Alguien que era mi "amigo de Facebook" me invitó hace algunas semanas a entrar a un grupo de los muchos que existen en esa red social. Yo pertenezco a 230 muy diversos grupos como, por ejemplo, Alianza de Civilizaciones, Salvemos a los pumas, Denunciemos a los grupos homófobos en Facebook, 500.000 firmas para que los bancos no puedan cobrar comisiones, El 22 de diciembre de 2012 me reiré del fin del mundo, 2 millones de personas contra la circuncisión femenina, Todo Facebook contra ETA, 1.000.000 de personas contra la pornografía infantil, Europa laica, Fundación Trece Rosas, Varones por la equidad, Hay k ser muy poco hombre p pegarle a una mujer, Fans de la tortilla de patata y Les Luthiers.
La invitación era para hacerme parte del grupo "Torero, si quieres ver sangre, córtate los huevos".
Entré a ver de qué iba el grupo y después de contemplar su contenido, decidí ignorar la solicitud de participación y, de paso, bloquear a la persona que me hizo la invitación. Dediqué mucho tiempo a pensar si debía o no escribir una entrada, e hice varias versiones. En una citaba los nombres y perfiles públicos de Facebook de las personas que hicieron los comentarios a los que haré referencia, pero finalmente decidí eliminarlos y dejar que usted los encuentre por sí mismo si quiere. Quité, puse, dudé, reflexioné y el resultado es esta explicación pública de por qué me he horrorizado, a sabiendas de que seguiré concitando las furias de los pseudoecologistas newageros misántropos.
En más de una ocasión he provocado la ira babeante de seudoecologistas, animalistas antihumanos, veganos y presuntos "buenos por decreto" al poner en solfa algunas de sus más cuestionables acciones o sus más sublimes tonterías. Por ejemplo, cuando la organización ANADEL se rehusó a responder una carta que les envié preguntando por sus actitudes en su anual protesta contra la Feria Taurina de Begoña y sobre sus propuestas veganas, o cuando el impresentable dueño del sitio Web Respuestas veganas insistió hasta la cerrazón misantrópica en comparar a los judíos asesinados en los campos de concentración alemanes con los pollos utilizados para la alimentación humana. El último numerito se debió a que tuve la inmensa osadía de exhibir la mentira de la "Carta del Jefe Seattle" que es parte del evangelio de la misantropía econewagera.
Por supuesto, los adeptos a la ecosecta en sus diversas variantes aseguran que estoy, como todo el que no se ajuste a su pensamiento único, a sueldo de los que destruyen el medio ambiente, y defiendo y apoyo todo tipo de atropellos contra la naturaleza, los animales, la vida, la Tierra y lo que se tercie. ¿En qué se basan? En nada, en su odio religioso ante mí como hereje. Les da satisfacción imaginar que el adversario es malévolo, deshumanizarlo, satanizarlo y, de paso, ahorrarse el problema de responder con argumentos a las observaciones cuestionadoras.
Lo otro que se me ha dicho, claro, es que los pseudoecologistas newageros no son realmente misántropos, que aman a la humanidad tanto como aman a los conejitos, los delfines, los pollos sin freír, los pandas, los árboles y las abejitas. (Aquí entra una oleada de violines Straussianos mientras los ecólatras se miran al espejo con alitas y halo, bajo la mirada amorosa de Gaia, Madre Tierra... entran coros angélicos.)
Ciertamente los ecologistas de verdad no suelen ser misántropos. Pero los pseudo lo son al grado de haber fundado una organización mundial dedicada a promover que los seres humanos nos eliminemos del planeta, el Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria, Movement for Voluntary Human Extinction definido como organización del "ecologismo profundo", y que en realidad parece el extremo del complejo de culpa judeocristiano llevado a la adoración de la naturaleza sin el hombre, como si la humanidad no fuera producto clarísimo de la evolución natural.
Sin embargo, es en el rechazo a la tauromaquia (y repito que argumentos contra la fiesta taurina hay muchos y atendibles) donde sigue apareciendo un rasgo de odio que parece incompatible con el amor y respeto por la vida. Convencidos de que quienes disfrutan del toreo (incluidos, claro, Picasso, Lorca, Hemingway, Goya y Joaquín Sabina) son bestias inhumanas sádicas (si es el caso o no podría debatirse), exhiben el disfrute patológico del dolor con comentarios que van desde lo vilmente cruel hasta la homofobia más ultrafascista, y de entrar en verdadero éxtasis cuando un torero muere o, para su gozo, queda parapléjico.
