaró que "ella nunca negó que el animal no tuviera algo de coyote" (al parecer el ADN, jejé). Pero lo que la convierte en toda una misterióloga y vendedora de camisetas de éxito es lo otro que afirmó al diario Star-Telegram según lo cita incluso el sitio UFO Review, nunca sospechoso de escepticismo o defensa alguna de la inteligencia: "Lo que discuto es que las pruebas no fueron lo suficientemente profundas o detalladas para decirme qué más podía tener ese animal". O sea, tiene que ser algo más que un coyote o no vendo camisetas, y al demonio con el ADN.

Tenía 100% coyote, Phylis, Santiago, Íker... tenía un ADN de Canis latrans, algo más común que cruzar la calle con la señal en verde.

Pero Doña Phylis, que como todos los de su tribu no suelta la presa una vez que vio el dinero, insistió que podía ser un mutante genéticamente pelón (como el xoloitzcuintle), y entonces entró en escena el verdadero experto, Dr. Danny B.Pearce, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Tecnológica de Texas en Lubbock, explicó pacientemente que la causa de la extraña calvicie era lo que en inglés se conoce como "sarcoptic mange", y en español se llama escabiosis o, simplemente, sarna.

Finalmente, por cierto, Santiago Camacho tampoco le contó que la "bestia de Elmendorf" de 2004 también se identificó rápidamente como... un perro sarnoso.

¿A usted le parece suficiente desvergüenza? Por si no, Íker presentó después a una conocida domadora de fantasmas del tremendamente fantasmal Grupo Hepta, que dice más barbaridades paranormaloides por minuto que kilómetros por hora puede correr Fernando Alonso, pero mi estómago me pidió que pasara mejor a ver un documental en Canal de Historia sobre los supervivientes de los Andes, héroes de verdad y no de chicle como los "valerosos eggspertos de la nave del misterio" de Íker Jiménez.

Nota el 13/10 a las 13:00 Astutamente, Juan Luis Crespo me dice que la "Universidad AIM" de Camachito puede ser la "Universidad A&M", es decir, la "Universidad Agrícola y Mecánica de Texas", un tecnológico que sí existe pero que no tuvo nada que ver en esta historia, de todos modos.

octubre 10, 2008

Tradicional para usted, científica para "Su Santidad"

La fascinación mundial por el Dalai Lama ha sido bien aprovechada por los mercaderes de la orientalidad mema, sin duda alguna, entre otras cosas presentando al señor de las gafitas y la sonrisa imborrable como adalid de los derechos humanos y la participación democrática (véase la Nota 1).

Abundan, sí señor, las páginas y publicaciones que identifican al budismo tibetano, el lamaísmo, con todo el esoterismo, magia, brujería y misticismo orientales, incluido el producto más rentable que hay: la pseudomedicina o antimedicina basada en supersticiones.

Pero cuando se trata de la salud del jefe del cotarro, del propio Dalai Lama, no vaya usted a creer que se atiende con los médicos tradicionales que promueve, nonono... el Dalai Lama va con los médicos de la horrenda conspiración que difunden a tanto la hora "expertazos" del escaso caletre de Bruno Cardeñosa, el renacido mago yuyu Txumari Alfaro o el enmohecido Paco Porras... "Su Santidad" consume medicinas de ésas que "matan", según dicen los vendedores de curas milagrosas y cuentos para incautos, y se interna en hospitales donde los médicos lo curan sin acudir al misticismo... ¡para que salga sano y siga vendiendo camamas a un mundo que comulga con ruedas de molino (molino de oraciones, en este caso)!

Así, el diario Público nos relata que "el líder espiritual tibetano" que usa el alias de "El Dalai Lama", fue sometido a una intervención quirúrgica para extirparle un cálculo biliar en un hospital de Nueva Delhi.

Para reírse uno hasta que se le afloje el ombligo... o hasta que le den ganas de llorar por las víctimas de estos personajes.