Uno pensaría que si alguien puede empatizar con el dolor de un toro sería también capaz de hacerlo con el dolor de un ser humano. Claramente esto no es cierto en todos los casos, y no en este militante grupo antitaurino.
Una visión racional, humanista, laica y seria nos dice que no es ético torturar ni siquiera a los torturadores, porque nos rebajamos a su nivel. La pena de muerte es deleznable incluso si se aplica a asesinos, porque convertimos a la sociedad en reflejo de los delincuentes que matan. Lo que nos hace civilizados es precisamente que nuestras categorías éticas no cambien según el favor del viento, el humor, la circunstancia, sino que sean aplicables a todos siempre. Decir "se pueden casar todos menos los homosexuales" es poco ético. Decir "pueden ser sacerdotes todos menos las mujeres" es poco ético. Decir "no se puede torturar a los seres humanos salvo que sean torturadores" es poco ético. Y ciertamente no es ético disfrutar del sufrimiento de seres humanos que, por lo demás, están realizando una actividad legal en este tiempo y lugar. Es legítimo luchar para cambiar las leyes, sin duda, pero celebrar el dolor de un ser humano no parece igualmente legítimo.
En el grupo en cuestión, como todos los grupos de Facebook, tiene su álbum de fotos. De las 27 fotos que hay hoy, 21 son de cornadas sufridas por diversos toreros. Por supuesto no se dan los nombres de los toreros heridos, por la deshumanización que hablábamos, la satanización, el olvido fácil de que ellos son personas, hijos, padres, hermanos y aquí y ahora no son delincuentes.
No pretendo en ningún momento que esto sea una defensa del toreo. Mi opinión respecto de la fiesta taurina no es relevante porque el tema no es el toreo, es la ética de algunos de quienes se oponen a él. Tampoco pretendo quitarles la razón respecto del toreo al mostrar sus opiniones, son dos temas distintas. Y mucho menos pretendo sugerir siquiera que todos los que desean la abolición de las corridas de toros compartan esta bajeza. Conozco antitaurinos que son verdaderamente enemigos de la violencia, que no quieren muertes de toros ni de toreros y que, enfrentados a estos ejemplos, se indignaron como cualquier persona normal. El tema, pues, es la crueldad y el odio que puede ocultar lo que a primera vista parece una causa buena y noble, y los fanáticos que pueden llegar a estar insertados en ella.
Toda la información que doy es pública en Facebook, aclaro, no divulgo salvo lo que se ha puesto públicamente a disposición de cualquiera. Al final de esta entrada, identificadas con números de nota de pie de página, tiene usted los enlaces de las fotos en el grupo y puede seguirlos y ver el grupo, además de tener las capturas de pantalla de hoy, madrugada del domingo 21 de marzo, por si el grupo decide más adelante borrar este material y fingir que nunca existió. Tampoco he corregido la ortografía de los comentarios.
En una fotografía, por ejemplo, donde la víctima es José Tomás (1), una psicóloga que en su página personal pública tiene el lema "Todos somos animales" y "I (corazón) Animals") escribe: "Me gusta verte sufrir pedazo CABRON!!!", mientras que otro caballero grita: " TOMA LO TUYO CABRON!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!" (1) José Tomás Román Martín, que es su nombre completo, ha donado una fuerte cantidad para crear una fundación que, en su primera acción, concedión 200.000 euros totales en ayudas a trece entidades como el Banco de Alimentos de Barcelona, la "Caravana de las risas" de Payasos sin Fronteras, proyectos de musicoterapia para pacientes con síndrome de Down, servicios para la inserción laboral de personas sin hogar y otros varios proyectos. No pretendo sino contextualizar ese "me gusta verte sufrir".