Porque no hace tanto, ya en este 2008 de la crisis made in Bushlandia, la Oficina del Tíbet en Nueva York, que presume de ser, ni más ni menos, la "Agencia oficial de Su Santidad el Dalai Lama y el Gobierno Tibetano en el Exilio para las Américas" (véase la Nota 2), aprovechando el viaje para enzarzarse en una sesión de patadas contra la gramática, nos anunciaba muy oronda que el Men Tsee Khang estaría presente en un rimbombante "Simposio Internacional de Medicina Tradicional y Prácticas Contemplativas" en Brasil.

El Men Tsee Khang es el nombre en tibetano del rimbombantísimo Instituto Médico y Astrológico Tibetano de Su Santidad el Dalai Lama cuyos documentos declaran que fue creado (y financiado, ni pregunte cómo) para "conservar y promover las antiguas tradiciones tibetanas médicas y astrológicas". El mismo sitio nos ofrece el que llaman "tratado fundamental" de las creencias místicas sobre la salud, el rgyud-bzhi, que no se diferencia en nada de los demás tratados precientíficos, incluyendo una forma de diagnóstico que incluye tomar el pulso del paciente, ver su orina y hacerle preguntas. Se supone que esto es mejor que escaneo TAC, una resonancia magnética, un análisis genético y un estudio de la sangre al estilo de los "médicos malvados".

No obstante, los encargados del Men Tsee Khang afirman que "la medicina tibetana es una ciencia, arte y filosofía que proporciona un enfoque holístico al cuidado de la salud". La palabra "holístico" es muy usada por distintas formas de mal llamadas "medicinas alternativas" y es un sinónimo muy fashion de "total", es decir, que atiende "todo" y no sólo los síntomas, aunque uno duda de que tengan idea de qué es "todo" si según ellos, "oficialmente" todo lo que hay en el universo está hecho de cinco protoelementos: tierra, agua, fuego, viento y espacio. Nada del oxígeno, el neodimio ni el ácido desoxirribonucleico, claro.

El instituto, como el resto del budismo-negocio, no da puntada sin hilo, sino que comercializa y exporta una serie de productos, incluidos algunos para el hígado, que al parecer no sirven si usted es el Dalai Lama.

Un resumen de esta historia la escribe en español "Karateka" (un seudojaponés, supongo) en el articulete pomopsamente intitulado "El Tíbet: Medicina de todos los tiempos". Pase y vea que no me lo estoy inventando.

La "Casa Tíbet México", que tampoco la lleva muy bien con la gramática, no tenía empacho, sin embargo, en adjudicarle embusteramente el título de "Doctor" a un tal Tseten Namgyal que ha instalado su guarida en México, desplumando incautos con inclinaciones orientaloides mediante "consultas", cursos, conferencias y demás.


La "Fundació Casa del Tíbet" hace lo propio en Barcelona con un sonriente Nida Chenagstang, al que declara urbi et orbi "Dr." para que los ingenuos sacudan los 70 o 90 euros que cuesta escucharlo hablar de la "Curación Mántrica", misma que consiste en usar "sonidos" (mantras, grupos de sílabas que se repiten hasta la náusea) para convencer al cáncer de que se disuelva, a los bacilos de Koch que cesen su ataque contra los pulmones y al ébola que se deje exorcizar. Como mucho me temo que este anuncio desaparezca cuando lo sustituya otra fuente de ingresos "tradicional, alternativa y espiritual", dejo aquí la captura de pantalla.



Libros, conferencias, cursos, discos CD con cantos lamaístas, toda la panoplia de la parafernalia esotericoide paranormal. Y la medicina juega un papel esencial allí, convenciendo a millones y millones de desinformados y poco avisados occidentales de que abandonen la medicina basada en evidencias, la que puede dar pruebas de lo que dice, a cambio de un universo de cinco elementos...

... y mientras tanto, el patriarca del establecimiento comercial se va con los médicos de verdad, a practicarse medicina de verdad para seguir recorriendo el mundo, sonriendo, cobrando y ayudando a su familia, que sin él nadie sabe qué haría.

Me recuerda tanto cuando el "cirujano psíquico" filipino Tony Agpaoa sufrió una apendicitis y, en lugar de ponerse en manos de las docenas de sus alumnos especialmente entrenados por él en persona para succionarles el contenido de la billetera a los que iban a su "clínica", se fue alegremente a San Francisco a operarse.