Otra foto es de una fuerte cogida de Carlos Escolar, Frascuelo, el 25 de mayo de 2008, cuando tenía, por cierto, 59 años de edad (2). En la foto se ve el muslo izquierdo destrozado y el cuerno del toro dentro del muslo derecho. La compasión está bastante ausente. Mirada la fotografía con descuido o con mala fe, el cuerno del toro parece estar en la zona anal del torero. Ante eso, alguien escribe: "Anda!,a ver que le cuentas ahora a tu novio,machote!", y le hacen eco una chica: "Ojo por ojo, cacho por culo!!!!jajaja", y una mexicana que dice ser de la Universidad Autónoma Metropolitana de México: "ouch! jajaja A lo mejor les gusta.. jajaja"
Más allá del chiste homofóbico basto y fascista, a cargo de hombres y mujeres por igual, leemos: "EL TORERO SA SALVO POR K EL TORO A FALLAO UN POR 1CM K SI NO ESTERIL, JAJAJA XD" y alguien resume: "Lo mejor de las corridas...".
Para no recorrer todas las fotos, me quedo en dos tomas distintas de la cornada que sufrió Israel Lancho el 27 de mayo de 2009 (3) y (4). 20 centímetros de profundidad, desgarro del hemitórax. Estuvo a punto de morir. Aunque supongo que para él estos percances son parte de su trabajo o pasión o actividad, no es justo olvidar ese contexto. En la primera foto, muy cercana, (3) Israel Lancho parece lanzar un grito de dolor con el cuerno del toro clavado por debajo de las costillas, en un pulmón. Pero nadie es sensible al dramatismo de la imagen. Los comentarios son, por ejemplo: "k t jodaaan assesinoo", "eso debe de doler!!!! jajajaaj que se joda", "mirar la cara que se le queda!!!ahora no le gusta tanto eehhhh!!!jajjajaaj", "apunta al corazon!!!", "Lastima que tu no te desangraste hasta morir en la arena pedazo de escoria!!", y . En la segunda (4), donde se ve a Israel Lancho en toma abierta colgando del pitón del toro, uno pide: "metele el cuerno hasta el corazon torito venga¡¡¡", mientras que una comentarista celebra: "Torero cabrón! mereces eso y mucho más !!!!!!" y otro disfruta: "dale torito hasta el fondo jajaja". Alguien nota la contradicción y se contradice: "Se lo tienen merecido, pero yo pensaba que la gente que era fan de este grupo era contraria a la violencia".
Sólo en la foto de una cornada a un banderillero (5), ante el comentario "Lástima que esa cornada no fuera mortal" leemos una reacción racional: "no me gustan las corridas de toros me parecen una bestialidad, pero de ahí a leer el comentario que estoy leyendo encima de mi". La respuesta de la autora del primer comentario (vale la pena visitar su perfil) fue: "Un bravo por Islero y Avispado y tantos otros toros que consiguieron que hubiera en las plazas un asesino menos" (Islero fue el toro que mató a Manolete, y Avispado el que mató a Francisco Rivera "Paquirri" dejando huérfanos a tres hijos de 10 años, 7 años y 7 meses.)
Dejo abajo otras cinco fotos con comentarios que en nada desmerecen los ejemplos anotados.
Si éstos son los "buenos" que van a implantar la utopía del respeto a la vida por medio de la tortura y la ejecución sumaria de los criminales según sus leyes, nuestro futuro no es muy distinto de lo que sufrieron los herejes en la Inquisición, los judíos en Auschwitz, los izquierdistas en el Chile de Pinochet, los intelectuales en la Revolución Cultural de Mao o cualquier grupo oprimido por una dictadura sanguinaria y convencida de que tener razón da poder sobre la vida de otros.
El fanatismo, en cualquier forma, acaba en violencia, crueldad justificada, guerra santa y dolor sin fin. Cuando el supuesto amor y la autoproclamada bondad asumen la forma del odio a los seres humanos, el peligro es enorme.
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Enlaces y capturas de pantalla de 10 de las fotos de cornadas con comentarios:
(1) Enlace | Captura de pantalla
(2) Enlace | Captura de pantalla
(3) Enlace | Captura de pantalla
(4) Enlace | Captura de pantalla
(5) Enlace | Captura de pantalla
(6) Enlace | Captura de pantalla
(7) Enlace | Captura de pantalla
(8) Enlace | Captura de pantalla
(9) Enlace | Captura de pantalla
(10) Enlace | Captura de pantalla