Porque, según confirmo, el "Venerable" Lodoe Gyatso, hermano de un tal Tensin Gyatso (nombre real del Dalai Lama) fue incluso nombrado por su hermano director del área de astrología del Instituto de Medicina y Astrología arriba señalado... pero el sabio y experimentado Dalai Lama sabe dónde se cura uno y donde no, y es clarísimo que a la medicina tibetana le tiene poca fe, además de que no se le ve muy convencido por el Buda de la Medicina, que aunque tal Buda tenga el inquietante y largo nombre de Bhaishajyaguru Vaiduryaprabha, el Maestro Sanador del Resplandor Lapizlázuli (¡se fueron con todo!), a la hora de la verdad mejor un médico y su bisturí.

La fe es, finalmente, producto para lumbreras como Steven Seagal, que se cree la reencarnación de un viejo lama tibetano, y los del negocio le sonríen y le dicen que sí.

¿Y a usted ya le vieron la cara o apenas está en proceso?

NOTAS:
(1) Oficial y oficiosamente, sobre todo en los despachos de los "periodistas del misterio", se omite que hasta 1959 el sonriente tipo de las gafitas y la sonrisa imborrable era el jefe de una teocracia que no trataba al pueblo tibetano mejor de como lo tratan los chinos. El propio Dalai Lama (el mismo, sí, ése de las gafas y la sonrisa) regía un país cuya economía dependía de la servidumbre feudal. Cuando niño, si alguien cometía algún atroz delito contra el rey-dios Dalai Lama, no era infrecuente que los condenara a recibir latigazos en cantidades generosas, a la amputación de la nariz y las orejas y otras cosas que no parecerían coincidir con su visión de "hombre de paz" que la publicidad impulsa hoy.

Así lo consigna el libro A portrait of lost Tibet, donde los autores narran, sobre su viaje de 1942-43: "El castigo más común son los azotes: 100 latigazos no se consideran graves en caso de un delito menor. Por atraco, bandolerismo armado o asesinato, la pena es la pérdida de una o ambas manos, o piernas, que se cortan por encima de la rodilla. Para sellar las arterias, los muñones se sumergen de inmediato en aceite hirviendo, pero el Changchi (oficial del gobierno) se queja de que muchos culpables mueren después de la amputación de las piernas." Un inconveniente, sin duda, pero el Changchi reconoció a los autores que después de una fuerte pena de latigazos propinados en las nalgas y un poco más abajo "el culpable pocas veces puede volver a caminar, debido a que los músculos y tendones quedan destruidos".

La religión de la paz y su Dalai Lama también han mantenido su propia guerrilla budista, algo que sin duda parece o bien hipocresía religiosa (tan común en oriente como en occidente) o bien una paradoja de proporciones. La guerrilla Khampa del Dalai Lama estuvo activa desde la década de 1950 hasta la de 1970, con el poco sorprendente apoyo de la CIA. Nunca han pedido perdón.

Nota 2: El Dalai Lama que llora en público diariamente por la suerte de 6 millones de tibetanos que ya no son sus súbditos, sino ciudadanos chinos (maniobra que se conoce como "pasar de la sartén al fuego", o "pan con lo mismo"), siempre vivió como príncipe en el exilio de la India con dinero de los Estados Unidos. "Democráticamente", desde 1960 hasta 1990 nombraba a dedo a los miembros del "parlamento en el exilio". Una vez creada una semblanza democrática, en 1991, miembros de la familia del Dalai Lama ganan "elecciones" al parlamento constantemente. Es la familia que antes de la huida de Tíbet poseía personas, según algunos informes, en el esquema feudal, donde los lamas eran la aristocracia que no trabajaba ni en defensa propia, y vivía de la exacción de campesinos y siervos, ¡qué ejemplo maravilloso para todos!

octubre 05, 2008

La ignorancia viste a De Prada

Al parecer intentando que nadie vaya a pensar que el huevo que puso la semana pasada fue un patinazo, un error, un dislate de ésos en que todos podemos incurrir, Juan Manuel de Prada firma esta semana en XL Semanal un nuevo artículo de opinión en el que confirma que sus convicciones anticientíficas, al igual que su ignorancia voluntaria y orgullosa son sólidas, firmes y sin mácula.

Bajo el título "Ciencia demente", Juan Manuel (que evidentemente confunde "demencia" con "locura", igual que otros intelectuales de la talla de María Patiño) nos regala un bonito ramillete de barbaridades que pretende hacer pasar por intensas cogitaciones con las que nos deslumbrará como pretendió hacerlo en su ataque a la teoría de la evolución por medio de la selección de la variación natural el domingo pasado, y que reseñamos oportunamente.

Esta segunda parte de la cruzada cienciofóbica de De Prada empieza diciendo que según unos científicos (no dice quiénes) "los incendios forestales, en contra de lo que parece dictar el sentido común, pueden paliar los efectos del cambio climático". El razonamiento de los científicos es que las nubes de humo reducen la incidencia de rayos del sol en la superficie, y por tanto el calentamiento que pueden causar en tierrs. Esto no deja de ser una observación interesante, pero la conclusión que extrae de tal presunto estudio Juan Manuel de Prada es fenomenal pues, dice, leer ese estudio le "ha producido una sensación mixta de estupor e hilaridad no menor a la que me hubiese provocado leer que los médicos aconsejan a sus pacientes castrarse, para prevenir el cáncer de testículo".

Por supuesto, nada del estudio mal citado del escritor vizcaíno indica que los científicos sugieran la patochada de provocar incendios forestales para paliar el cambio climático, lo cual sería realmente de locos. Pero como Juan Manuel de Prada no entendió lo que leyó. concluye una tontería supina y luego nos la presenta como si la tontería fuera de los otros.

Recuerdo una frase, y por desgracia no a su autor, que explica lo que ha pasado aquí: "El informe de un hombre tonto acerca de lo que ha dicho un hombre inteligente nunca puede ser confiable, porque el tonto inconscientemente traduce lo que escucha en algo que pueda entender".

Eso lo suelen hacer los luditas, anticientíficos y antiinteligencia en general: en su afán por retratar el conocimiento como algo incierto, indeseable o sospechoso, arrancan de sus enrevesadas lecturas y sus descabelladas interpretaciones algunas patéticas conclusiones que hablan más de ellos y de su lamentable nivel que de lo que leyeron en realidad.

De Prada pretende burlarse de que el conocimiento científico a veces apunte en una dirección y luego cambie a otra, y de nuevo no sólo fracasa, sino que queda como medievalista inculto, oscurantista e indocto, para usar sus propias palabras. Claro que en la ciencia, que es un cuerpo de conocimientos que se autocorrige y está en permanente evolución, esto no sólo pasa con frecuencia, sino que debe pasar y no es síntoma de debilidad sino, por el contrario, la gran fortaleza de este método para conocer la realidad, que hace a sus practicantes humildes ante los hechos, menos proclives a aferrarse a ideas insostenibles y, además, les hace ser muy cautos en sus afirmaciones. Si antes se creía (según afirma Juan Manuel, como no da fuentes hay que creerle, o al menos fingimos creerle para efectos de este análisis) que el aceite de girasol era bueno, seguramente fue de acuerdo con el conocimiento del momento, mientras que la conclusión posterior de que el aceite de oliva es más sano que el de girasol se debe a que la ciencia, avanzando a pesar de las sotanas, ha recogido datos que obligan a los hombres que hacen ciencia a cambiar de opinión y nos dan mejores datos para decidir qué aceite ponerle a nuestra ensalada.

Ojalá las religiones cambiaran de opinión ante las evidencias con la misma entereza con la que la hacen los científicos cuando se demuestra que estaban equivocados. ¿Qué valor tiene afirmarse tontamente en una idea errónea? De Prada no lo explica.

Una frase de este desprolijo escritor que cobra por hablar de lo que ignora confirma nuestro pequeño aforismo sobre el hombre tonto y el hombre inteligente: "La ciencia parece dispuesta a demostrar esto y lo otro, siendo lo otro lo contrario; y mañana podrá sin empacho alguno desdecirse y demostrar que lo opuesto a lo contrario es lo cierto, en un tirabuzón enloquecido y sin fin".

Hay que explicarle al pobrecillo de Juan Manuel, aunque pueda resultarle una sorpresa dolorosa y hasta riesgosa para su miocardio, que "la ciencia" no está dispuesta a nada porque "la ciencia" no es una persona, es un método de conocimiento y es, también, el conjunto de conocimientos entrelazados que se obtienen por dicho método. No tiene volición, no dice ni se desdice, ni quiere ni no quiere. Entendido eso, quizá lo que quiso decir fue más bien lo siguiente, que además es cierto: "los científicos parecen estar dispuestos a aceptar que algunas de sus evidencias lleven a conclusiones distintas de las conclusiones a las que llevaban las evidencias más insuficientes previas, y pueden reconocer hoy que es más cercano a la verdad algo que resulta opuesto a lo que ayer se consideraba confiable, en un proceso ordenado y continuo de mejora y avance que lleva hacia un conocimiento certero siempre contingente, pero cada vez más confiable".

Para que lo entiendan los sufridos lectores de Juan Manuel: si en un cajón vemos tres tomates, decimos que hay tres tomates, pero si mañana descubrimos que el cajón tiene un doble fondo donde hay otros cuatro tomates, diremos que tiene siete tomates, y esto no representa una "contradicción" con nuestra afirmación anterior, como supondría el "agudo analista de la realidad" De Prada. No es como el caso de la religión, pues, que se mantiene en sus trece y afirma que la Tierra está inmóvil y el universo gira a su alrededor contra viento y evidencias, y hasta quema gente para sostener su dogma bobo durante unos siglos más.

Al final de su filípica contra la ciencia y quienes la hacen, Juan Manuel de Prada suelta lo siguiente, que cito in extenso porque parecería que lo escribió con la intención de ejemplificar claramente la profunda estulticia e irresponsabilidad de los medios que denunciaba este blog en su anterior entrada: Los Ig Nobel no son las MOPAs, donde explicábamos: "Los Ig Nobel son una aproximación divertida, jocosa y amable a investigaciones de aspecto extraño, improbable, desusado o insólito, pero no son un chiste, ni los 'anti-Nobel' ni ninguna bobada similar". De Prada escribe:

Cada año se conceden los premios IgNobel, a semejanza paródica de los Nobel, que distinguen las investigaciones más desquiciadas o inútiles, más descacharrantes o absurdas. No se trata de investigaciones perpetradas por discípulos descarriados de aquel doctor Franz de Copenhague que ilustraba las páginas del TBO, sino por científicos adscritos a universidades de rancio abolengo. Más allá de su intención jocosa, tales premios nos revelan que la ciencia, encumbrada en los altares del Progreso, empieza a parecerse peligrosamente a una sucursal de la locura. Y, ciertamente, si repasamos el elenco de investigaciones galardonadas con el IgNobel, podemos llegar a la conclusión de que la ciencia se está convirtiendo a velocidad de vértigo en un concurrido manicomio; pero si hacemos un seguimiento de la prensa de cada día y de las noticias de índole científica que acoge, nuestra impresión no es muy diferente.

Es decir, evidentemente y como señalaba yo en la anterior entrada, Juan Manuel de Prada se negó a pensar en el significado de los galardonados de este año. Ni desquiciadas, ni inútiles ni descacharrantes, las investigaciones le provocan risa a Juan Manuel de Prada porque no se entera de qué van, se queda en lo episódico de la Coca-Cola como espermicida y carece de las luces (y de las ganas) necesarias para ir un poco más allá.

El ejemplo que ha dado este escritor español los últimos dos domingos es preocupante porque suele ser demasiado frecuente entre "los de letras" que consideran que no basta que se desentiendan de la ciencia (muy en su derecho) sino que además consideran que la denigración del método y sus conocimientos afianzan su lugar en el Olimpo de los héroes de la literatura pura. Pero el problema, el motivo por el cual lo escrito por Juan Manuel de Prada no sólo merece análisis sino que llama a invitarlo a que se limite a hacer literatura y deje de ser "firma" soltando opiniones que lo ponen en ridículo, es la profunda hipocresía de éste y otros personajes que se hacen de algunos ahorros hablando mal de lo que no entienden.

Le invito a que visite de nuevo el artículo en cuestión y mire la fotografía del autor, del señor Juan Manuel "no tengo idea" de Prada... ¿nota algo peculiar? ¿Algún elemento de su súbita fisonomía le hace sonar las alarmas? A mí sí. Observe atentamente: Juan Manuel de Prada lleva gafas. No parece muy preocupado porque mañana la ciencia descubra que las lentes no difractan o refractan la luz de modo distinto al que actualmente lo hacen, según las precisas leyes de la óptica que le permiten ver (y a mí, ojo, que soy cuatrojos de abolengo). ¿De verdad Juan Manuel teme que mañana le digan que en realidad no ve, que lleva veinte años ciego? Pues no. Igualmente, podría apostar que sus "profundas cavilaciones" a tanto la línea las plasma para la posteridad (pobre posteridad) en un ordenador, y además tengo la plena certeza de que cuando se le invita a recorrer la geografía nacional o internacional, Juan Manuel de Prada alegremente se transporta en auto, ferrocarril, avión o barco, y no a caballo, como debería hacerlo si realmente considerara que la malévola señora que él cree que es "La Ciencia" (como La Yesi y La Vane) mañana le demostrará que el principio de Bernoulli o el principio de Arquímedes no funcionan en realidad, sino que son lo opuesto.

Personajes así, que además, para desgracia de la sociedad, tienen acceso a los medios para decir literalmente cualquier burrada, Jiménez Losantos mediante y como santo patrono, mantienen una desagradable pose de pureza ideológica de saldo tras la cual se yergue la enorme hipocresía que implica beneficiarse de algo y al mismo tiempo denostarlo por dinero y para parecer inteligente.

En lo personal, no espero que Juan Manuel de Prada entienda nunca lo que realmente hacen los científicos, la importancia de la ciencia y lo trascendente de su método. Hablando por su móvil, que creerá mágico, conduciendo su auto de energía espiritual y atendiéndose con médicos que imagina chamánicos para seguir prosperando, y cada vez que toque aspectos de la ciencia que desconoce seguirá siendo ejemplo de que "el informe de un hombre tonto acerca de lo que ha dicho un hombre inteligente nunca puede ser confiable, porque el tonto inconscientemente traduce lo que escucha en algo que pueda entender".

octubre 04, 2008

Los Ig Nobel no son las MOPAs

Aprovechamos esta nota para recordarles a nuestros lectores que ya está abierta la veda para nominar a los ganadores de las MOPAs de 2008 (los "mopizados") aunque más adelante lanzaremos la convocatoria formal ubre et orbi.

La organización Improbable Research (Investigación Improbable) ha entregado, como lo hace desde 1991, los premios Ig Nobel a una serie de investigaciones científicas peculiares, todo entre risas y buen rollito entre los científicos, pues la mayoría de los galardonados tuvieron representantes en la ceremonia llevada a cabo la noche del 2 de octubre... pero se enfrentan cada vez con una mayor incomprensión por parte de los medios, que tienden a suponer que se trata de unos premios más bien poco serios, como las MOPAs (Máxima Orden dela Parapsicología Alucinadita) que concede cada año el 28 de diciembre, Día Internacional del Charlatán, la Academia de Ciencias y Artes Neo-Ocultistas (ACA-NO).

De alguna extraña manera, seguramente utilizando el astuto proceso de no investigar ni en defensa propia e inventarse las cosas, total qué más da, los periódicos suelen tomarse a chacota los Ig Nobel... y nada más, sin darse cuenta de que tal es únicamente el 50% del objetivo de estos premios, que decide un grupo de unos 50 científicos de las más diversas disciplinas y de todo el mundo.

Los premios Ig Nobel se dan, dicen los responsables, para "honrar logros que primero hacen a la gente reír, y luego los hacen pensar. Los premios tienen por objeto celebrar lo desusado, honrar lo imaginativo y promover el interés de la gente por la ciencia, la medicina y la tecnología".

Los medios ciertamente no piensan después de echar unas risotadas, ya no se diga promover el interés de nadie por la ciencia. El periódico (es un decir) español El Mundo aseguró que los Ig Nobel "buscan ser una alternativa divertida a los extremadamente serios premios Nobel", cosa que se sacó de la manga el redactor en un rato de inspiración, del mismo lugar, quizá, de donde sacaron al virus del SIDA para meterlo sin venir al caso en la investigación de la Coca-Cola como espermicida. Por su parte El País no tiene empacho en llamar arteramente a estos premios "Los anti-nobel", como resultado de un rapto lírico del becario que se inventa los titulares y que tiene su contraparte en El Universal en México, que además de decir la misma memez la corona con una mayor: "Lo irrelevante de la ciencia". El prestigioso Página 12 de Argentina no se quiso quedar atrás y lo llamaron "Un premio al ridículo científico", lo cual como menos es falso.

Evidentemente, los diarios en español no tienen a becario alguno que tenga los conocimientos mínimos de inglés, y copiaron tal cual los rebuznos de las agencias que afirmaron (como el ABC le atribuye a Reuters) que uno de los premios fue por "demostrar como un armadillo puede arruinar una excavación arqueológica", cosa ligeramente imprecisa, pues lo que hizo fue medir cuánto puede alterar un armadillo el contenido de un sitio arqueológico.

Esto primero da risa, pero luego debe ponernos a pensar. El trabajo experimental de Astolfo G. Mello Araujo, de la Universidad de Sao Paulo puede ser tremendamente relevante en casos donde la ubicación de restos o elementos, digamos, de un ritual funerario, tenga un claro significado. ¿Los armadillos suramericanos podrían o pueden ser responsables de algunas alteraciones que erróneamente se han interpretqado como peculiaridades culturales? ¿Deben los arqueólogos estar atentos a signos de actividad de los armadillos que puedan afectar o invalidar excavaciones? Tenga usted presente que cualquier arqueólogo le dirá que un objeto en su contexto cultural es un especimen arqueológico que puede enseñarnos mucho, pero que desontextualizado (movido, sacado, alterado de cualquier forma) es un simple cacharro viejo.

Evidentemente, si no llegamos a pensar sobre el significado de estos descubrimientos tan peculiares, la risa es un tanto boba y la incomprensión jubilosa pueden ser motivo para que los luditas y la tribu antiinteligencia en masa crea que los científicos son bobos, la ciencia una patochada y nada es verdad ni es mentira (aunque baste zumbarles en el occipucio con una piedra de tamaño mediano para que se las vean negras tratando de ignorar la realidad de la piedra y del correspectivo chichón, chipote o huevo).

Veamos algunos de los Ig Nobel de este año y algunas preguntas que se nos ocurren y que sirven para dimensionar cuán relevante puede ser algo que a primera vista no lo parece.

Dada la relevancia económica de la Coca-Cola como el producto más exitoso de todos los tiempos, todos los diarios en español que consultamos destacaban el premio Ig Nobel de química otorgado a los científicos etadounidenses que demostraron que este refresco es un espermicida efectivo. Leyendo esto, uno se queda con la impresión que es una "no noticia", en plan de ¿a quién le importa? o, en el mejor de los casos, plantearse qué tan desesperada debe estar una mujer para hacerse una irrigación vaginal con Coca-Cola a modo de anticonceptivo. Y es que los diarios consultados (con excepción de Página 12, por cierto) olvidaron señalar que el premio lo compartían ex aequo otros investigadores taiwaneses con un estudio que indicaba exactamente lo contrario. ¿La ciencia está loca? Pues no, pero el tema abre interesantes preguntas. Primero, ¿hay alguna diferencia en los protocolos experimentales que pudiera explicar la aparente contradicción? ¿Cuál es o cuáles son los principios activos que tienen el efecto espermicida? ¿Podría haber una importante variación genética entre orientales y occidentales que determinara distintos grados de sensibilidad de sus respectivos espermatozoides a ciertas sustancias?

El Premio Ig Nobel de la Paz es aún más curioso a primera vista, se entregó a un comité suizo biotecnológico y a todos los ciudadanos de Suiza por declarar legalmente que "las plantas tienen dignidad". Más allá del chiste, el problema bioético sobre el que llaman la atención es grave. Los promotores del Proyecto Gran Simio buscan que se dé a los grandes simios derechos iguales a los humanos. Si a los grandes simios sí, ¿por qué no a los demás simios?, ¿y entonces por qué no a todos los primates? Y si se dan derechos humanos a todos los primates, ¿no deben tener los mismos derechos los demás mamíferos, los demás vertebrados, los demás animales y también las plantas? Si fuera así, el simple hecho de alimentarnos sería un ataque a la dignidad de otros seres (habría que ver qué tan digno es dejarse morir de hambre, o dejar de morir de hambre a los hijos de uno), ya no digamos todo tipo de investigación científica que use seres vivos, como las que rechazan los antiviviseccionistas. Evidentemente, tenemos que marcar una línea en algún lugar, pero no es claro dónde y por qué. El que el tema se pueda reducir al absurdo y llevar hasta la "dignidad de lasplantas" pone de manifiesto que aún no tenemos una aproximación adecuada al conflicto ético.

El Premio Ig Nobel de Medicina, entregado a Dan Ariely de la Universidad de Duke por demostrar que los placebos caros son más efectivos que los placebos baratos tiene muchísima miga. Del efecto placebo sabemos poco, sólo que las expectativas de mejoría del paciente, su creencia en la eficacia de un medicamento, influyen en dicha efectividad. Sabemos que entre los elementos que influyen está la empatía del responsable de la atención (médico, curandero, sanador, brujo yuyu), su autoridad percibida, algunos aspectos sociales, etc. Ahora sabemos también que el precio es un componente, y ello podría explicar en parte al menos la efectividad de medicamentos más costosos (como los "de marca") frente a los genéricos, al considerar los pacientes que el genérico debe ser "menos bueno" porque "cuesta menos". Y ello no deja de ser interesante en un mundo que lucha por una medicina mejor, más humana, más accesible a todos y más responsable.

Dejo para el final, sin ser exhaustivo con los premios, el Ig Nobel de Física, otorgado a Dorian Raymer y Douglas Smith que demostraron matemáticamente que montones de cuerda, o pelo o casi cualquier otra cosa inevitablemente formarán nudos. Esto está bastante lejos del delirante, ignorante y hasta indignante titular del "periódico" El Mundo: "Premian con el Ig Nobel al físico que descubrió que todo lo que pueda enredarse, se enreda". Enredarse y formar nudos no son sinónimos, y aunque supongo que esto le vendrá guango al que inventó el chiste, a su jefe, al jefe de su jefe y así hasta Pedro J. y su jefe Jiménez Losantos, no es justo que se le cuenten tales trolas a los lectores, que además son los que pagan. En manos de "periodistas" así, la definición de la topología como "la rama de las matemáticas para la cual un donut (o dona) y una taza de café son lo mismo" podría ser motivo de largos ratos de cuchufletas, chistes de patio escolar y exhibición de pobreza de miras y falta de culturita, pero lo que difícilmente podrían hacer es explicarle nada a los lectores. La teoría de nudos es, precisamente, una rama de la topología, y los nudos en sí han fascinado a muchos personajes a lo largo de la historia, como el propio Da Vinci. La inevitabilidad matemática de que algo se ate en un nudo puede tener importantes consecuencias en las matemáticas, cosa que ni se plantean los que en los diarios se encargan de llenar los incómodos espacios en blanco que deja libres la publicidad, que es lo que, a sus ojos, importa.

Los Ig Nobel son una aproximación divertida, jocosa y amable a investigaciones de aspecto extraño, improbable, desusado o insólito, pero no son un chiste, ni los "anti-Nobel" ni ninguna bobada similar. Si los que se encargan de informarnos (es un decir) se enteraran del asunto, podríamos compartir mejor la diversión.